En los primeros versículos de su evangelio, el apóstol
Juan deja por sentado en más de una ocasión la divinidad total y plena del
Verbo, el cual no es otro que nuestro Señor Jesucristo, esto es sobre todo con
el fin de presentarlo a los ebionitas, los judaizantes de su época, que negaban
que Cristo es DIOS.
En el versículo 14 ahora se da a la tarea de presentar
la total y completa humanidad del Verbo, ahora contrarrestando las herejías de
los docetistas que negaban que Cristo fuera cien por ciento un ser humano, para
lograr esto Juan nos habla de la Encarnación, lo cual nos lleva a las
siguientes incógnitas:
¿Qué es la Encarnación?
¿Por qué se encarnó el Verbo?
¿Cómo nos afecta?
Juan no habla de la Encarnación del Verbo de forma
aislada o como de la nada, en realidad es la cumbre de su introducción,
previamente ya nos habló del verbo como DIOS, también nos hizo referencia a que
es DIOS quien elige a los que han de ser sus hijos y ahora nos lleva al clímax
al hablar del Verbo hecho carne.
El misterio de la Encarnación es un punto clave en la
doctrina cristiana históricamente hablando, ignorar esta maravillosa verdad es
ignorar gran parte de lo que nos hace cristianos genuinos, por lo general las
personas prefieren que se les hable de prosperidad, de bendiciones, de consejos
para mejorar sus vidas, sus matrimonios, de sanidades o milagros en todas las
áreas, pero al llegar a hablar de doctrina se piensa que se pierde en tiempo,
que la doctrina es para los teólogos o los pastores en su oficina.
Nada más alejado de la verdad, lo he dicho muchas
veces y de muchas maneras NO PUEDES AMAR A QUIEN NO CONOCES si
no conoces a Cristo, su persona, sus estados, sus oficios no puedes amarle al
grado de estar dispuesto a entregar tu vida por él de ser necesario.
La gran mayoría tiene solo un amor superficial por
Cristo, y cuando ese amor es puesto a prueba la mayoría de las veces fallamos,
y esto es por NO conocerlo por medio de su Palabra, tal como Él es.
La Encarnación, el comprenderla a fondo, en un
cristiano genuino causa un gran asombro y un agradecimiento y amor inmensos por
nuestro Señor y Salvador, pues en primer lugar NO LE HACEMOS FALTA A DIOS PARA NADA.
Este es un duro golpe en el egocentrismo humano, el
ser humano siempre ha creído que se trata de él, de sus necesidades de sus
gustos, de sus decisiones, durante siglo se pensó que éramos el centro del
universo y que el sol giraba alrededor de la tierra.
Pero no es así, no se trata de nosotros, no somos
indispensables, de hecho, por nosotros mismos NO VALEMOS NADA delante de DIOS,
el valor que tenemos lo encontramos en Cristo, y Cristo sin necesidad ni
obligación alguna dejo su gloria y majestad en los cielos para tomar la forma
más frágil y débil posible: la de una de sus criaturas.
Ya Juan en el versículo 2 nos daba una antesala de la gloria
de la Encarnación, cuando dice que el Verbo era en el principio con DIOS, en
realidad se refiere a que estaban cara a cara, de frente, en una relación de
amor y comunión perfecta y eterna.
¿Qué mejor compañía puede tener Dios que él mismo? No
estaba solo, ni deseoso de compañía, no necesitaba adoración, para eso tiene a
su corte celestial de ángeles, todo esto
engrandece el misterio de la encarnación.
¿Qué es la Encarnación?
La encarnación es en términos teológico es el acto
sublime de amor y gracia en el cual el DIOS Todopoderoso, creador del universo,
sustentador y dador de vida, el cual es perfecto, eterno, sublime, Altísimo,
etc. Tomó forma de una de sus criaturas más bajas: un simple ser humano y
habito entre nosotros como un ser humano. 1ª
Timoteo 3:16.
El Verbo, la segunda persona de la Trinidad es DIOS en toda la extensión
de la palabra, acepto tomar la naturaleza humana semejante en todo a nosotros,
pero sin pecado.
La biblia dice en el Salmo 113:5-6 que para el Señor el mirar abajo a sus criaturas es
una humillación en sí misma, ahora imaginen lo que es el tomar la forma de uno
de nosotros, el compartir las mismas limitaciones y debilidades cuando el mismo
es la gloria y modelo de la creación.
·
Se cansó, cuando es Todopoderoso.
·
Tuvo hambre, cuando es Eterno.
·
Lloró, cuando es el gozo por definición.
·
Tuvo sed, cuando es el agua de vida.
·
Tuvo que caminar, cuando es Omnipresente.
·
Tuvo que aprender a hablar, cuando es Omnisciente.
·
Tuvo que vivir bajo la ley, cuando Él es quien le dio
la ley a Moisés.
·
Fue azotado, despreciado, escarnecido, crucificado y
muerto cuando ÉL es la Vida.
Después Juan prosigue diciendo y habitó entre nosotros,
una mejor traducción de esta frase es: y puso su tienda entre nosotros.
Esta frase es con dos propósitos, el primero es para
los judíos, pues desde el antiguo testamento DIOS mismo habito en medio de su
pueblo primero en el tabernáculo y después en el templo. Éxodo 40.34. 1ª Reyes 8.11.
El pensamiento profundo del Evangelio de Juan es que
Cristo, el Dios encarnado, vino como la corporificación de Dios, según se
muestra con el tabernáculo y con el templo, para que el hombre pudiera tener
contacto con Él y entrar en El para disfrutar las riquezas contenidas en Dios.
El Verbo, al encarnarse, no sólo introdujo a Dios en la humanidad, sino
que también se hizo un tabernáculo para Dios, la habitación de Dios entre los
hombres, en la tierra, para que podamos acércanos confiadamente a Él. Hebreos
4:15-16.
Cuando Juan dice vimos su gloria, gloria como del
unigénito del Padre, los más estudiosos concuerdan que se refiere a la
transfiguración en el monte. Mateo
17:1-6.
Juan termina esta poderosa frase diciéndonos
que el Verbo es lleno de Gracia y de Verdad.
La gracia y la verdad son las dos grandes
cosas que los seres humanos caídos por el pecado necesitamos, lleno de gracia y
por lo tanto calificado para interceder por nosotros ante DIOS por medio de su
obra redentora en la cruz y lleno de verdad y por lo tanto calificado para
mostrarnos nuestra cruda realidad: somos pecadores. Lucas 5:8.
La Encarnación tiene muchos elementos
teológico-doctrinales en sí misma, la
kenosis, la Tapéinosis, etc. Pero lo que en verdad nos importa entender el
día de hoy es:
¿Por qué fue necesaria la Encarnación del Verbo?
Por la condición pecaminosa de la humanidad entera.
DIOS no podía simplemente hacer como que no ve el pecado o no sería JUSTO, pero su MISERICORDIA no le permitía condenar y ya al pecador, la solución sublimemente
divina fue hacer una misericordiosa sustitución, DIOS
mismo se hizo responsable del pecado para que el hombre recobrase la justicia. 2ª Corintios 5:21.
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