El día de hoy vamos a estudiar dos parábolas simultáneamente, esto es
por la gran similitud entre ellas y por la
afinidad que tiene en su enseñanza o su mensaje central, se tratan de la parábola
del tesoro escondido y la parábola de la perla preciosa o la perla de gran
precio.
El mensaje en estas dos parábolas es el inmenso valor de lo que se halla
(el tesoro y la perla) y el enorme sacrificio con el que se adquiere, por lo
tanto nos hablan de lo valioso que es el
Reino de DIOS y el gozo que causa el encontrar ese Reino, ambas nos hablan de
la misma verdad fundamental que es el gran valor que tiene la salvación.
Sin embargo se distinguen en un punto en particular, mientras que en la
primera el tesoro es “hallado” y en la
segunda la perla estaba siendo “buscada”.
El primer elemento en común es el Reino, una vez más solo
recapitularemos en este punto reafirmando que el Reino es presente (no ahora) y
se refiere a la esfera de gobierno de DIOS, dicho en otras palabras a su soberanía sobre de la
creación completa.
La historia de la primera parábola sugiere que el hombre no ha cavado en
el campo buscando el tesoro, sino que lo ha encontrado “por casualidad”
(obviamente por la voluntad de DIOS). Vemos un ejemplo de este primer hombre en
Hechos 9.1-6.
Probablemente el hombre que encontró el tesoro
no era el primero que pasaba por allí,
pero otros no han sido capaces de darse cuenta de que allí había un tesoro. Por
eso lo vuelve a esconder, para que ya nadie más lo vea antes de que sea suyo.
El tesoro, como el Reino de los Cielos, estaba ahí, pero no todos los que pasan
son capaces de verlo. (Viendo no percibieron).
Cuando Jesús les habla de un tesoro
escondido en un campo a la gente no le fue de sorpresa o pensó en una historia fantasiosa pues en aquella época
debido a las diversas guerras entre las potencias de la antigüedad, Palestina
estaba constantemente sometida a
invasiones y constantemente era un campo de batalla su territorio, debido a
esto la gente tenía que esconder sus objetos valiosos a como dé lugar y una manera de proteger sus bienes del
saqueo era colocarlos en una vasija de barro y enterrarlos en un campo.
Es obvio además que el hombre que descubrió
el tesoro es solo un pobre
jornalero, no es el dueño del
campo, puesto que toma las precauciones necesarias para que nadie vea su
hallazgo, de inmediato reunió todos sus bienes y los vende con tal de
hacerse de aquel campo. Mateo 5:3.
(Pobre = Necesitado).
La segunda parábola nos habla de un mercader
o un comerciante como se le dice en nuestro tiempo, el cual andaba en busca de
perlas, un ejemplo en la palabra lo tenemos en Nicodemo: Juan 3:1-8.
Podemos entender que el mercader es un
hombre que sabe su negocio y conocía de perlas, tanto en la antigüedad como en
la actualidad la perlas son artículos de gran valor, esta joya se forma por la
secreción de nácar dentro de la concha
de algunos moluscos, las hay de color blanco, rosa, amarillo, azul, plata,
crema y negras.
El conocimiento del mercader hace que se
arriesgue vaya y venda todo lo que
tiene, lo cual nos indica que es una perla de gran valor, y por eso sabe qué
hace un buen trato.
Ambas parábolas nos hablan de vender todo lo
que se posee para adquirir una riqueza mayor, sin embargo no debemos tolerar
que se saque de contexto y se utilicen estas citas para vaciar nuestros
bolsillos en su totalidad, y menos bajo las falsas promesas que el evangelio de
la prosperidad ofrece. (Frase “DIOS sabe cuánto dinero traes en tu cartera”).
Lo que si debemos entender a la perfección
es que el evangelio es un verdadero tesoro, una verdadera riqueza: Efesios 1:16-18.
Los cristianos somos los hombres y mujeres
más ricos del mundo y tenemos el privilegio de llevar esas riquezas a los
demás: Efesios 3:8.
El reino de DIOS, el evangelio, la
salvación son riquezas, NO PARA HACER
RIQUEZAS, no solo me refiero al
evangelio de la prosperidad, también es para aquellos que creemos que por medio
de ser cristianos nos va a ir mejor o que vemos en la iglesia la oportunidad
para hacer negocios, tandas, venta en abonos, etc. Colosenses 2:1-4.
Cuando recibimos el tesoro y las riquezas de
la salvación y comenzamos a entenderlo lo que viene inmediatamente es GOZO: Mateo 13:44. Un cristiano amargado
constantemente no es cristiano por definición, un verdadero cristiano, que sabe
de dónde DIOS lo rescato, que entiende que le ha dado vida nueva en Cristo y
que sabe que su eternidad es en Gloria adorando al Rey de Reyes NO PUDE ESTAR
DE CONTINUO SOLAMENTE TRISTE.
El gozo además de ser parte del fruto del
Espíritu que Gálatas 5:22 describe, también es la reacción natural
cuando recibimos las buenas noticias de parte de Cristo a nuestras vidas: Hechos 8:26-40.
El gozo a diferencia de la felicidad es
permanente y no se basa en factores externos sino internos: Hechos 5:41. De hecho el gozo de un hijo de
DIOS tiene Nombre, se llama Cristo.
Algo que además entendemos por medio de
estas dos parábolas es que a pesar de que el Reino de los cielo es gratuito
o Solo por Gracia, no es frívolo y
superficial, muchos tiene la falsa percepción de ser cristiano en algo así como
pertenecer a un club social de los bendecidos, que ir al a congregación los domingos
a escuchar al pastor un rato nos va a
traer buena vibra toda la semana.
Sin embargo el seguir a Cristo es todo lo
contrario, no pertenecemos al equipo de la buena onda, seguir a Cristo implica
estar dispuesto a burlas, persecuciones, dejar atrás el mundo y sus placeres
pecaminosos, algunas veces hasta a dejar
amistades y hasta relaciones familiares TODO POR CAUSA DEL EVANGELIO: Mateo
10:37-39.
Y no es la única ocasión en que vemos este
principio en la palabra:
·
Marcos 4:17.
·
Mateo 5:10.
·
2ª Corintios
12:10.
·
2ª Timoteo 3.12.
·
Filipenses 3:4-8.
Debemos de recordar que nuestra estancia en
esta tierra es temporal, que DIOS tiene planes con nosotros con miras a la
eternidad, es por eso que vale mucho más la pena es “sufrir” aunque sea por
relativamente poco tiempo, a SUFRIR por la eternidad.
El principio de vender todo lo que tenemos significa
que debemos de estar dispuestos a hacer todo lo que sea necesario (bíblicamente
hablando) para verdaderamente ser discípulos de Jesús, vender todo lo que tenemos significa poner en perspectiva nuestra
salvación y valorarla por encima de todo.
Ambas parábolas como acabamos de entenderlo tienen
el mismo significado: aquellos que, por
efecto de la gracia, descubren el Reino de Dios y comienzan a vislumbrar la
grandeza de sus misterios, sienten un gozo profundo, y el Reino pasa a ser lo
más importante de su vida, porque comprenden que representa su destino final,
lo que da el sentido pleno a su existencia terrenal. Mateo 6:19-21.
¿Dónde está nuestro tesoro?
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