miércoles, 17 de abril de 2024

Un Dios Santo 2: Diseñados Para Admirar La Grandeza De Su Santidad. Isaías 53:3.

La semana pasada comenzamos esta serie de enseñanzas tituladas, UN DIOS SANTO, lo primero que hicimos, por considerarlo trascendente, es resaltar la importancia que tiene para los creyentes comprender que tenemos un Dios infinitamente Santo, El reino de Dios nunca vendrá donde su Nombre no sea considerado Santo, además La manera en que entendemos la persona y el carácter y la Santidad de Dios Padre afecta cada aspecto de nuestras vidas, así que entender que Dios transciende a toda su creación y que Él está por encima de la corrupción de ella es de vital importancia para los creyentes, siempre.

La semana pasada mencionamos que alguien que fue transformado por completo al tener un encuentro con la Santidad del Señor fue el profeta Isaías. Pues bien, los profetas del AT eran un hombres solitarios. Eran unos individuos señalados por Dios para una penosa tarea, como una especie de fiscal designado por el Supremo Juez del cielo y tierra, un vocero para demandar a aquellos que habían pecado en su contra. El profeta no era filósofo que escribía para promover discusiones, ni era un escritor que componía dramas para entretener a la gente. Eran mensajeros, heraldos del rey del cielo. Con sus anuncios venían las palabras: Así dice el Señor.

La historia de los profetas se lee como un libro de mártires y suena como un reporte en zona de guerra. Cuando se dice de Jesús que fue: despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebrantos. Isaías 53.3, se le hace partícipe de una gran cantidad de hombres a quienes Dios destinó para tal sufrimiento. El azote al profeta era la soledad; a menudo su casa era una cueva y usualmente el desierto era su lugar de reunión con Dios. Algunas veces, su vestuario era la desnudez y su corbata un bastón. Sus canciones eran compuestas con lágrimas. De esa clase de hombre era Isaías ben-Amoz.

En la lista de los héroes del AT, Isaías sobresale destacadamente. Él fue profeta de profetas, un líder de líderes, un llamado profeta mayor por el gran tamaño del libro que lleva su nombre. Como profeta, era inusual. La mayoría de los profetas eran de origen humilde: campesinos, pastores, labradores, más Isaías, era de la nobleza. Él era un reconocido hombre de estado que tenía acceso a la corte real de sus días. Se relacionaba con príncipes y reyes. Dios lo uso a él para hablarles a varios monarcas de Judá, incluyendo a Uzías, Jotán, Acaz y Ezequías.

Lo que destacaba al profeta de todos los otros hombres era que su llamado no fue de hombres. Él no podía solicitar este trabajo, tuvo que ser seleccionado, escogido directa e inmediatamente por Dios. Y el llamado fue soberano; no se podía ser rechazar. El trabajo de profeta era de por vida; no se podía renunciar o jubilar.

El registro del llamado de Isaías quizás sea el más dramático de todos los registrados en el AT. Se nos dice que sucedió en el año en que el rey Uzías murió. El rey Uzías murió en el siglo ocho A.C. Su reinado fue muy importante en la historia judía y fue uno de los mejores reyes que gobernó Judá. No fue un David, pero tampoco fue señalado por la corrupción que caracterizó a los reyes del norte, tales como Acab. Uzías ascendió al trono cuando tenía dieciséis años y reinó en Jerusalén por cincuenta y dos años. Son casi 9 sexenios, casi desde Echeverría hasta Obrador. Mucha gente en Jerusalén vivió su vida entera bajo el reinado del rey Uzías. La Biblia nos dice que Uzías comenzó su reino piadosamente haciendo lo que era recto ante los ojos del Señor. 2ª Crónicas 26:4. El buscó a Dios y fue bendecido.

Venció a los filisteos y a otras naciones en batalla, edificó torres en Jerusalén y fortaleció sus murallas, abrió grandes pozos en el desierto y estimuló un gran crecimiento en la agricultura nacional. También restauró el poder militar de Judá hasta un nivel casi tan alto como en los días de David. La mayoría de su vida Uzías fue conocido come un rey grande y amado. Sin embargo, la historia de Uzías terminó tristemente. Su carrera se deterioró por el pecado del orgullo después de haber adquirido gran riqueza y poder.

Él se sintió Dios; entró al templo con insolencia y arrogancia, reclamando para sí los derechos que Dios había dado solamente a los sacerdotes. Cuando ellos trataron de detenerlo en su acto sacrílego, Uzías se enfureció. 2ª Crónicas 26:21. Cuando Uzías murió, a pesar de la vergüenza de sus últimos años, la nación lo lloró. Aparentemente Isaías fue al templo buscando consolación en este tiempo de angustia personal y nacional. Pero él encontró más de lo que esperaba: Isaías 6:1. Uzías había muerto. Pero cuando Isaías entró al templo vio a otro rey, el Rey Supremo, el que se sienta eternamente en el trono de Judá, él vio al Señor.

Cuando estudiamos los Nombres de Dios entendimos que en el hebreo hay dos palabras distintas que se traducen Señor. Una es Adonai, que significa también el Soberano. Este técnicamente hablando no es un nombre de Dios sino un título, el título supremo dado a Dios en el AT. La otra palabra es Yahvé (Traducido como Jehová), el nombre sagrado de Dios, con el cual Él se reveló a Moisés en la salsa ardiendo. Este es Su nombre indecible, el Nombre Santo que los israelitas se guardaban de profanar. Normalmente lo encontramos en los originales sólo en forma de sus cuatro consonantes: YHWH. Por lo tanto se le conoce como el sagrado tetragrama, las cuatro letras inefables.

Para clarificarlo, cuando hablamos de algún presidente mencionamos su nombre y su título. Presidente es el título más alto en nuestros países; de igual forma, Soberano era el más alto en Israel. El título Adonaí estaba reservado para Dios. Este fue el título que se le dio a Dios en el NT. Cuando Cristo es llamado Señor en el NT, se le confiere el equivalente Adonaí del AT. Jesús es llamado el Rey de reyes y Señor de señores, un título reservado sólo para Dios el Padre, el Supremo Soberano de cielo y tierra. Estos diferentes usos de las palabras Yahveh y Adonai, indican el cuidado con que la gente se refería a la naturaleza Santa de Dios.

Es muy similar al uso de letras mayúsculas para referirnos a Dios. Puesto que Dios es inefablemente Santo, no podemos escribir ni dios, ni referirnos con articulo como él, es Dios y Él, es un gesto de respeto y de asombro hacia un Dios Santo.

 What Does YHWH Mean? History of the Tetragrammaton

 

 

Cuando Isaías vino al templo, había una crisis de soberanía en la nación. Uzías había muerto pero los ojos de Isaías fueron abiertos para ver al verdadero Rey de la nación. El vio a Dios sentado sobre el trono como el soberano. Las Escrituras nos advierten que ninguna persona puede ver el rostro de Dios y vivir. Recordemos la petición de Moisés cuando ascendió al monte santo de Dios. Él había sido testigo de asombrosos milagros, había escuchado la voz de Dios hablándole desde la zarza ardiendo, había visto el río Nilo convertido en sangre, había probado el maná del cielo y había visto la nube y la columna de fuego. También había visto los carros del Faraón inundados por las olas del mar Rojo. Pero todavía no estaba satisfecho; quería ver más. El anhelaba la excelsitud espiritual. Éxodo 33: 19-23. Luego, Dios le permitió a Moisés que viera su espalda, pero no su rostro. Cuando Moisés regresó del monte, su rostro resplandecía. La gente se aterrorizó y se alejaron de él con horror.

El rostro de Moisés era demasiado para poder mirarlo. Así que Moisés se puso un velo sobre su rostro para que la gente pudiera acercársele. Esta experiencia de terror se manifestó el rostro de un hombre que estuvo tan cerca de Dios que ahora reflejaba Su gloria, y sólo el reflejo de la gloria de la espalda de Dios, no de la de su rostro. Si la gente temía ver la gloria que se reflejaba de la espalda de Dios, ¿cómo podría mirarse directamente su Santo rostro?

Pero la meta final del cristiano es poder ver lo que se le negó a Moisés, queremos mirarlo cara a cara, queremos alegramos en la gloria radiante de su rostro. Todo judío lo esperaba, basado en la amada bendición de Israel: Números 6:24-26. Esta esperanza, cristalizada en esta bendición, se convirtió en una promesa para los cristianos.

Aquí tenemos su promesa: Nosotros le veremos tal como Él es.

1ª Juan 3.2. 1ª Corintios 13:12.  

Los teólogos llaman a esta expectativa futura la Visión Beatifica. Veremos a Dios tal como Él es. Esto significa que algún día veremos a Dios cara a cara. No veremos el reflejo de su gloria desde una zarza ardiente o en la columna de fuego. Le veremos tal como Él es, en su pureza y en su esencia divina. Ahora es imposible que nosotros veamos a Dios en su esencia divina. Antes tenemos que ser purificados. Cuando Jesús enseñó las bienaventuranzas, prometió esto a un grupo selecto: Mateo 5:8. En este mundo, ninguno de nosotros es puro de corazón y esa impureza nos impide ver a Dios. El problema no radica en nuestros ojos, sino en nuestro corazón. Hasta que nos encontremos purificados y totalmente santificados en el cielo, seremos capaces de verlo cara a cara.

En la visión de Isaías frente al trono de Dios, vemos que por encima de Él Señor había serafines; cada uno tenía seis alas, con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Isaías 6:2. Los serafines no son seres humanos pecadores con corazones impuros. Pero siendo seres angélicos son criaturas, y a pesar de su elevada posición como participantes de los ejércitos celestiales, tienen que cubrir sus ojos para no ver directamente el rostro de Dios.

Es terrible y maravilloso cómo fueron hechos, dotados por su Creador con un par de alas especiales para cubrir sus rostros en su majestuosa presencia. Estos serafines tienen además un segundo par de alas con el cual cubren sus pies. Esto no es una especie de zapatos angélicos para proteger la planta de sus pies o facilitarles su caminar en el templo celestial. La razón para esto es similar a la de la experiencia de Moisés con la zarza ardiente: Éxodo 3:2-5. Dios mando a Moisés quitarse sus zapatos, pues se encontraba en un terreno santificado por su presencia. Quitarse los zapatos era un medio por el cual Moisés reconocía que él era de la tierra o terrenal. Los pies humanos, a veces llamados pies de barro simbolizan nuestra condición de criaturas. Son ellos los que nos conectan a la tierra.

Los serafines no son de la tierra, sus pies no son de barro, y siendo ángeles son espirituales. Sin embargo, son criaturas, y las imágenes de la visión de Isaías sugieren que también se tienen que cubrir los pies reconociendo que son criaturas en la exaltada presencia de Dios.

 

Dios ha concedido por pura gracia una bendición  a sus hijos, que no compartimos ni siquiera con los propios ángeles: Podremos admirar la Belleza de Su Santidad.

 

jueves, 11 de abril de 2024

Un Dios Santo 1: La Importancia de Comprender la Santidad De Dios. Isaías 6:1-8.

 Hablar de santidad, sobre todo de la Santidad de Dios, o de un Dios Santo, es muy importante hoy en día, pues lamentablemente el cristianismo ha caído en dejar en desuso este tipo de temas por otros más importantes, y no me refiero solamente a las enseñanzas heréticas como doctrinas de la prosperidad, nuestra mejor vida hoy, milagros, profecías, sanidades, etc. También está el lado de los que nos denominamos sana doctrina, pues algunos han caído en tratar temas más profundos o urgentes, y se ha dejado de lado este tipo de enseñanzas.

Personalmente soy de la idea de que hay que tener equilibrio, hay que predicar y enseñar temas trascendentes como el marxismo cultural infiltrado en la iglesia y su influencia en la sociedad, a tener una cosmovisión bíblica en política, la cultura, la economía, etc. Pero no por eso debemos dejar de lado los temas fundamentales espiritualmente hablando como este, la Santidad, y no cualquier tipo de santidad, sino la santidad suprema, la Santidad Divina.

¿Qué significa que DIOS es Santo?

¿Cómo influye esa santidad en Él y en sus criaturas?

¿En qué sentido DIOS es Santo?

¿Por qué es tan importante entender que DIOS ES SANTO?

La moral en el mundo de hoy es cada vez más deplorable, lo que nuestros abuelitos conseguían solo en la zona roja de las ciudades y a altas horas de la noche no se compara   en lo más mínimo con lo que pueden encontrar en internet los niños de primaria, además los  programas de televisión con escenas explicitas de contenido sexual, lenguaje cada vez más florido en los hogares, vestimentas sin dejar mucho a la imaginación  sin que afecte  o incomode a nadie, en pocas palabras la sociedad SE HA OLVIDADO DE LO QUE A DIOS LE AGRADA.

En pocas palabras hemos aprendido a vivir con la falta de santidad y no lo vemos como algo malo por el contrario lo malo ahora es lo normal en esta sociedad, todo por la falta de conocimiento de quien es DIOS.

 Sabemos que ser cristianos significa que hemos nacido de nuevo y que una persona nace de nuevo sólo una vez. Cuando el Espíritu Santo activa en nuestras almas la nueva vida en Cristo, El no detiene su obra. El continúa trabajando en nosotros para cambiamos a la imagen de Cristo.

A pesar de ser nacidos de nuevo, no pocos nos hemos preguntado como muchos incrédulos por el hecho de que vivimos en un mundo lleno de lamentos, un mundo plagado de maldad. ¿Cómo pudo un Dios Bueno y Santo crear un mundo que ahora se encuentra en este caos? Y si estudiamos el AT encontramos historias sobre Dios ordenando la muerte de mujeres y niños, de Dios matando instantáneamente a Uza por tocar el arca, y algunos otros relatos que parecían revelar un lado brutal del carácter de Dios.

Sin lugar a dudas, el concepto, la idea central que encontramos en la Escritura, es que Dios es Santo. Sin embargo, esa palabra muchas veces nos es extraña, no conocemos a fondo su significado. El tema de la santidad de Dios, estoy convencido, es una de las ideas más importantes con las cuales un cristiano debe lidiar. Es básica para nuestro entendimiento de Dios y del cristianismo.

La idea de la santidad es tan central a la enseñanza bíblica que se dice de Dios que: Santo es su nombre. Lucas 1:49. Su nombre es Santo porque Él es Santo. Él no siempre es tratado con reverencia santa. Su nombre es pisoteado con la suciedad de este mundo. Se usa como una palabra para maldecir y una plataforma para la obscenidad. El poco respeto que este mundo tiene por Dios, es vívidamente evidenciado por la manera en que el mundo usa su nombre.

No hay honra, no hay reverencia ni hay asombro delante de Él. Si yo le preguntara a un grupo de cristianos cuál es la principal prioridad de su iglesia, sé que tendría una amplia variedad de respuestas. Algunos me dirían evangelismo, otra acción social y otra nutrición espiritual. Pero para poder responder adecuadamente debemos de saber de cuáles fueron las prioridades de Jesús. Mateo 6:9-10.

La primera línea de la oración en el Padre nuestro, no es una petición. Es una forma personal de acercamiento. Con frecuencia confundimos las palabras Santificado sea tu nombre, con la parte del acercamiento como si las palabras fuesen Santo es tu nombre.

Si ése fuera el caso, las palabras serían meramente una designación de alabanza a Dios. Pero no es así como Jesús lo dijo, más bien se expresó como la primera petición. Nosotros deberíamos de orar que el nombre de Dios sea santificado. Que Dios sea considerado Santo en toda la extensión de la palabra. Si somos observadores, nos daremos cuenta que hay una especie de secuencia dentro de esta oración, es decir:

El reino de Dios nunca vendrá donde su nombre no sea considerado santo.

Su voluntad no se hace en la tierra como en el cielo, si aquí su nombre es profanado. En el cielo el nombre de Dios es santo. Es pronunciado por los ángeles con un susurro sagrado. El cielo es un lugar donde la reverencia por Dios es total. Es necio buscar el reino donde Dios no es reverenciado.

La manera en que entendemos la persona y el carácter de Dios el Padre afecta cada aspecto de nuestras vidas.

Afecta más de lo que nosotros normalmente llamamos el aspecto religioso de nuestras vidas. Si Dios es el Creador del universo entero, entonces Él es el Señor de todo el universo. Ninguna parte del mundo se escapa de su Señorío.  Esto significan que ninguna parte de mi vida debe estar fuera de su Señorío. Su carácter Santo tiene algo que decir acerca de la economía, la política, los deportes, el romance,  en general todo en lo cual estamos involucrados.

No podemos escaparnos de Dios. No hay lugar que nos pueda esconder de Él. El no sólo se adentra en cada aspecto de nuestras vidas, sino que se adentra en su majestuosa Santidad. Por eso tenemos que buscar entender qué es la Santidad. No podemos darnos el lujo de evadir este tema. No puede haber adoración y crecimiento espiritual ni verdadera obediencia sin ello.

Esto define nuestra meta como cristianos. Dios ha declarado: Sed santos porque yo soy santo. Levítico 11:44. Para alcanzar esa meta, tenemos que entender qué es la santidad. Permitiendo que la Santidad de Dios Toque Nuestras Vidas. Isaías 6:1-8.

La palabra Santo, proviene de la palabra hebrea qadôsh (קָדוישׁ, H6918), que significa, separado, puesto aparte o separado de uso común. Con respecto a Dios la palabra tiene dos significados muy importantes. 



a.    Dios es Trascendente sobre Su Creación. La palabra trascendencia significa ir más allá, levantarse sobre, o exceder. Como Creador, Dios está sobre Su creación y totalmente distinto de cada ser creado. La distinción entre Dios y el resto de Su creación no es meramente cuantitativa (lo mismo, pero más grande), sino cualitativa (Dios es un ser completamente diferente).

A pesar del  esplendor que pueda llegar a tener, todos los demás seres en la tierra y en los cielos son meras criaturas. Sólo Dios es Dios, separado, trascendente, e inaccesible. El más espléndido ángel que se encuentra en la presencia de Dios no es más como Dios que el más pequeño gusano que se arrastra sobre la tierra.

¡Dios es incomparable! La santidad es el preeminente atributo de Dios y la más grande verdad que podemos aprender acerca de Él. Dios es santo, todo lo que es y hace es una expresión de Su santidad.

b.    Dios es Trascendente sobre la Corrupción de Su Creación. La santidad de Dios significa que Él transciende la corrupción moral de Su creación y que está separado de todo lo que es profano y pecador. Dios no puede pecar, no puede gozarse del pecado, y no puede tener compañerismo con el pecado. Es imposible sobre exagerar la importancia de la santidad de Dios. Lo que entendemos acerca de este atributo influenciará cada aspecto de nuestra relación con Él. Salmo 111:9.

Es importante entender que la santidad de Dios como todos sus atributos es intrínseca o inherente (i.e. de adentro, esencial, parte de Su naturaleza). La santidad no es meramente algo que Dios decide ser o hacer, sino es esencial a Su misma naturaleza, Él es Santo. Dios tendría que dejar de ser Dios para no ser santo. Él tendría que negar Su propia naturaleza para hacer algo que no es santo. Isaías 57:15.

En las Escrituras, encontramos que la santidad de Dios es preeminente y trascendente. Es preeminente en que no hay otro atributo divino que con tanta frecuencia se mencione y se explique en las Escrituras. Es trascendente en que simplemente no hay ninguna comparación entre la santidad de Dios y aquella de cualquier otro ser o cosa. Isaías 6:3 y Apocalipsis 4:8.

En la literatura hebrea, la repetición se emplea para dar énfasis a lo que se declara. El hecho de que la santidad de Dios se declara tres veces [llamado el trihagion en el griego, tri = tres + hagios = santo] denota que Dios es absolutamente e infinitamente santo, no solamente tres veces santo.

Ningún otro atributo divino se proclama con tan grande énfasis. Nunca leemos en las Escrituras que Dios es amor, amor, amor, o misericordioso, misericordioso, misericordioso, pero si leemos que Él es Santo, Santo, Santo. La santidad de Dios es el fundamento de todo lo que Él es y hace. Si hay un atributo de Dios que simplemente no podemos sobre enfatizar, es Su santidad. Éxodo 15:11. 1ª Samuel 2:2.

La gran mayoría de los cristianos no entienden la gravedad del pecado y los pecados porque sencillamente ignoran lo trascendente de la santidad de DIOS. Job 15:15.

La santidad de Dios no solamente significa que Él es único entre toda Su creación, sino que Él está separado de todo lo que es profano y pecador. Dios no puede pecar, no puede gozarse del pecado, y no puede tener compañerismo con el pecado. No hay absolutamente ninguna posibilidad de que Dios pudiera ser tentado o que Su naturaleza pudiera ser contaminado. Él siempre permanece como es, Santo e Incorruptible. Salmo 5.4.  Job 34.10. Habacuc 1:13a. Santiago 1:13. 1ª Juan 1:5.

Para reflexionar sobre a santidad de Dios, responda estas preguntas:

1.    Cuando usted piensa en Dios como Santo, ¿qué viene a su mente?

2.    Describa alguna ocasión en la que usted haya sido conmovido por la Santidad de Dios.

3.    ¿Le atrae la Santidad de Dios?

4.    ¿Qué significa para usted ser santo?

 

miércoles, 28 de febrero de 2024

Sodoma y Gomorra Hoy 18: Restauración. 2ª Crónicas 7:13-14.

 El día de hoy llegamos al final de esta serie de enseñanzas bíblicas acerca del pecado de Sodoma y Gomorra en la actualidad, ya vimos, conforme a las Escrituras en Ezequiel 16:49-50 que el pecado de Sodoma no consistió solamente en la homosexualidad, fue mucho más, todo comenzó con la soberbia de creer que eran más sabios que Dios y dictaron sus propias leyes para regir su forma de vida, a esto le siguió la maldición de la abundancia lo cual provoco exceso de ociosidad y una falta de compasión para finalizar en la soberbia consumada, la cual es no solamente creerse más sabios que Dios, sino encima ser intolerantes con aquellos que no viven como ellos creen que es lo correcto.

 

Pero, aun a pesar de todo esto, con nuestro amoroso Señor y Dios, siempre hay lugar para el arrepentimiento, el cual comienza reconociendo la realidad, que se está obrando en contra de Su Ley y Voluntad, para lo cual es necesario indispensablemente el ser guiados por Su infalible Palabra, lo cual nos llevará a poner en orden nuestras prioridades, a redimir el tiempo, a tener una cultura de vida y a ser compasivos.

 

Pero, si esto no llega, el juicio entonces será inminente, así que la iglesia tendrá que anunciar fiel y valientemente el evangelio, manifestar y enseñar arrepentimiento, compartir el pan y proclamar, que aunque el juicio llegue, aun no es el fin, en algunas ocasiones todavía hay lugar para la restauración.

 

Aunque el Señor no está obligado a nada, y menos ante el pecado impenitente, en muchas ocasiones muestra su gracia al restaurar después de enviar su juicio.

 

Una sociedad que no se arrepiente de su mal andar, puede ser borrada de la faz de la tierra, como sucedió precisamente con Sodoma y Gomorra, que actualmente están sumergidas en el fonde de las aguas del mar muerto. Pero no son el único ejemplo, Babilonia nunca ha vuelto a reconstruirse por más personalidades celebres que ha tendí al frente como Sadam Hussein en el siglo XX, o Nínive que fue arrasada hasta sus cimientos y jamás ha sido levantada, son otros dos casos más que las Escrituras nos muestran de las consecuencias del juicio de Dios, que se pudo prevenir pues fue anunciado por los profetas.

 

Incluso podemos sumar a los ejemplos bíblicos, el ejemplo histórico del templo de Jerusalén, que después de ser una majestuosa obra de tiempos antiguos, hoy en día solo queda un tramo de muro en pie, pues como sabemos en el año 70 las tropas de Tito el general romano lo destruyeron por completo. Todo esto pudo evitarse, pues Dios siempre previene del juicio a los hombres por medio de sus profetas:

 

En la actualidad el profeta que debe proclamar el juicio venidero del Señor es la iglesia, basada siempre en las Escrituras, por eso su silencio la hace cómplice. 

Vive y permanece para siempre: Los predicadores y la predicación

 

El ejemplo de una ciudad que se arrepintió y pospuso el juicio sin duda es Nínive, que al escuchar el mensaje de parte del profeta Jonás, pusieron manos a la obra. Jonás 3.

 

El pueblo de Israel era perdonado por Dios en muchas ocasiones, siempre que ellos se volvían a Él en arrepentimiento. Jueces 6:1-10.

 

Hay un principio en la Escritura y es que si aprendemos del juicio y ahora sí, nos arrepentimos, el Señor nos llevará a restauración. 2ª Crónicas 7:13-14.

 

Es muy claro y simple, la humillación ante Dios, la oración, el buscar su rostro y su voluntad, todo lo cual nos lleve a la conversión, siempre tendrá un resultado: ser restaurados. El Señor que es bueno, escuchará el clamor por muy distinta que haya podido estar la sociedad de Él, entonces impartirá su perdón, y restaurará no solo a nivel espiritual, sino también el entorno que ha sido objeto de su juicio.

 

La restauración es el volver a su estado original, no a lo que a nosotros nos gusta o nuestra fantasía, sino a lo que Dios diseñó que fuera originalmente, y eso siempre es lo mejor. Nahúm 2.:2.

 

Los ejemplos bíblicos claros son Daniel, quien contempló el final de la cautividad babilónica de su pueblo, o el de Nehemías quien vio con sus propios ojos la restauración de los muros de Jerusalén, o el caso de los profetas como Isaías, Amós y Habacuc que anunciaron la restauración del pueblo sabiendo que no la iban a vivir en persona pero que aun así no tenían duda alguna de que sucedería.

 

Deberíamos seguir ese ejemplo. Deberíamos humillarnos y reconocer hasta que grado nuestros pecados han alejado nuestros caminos del Señor, anteponiendo nuestra voluntad a lo que Dios dice en Su Palabra. Deberíamos orar si el juicio es inevitable, para que el Señor nos guarde hasta que concluya.

 

Deberíamos buscar su rostro para saber qué es lo que debemos de hacer y como conducirnos en medio de una sociedad que, de forma cada vez más descarada se rebela más contra Él y que inevitablemente va a recibir su justo juicio. Deberíamos convertirnos de nuestros malos caminos y caminar por la senda de justicia que Dios ha trazado para nosotros.

 

Vivimos tiempos difíciles, más de lo que parecen ser, y sinceramente se ve lejos el que llegue un arrepentimiento que retrase o evite el juicio, ante esta situación, lo mejor que podemos hacer es aceptar la realidad y comportarnos conforme a ella. Habacuc 3:17-18.

 

La clave para poder vivir en estos tiempo difíciles es la Fe en Cristo. Habacuc 2:4.

 

 

 

 

 

 

miércoles, 21 de febrero de 2024

Sodoma Y Gomorra Hoy 17: Juicio Inminente. Génesis 19:10-29.

 Estamos por llegar al final de esta serie de enseñanzas, en las cuales nos hemos dado cuenta que nuestra sociedad está en un punto muy parecido a lo que provocó que Sodoma y Gomorra cayeran bajo el juicio divino, el papel que desarrolla la iglesia en esta situación es de gran importancia, no podemos quedarnos cruzados de brazos pensando en que de todos modos el mundo se va a acabar pronto, recordemos que cuando la iglesia no hace nada, cuando se queda callada y complaciente con la situación  a su alrededor, se vuelve cómplice del pecado.

 

La iglesia, la verdadera iglesia de Cristo está llamada a:

 

1.   Renovar las mentes correctamente.

a.    Anunciar el evangelio.

b.    Tomar las cosas en serio.

c.    Regresar a la senda antigua.

2.   Tener una buena mayordomía congregacional.

3.   No hacer distinción de personas.

4.   A realizar un fuerte compromiso.

 

Y una vez hecho esto, obviamente predicar el arrepentimiento, como lo hizo Jonás en Nínive, por si acaso Dios se vuelve de su ira santa y nos perdona al ver a toda una sociedad contrita, o al menos sean suficientes justos en ella para detener el castigo, si en Sodoma hubieran existido 10 justos eso hubiera pasado…pero no los hubo. A menos que haya una conversión, nos esperan tiempos difíciles, debemos estar preparados, porque se viene el juicio del Señor.

 

Aunque si nos ponemos a examinar detenidamente los acontecimientos actuales alrededor del mundo, nos daremos cuenta que hay atisbos del juicio divino por todos lados:

 

·         La guerra en Rusia lleva ya dos años.

·         La de medio oriente lleva décadas.

·         La hambruna en África es constante.

·         La pobreza en América latina es cada día más cruda.

·         La violencia en los países tercermundistas está a la orden del día.

·         Las catástrofes naturales, incendios, sequias, inundaciones, alrededor del mundo.

·         Los desplomes y colapsos financieros de los países primermundistas suceden a diario.

·         Las ridículas leyes progresistas defienden al que hace lo malo y castigan al bueno.

 

Y muchos, pero muchos ejemplos más, de la decadencia en la cual estamos inmersos, son la prueba, para aquellos que alcanzamos a ver más allá de nuestra nariz, de que Él Señor Dios Todopoderoso está anunciando su juicio venidero.

 

Podemos hacer oídos sordos al respecto, pero no cabe duda que el juicio del Señor está cada vez más cerca, a menos que haya un claro arrepentimiento, una conversión genuina, la sociedad en general está condenada a ser objeto del justo juicio del Señor.

Auto de Apertura a Juicio Oral - Rovira Llor

Pero no nos confundamos, para nada creemos que se aproxima un cataclismo o una catástrofe de proporciones épicas, tal como un cometa que destruirá la tierra, o inundaciones masivas, si algún predicador enseña eso, solo es sensacionalismo sacado de la ciencia ficción porque la Biblia no dice nada al respecto, más bien el juicio del Señor es dejar que nosotros mismos cabemos nuestra propia tumba.

 

El juicio venidero se trata principalmente en hundirnos cada vez más en las consecuencias de nuestra actitud impenitente. Levítico 20:22.

 

Las guerras son el producto del pecado del hombre al creerse superior a otros semejantes, las catástrofes naturales las acarreamos con nuestra mala mayordomía de la creación al sobre explotar los recursos por ejemplo, las hambrunas son el resultado del pecado de la indiferencia al clamor del prójimo, los desplomes financieros y la pobreza son fruto del pecado de avaricia y mala administración financiera, y así podemos seguir con todas y cada una de las maneras en que estamos acarreando el juicio del Señor.

 

¿Qué podemos hacer ante una situación como esta?

 

1.    Anunciar el evangelio. Romanos 10:14-15.

 

La sociedad necesita escuchar que el problema no es el calentamiento global, ni las elites poderosas manipulando todo, ni los reptilianos, ni el FMI, el problema al que nos enfrentamos es al pecado.

 

El corazón pecaminoso del ser humano es el que nos tiene en esta situación y solo el arrepentirnos creyendo en Cristo nos puede salvar.

 

2.    Manifestar arrepentimiento. 1ª Juan 1:6. No podemos predicar una cosa y vivir otra distinta, así que el siguiente paso es vivir una vida arrepentida, manifestar nuestro pesar y nuestro apego a lo que Dios dice, no podemos subirnos al mismo tren que la sociedad ha abordado, no podemos caer en la lujurio desenfrenada, ni en los robos, la indiferencia, el orgullo, ni nada por lo cual el juicio está por llegar a plenitud.

 

Si los que estamos llamados a ser luz somos tinieblas, entonces si se ha perdido toda esperanza. Mateo 6:23.

 

3.    Compartir el pan. Mateo 14:16. Nuestro Señor Jesucristo dejó en claro que no debemos esperar “que alguien más lo haga” o a que “llueva pan del cielo”, nosotros somos los que estamos llamados a compartir el pan con los necesitados, y como van las cosas, no serán pocos, para muchos nos será fácil, pues el hedonismo ha hecho mella también en el cristianismo y rara vez el compartir hace feliz a las personas egocéntricas.

 

Dentro de poco se verá la madurez de una iglesia no solo por la fidelidad a la sana doctrina, y una vida en santidad, también por el grado de desprendimiento que tenga.

 

4.    Proclamar arrepentimiento y esperanza. El punto 2 es manifestar arrepentimiento, este punto se refiere a proclamarlo, no será nada fácil, hay que “gritarle” a la sociedad que el juicio del Señor es inminente, que estamos cavando nuestra propia tumba, y como lo hemos visto en estas enseñanzas, eso pocas veces es bien recibido por las personas, a nadie nos gusta ser confrontados con la verdad, sobre todo cuando la verdad nos duele en el orgullo y la autosuficiencia. Pero también:

 

Debemos proclamar que hay Esperanza para los que se vuelven al Señor con un corazón arrepentido.

 

Conclusiones. No pretendemos ser alarmistas, ni exagerados, simplemente hacemos un diagnóstico sincero y basado en las Escrituras, y encontramos que el juicio divino sobre de nuestra sociedad impenitente está por llegar, si bien nuestro Dios es paciente y puede darnos muchos años más, generaciones talvez, no significa que podemos seguir así y nada malo nos acontecerá, hay mucho ejemplos bíblicos e históricos del o que estamos diciendo: Sodoma y Gomorra. Nínive. Babilonia. Egipto. Grecia. Roma. La Francia napoleónica.  La Alemania nazi. La URSS, etc.

 

El juicio se acerca, pero siempre hay oportunidad de la restauración posterior, ese será el tema final de esta serie de enseñanzas.

 

 

 

 

miércoles, 14 de febrero de 2024

Sodoma Y Gomorra Hoy16: El Papel de la Iglesia. 1ª Timoteo 6:12.

Nuestra sociedad, al igual que con Sodoma y Gomorra, está en una espiral descendente moral y espiritualmente hablando, pero no necesariamente tiene que seguir así, con Dios siempre hay oportunidad para el arrepentimiento de este lado de la eternidad, es por ello que aún estamos a tiempo de revertir lo que estamos haciendo mal, pero es necesario mucho valor para confrontar con la verdad a las personas, sobre todo porque no van a cambiar hasta que no caigan en la cuenta de que están obrando mal. 

 

Hay que hacer un llamado a la conversión, anunciando que de no hacerlo, de manera individual y colectiva, las consecuencias serán fatales. Debemos elegir entre ser políticamente correctos y así quedar bien con todos o ser valientes y quedar bien con Dios. Hay que amar la verdad, defender la verdad y proclamar la verdad de cualquier forma, a cualquier persona y a cualquier precio. Tenemos que ser un ejemplo, como lo fue el profeta Ezequiel en su tiempo, con su pueblo impenitente.

 

Hasta ahora hemos visto cual es nuestra labor como creyentes individuales, por así decirlo, falta entender cuál es nuestra labor como iglesia, pero primero debemos de entender que:

 

Cuando la iglesia no hace nada, cuando se queda callada y complaciente con la situación  a su alrededor, se vuelve cómplice del pecado.

 

¿Qué es lo que debemos de hacer para resistir frente  esta crisis moral que estamos viviendo? Son al menos los siguientes 4 puntos:

 

1.    Renovar las mentes correctamente. Lamentablemente en la actualidad son pocas las iglesias que se dan cuenta de como está la situación, o en el mejor de los casos dicen que es lo normal porque el mundo ya se va a acabar y Cristo está por regresar. No entienden que:

 

La primer y más importante labor de una iglesia local que piensa en pelear la batalla cultural, es prepararse correctamente. 1ª Timoteo 6:12.

 

La razón es sencillamente obvia, cuando la enseñanza es la adecuada, y está se pone en práctica, estaremos capacitados individualmente y como congregación para dar la correcta batalla, y de esa manera resistiremos los vientos contrarios. Mateo 7:24-25.

 

Por otro lado, cuando esto no sucede, cuando la iglesia se olvida de la sana doctrina y de enseñar Todo el consejo de Dios, y se enfocan solamente en temas teológicos, pero dejan de lado sus aplicaciones a lo cultural, social, económico, político, etc. O peor aún, cuando sus enseñanzas  son herejías, superación personal, prosperidad, humanismo con toques de cristianismo para sentirse bien y la mayor parte del tiempo escuchamos relatos de lo maravilloso que es el pastor y sus anécdotas narradas como aventuras personales, obviamente no vamos a estar capacitados para dar la buena batalla.

 

La predicación, las oraciones y las enseñanzas deben centrarse en:

a.    Anunciar el evangelio. Proclamar que Dios es infinitamente Santo, y que todos sin excepción somos pecadores necesitados de un salvador y que el único salvador eficaz es nuestro Señor Jesucristo. Hechos 4:11-12.

b.    Tomar las cosas enserio. Dejar las enseñanzas frívolas, superficiales, ligeras y cómicas y empezar a hacer el hincapié de manera incisiva y punzante en los temas relevantes a la batalla que tenemos enfrente.

c.    Regresar a la senda antigua. Dejar de predicar o enseñar lo que está de moda por ser pragmáticos y comenzar a enseñar lo que siempre se ha enseñado a lo largo de los siglos en la iglesia y que fue lo que cambió el mundo radicalmente, regresar a la senda antigua dice el profeta Jeremías 6:16, actualmente se nos dice ser conservadores fundamentalistas.

 

2.    Tener una buena mayordomía congregacional. Este punto lo vimos cuando hablamos de la compasión, debemos, como creyentes individuales y como iglesia, ser compasivos al grado de desprendernos para poder ayudar a los que lo necesitan, mostrar que no solo son palabras lo que decimos, sino que nuestros hechos las respaldan, podríamos añadir solamente, el destinar parte del presupuesto para la capacitación correcta de los obreros cristianos, de nada serviría tener un ejercito de millones, si pocos o ninguno tiene un arma en sus manos para pelear, de la misma manera:

 

De poco sirve ser muchos cristianos en la comunidad si no estamos capacitados para pelear la batalla cultural.

 

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3.    No hacer distinción de personas. Si vamos a predicar el evangelio, demostrando el amor incondicional de Dios, debemos de hacerlo siempre sin acepción de personas, ya que el Señor no lo hace, desaprueba rotundamente que nosotros si lo tomemos esa pésima decisión. Santiago 2:1-4.

 

Dejemos de pensar que si alguien famoso o importante se convierte es un gran avance, todos valemos igual delante del Señor.

 

Muchas iglesias se preocupan solo por orar y predicarle a la gente famosa, políticos, artistas, empresarios, deportistas de elite, como si fueran una clase especial de personas, cuando lo cierto es que delante del Señor todos valemos igual y además, el que un personaje influyente se convierta al Señor no garantiza que el Reino de Dios tendrá un gran avance, eso es confiar en nuestras habilidades humanos y quitar nuestra confianza del Señor y el medio que utiliza que es Su Palabra.

 

·         Moisés era un don nadie prófugo en el desierto.

·         David era un jovencito pastor de ovejas.

·         Pablo era un fariseo entre muchísimos que había en su época.

·         Pedro era un pescador sin estudios.

·         Lo mismo que Jacobo y Juan.

·         Lutero era un monje agustino sin relevancia alguna en el mundo.

 

Ellos y muchos personajes más, pasaron a ser influyentes después de ser llamados por Dios, no antes.1ª Samuel 15:17.

 

Además tenemos que entender que el punto numero 1, renovar correctamente nuestro entendimiento es fundamental, ya que de nada sirve que un políticos influyente se convierta al Señor, si su mente no es renovada, solo usará a Cristo para sus fines en lugar de dejarse usar para el Reino de Dios y lejos de traer cambios, solo será vergüenza para el Nombre de Cristo.

 

4.    Hacer un fuerte compromiso. Por ultimo pero no menos importante, la iglesia necesita día con día, hora tras hora, momento a momento, estar profundamente comprometida con su misión en esta tierra:

 

Necesitamos poner nuestro compromiso con Cristo y con su Reino por encima de todos los demás que tengamos.

 

No hablo de comprometernos con los planes de una iglesia o con el líder al frente, porque los planes pueden frustrarse y los lideres no somos eternos ni infalibles, debemos comprometernos con Cristo, con su causa, con su evangelio y con la expansión de su maravilloso Reino, capacitándonos siempre que nos sea posible para seguir adelante en esta ardua batalla. El apóstol pablo resaltó que nuestra lealtad con Dios debe estar por encima aún de lo que pudiera decir un ángel del cielo. Gálatas 1:6-9.

 

Nuestra relación diaria con Dios no es una parte más de nuestras vidas, ni siquiera es la parte más importante de ella, es nuestra vida misma. Colosenses 3:3.

 

Conclusiones. Ante la situación que atraviesa el mundo, y dada la magnitud de la batalla que tenemos enfrente , la iglesia debe de arrepentirse de todo aquello que hace, lo cual no necesariamente es malo, pero que es intrascendente y sobre todo, alejado de lo que el Señor nos encomendó realizar, ser sal y luz del mundo. Así que, necesitamos como iglesia de Cristo:

 

1.    Renovar las mentes correctamente.

a.    Anunciar el evangelio.

b.    Tomar las cosas enserio.

c.    Regresar a la senda antigua.

2.    Tener una buena mayordomía congregacional.

3.    No hacer distinción de personas.

4.    Hacer un fuerte compromiso con el Señor.

 

Y una vez hecho esto, obviamente predicar el arrepentimiento, como lo hizo Jonás en Nínive, por si acaso Dios se vuelve de su ira santa y nos perdona al ver a toda una sociedad contrita, o al menos sean suficientes justo en ella para detener el castigo, si en Sodoma hubieran existido 10 justos…pero no los hubo.

 

A menos que haya una conversión, nos esperan tiempos difíciles, debemos estar preparados, se viene el juicio, pero aun después del juicio, hay oportunidad para la restauración, esos serán nuestros dos últimos temas.  

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