La
semana pasada comenzamos a estudiar el último de los atributos comunicables en
nuestra lista: LA IRA SANTA DE DIOS.
Aprendimos
por medio de la escritura que la Ira y la santidad de DIOS van de la mano, pues
su ira es la mano, son los dos únicos atributos por los cuales Jura el Señor en
las escrituras, de hecho su Ira es la acción que toma Su Santidad en contra de
lo que es malo.
Una
manifestación clara de la Ira Santa de DIOS son los celos, en otras palabras
DIOS que es celoso es una clara extensión de su ira. El día de hoy estudiaremos
los celos como un atributo comunicable, es decir no solo en el carácter de
nuestro DIOS, sino también en nosotros los seres humanos.
¿Qué son los celos?
¿Dónde se originan?
¿Por qué DIOS es celoso?
¿Cómo es una persona celosa?
¿Son sanos los celos?
¿Cómo evitar ser consumidos por los celos?
Esto y más quedará aclarado al terminar nuestro estudio del día de hoy.
Aunque en nuestro idioma la connotación de esta palabra es
negativa, no es siempre así en el contexto bíblico, por ejemplo lo que escribe
el apóstol Pablo en 2ª Corintios
11:2. Aquí el sentido es ferviente protector y vigilante, profundamente
comprometido a buscar el honor y el bienestar de alguien.
La biblia nos muestra que DIOS es celoso, de esa manera, continua
y fervientemente protege su honor, Éxodo
20:5. Éxodo 34:14.
El celo de DIOS significa que DIOS continuamente busca proteger su
honor, y no es incorrecto que busque preservarlo pues lo merece completamente.
El Señor siempre procura con intensidad proteger Su honor y Su
gloria Él es digno de dicho honor y gloria, y nadie más los merece. Por esto
vemos que Su celo por lo correcto está muy ligado a Su santidad, Su justicia,
siendo parte de Su ira, porque el que provoca al Dios celoso
haciendo lo incorrecto (lo malo; a menudo tiene que ver con la idolatría) es el
que experimentará Su ira. Josué 24.19.
Vemos este mismo celo del Señor en el Nuevo Testamento. Dios no tolerará
la idolatría, no compartirá Su honor y Su gloria con ningún otro. 1ª Corintios 10.21-22.
Dios específicamente procura con intensidad proteger lo que es
Suyo, lo que le pertenece, y eso “Suyo” somos nosotros, sus hijos: Santiago 4:5.
El Señor no tolerará que Sus hijos estén en pecados, andando en el mundo
y desviándose de Sus caminos debido a la tentación o al diablo. Él es nuestro
Padre perfecto y quiere intensamente lo mejor para cada uno
de nosotros: es celoso por nuestra seguridad, nuestro bienestar y nuestra “salud
espiritual” en este mundo.
Pero no debemos de creer que este celo por nosotros quiere decir que la
vida en Cristo será todo color de rosa. Si el Hijo de Dios aprendió la
obediencia por lo que padeció, ¿cuánto más los demás hijos de Dios, o sea
nosotros? Nuestro Padre es tan celoso por nuestro bienestar que hará todo lo
que necesita hacer para lograr formar a Cristo en nosotros, tanto en nuestro
carácter y se verá reflejado en nuestra conducta, porque esto es lo mejor de lo
mejor para quien sea. Salmo 119.67-71.
Hebreos 5.8.
Los seres humanos imitamos de forma negativa este atributo divino:
Lamentablemente y aun dentro de la iglesia de Cristo muchos
decidimos imitar de forma negativa este atributo, llevando los celos a un punto
enfermizo y hasta cierto punto peligroso, como vemos en Cantares 8:6.
La palabra hebrea para celos es qin'ah (קִנְאָהּ, H7068),
«ardor; celo; celos, envidia».
Los celos son una respuesta a la sensación de pérdida o
desinterés del ser amado, una pareja principalmente, pero también se puede
hallar entre los hermanos y amigos. Eduardo Calixto,
titular y jefe del Departamento de Neurobiología de la división de
investigaciones en Neurología del Instituto Nacional de Psiquiatría
“Ramón de la Fuente”, indica que los celos pasan de ser algo natural a una enfermedad
cuando dedicamos más de 30% de nuestro tiempo en pensar cómo el otro nos está engañando
(aproximadamente 3 horas).
En el país el índice de divorcios se da con más frecuencia que
hace 20 años, hoy en día las redes sociales
han contribuido al rompimientos de por lo menos 100 millones de parejas
alrededor del mundo, y todo por los CELOS.
·
¿Con quién estabas?
·
¿Porque tardaste tanto?
·
¿En quién piensas?
·
¿Eso ni tú te lo crees?
·
En ti si confío, en el (ella) no.
·
¿Por qué no me contestabas los mensajes?
·
¿Quién es ese amigo(a) que
agregaste en tu red social?
·
Etc.
Proverbios 6:34 dice que los celos son el furor del hombre,
significa que llevan a un estado
enfermizo y desagradable las relaciones sentimentales, es una vida siempre en
agonía continua, frustrados por no ejercer el total control sobre los seres
amados.
No solo los celos de la pareja son los únicos
que se tornan enfermizos, también los celos en la familia, por celos Caín mato
a Abel, por celos José fue vendido como esclavo.
Otra historia llena de celos que encontramos en
la biblia es la del rey Saúl y el joven David. 1ª Samuel 18:6-9. Pasa mucho en la iglesia cuando llegan personas
nuevas a “robarnos nuestro lugar” lleguen los celos que comúnmente se le laman “espíritu de Saúl” y se refiere al tipo de mentalidad no a un espíritu manejando la vida
de otros.
Los celos siempre buscan una justificación
para su razón de ser, en este caso Saúl dijo pues es que a David le dieron más
que a mí, Caín se justificó en que se sintió rechazado por DIOS, los hermanos
de José se justificaron en el hecho de que su hermano se volvía una carga para
sus planes. Una persona con celos
enfermizos SIEMPRE tiene una “justificación”
para su forma de actuar.
Indudablemente los celos jamás llevaran al
ser humano a nada bueno. Santiago
3:14-16.
Vivir al lado de una persona celosa, ya sea
esposo, esposa, amigo, hermanos, compañeros de trabajo o en la iglesia siempre traerá problemas a la postre, es vivir
encima de una bomba de tiempo que tarde o temprano va a estallar causando daños
a todos los que se encuentren cerca.
Los celos ahogan a las personas que los sufren en un mar de incertidumbre, imaginan cosas que no son, y
crean sus propias historias paranoicas de la nada, una persona celosa sufre más
por lo que NO ve que por lo que ve.
Vivir con una persona celosa es como si tratáramos de vivir en una
jaula de perros y gatos en constante pelea, hay pleitos continuos, descontento
por todo, enojo de la nada, y una tremenda inseguridad que asfixia las
relaciones llevándolas al borde de la muerte.
Básicamente las personas con problemas de celos o celos enfermizos
se dan por tres causas:
1. FALTA DE
IDENTIDAD.
2. INSEGURIDAD
PROPIA.
3. INSEGURIDAD
EN DIOS.
Cuando no sabemos quiénes somos, de inmediato tratamos de salir a
flote emocionalmente aferrándonos celosamente a una persona, los hijos de DIOS
tenemos nuestra identidad en CRISTO, no en un ser amado sea quien sea.
Los llamados “picones” o tratar de levantar celos en una persona
no son otra cosa que la más grande demostración de falta de identidad, pues en
lugar de saber quiénes somos y actuar como lo que somos, tomamos esas medidas
desesperadas para llamar la atención.
La falta de identidad siempre trae como consecuencia inseguridad
en nosotros mismos, pues ignoramos totalmente quienes somos, Saúl olvido que él
era el Rey y esto lo llevo a sentirse inseguro en sí mismo, pensamos que
valemos poco o nada, que otro nos puede robar lo que es nuestro y entramos en
etapas de celos enfermizos por ser inseguros de nosotros mismos, recordemos
siempre que nuestra seguridad propia se encuentra escondida en CRISTO.
Si nos sentimos inseguros de nosotros mismos también nos
sentiremos inseguros de que DIOS tiene el perfecto control de nuestras vidas,
pensamos que se olvidó de nosotros, que anda lejos, que no le interesa lo que
pasamos o simplemente no creemos en su soberanía total en el universo.
Si DIOS se
ocupa de mantener el universo andando, cuanto y más se ocupara de nuestras
vidas por completo.
Siempre debemos de recordar que no hay nada que nosotros, o nuestro
ser amado, o nuestro hermano, líder, compañero o quien sea mucho menos el
diablo puedan hacer para frustrar la perfecta voluntad de DIOS en nuestras
vidas.
Si piensas que los celos enfermizos son demostración de amor estás equivocado, los
celos enfermizos son demostración de tu falta de identidad, de tu inseguridad
en ti mismo y en DIOS. Si de verdad
quieres demostrar amor a un ser especial, entonces hazlo sentir único y
trátalo como desearías ser tratado tú.
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