miércoles, 10 de agosto de 2016

Cristología. Bloque A. La Persona De Jesucristo. Tema 13: Implicaciones de la unión hipostática. Cita. 1ª Juan 3:5.

En las últimas dos enseñanzas acerca de la unión hipostática quedo establecido por medio de la Escritura y basados en el credo calcedonio lo que es en si la unión hipostática: que es la unión de las dos naturalezas: la humana y la divina de forma perfecta, inconfundible, inmutable, indivisible e inseparable en la única persona de Jesucristo, el Verbo de DIOS encarnado.

Dicha unión no tiene punto de comparación ni hay analogía posible para mostrar su verdad, esta unión es un misterio como lo dice 1ª Timoteo 3:16, aunque ya quedo aclarado que la palabra misterio significa algo que solo DIOS revela cuando Él quiere y a quien Él quiere.

La ortodoxia de esta doctrina a través del tiempo (desde el concilio de calcedonia) nos dice que la unión hipostática es tanto necesaria (sin ella no hay plena salvación como ya lo entendimos) como indisoluble es decir la unión una vez comenzada en la concepción por el Espíritu santo de la virgen María nunca más se va a disolver.

El día de hoy, para cerrar las enseñanzas acerca de este tema en particular, veremos las implicaciones que tiene la Unión Hipostática, implicaciones tan importantes que sin unión hipostática definitivamente no hay cristianismo bíblico que se sostenga de pie.

La impecabilidad de Jesucristo.

Aunque la biblia nos dice claramente que Jesucristo fue al cien por ciento un ser humano, hay una gran excepción, él fue sin pecado y jamás cometió pecado alguno.

Hay quienes presentan objeción a esta importante doctrina, pues dicen que si fue un ser humano al 100% necesariamente tuvo que pecar algunas veces pues todos los humanos pecamos por la naturaleza pecaminosa con la cual hemos nacido.

Sin embargo, en Jesucristo hay una clara excepción y es su concepción y nacimiento, mientras que todos los seres humanos heredamos el pecado de adán en nuestra naturaleza, Jesucristo NO lo heredo pues su concepción fue milagrosa. Lucas 1:35.

Esta enseñanza es muy conocida como concepción inmaculada de nuestro Señor Jesucristo, lo cual significa que él nació limpio de la mancha del pecado original pues la forma en que fue concebido no fue la forma en que los demás seres humanos lo hacemos.

En el catolicismo romano, hay una enseñanza que no es bíblica, solo es tradición impuesta por el magisterio, la cual dice que aun la virgen María fue concebida de forma inmaculada, que de esa forma no se halló pecado nunca en ella y por lo tanto ella tampoco heredo el pecado original a Jesús, sin embargo, no hay ni una sola evidencia de que esto sea una realidad en toda la Escritura, ni siquiera en los libros deuterocanónicos (fuera del canon) ni los apócrifos (falsos).

Cuando hablamos de la impecabilidad de Cristo queremos decir que Él literalmente NO podía pecar, y esto es más que solo decir que él pudo permanecer sin pecar jamás, como si tuviera una gran resistencia al poder del pecado, la impecabilidad nos dice que Jesús literalmente NO puede pecar ni pecó jamás, pues DIOS no puede pecar o deja de ser el DIOS Santo, Santo, Santo de la Escritura:

·         2ª Timoteo 2:13.
·         Santiago 1:13.

El hombre natural puede pecar y puede ser tentado. Debido a la perfecta unión de las dos naturalezas, el Señor Jesucristo era tentable (podía ser tentado en su naturaleza humana), pero no pecable (debido a su naturaleza divina).

Desde luego, la tentación que el Señor pudo experimentar fue distinta a la que nosotros experimentamos. Nosotros somos tentados internamente: Santiago.1:13-15 y externamente: 1ª Corintios 7:5.

Las tentaciones externas vienen de satanás y las tentaciones internas, que son la gran mayoría, vienen de nuestra propia naturaleza carnal que se quedó acostumbrada al pecado.

La biblia es clara al demostrar que el Señor Jesucristo NO tuvo pecado heredado:

·         Lucas 1.35.
·         Mateo 1.20.
·         Juan 8:46.
·         2ª Corintios 5:21.
·         Hebreos 4:15.
·         Hebreos 7:26.
·         1ª Pedro 2:22.
·         1ª Juan 3:5.

Esto quiere decir que Jesucristo solo podía ser tentado EXTERNAMENTE, pues en lo interno no tenía ni tiene pecado alguno, por otro lado, nuestras tentaciones son controladas por DIOS para que no seamos destruidos por ellas: 1ª Corintios 10.13.

En cambio, las tentaciones que Jesús experimento en su naturaleza humana, cayeron sobre de Él con toda la fuerza del maligno: Mateo 4:1-12. Las tentaciones que Jesús recibió fueron del grado de su persona Teantrópica (DIOS-Hombre):

·         Convertir piedras en pan.
·         Dejarse caer desde lo alto y ser rescatado por sus ángeles.
·         Asumir el control del mundo aparte del plan perfecto de redención.

Son tentaciones que solo DIOS-Hombre puede tener.

Pero, hay quienes se preguntan si Jesús literalmente NO podía cometer ningún pecado entonces, ¿Su tentación fue real? Y usan este argumento para oponerse a la doctrina de la impecabilidad de Jesucristo.

Una vez más, la doctrina de la unión hipostática sustenta los argumentos, pues claramente vemos en la Escritura que Jesús, su naturaleza humana fue tentada, sin embargo, la naturaleza divina que subsiste en la misma persona de Jesucristo le lleva a NO poder pecar, al igual que con los milagros realizados, se da por la comunicación de atributos.

Además, El testimonio bíblico está en contra de tal suposición. Jesucristo experimentó la tentación con tal intensidad que la angustia que le hizo sudar sangre. Lucas 22:44.

El Getsemaní es la mejor evidencia de la realidad de la tentación del Señor. Allí se ve un conflicto entre lo que era su deseo y lo que era su voluntad. Su deseo fue evitar la cruz por razón de la separación con el Padre, pero su voluntad fue hacer la voluntad del Padre.

¿Por qué es tan importante la impecabilidad de nuestro Señor Jesucristo? Porque sencillamente sin ella NO hay salvación. 
1ª Pedro 1:18-19.



La impecabilidad de Cristo no es simplemente un atributo personal, característico de su naturaleza humana tanto como de su naturaleza divina, sino que es uno absolutamente indispensable para la expiación que obró en la cruz del Calvario. A la práctica de esta impecabilidad durante su vida terrenal al obedecer perfectamente la santa ley de Dios se le llama su «obediencia activa». Esto no implica otra expiación, sino que su vida perfecta
fue necesaria para que ofreciera un sacrificio perfecto. 1ª Juan 4:10.

Por último, pero no menos importante, tiene una poderosa implicación práctica en nuestros días y es el oportuno socorro cuando nosotros, sus hijos somos tentado o estamos pasando por periodos de fuerte tentación. Hebreos 2:18.

no me refiero solamente a ser tentados en los pecados en las que la carne se quedó acostumbrada a andar, me refiero a la más común de las tentaciones de los cristianos: el pecado de la incredulidad que se traduce en desaliento, desánimo y falta de interés en las cosas de DIOS como congregarnos, leer la biblia, orar, adorar, etc.

El mismo Cristo que venció las tentaciones, y no cualesquiera tentaciones, es el que viven en nosotros y somos uno con él a nivel espiritual, dejemos que el brille, que él salga, que él viva por medio de nosotros.


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