lunes, 19 de septiembre de 2016

Esclavos De Cristo 11: En Compañía Del Rey de Reyes. Romanos 8.38-39.

Desde hace un par de meses a la fecha que comenzamos con el estudio de la serie de enseñanzas bíblicas titulas: Esclavos de Cristo, hemos aprendido que todos los seres humanos somos esclavos, ya sea del pecado o de Cristo, la falsa enseñanza del libre albedrío en la salvación solo le roba Gloria al Señor que nos compró a precio de sangre en la cruz del calvario.

En las dos últimas enseñanzas vimos basados en Juan 15:15 que, a sus esclavos, el Señor también los llama sus amigos, y que el ser amigo de Cristo es una relación basada en la comunicación, en otras palabras, la oración es básica en nuestra relación con Cristo y aquellos que no oran al Rey de la gloria no ha de sorprenderles que sientan a Cristo como alguien lejano, pues no puedes amar a quien no conoces.

El día de hoy seguiremos viendo los grandes beneficios que como esclavos de Cristo tenemos, pues recordemos que, en la cultura grecorromana, la calidad de vida del esclavo dependía en su mayoría al tipo de amo que tenían, así si el dueño era cruel y despiadado trataba de manera inhumana a sus esclavos, si, por el contrario, el amo era amable y cariñoso llegaba la grado de considerar como un miembro más de la familia a alguno de sus esclavos.

Lamentablemente la mentalidad modernista y humanista nos hacen ver la esclavitud para con Cristo como algo malo, como algo que no debería de ser así, que nosotros no deberíamos de llamarnos esclavos, pues eso implica que no somos nuestros propios dueños.

Las personas NO entienden y les molestan o entristecen las Verdades eternas, es difícil para los no creyentes el imaginarse como esclavos de alguien, así ese alguien sea DIOS mismo, es algo ofensivo que hiere la sensibilidad de quienes están en contra, por ello decirles que DIOS nos quiere como Esclavos de Cristo es inaceptable.

Sin embargo, la realidad bíblica de ser esclavos de Cristo es maravillosa, es de hecho la bendición más grande que pudimos haber recibido de parte de DIOS, nuestro nuevo dueño:

1.    No solo es bondadoso, es la norma de bondad misma. Juan 10:11.

¿Quién nos va a tratar mejor que la bondad personalizada? Eso es sencillamente imposible, así como los esclavos grecorromanos rogaban por tener al mejor y más bondadoso amo, nosotros SIN SER MERECEDORES lo tenemos.

Nuestro nuevo dueño, es tan bondadoso, que su vida puso por sus ovejas, que su vida dio en la cruz por sus esclavos, esto es algo inaudito en todas las culturas, pero no para nuestro bondadoso Dueño.

2.    Su carácter para tratarnos es perfecto.

No estamos en la incertidumbre si algún día cambiará de opinión y nos comience a tratar con desdén y desprecio, no tenemos temor de que un día nos deseche de su lado, no tenemos temor a ser castigados, pues todo el castigo LO LLEVÓ ÉL MISMO sobre la Cruz

3.    Su poder para preservarnos es incomparable. Romanos 8:28-39.

Este aspecto era tan entendido por el apóstol a los gentiles, que inspirado por el Espíritu escribió los versos citados, simplemente no hay poder alguno en el universo que nos pueda separar de nuestro dueño, esto es alentador, pues si nuestro antiguo dueño, el pecado, pudiera llevarnos nuevamente con él, sería lo más catastrófico en nuestras vidas.

Significaría que perdimos nuestra posición en Cristo y por consecuencia nuestra salvación y vida eterna, pero esto nunca pasará, pues no hay poder que siquiera se acerque al de nuestro amo, ni el diablo, ni la muerte, ni el pecado, ni nosotros mismos.

4.    Su sabiduría es infinita, sabe siempre lo que más nos conviene. Romanos 12:2.

Él sabe lo que es mejor para nosotros, siempre, pues su voluntad no es arbitraria, ni caprichosa, sino buena, agradable y perfecta, por lo tanto, si estamos en el valle de sombra de muerte, es porque él sabe que es eso lo que más nos conviene, pues así aprendemos a depender única y exclusivamente de él.

5.    Su amor es completamente incondicional. 1ª Juan 4.16.

A diferencia de los seres humanos, que somos volubles, nuestro Señor Jesucristo no lo es, Él nos ama pase lo que pase, hagamos lo que hagamos y, es más, Él ya sabía cómo éramos desde antes de siquiera naciéramos y aun así decidió amarnos desde la eternidad pasada.

Por eso no hay nada que podamos hacer para que Él nos deje de amar, nuestro comportamiento no define su amor, aunque eso no significa que tenemos pase libre para pecar, por el contrario, al ser tan amados lo primero que viene al corazón de sus esclavos es corresponder ese amor con obediencia a su Palabra.



Ya que Cristo es nuestro amo y Señor, podemos confiar en él plenamente en que va a cuidar de nosotros como su propiedad exclusiva, él cuidará de nosotros en cada situación de la vida, eso incluye por supuesto las circunstancias más difíciles, él proveerá lo que necesitamos para seguirle siendo fieles, pues por supuesto que eso también viene de DIOS y no de nosotros:

·         2ª corintios 9.8.
·         Filipenses 4:19.
·         Hebreos 13.5-6.
·         Salmo 23:1-4.

En la cultura grecorromana, los esclavos se sentían aliviados pues a diferencia de muchos otros, tenían asegurada la comida diaria y un lugar caliente y digno para dormir, pero para nosotros los esclavos de Cristo es importante entender que la bendición de que él sea nuestro dueño van mucho más allá de que el provee todo en nuestras vidas o correremos el riesgo de tener el Cristo hedonista de la mayoría de la cultura cristiana de la actualidad.

Ser esclavos de Cristo también es una posición de grandes privilegios, pues estamos en compañía ni más ni menos que del Rey de Reyes y Señor de Señores, del Soberano del universo, del Ser supremo que trasciende por mucho a toda la creación, es obvio que no podemos aliarnos con alguien de mayor posición en el cosmos.

En los tiempos del nuevo testamento los esclavos obtenían su status según la posición social que tuviera su dueño, al grado de que con mucha frecuencia incluían los nombres de sus dueños en sus lápidas. En esa época no se podía tener un status como esclavo más alto que el ser esclavo del emperador, a los esclavos del César se les tenía en alta estima, y se les trataba con respeto.

Para darnos una idea, pensemos en la persona más influyente que conozcamos, tal vez no conocemos al Presidente del país, pero mucha gente con ser amigo del primo del vecino de un diputado o senador se sienten “palancas” y su comportamiento se ve drásticamente alterado.

Si crees que ser esclavo del César era algo grande o si crees que ser amigo del presidente es maravilloso, ¿Imagínate ser esclavo y amigo de Cristo? Él es el Rey de Reyes, no hay nadie superior a Él, nadie se acerca a su majestad y gloria, ahora entiendes porque los primeros cristianos al ser perseguidos se identificaban como Esclavos de Cristo.

Hacerlo no fue sino una afirmación de su sumisión completa al Amo; pero también fue una declaración de la posición privilegiada que cada cristiano disfruta al estar vinculado con el Señor. Ninguna relación puede ser mayor que esta.

Como esclavos no tenemos gloria en nosotros ni por nosotros mismos, es nuestro amo y Señor Jesucristo. 2ª Corintios 10:17.

¡Qué gozo y qué privilegio es ser esclavo del Rey de Gloria!

Por siempre cantaremos sus alabanzas, deleitándonos en el esplendor de su gloria y adorándole con corazones llenos de reverencia y amor. Su Nombre es sobre cualquier otro y se escribirá en nuestras frentes por toda la eternidad.

Junto con los santos de todos los tiempos, nunca dejaremos de maravillarnos por el hecho de que, a pesar de nuestras propias faltas y debilidades, el Señor nos escogió para ser suyos. No hay honor más grande que estar en compañía del Rey.

Y así como las personas que tiene ciertos amigos influyentes cambian en su comportamiento, nosotros somos radicalmente diferentes en nuestras acciones y pensamientos, no por nosotros mismos, sino por Cristo, nuestro dueño, nuestro Rey, nuestro amigo, podemos decir como el salmista: venid y aclamemos alegremente al Señor...Salmo 95:1-6.











No hay comentarios:

Publicar un comentario

Un Dios Santo 11: Contender con Dios Parte 1. Habacuc 1:2-4.

La máxima expresión de la ira y la justicia de Dios se pueden ver en la cruz del calvario, es ahí donde la justicia santa de Dios se hace ...