lunes, 2 de mayo de 2016

El Fruto Del Espíritu 13: Benignidad y Bondad. Gálatas 5:22.

Hablar del fruto que el Espíritu Santo produce en los creyentes es hablar del carácter de Cristo reflejado por medio de nuestras vidas, ese carácter se ve claramente delineado por el apóstol Pablo en Gálatas 5:22-23.

·         Amor.
·         Gozo.
·         Paz.
·         Paciencia.

Son hasta el momento las características que hemos estudiado a la luz de las Escrituras, el día de hoy veremos la siguientes dos características: la benignidad y la bondad, esto es así pues una no va separada de la otra para su completa comprensión.

La benignidad es interiormente mientras que la bondad es exteriormente, no podemos ser benignos sin ser bondadosos, aunque si podemos ser bondadosos sin ser benignos, pero para entenderlo veamos primeramente las definiciones etimológicas de estas dos palabras.

Benignidad del griego crestotes (χρηστότης, G5544), Significa excelencia moral o de carácter, tiene que ver con el sentir interior de hacer el bien o lo que es bueno y es producido por el Espíritu Santo, no por nosotros mismos. Romanos 7: 18.

por su parte, la palabra bondad del griego agathosune (ἀγαθωσύνη, G19), Significa virtud o beneficencia, cualidad de bueno, es la manifestación exterior de la benignidad, que ya fue producida por el Espíritu Santo en nuestros corazones.

La benignidad es el sentir, la bondad es el hacer. Santiago 2:14-17.

La benignidad y la bondad están relacionadas tan estrechamente que muchas veces es difícil distinguir una de la otra, una persona si realmente es benigna por consecuencia será bondadosa, sin embargo, no siempre una persona bondadosa (o que tiene la apariencia de bondad) es benigna.

Muchas veces hay personas que aparentan ser bondadosas, que asisten a la iglesia, que dan ofrenda, que obedecen a DIOS, sin embargo, eso solo es lo externos, por dentro pueden estar en total podredumbre. Lucas 18:9-14.

Los legalistas, aquellos que las apariencias son lo que importan, por lo regular tiene la apariencia de bondad, por fuera aparentan ser buenos, sus obras son buenas, pero sus intenciones no lo son, para DIOS no basta con lo externo solamente, de hecho, es lo interno, lo que realmente importa, pues es en el interior que Cristo genera el querer como el hacer.

Las buenas obras o buenas acciones en sí mismas no pueden salvar a nadie, como Charles Spurgeon decía: “es más fácil cruzar el océano en un barquillo de papel, que ser salvo por medio de las obras” Hay personas que hacen las buenas obras, pero sin Creerle a DIOS, las hacen por y para ellos mismos y se les conoce como religiosos.

Las buenas obras pueden venir por razones propias, morales, buenos deseos, ser buen ejemplo, etc. pero no es por y para DIOS, por ejemplo, el teletón o CR7. (Donador de órganos, no lleva tatuajes pues es donante activo de sangre y médula ósea, paga tratamientos experimentales para cáncer a niños, dona 100 mil euros anuales a la cruz roja, no bebe alcohol pues desea ser el mejor jugador del mundo, subasta su botín de oro para donar dinero a escuelas, tiene asociaciones altruistas por todo el mundo, y varias obras buenas más). Romanos 14.23.

Por el otro lado tenemos a aquellos que son muy espirituales, que siempre están llenos de buenos deseos, de los mejores anhelos, de las mejores y más buenas intenciones para con DIOS y sus prójimos, pero que en realidad NUNCA HACEN NADA, nunca reflejan ese cambio interno, nunca dan fruto de que hay una motivación en su interior llamado Cristo que genera la benignidad. Santiago 1:23-25.

Como podemos darnos cuenta la benignidad y la bondad van juntas, hay quienes les llaman los frutos gemelos del Espíritu, por su parecido y sobre todo por lo inseparables que son.

Estas características del fruto del Espíritu se reflejan directamente en nuestro trato con los demás, todos aquellos que nos rodean, las personas debieran referirse a los cristianos como personas amables en su trato, pues el motivador interno llamado Jesucristo produce benignidad en nuestros corazones y la muestra externa es ser bondadosos, esto no lo saben los demás, ellos solo ven personas amables.

Ambas características, la benignidad y la bondad derivan del amor, al igual que la paciencia (la cual acabamos de estudiar por tres semanas). Hay quienes dicen que la paciencia es al amor sufrido, la benignidad es el amor compadeciéndose y la bondad es el amor trabajando. 1ª Corintios 13:4.

Si recordamos al estudiar el amor como parte del fruto del Espíritu entendimos que más que una emoción intensa o que un bonito sentimiento, el amor cristiano es una sólida decisión.

Por consecuencia la benignidad y la bondad también son una decisión, una vez que DIOS pone en nosotros el deseo de obrar bien, de hacer lo que es bueno a sus ojos, una vez que pone en nosotros el amor compasivo, en Cristo tomamos la decisión de llevarlo a cabo.

¿Pastor que pasa si en mí no pone esos buenos deseos? Es una buena pregunta, pero para los hijos de DIOS solo hay una respuesta, Cristo siempre se encarga de poner ese deseo en los suyos. 1ª Corintios 2:16.

Cuando el apóstol Pablo dice que tenemos la mente de Cristo, se refiere a que ya no son más nuestros deseos, nuestras ideas, nuestros pensamientos, todos son generados por Cristo que vive en nosotros.

Antes de que nos alarmemos por no tener esos buenos deseos de parte de DIOS, y empecemos a pensar que tal vez ni somos hijos de DIOS, déjame recordarte que si bien tenemos la mente de Cristo por lo cual discernimos la Verdad, el paso siguiente es renovar nuestro entendimiento. Romanos 12.2.

Cuando se empieza a renovar mi entendimiento es cuando empiezan a venir los cambios en mi vida, en todos los aspectos, es cuando mi familia, mis amigos, mis vecinos y todos los que me rodean comienzan a ver el fruto en mi vida, es cuando de verdad comienzo a ser un discípulo y por ello la gente comienza a reconocerme como un CRISTIANO.

Madurar no es sinónimo de muchos años en la iglesia o de ser capaz de “hacer milagros” madurar es cuestión de renovar nuestro entendimiento con la Palabra de Verdad y por consecuencia vivir en Santidad, al igual la santidad no es cuestión de comportamiento solamente, la Santidad es fruto de nuestra relación con Cristo y está se da por medio de la renovación de la mente. Efesios 4.17-24.

¿Cómo Renovamos Nuestra Mente?

a)     Con el estudio individual de la Palabra.
b)     Siendo discipulado: Juan 8.31-32.

Cuando nuestra vieja mentalidad se vaya diluyendo, poco a poco iremos notando la presencia de esos buenos deseos de parte de Cristo en nuestro ser, de la misma manera que Cristo mostró benignidad y bondad a los demás cuando estuvo en su ministerio terrenal, nosotros lo iremos haciendo como una expresión de su vida.

Pero si no renovamos nuestra mente, o ni siquiera nos interesa hacerlo, no nos sorprenda que esos deseos no se hagan presentes en nuestras vidas. Efesios 4:31-32.

Cristo es nuestro mayor ejemplo de una vida llena de benignidad y bondad, fue a tal nivel el agrado de su vida delante de DIOS que su sacrificio en la cruz fue un olor fragante. Efesios 5:2. Del Gr. Euodia: olor suave, grato, agradable.

Las ofrendas por los pecados en los tiempos del Antiguo Pacto nunca se describen como de olor suave, sin embargo, si se aplicó a Jesús, ¿Qué hizo la diferencia? La ternura, compasión y dulzura con que nos amó.

La biblia nos muestra que los hijos de DIOS de igual forma podemos ser de olor agradable, grato, dulce, delante de DIOS. Filipenses 4:18.

¿Cuál es la primera característica que buscamos en una fruta? Que este madura, pero, ¿Cómo sabemos que está madura? Porque tiene un sabor agradable y ese sabor agradable por lo regular es un sabor DULCE.

Desde el inicio de esta serie quedó establecido que no son los 9 frutos del Espíritu, sino que son los rasgos o características de un único fruto, como una naranja, por ejemplo, tiene cascara, el zumo o jugo, los gajos, tamaño y peso, la forma casi esférica, el color, y el sabor.

La benignidad y la bondad son el sabor dulce y agradable del fruto que estamos dando, o acaso ¿Seremos un fruto amargo? 

Si es así, lo que nos falta es madurar, y eso se logra como ya lo entendimos renovando nuestras mentes en la Palabra de Verdad.

Terminemos repasando un claro ejemplo en la biblia de la benignidad y la bondad en Acción. Lucas 10:25-37.

En la serie de predicaciones anterior llamada Las Parábolas de Jesús estudiamos esta parábola y su enseñanza, pero el día de hoy la abordaremos desde el punto de la benignidad y bondad como parte del fruto del Espíritu.

El camino de Jerusalén a Jericó era muy peligroso en esa época, no solo era un terreno muy empinado y lleno de rocas, además había muchas cuevas donde fácilmente se escondían ladrones y sorprendían a los viajeros. Por lo cual al contar la historia no fue algo sorprendente pues estaban todos familiarizados. (Como si hoy en día contáramos de un asalto en el trasporte público). Hirieron al hombre y lo dejaron casi muerto.

El primero en pasar cerca del hombre herido fue UN SACERDOTE un hombre santo que ofrecía sacrificios en el templo, no tenía excusa para ignorarlo, pues Jesús deja en claro que descendía, es decir iba de Jerusalén a Jericó como el viajero herido, lo cual indica que iba a su casa no al templo, así que no podía poner como excusa el que se podía contaminar por tocar un muerto (en caso de que lo estuviera).


Después pasó por ahí un Levita, quien básicamente era el ayudante de los sacerdotes en las funciones del templo, y la actitud es la misma: indiferencia.

Pero UN SAMARITANO pasó por ahí, los samaritanos de la época de Jesús eran mestizos de otras naciones con hebreos LO CUAL ERA ABOMINACIÓN para los judíos.

Había un odio reciproco entre judíos y samaritanos: Juan 4.9 y Juan 8:48.

El samaritano FUE MOVIDO A MISERICORDIA, es decir tuvo compasión, fue benigno por la situación del viajero.

Lo que hizo este samaritano fue más allá de las palabras o los buenos deseos, desmontó, se acercó al hombre herido, lo le dio primero auxilios, lo le puso vino y aceite, artículos nada baratos en la época, lo llevo al mesón, cuido de él y dejó dinero suficiente para varios días de atenciones y por si fuera poco dejó dicho que si había más gastos él los cubriría al regresar en otras palabras fue bondadosos con el viajero.

El buen samaritano no solo tuvo una motivación interna llamada benignidad, sino que la expreso en acciones para con su prójimo, lo cual es la bondad.

Jesús le pregunta ¿Quién de estos tres te parece que es el prójimo del viajero? El doctor en la ley le contesta que el que usó de misericordia, a lo que Jesús le contesta nuevamente VE TÚ Y HAZ LO MISMO.

No busquemos al prójimo fuera de casa, primero seamos benignos y bondadosos con los más cercanos a nosotros:

¿Cómo tratas a tu esposo (a), a tus hijos, a tus papás, a tus hermanos, a tus abuelitos si viven contigo? ¿Los respetas? ¿Les dices que los amas y se los demuestras? ¿Tratas de mostrar bondad o te da igual cómo les fue en el día? ¿Eres cristiano con los de tu casa o solo con la gente de la iglesia?

En un hogar cristiano sino se respira, paz, gozo, amor, respeto, en el que no hay amor expresado por medio de la bondad y benignidad, en el cual los miembros no son amables unos con otros por definición no es un hogar cristiano.

Pueden faltar la economía, la salud los bienes materiales hasta la felicidad por estar en alguna prueba o tribulación, pero la felicidad es momentánea y la causa factores externos, lo que menciones es eterno y lo causa CRISTO EN NOSOTROS, y su presencia en nosotros es permanente.


Te lo digo nuevamente: La benignidad y la bondad son el sabor dulce y agradable del fruto que estamos dando, no seamos un fruto amargo, es buen momento de empezar a madurar en nuestro sabor dulce y agradable delante de DIOS, dejemos que Cristo se exprese en benignidad y bondad, dejemos a Cristo ser amable con todos los que nos rodean.

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