lunes, 2 de febrero de 2015

La Obra Del Espíritu 6: Produce Amor. 1ª Corintios 13: 1-2.

Saber diferenciar entre la verdadera obra del Espíritu Santo y las muchas falsificaciones basadas en las emociones que se le están achacando a Él, es muy importante para un cristiano, sobre todo en estos días tan fuertes que está atravesando la iglesia de Cristo, saturada de apostasía y falsos maestros por todos lados.

Sin embargo esto no es nada nuevo ni mucho menos le sorprende a nuestro Soberano DIOS, su palabra está llena de advertencias de que esto sucedería:

·         Mateo 24:24.
·         2ª Corintios 11:13-14.
·         2ª Pedro 2:1.
·         1ª Juan 4:1.


¿Cómo saber si una obra es genuina del Espíritu Santo o no? La misma palabra se convierte en nuestra guía a seguir en estos casos, en 1ª Juan 4:1-8 encontramos la más fiel guía para estos casos, son de acuerdo a la palabra 5 las pruebas de autenticidad, las primeras cuatro son:

·         Debe de llevarnos a Cristo.
·         Debe de llevarnos a las Escrituras.
·         Debe de oponerse a lo mundano.
·         Debe de comprometerse con la sana doctrina.

La quinta y última prueba conforme a la escritura es que DEBE DE PRODUCIR AMOR A DIOS Y A LOS DEMÁS. 1ª Juan 4:7-8.

Cuando el apóstol Pablo le escribe su primera carta a la iglesia de Corinto, entre los capítulos 12  y 14 que son los que más luz arrojan en todo el nuevo testamento acerca de los dones y el mover del Espíritu Santo, DIOS lo lleva a escribir acerca de un camino mejor: el amor. 1ª Corintios 12:31 y 13:1-2.

El amor es parte del fruto del Espíritu no es un don, y Jesús dijo que por el fruto seremos conocidos no por los dones.

La  verdadera obra del Espíritu santo debe en primer lugar producir en nosotros amor por DIOS y la adoración es una expresión de amor hacia DIOS, y por lo tanto involucra tanto los sentimientos como el intelecto, el decir que debemos de hacer a un lado nuestra razón cuando vamos a adorar a DIOS es falso y anti bíblico: Mateo 22:37-38.

Sin embargo no debemos jamás confundir la adoración de manera bíblica con la mera expresión emocional que se da en algunos cultos contemporáneos, la adoración debe de llevar de la mano siempre obediencia a DIOS de lo contrario no es adoración: Juan 14:15.
Hoy en día en muchas iglesias se promueve solo la emoción, y la gente sale de las congregaciones pensando  o  sintiéndose más espiritual porque sus emociones se incrementaron durante el culto, pero al salir de la congregación se vuelven al molde del mundo, no controlan sus lenguas (aunque en la iglesia hablaron en lenguas) tienen problemas en el trabajo, con los vecinos, son adúlteros, fornicarios, etc.

Una adoración que solo involucra los sentimientos pero que no involucra la voluntad en obediencia solo es una adoración superficial.

Muchos ministerios modernos están más interesados en el juego de luces, el equipo de audio de vanguardia, en músicos (no ministros) excelentes y en que las emociones sean manipuladas a su máxima expresión y a eso le llaman adoración, hay algunos que hasta se atreven a decirte durante el  culto que “desconectes tu intelecto” que no trates de racionalizarlo todo que ese es un espíritu griego o de la razón, cómo si nosotros pudiéramos frenar el mover del Espíritu  al usar nuestro pensamiento.

Amar y obedecer a DIOS es algo inseparable, pues no solo es emocional, debe de ser con nuestras convicciones, y nosotros le amamos porque Él nos amó primero: 1ª Juan 4:19.

Muchos afirman que si promueven el amor a DIOS sin embargo lo hacen a la misma forma que algunos padres promueven el amor en los niños por los reyes magos: solo por lo que les dan.

El amor que le tenemos a DIOS es por quién en él, no por lo que nos da, ya dio todo lo que necesitábamos al enviar a Cristo a morir en nuestro lugar, lo demás que nos llegare a dar solo es gracia sobre gracia, sin embargo el amor de un cristiano maduro debe de llegar a ser totalmente desinteresado de sus bendiciones, si DIOS da ALABADO SEA SU NOMBRE, si DIOS no nos da, ALABADO SEA SU NOMBRE y si DIOS nos quita ALABADO SEA SU NOMBRE. Habacuc 3:17-19.

La consecuencia inmediata de amar a nuestro DIOS (y obedecerlo) es amar a nuestros semejantes. Mateo 22:39-40.

Sin embargo y de manera lamentable aún dentro de las mismas congregaciones hay chismes, pleitos, enojos, un grupo no se lleva bien con otro, no se hablan entre hermanos o si hablan es mal de ellos, pero cómo se siente muy bonito  en la adoración piensan que entonces están en lo correcto.

Piensan que por que fluye mucho el Espíritu, o porque en su iglesia hay milagros y maravillas a diario entonces están exentos de amar a los demás, tal cual hacían los cristianos de la iglesia de corinto muchos hacen así hoy.

El amor fraternal se ha sustituido por mera convivencia, el dar la vida por lo demás ya no se hace desinteresadamente y que decir de aquellos que son difíciles de amar, mejor son relegados de las congregaciones (a menos que aporten en algún área, eso los hace más tolerables).

Una iglesia donde verdaderamente se está moviendo el Espíritu Santo es una iglesia donde el amor entre hermanos fluye libremente: 1ª Juan 4:20-21.

Si el movimiento es de un gran “mover” pero en ese movimiento no hay un amor genuino por las almas, entonces no es del Espíritu Santo,  no es lo mismo estar unidos por un fin común que amarse los unos a los otros.

No Todo Lo Que Brilla Es Oro.

Deseo concluir esta serie de enseñanzas  aplicando el buen refrán por muchos conocido: no todo lo que brilla es oro.

No debemos dejarnos guiar por iglesias, movimientos cristianos o pseudo-maestros, etc. Que si bien tiene prodigios, señales, milagros, no tienen a Cristo en sus vidas, y prueba de ello es que sus enseñanzas tratan de todo menos de los 5 puntos esenciales conforme a las escrituras para saber si su obra es del Espíritu Santo:

·         No hablan de Cristo.
·         No se oponen a lo mundano (ya no dicen nada de la 2ª venida de Cristo).
·         No nos llevan a las escrituras.
·         No se preocupan por la sana doctrina.
·         No promueven amor genuino por DIOS y los demás.

Nunca debemos dejarnos guiar por el misticismo, el cual es la actitud de buscar más, nuevas revelaciones, nuevo nivel de unción, nuevas olas de poder, ni nada parecido, con Cristo y su palabra es más que suficiente.

A la gente      que predicamos de la sana doctrina nos tachan de divisivos e intolerantes, sin embargo como bien decían algunos reformadores: es preferible estar separados por la verdad que permanecer unido por el error.

De la misma manera que un niño debe evitar los fósforos, los creyentes deben permanecer lejos del fuego extraño de la adoración y las prácticas inaceptables de los falsos ministerios cristianos. En el mejor de los casos, esto representa la confusión de Corinto que Pablo corrigió. En el peor, se trata de las herejías destructoras de los falsos maestros. Filipenses 3:18-19.


Los verdaderos creyentes deben evitar estos fraudes espirituales a toda costa. Como el apóstol Juan advirtió en 2ª Juan 7–11.

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