Previamente ya entendimos la diferencia entre estados
y condiciones de Cristo, pues a pesar de que nosotros utilizamos las dos
palabras de forma indistinta, en teología y más en específico en Cristología
son muy diferentes sus connotaciones, pues el estado nos habla de la situación en la cual se encuentra una
persona y esa situación define su condición
posterior.
Los dos estados de nuestro Señor Jesucristo son el de
Humillación y el de exaltación y cada estado tiene consecuentemente sus
respectivas condiciones, en esta clase vamos a estudiar el llamado estado
de humillación.
En Cristología Bíblica el estado de humillación consiste en que Cristo dejó de lado su
Majestad Divina la cual le pertenecía totalmente por ser el Soberano del
Universo y asumió la naturaleza humana en calidad de siervo.
Consiste también en el hecho de que Cristo, a pesar de
ser el Legislador Supremo por excelencia (es Él quien hizo todas las leyes que
hacen que el universo funcione) aun así se sujetó y se sometió por completo a
las demandas y la maldición de la ley:
·
Mateo
3.15.
·
Gálatas
3:13.
·
Gálatas
4:4.
·
Filipenses
2:6-8.
El estado de humillación está muy relacionado con una
doctrina que estudiamos en el bloque de la persona de Jesucristo y es la kenosis.
Recordemos que la kenosis que
Cristo dejó el status y los privilegios que eran suyos en el cielo y se vacío
así mismo en un ser humano, esto por amor a nosotros.
Toda la gloria que recibía, todas las alabanzas de los
querubines protectores de su trono, la adoración celestial que continuamente y
desde la eternidad y hasta la eternidad no dejan de cantar SANTO, SANTO, SANTO,
a los ángeles y arcángeles postrados a sus pies, el cielo y la tierra contando
su gloria, el Padre y el Espíritu Santo mismos al lado suyo compartiendo todo
esto, el Verbo decidió dejarlo a un lado POR AMOR a los elegidos de DIOS. Juan 17.5. 2ª Corintios 8:9.
El decir que la kenosis es que Cristo voluntariamente
se despojó de algunos de sus atributos divinos o que por completo dejó su
divinidad en el cielo es totalmente contradictorio a la Escritura en general y
a la doctrina de la unión hipostática en particular.
El auto despojo como bien su nombre lo
indica fue algo que el verbo hizo por voluntad propia, no fue obligado ni por
el Padre ni mucho menos porque tuviera una deuda o algún deber para con los
seres humanos, nadie obligo a Cristo a venir a este mundo en forma humana ni a
morir en la cruz como propiciación por nuestros pecados. Juan 10.17-18.
Este auto despojo permitió la adición de la humanidad
y no implicó la substracción de Su deidad en ninguna manera, ni el uso de los
atributos de la Deidad. Hubo un cambio de forma, pero no del contenido del Ser
Divino. El no renunció a la deidad ni al uso de esos atributos; El agregó la
humanidad a su ser para poder morir en la cruz. Isaías 53:12.
En pocas palabras, la kenosis fue con el propósito de tomar forma humana
para poder morir y así efectuar la redención planeada por el Padre.
Esta es la esencia
de la kenosis, Jesús se despojó de
Su posición de antes de la encarnación y tomó la condición humana de siervo, eligió voluntariamente vivir cada instante de
su vida en total dependencia de su Padre en los cielos.
Un punto crucial en el estado de humillación es
resaltar el hecho de que Cristo, el legislador, se sometió a su propia ley.
·
Aun entre los hombres, el autócrata está arriba de la
ley.
·
Se sometió a la ley dada a Moisés como judío.
·
Se sometió a la ley del pacto de obras como segundo
Adán. 1ª Corintios 15:45.
Resumiendo todo lo
anterior, podemos concluir que el estado de humillación del Hijo de DIOS
consistió en estar realmente y en persona unido a una naturaleza humana, con el
estatus legal, las limitaciones y debilidades que tal naturaleza posee.
La teología
reformada distingue y explica dos elementos de la humillación de Cristo:
A. La kenosis (el vaciamiento). Habla
de que dejó a un lado todos los privilegios de su majestad divina (no sus
atributos en sí).
B. La Tapéinosis (el abatimiento). Nos
dice como se sometió a la ley en general y a la voluntad del Padre en
particular, con todas sus consecuencias la principal de ellas es la muerte de
cruz.
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