La soberanía de DIOS como lo vimos la semana pasada
está basada en su supremacía, DIOS ejerce esa supremacía al diseñar y controlar
totalmente el universo que el creo por su buena, agradable y perfecta voluntad,
todo esto para su propia Gloria.
Los acontecimientos que parecieran estar fuera del control de DIOS,
como por ejemplo la aprobación por el tribunal supremo de justicia en Estado Unidos del
matrimonio homosexual, en realidad NO lo están,
DIOS es soberano, ni siquiera un átomo anda libre en el universo o
dejaría de ser Soberano, NO ha pasado nada que DIOS no tenga planeado perfectamente
para su Gloria.
Esto nos lleva a preguntarnos ¿Qué hay del libre
albedrío? ¿Cómo actúa la Soberanía de DIOS sobre el libre albedrío? ¿Somos
títeres, robots o marionetas al antojo de DIOS?
Primero debemos definir lo que es el libre albedrío, y
por principio de cuentas debemos saber que tanto la palabra como el concepto NO
están en la biblia por ningún lado, es un término filosófico basado en el
humanismo solamente.
Libre
albedrío: Es la habilidad que tiene cada individuo de tomar sus propias decisiones,
y más en específico la decisión de creer o no creer en Jesucristo como su
salvador personal.
En otras palabras nos dice que tenemos en nosotros mismos la capacidad
de elegir o rechazar a Cristo. (Es lo que Erasmo de Rotterdam proponía en la
época de la reforma).
Sin embargo, los seres humanos solo podemos escoger lo que nuestra
naturaleza nos permite escoger, así los seres no regenerados o de naturaleza
totalmente depravada solo se inclinaran a lo malo. Génesis 2.17. Romanos 5:12. Romanos
6:17 y 1ª Corintios 2:14. Ejemplo del buitre y la paloma.
NO HAY TAL
COSA COMO UN LIBRE ALBEDRÍO GENUINO, DE SER POSIBLE QUE LOS HOMBRE PUDIERAN
HACER LO BUENO A LOS OJOS DE DIOS ENTONCES POR DEMÁS ESTUVO QUE CRISTO MURIERA
EN LA CRUZ, ENTONCES NO ESTÁBAMOS TAN PERDIDOS Y ENTONCES DIOS SE HABRÍA
EQUIVOCADO.
Lo que si nos dice la biblia es que tenemos voluntad, no tanto así
libertad, y somos responsables moralmente del ejercicio de nuestra voluntad,
DIOS es soberano y nosotros somos responsables.
¿Qué es la voluntad humana? La
capacidad de elegir entre dos o más opciones, sin embargo como ya lo vimos esa
capacidad no es libre, está influenciada por la marca del pecado en los que no
son salvos y por el Espíritu Santo en los hijos De DIOS.
La voluntad
humana NADA tiene que ver en la salvación, las decisiones al respecto las toma
solo DIOS: Filipenses 2:13. Juan 6.44 y 65. Juan 15.16.
En la soberanía de DIOS aun las obras pecaminosas son parte de sus
planes perfectos (nada se le escapa a DIOS) son previstas y permitidas no por
limitaciones de DIOS (ya vimos que es Omnisciente, Omnipresente y Omnipotente) sino porque tienen un propósito específico,
además son dirigidas y controladas de modo que redundan en la gloria de DIOS.
Pero si la voluntad del hombre natural no es
libre, ¿significa entonces que no es responsable por sus hechos? ¿Acaso Dios no
puede inculparle por su orgullo, rebeldía e incredulidad?
Podemos
resumir la enseñanza bíblica sobre este asunto con lo siguiente:
1. Dios es enteramente
soberano. En todo sentido, sobre todas las cosas, incluso sobre la voluntad
humana. Pero la soberanía de Dios no quita ni disminuye en forma alguna la
responsabilidad humana.
2.
Los hombres son completamente responsables; son responsables por sus hechos,
son responsables de obedecer, de creer, de hacer la voluntad de Dios, responsables
por todo lo que hacen. Pero en ningún sentido la responsabilidad humana quita o
disminuye la soberanía de Dios.
3.
No existe contradicción alguna entre estas dos verdades Hechos 2:23, Lucas 22:22, Hechos 4:24-28. Pablo en Romanos.9:11-24 da una exposición de
las dos cosas.
En Génesis 20:6 leemos: "Y le dijo Dios en sueños: Yo también sé que con
integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra
mí, y así no te permití que la tocases."
Aquí tenemos un caso claro en donde Dios
detuvo a Abimelec de pecar, impidiendo que hiciera lo que de sí mismo hubiera
hecho. Si Dios puede hacer esto, mucha gente se pregunta, ¿Por qué entonces no
detuvo a Adán de pecar? ¿Por qué no detuvo a Satanás?
De todos los atributos de DIOS –aseidad, inmutabilidad, eternidad,
omnipresencia, unidad, amor, santidad, ira, etc.- hay algunos que son
imposibles mostrar sin la presencia del pecado: SU MISERICORDIA Y SU GRACIA.
Por este motivo, como lo hemos mencionado muchas veces anteriormente, la
desobediencia y transgresión del hombre en el Edén No sorprendió a DIOS en lo
absoluto, sus preguntas posteriores solo fueron preguntas retoricas, ¿Dónde
estás? ¿Qué hiciste? ¿Quién te enseño que estabas desnudo? Fueron para sacar a
la luz la falla de Adán.
Entonces, ¿El pecado de Adán, DIOS lo planeo de antemano? O al menos
¿Podía detenerlo? Por supuesto que sí,
de lo contrario no sería soberano absoluto del universo como ya entendimos.
Por lo tanto aun las obras pecaminosas de los hombres están incluidas en
el plan perfecto de DIOS, y son siempre controladas para redundar en el bien: Génesis 50:20.
Que DIOS
sea soberano no significa que los seres humanos somos como marionetas en sus
manos, eso restaría la importancia a la RESPONSABILIDAD DE
NUESTRAS ACCIONES.
¿DIOS es el
autor o el que incita al hombre al pecado entonces? NO. Para
entenderlo bien veamos el caso más famoso en la biblia con respecto a este
tema: Faraón y su endurecido corazón. Éxodo
7.2-5.
La Biblia enseña claramente
que Dios endureció, efectivamente, el corazón de Faraón. Ahora bien, sabemos
que Dios hizo esto para su propia gloria y como señal tanto a Israel como a
Egipto. Sabemos que el propósito de Dios en todo esto era un propósito redentor.
Pero nos queda aún un
difícil problema. Dios endureció el corazón de Faraón y después juzgó a Faraón
por su pecado. ¿Cómo puede hacer Dios responsable a Faraón o a cualquier otro
de un pecado que fluye de un corazón que Dios mismo ha endurecido?
Nuestra respuesta a esa
pregunta depende de cómo entendemos el acto de endurecimiento por parte de
Dios. ¿Cómo endureció el corazón de Faraón? La Biblia no responde a esa
pregunta explícitamente. Al pensar acerca de ello, nos damos cuenta que,
básicamente, sólo hay dos maneras en que podía haber endurecido el corazón de
Faraón: activa o pasivamente.
Un endurecimiento activo
implicaría la intervención directa de Dios en el interior del corazón de
Faraón. Dios se entremetería en el corazón de Faraón y crearía nueva maldad en
él. Esto ciertamente garantizaría que Faraón produciría el resultado deseado
por Dios. También garantizaría que Dios es el autor del pecado.
El endurecimiento pasivo es
totalmente otra historia. El endurecimiento pasivo implica un juicio divino
sobre el pecado que ya está presente. Lo único que Dios necesita hacer para
endurecer el corazón de una persona cuyo corazón ya es perverso es
"entregarle a su pecado". Encontramos este concepto del juicio divino
repetidamente en la Escritura.
¿Cómo funciona esto? Para
entenderlo adecuadamente debemos considerar primero brevemente otro concepto,
el de la gracia común (General) de Dios.
Esto se refiere a esa gracia de Dios que todos los hombres gozan en común. La
lluvia que refresca la tierra y riega nuestras cosechas cae igualmente sobre
justos e injustos. Los injustos, ciertamente, no merecen tales beneficios, pero
gozan de ellos igualmente. Así ocurre con el Sol y los arco iris. Nuestro mundo
es un escenario de gracia común. Mateo
5:45.
Uno de los elementos más
importantes de la gracia común que gozamos es el refrenamiento del mal en el
mundo. Ese refrenamiento fluye de muchas fuentes. El mal es refrenado por los
policías, las leyes, la opinión pública, el equilibrio de poder, etc. Ro. 13.
Aunque el mundo en que
vivimos está lleno de maldad, no es tan perverso como podría ser. Dios utiliza
los medios mencionados anteriormente, al igual que otros medios para mantener
controlado el mal. Por su gracia, controla y refrena la cantidad de maldad en
este mundo. Si se dejase al mal totalmente descontrolado, entonces la vida en
este planeta sería imposible.
Lo único que Dios tiene que
hacer para endurecer los corazones de las personas es quitar los frenos. Les da
más libertad de acción. En lugar de refrenar su libertad humana, la incrementa.
Les deja seguir su propio camino. En un sentido, les da la soga con que
ahorcarse. No es que Dios ponga su mano en ellos para crear nueva maldad en sus
corazones; meramente, su santa mano deja de refrenarlos y les permite hacer su
propia voluntad.
Si hubiéramos de determinar
cuáles son los hombres más crueles y diabólicos de la historia humana, ciertos
nombres aparecerían en la lista de casi todos. Veríamos los nombres de Hitler,
Nerón, Stalin y otros que han sido culpables de masacres y otras atrocidades.
¿Qué tienen esas personas en común? Fueron todos dictadores. Todos tenían,
virtualmente, un poder y autoridad ilimitados dentro de la esfera de sus
dominios.
¿Por qué decimos que el
poder corrompe y que el poder absoluto corrompe absolutamente? (Sabemos que
esto no se refiere a Dios, sino sólo al poder y la corrupción de los hombres.)
El poder corrompe, precisamente, porque eleva a una persona por encima de los
frenos normales que restringen al resto de nosotros.
Faraón era el hombre más
poderoso del mundo cuando Moisés fue a verle. Casi el único freno que había
contra la perversidad de Faraón era el Santo brazo de Dios. Lo único que Dios
tenía que hacer para endurecer más a Faraón era quitar su brazo. Las malvadas
tendencias de Faraón hicieron el resto. En el acto del endurecimiento pasivo,
Dios toma la decisión de quitar los frenos; la parte perversa del proceso es
realizada por Faraón mismo. Dios no hace violencia a la voluntad de Faraón.
Como hemos dicho, simplemente le da a Faraón más libertad.
Vemos el mismo tipo de cosa
en el caso de Judas, Judas no fue una pobre víctima inocente de la manipulación
divina. No era un hombre justo a quien Dios forzó a traicionar a Cristo y
después lo castigó por la traición. Judas traicionó a Cristo porque quería
treinta monedas de plata. Como declara la Escritura, Judas era el hijo de
perdición desde el principio. Sin duda, Dios utiliza las malvadas tendencias y
las malvadas intenciones de los hombres caídos para llevar a cabo sus propios
propósitos redentores.
Sin Judas no hay cruz. Sin
la cruz no hay redención. Este no es un caso en que Dios fuerza la maldad. Por
el contrario, es un caso glorioso del triunfo redentor de Dios sobre la maldad.
Los deseos malvados de los corazones de los hombres no pueden frustrar la
soberanía de Dios. En realidad, están sujetos a la misma.
Así ocurrió con Faraón.
Mediante este acto de juicio, Dios no manchó su propia justicia creando nueva
maldad en el corazón de Faraón. Él estableció su propia justicia castigando la
maldad que ya había en Faraón.
Pero Romanos 9.20-23. Nos dice que DIOS ha creado “vasos de ira” y “vasos
de honra” Suena
a que Dios está haciendo pecadores a los hombres activamente.
Pero el texto no demanda eso. Él hace vasos
de ira y vasos de honra de la misma masa de barro. Pero si observamos
atentamente el texto, veremos que el barro con que trabaja el alfarero es un
barro "caído".
Regresando al ejemplo que dio pie a esta
enseñanza, DIOS es soberano aún en la decisión de aprobar el matrimonio
homosexual en Estado Unidos, pero Él no
fue el autor ni incito o creó ese pecado en el corazón de los hombres,
simplemente ese pecado ya estaba presente en ellos y DIOS solo le “quito el freno” a ese pecado.
Siguen siendo responsables y culpables del
pecado, y DIOS sigue siendo soberano, Justo y Santo, lo más maravilloso aquí es
cuando DIOS decide llamarnos él pasa por
alto ese pecado y aún más, nos hace nacer de nuevo por su propia voluntad, y si
no fuera porque DIOS es soberano y cumple todo lo que se propone también
nosotros le rechazaríamos.
La soberanía de DIOS es importante no solo
porque hace añicos el concepto del libre albedrío, aún más, si DIOS no fuera
soberano, nosotros no seríamos sus hijos.
Hoy más que nunca debemos decir GRACIAS DIOS POR SU SOBERANÍA EN EL
UNIVERSO.
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