domingo, 28 de diciembre de 2014

La Obra Del Espíritu 2: ¿Exalta Solo a Cristo? 1ª Juan 4:1-3.

La semana pasada comenzamos una mini-serie de enseñanzas basadas en la Palabra de DIOS que tienen como meta darnos la perspectiva bíblica acerca del cristianismo actual, pues hoy en día como ha sucedido desde el nacimiento de la iglesia cristiana los falsos maestros y los falsos profetas están arrastrando al infierno a multitudes de ingenuos que por no leer la biblia y basar sus enseñanzas solo en ella se dejan llevar por cualquier doctrina novedosa que se les presenta.

El cristianismo contemporáneo está plagado de:

·       Revelaciones extra bíblicas.
·       Milagros diversos pero confusos.
·       Sanidades varias pero dudosas.
·       Éxtasis religiosos.
·       Temblores y fuertes sacudimientos.
·       Caídas y desmayos “en el espíritu”.
·       Una nueva revelación del...
·       Auto proclamaciones ostentosas.
·       Doctrinas muy novedosas.
·       Y una muy larga lista.





Sin embargo nada de esto puede autentificar que sea una verdadera obra del Espíritu Santo pues son “frutos subjetivos”  y también los falsos maestros pueden obrar señales: Mateo 24:24.




El tema de los falsos maestros, profetas, apóstoles y hasta falsos cristos no es algo nuevo, desde tiempos de la iglesia primitiva se viene dando, tal es así que vemos varios pasajes de advertencia contra ellos:

·       Mateo 7:15.
·       Hechos 20:29-30.
·       2ª Pedro 2:1.
·       1ª Juan 4:1.

La primera carta de Juan se escribió casi 50 años después de la muerte y resurrección de Cristo y  al menos 20 años después de las cartas de Pablo, y ya desde ese entonces los falsos maestros presentaban una seria amenaza a la iglesia de Cristo.

Por este motivo el apóstol Juan inspirado por el Espíritu Santo delineo una estrategia mediante la cual los creyentes podamos diferenciar basados en la biblia entre la verdadera obra del Espíritu y la fraudulenta manipulación.


El capítulo 4 comienza diciéndonos que debemos de PROBAR  a los espíritus, la palabra griega para probar es dokimazo (δοκιμάζω, G1381) y significa poner a prueba  y se usa desde la antigüedad para referirse al proceso metalúrgico de los metales a fin de determinar su pureza y valor.

Los metales como el oro y la plata se probaban en el crisol, que es un horno, el calor intenso hace salir la escoria y la quema, de igual manera los cristianos debemos de evaluar los ministros y el mensaje que nos dan, eso es criticar o en otras palabras eso es DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS.

La primera prueba que toda enseñanza, avivamiento, profecía, mover debe de pasar es: ¿EXALTA SOLO A CRISTO? 1ª Juan 4:2-3.

La verdadera obra del Espíritu Santo es exaltar al verdadero Cristo, a diferencia de los falsos maestros y profetas que parece que solo les interesa promover su persona, su ministerio, su imagen, y que le dan un énfasis desmedido al mover, a las manifestaciones, a la unción, a los dones y a los milagros, lo que en realidad ha venido a hacer el Espíritu Santo es a exaltar y enfocarnos en la vida y obra de nuestro Señor Jesucristo.

Para entenderlo a fondo necesitamos entender el contexto en el cual fue escrita esta cita:

Una de las herejías más latentes en la época del apóstol Juan es aquella promovida por un hombre llamado Cerinto,  el enseñaba que el Jesús humano y el Cristo divino NO eran el mismo, que en todo caso la encarnación de Cristo solo había sido en apariencia, que Cristo jamás tuvo un cuerpo humano físico, se le llamaba docetismo pues la palabra griega doceta significa apariencia.

Se enseñaba que el cuerpo humano de Cristo a lo mucho solo era una ilusión, y por la fuerte influencia griega en el pensamiento de esa época, los griegos pensaban que lo espiritual era bueno y lo material era malo, por lo tanto si Jesús tenía un cuerpo material no podía ser el Hijo de Dios.

Esta doctrina herética  prontamente tomo mucha fuerza, al grado de que el mismo apóstol Juan tuvo que poner un remedio pertinente al escribir las palabras si confiesa que Jesucristo ha venido en carne es de DIOS.

El punto al cual el apóstol Juan nos lleva es inconfundible: Si alguien predica una versión falsa de Cristo esa persona se revela así misma como falso maestro y su ministerio no proviene de DIOS.

Una vez más podemos ver que la verdadera obra del Espíritu Santo siempre es conducirnos al Señor Jesucristo, en otras palabras cuando es el Espíritu Santo el que está obrando todo se resume en una persona: CRISTO.

Quieres conocer más a Cristo, deseas amarle más, adorarle, agradecerle por la obra en la cruz, deseas servirle, amas lo que El ama, piensas en Cristo de mañana tarde y noche, Cristo se vuelve tu entrar y tu salir, solo hablas de Cristo, predicas de Cristo, imitas a Cristo, el todo de nuestras vidas es Cristo, es más nuestra vida misma cambia de nombre, ahora nuestra vida es CRISTO.

Esta es una señal segura de que ese espíritu es el Espíritu de Dios». Por el contrario, aquellos ministerios que distraen a la gente de Cristo, o distorsionan la verdad de su naturaleza y su evangelio, o tratan de disminuir su gloria, ciertamente no están facultados por el Espíritu Santo, pues Él solo nos llevará a una persona: CRISTO.

El diablo busca torcer, confundir y ocultar la verdad acerca del Señor Jesús, quiere alejar la atención de las personas del Salvador por cualquier medio posible. Una verdadera obra del Espíritu hace exactamente lo contrario: apunta hacia el Cristo bíblico y afirma la verdad de su evangelio.

Una verdadera obra del Espíritu guía a las personas a Cristo. Juan 14:26 y Juan 16:14.

La obra del Espíritu siempre está enfocada en el Salvador. Y cualquier ministerio o movimiento al que él le da poder compartirá la misma prioridad y claridad.

En contraste lamentablemente con la enseñanza bíblica la gran mayoría de los movimientos cristianos de la actualidad y sobre todo los más renombrado o reconocidos   promueven las experiencias con El Espíritu, con los dones, con el mover, con la unción, lo cual no es malo en sí mismo, sin embargo esos y todo lo demás son asuntos secundarios el único tema que en realidad debe de llamar siempre nuestra atención es CRISTO Y SOLO CRISTO.

Como Steve Lawson observa acertadamente: «El deseo del Espíritu Santo es que nos centremos en Jesucristo, no en él mismo. Ese es el ministerio principal del Espíritu. Él nos está señalando a Jesús. Llevándonos a Cristo con mayor claridad. Cuando el Espíritu Santo se convierte en un fin en sí mismo, entonces hemos malentendido su ministerio»

En palabras de Kenneth D. Johns, un antiguo pentecostal, muchas iglesias carismáticas están centradas en el Espíritu en lugar de en Cristo.

Es muy fácil emborracharse de poder, obsesionarse con lo milagroso, tener fijaciones con lo sobrenatural y perder a Jesucristo de vista en el proceso.

El Espíritu obra en la iglesia para que los hombres puedan ver a Jesús como
Señor, reconozcan su autoridad y se sometan a su voluntad: 1 Corintios 12.3

Por lo tanto, una verdadera obra del Espíritu dirige a la gente en primer lugar y sobre todo a exaltar a Cristo como Señor soberano y a poner su atención y afecto en él. El Espíritu resulta más glorificado cuando honramos al Hijo.

Si pensamos que hay que darle honra y prioridad al ministerio del Espíritu Santo o si sientes que le estamos menospreciando al hablar solo de Cristo y no de él, es porque no estamos entendiendo a fondo, la mejor forma de Glorificar al Espíritu es obedeciéndole y él quiere que lo que hagamos sea exaltar y hablar solo de una persona: CRISTO.

El Espíritu Santo no solo dirige nuestra atención hacia el Señor Jesús, sino también nos conforma a la imagen de Cristo: Efesios 3.16–19.

Cuando los dones espirituales, el poder milagroso o las promesas de salud y riquezas se ponen en primer lugar y son el centro, el foco se dirige lejos de Jesucristo. Este tipo de desvío no es obra del Espíritu Santo.

Una verdadera obra del Espíritu afirma la verdad acerca de Cristo: JUAN 15:26.

El Señor Jesucristo es el tema de toda la Escritura Juan 5.39, y el Espíritu Santo usa la Palabra de Dios para señalarnos de manera directa la gloria de Jesucristo.

En conclusión podemos decir basados en la palabra de DIOS por medio del apóstol Juan que Cualquier ministerio o mensaje que no presenta a Jesucristo de una manera bíblica precisa no es una verdadera obra del Espíritu.

Si no pasa la  primera y todas las pruebas (aún faltan otras 4) entonces no importa que tan espiritual parezca, no importa que haga llover milagros, no importa cuántas personas lo crean, no importa que tan real se vea, no importa si es visión, sueño, don, unción, manifestación o algo sobrenatural, SI NO EXALTA POR SOBRE TODO A JESUCRISTO como lo dice la biblia,  entonces debemos de desecharlo.








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