La semana pasada llegamos al clímax de la entrevista
de Jesús con Nicodemo, a Nicodemo le rondaba en la cabeza la pregunta de ¿Qué
hacer para tener la vida eterna? Jesús lo va conduciendo hasta llegar al punto
máximo no solo de la entrevista, sino del evangelio mismo: El amor incomparable de DIOS.
En Juan 3.16 encontramos:
1)
Su carácter (de tal manera amó).
2)
Su autor (DIOS).
3)
Su objeto (el mundo).
4)
Su don (el Hijo, Él Unigénito).
5)
Su propósito (que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna).
Pero la entrevista aún no ha terminado, Jesús continúa
hablándole a Nicodemo acerca de las verdades más profundas del evangelio, no
perdamos de vista nunca que DIOS en su infinita sabiduría hizo el evangelio tan
sencillo que hasta un niño pequeño lo puede entender, pero al mismo tiempo lo
hizo tan rico y profundo en saber, que los más grandes eruditos de la historia
no lo han alcanzado a comprender por completo.
Lo siguiente que Jesús le dice a Nicodemo es para
reafirmar lo expuesto: Porque no envió Dios
a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por
él.
Esto lo dijo Jesús, pues la creencia popular entre los
judíos era que cuando el Mesías llegará condenaría a los paganos, el día del Señor traería castigo a las naciones
que había oprimido a Israel, y como la opresión romana era bastante cruel, esta
idea tomó aún más fuerza en la época de Jesús.
Amós ya había censurado con gran severidad esta
interpretación equivocada de las profecías Amós
5:18–20, pero ellos nunca la abandonaron. Las palabras de Jesús van
dirigidas contra este exclusivismo judío. El versículo 17 indica claramente:
1)
Que el propósito redentor de Dios no se limita a los judíos,
sino que abarca a todo el mundo (no universalismo sino hombres de toda tribu y
nación, considerados en conjunto). Apocalipsis
5:9.
2)
Que el objetivo principal de la primera venida de
Cristo no era el condenar sino el salvar.
La palabra griega utilizada para condenar es krino
(κρίνω, G2919) la cual también se traduce como discriminar, hacer
diferencia entre uno y otro.
No está de más decir, que en nuestra época no pocos
son los que han tomado la sana doctrina para comportarse de forma elitista,
piensan que son mejores que los pentecostales, por ejemplo, al tener la verdad
y ellos estar errados en su antropocentrismo, lo cierto es que la sana doctrina
con el corazón errado en igual al corazón piadosos del pentecostal, pero sin la
enseñanza correcta de las Escrituras, ambas son igual a nada delante del Señor,
no podemos tener una cosa sin olvidar la otra.
Esto hace surgir una pregunta: ¿Hemos de decir, entonces,
que el propósito de la primera venida de Cristo fue el traer salvación,
mientras que el propósito de su segunda venida será el de traer condenación (o
juicio, por lo menos)?
El versículo 18 nos muestra que el asunto no es tan
simple como parece: El que en él cree, no es condenado; pero el
que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito
Hijo de Dios.
Jesús divide a todos los que oyen el mensaje de
salvación en dos grupos, cada uno de los
cuales está representado por un individuo:
(1) El
que permanece en Cristo por la fe no es juzgado; esto significa que nunca se
pronunciará contra él una sentencia de condenación. Desde ahora aparece sin
culpabilidad ante los ojos de Dios, esta doctrina maravillosa separa el
cristianismo de las demás religiones: La
Justificación.
(2) El
que rechaza a Cristo y no cree en él como el Hijo unigénito de Dios no tiene
que esperar al juicio final, como si el veredicto se aplazara hasta entonces.
Por el hecho mismo de su obstinada incredulidad, ya ha sido condenado, y por lo
tanto permanece en ese estado, no será
condenado, sino que ya está
condenado, solo en espera que se ejecute oficialmente su condena.
Este versículo nuevamente nos muestra que no hay otros medios de salvación, las buenas
obras, la justicia propia, las mandas, otras religiones y dioses son obviamente
falsas a la luz de este versículo y de la Escritura en general, o crees en el
Hijo o no hay otro modo de ser salvo de la Santa Ira venidera de DIOS.
El versículo 19 nos lleva al clímax de nuestra
enseñanza de hoy: Y esta es la
condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas
que la luz, porque sus obras eran malas.
Jesús con sus palabras nos muestra el veredicto final
de aquellos que obstinadamente, vez tras vez rechazan el Regalo de amor de
DIOS: La Vida del Unigénito ofrendada en
la Cruz.
La palabra condenación
del griego krisis (κρίσις, G2920) significa
una decisión tribunal, la impartición de Justicia por medio de un juicio, se
puede parafrasear este versículo para un mayor entendimiento de la siguiente
manera:
Aquellos que rechazan al Unigénito hijo de DIOS acarrean sobre si mismos
el veredicto: a causa de su propia maldad, prefirieron quedarse en las
tinieblas y no venir a la Luz Admirable.
Jesús en estas cortas palabras estaba predicando el
primer punto de la soteriología calvinista: Total Depravacy: Depravación, corrupción total de los seres humanos
y una vez más nos damos cuenta que n i fue Agustín de Hipona, ni fue Calvino ni
fueron los reformadores quienes inventaron esta gnóstica doctrina como mal algunos llaman: es 100% bíblica.
Los seres humanos somos pecadores por naturaleza y es
naturaleza de pecado es la que no solo nos impide estar cerca de DIOS nos
destituye de su Gloria, también es la que nos impide ir de las tinieblas a su
Luz Admirable, en otras palabras, es el pecado mismo el que nos hace ciegos a
la Verdad de la Palabra de DIOS y nos aleja de Cristo.
·
Juan
12:35. Perdemos el rumbo de nuestras vidas.
·
1ª
Juan 2:11. Nos es imposible amar a nuestros semejantes.
En el siguiente versículo, el 20, Jesús confirma aún
más lo que viene diciendo: Porque todo
aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras
no sean reprendidas.
Aquí Jesús nos muestra un lado aún más profundo: no
hay puntos medios, no hay mitad y mitad o cierto porcentaje, si amas las
tinieblas entonces ABORRECES la luz, no podemos decir que hasta cierto grado
amamos a DIOS, que de algún modo a pesar de que éramos o somos pecadores
tenemos algo de amor por DIOS: o somos frío o calientes NO HAY MAS.
Con el Señor no hay medias tintas, en el libro de Apocalipsis amonesta severamente a los tibios, y más adelante en definitiva les
dice que el que este sucio ¡que se ensucie más!
O manejas tu vida tu o lo hace Cristo.
O te entregas por completo o no has dado nada.
O te rindes a sus pies totalmente o no has hecho ni un
poco por estar con él.
En la actualidad, muchos tienen la mentalidad de que
irán poco a poco, que verán lo que pasa, sin embargo, una entrega mediocre da
como resultado un cristianismo mediocre.
Jesús nos dice claramente en el evangelio de Juan,
aquellos que están en tinieblas NO quieren venir a la luz pues aborrecen esa
Luz que lo primero que hace es revelar el grado de suciedad en la que se encuentran
y les da temor la reprensión. Génesis 3:7-10.
Alguna vez que has preguntado:
¿Por qué no te gustaba venir a la iglesia?
¿Por qué te ponía de malas escuchar las predicaciones?
¿Por qué no te gustaba leer la biblia?
¿Por qué se te hacían muy ñoñas las alabanzas?
¿Por qué no te agradaba que te predicara tu mamá, tu
amigo, tu vecino acerca de Cristo?
¿Por qué te molestaba que ya fueran a empezar otra vez con lo mismo?
¿Por qué no querías saber nada de DIOS?
Es simple, porque estábamos
sumidos en las tinieblas del corazón, la muerte espiritual y totalmente
separados de la presencia amorosa de DIOS. Efesios
2.1-5.
La gente de esa clase se asemeja a aborrecibles insectos que se ocultan bajo las maderas y las piedras, que prefieren siempre la oscuridad, y que se asustan terriblemente cuando se les saca a la luz.
Para terminar la entrevista Jesús da aires de
esperanza no solo al buen y dispuesto Nicodemo, también a todos los seres
humanos en el versículo 21: Mas el que
practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son
hechas en Dios.
Mientras que a los incrédulos se les puede comparar con
habitantes del reino de las tinieblas, los creyentes, por otro lado, se parecen
a esas hermosas plantas que vuelven sus hojas hacia la luz del sol. 1ª Juan. 1:6.
¿Quiénes pueden practicar la verdad continuamente? ¿si
todos nacemos en pecado y en tinieblas por lo tanto? Por eso Jesús momentos
antes le había dicho a Nicodemo: es
necesario nacer de nuevo, por eso le dice que sus obras son hechas EN DIOS.
No le dice que se esforzó mucho o que por sus logros
propios o por sus méritos lo ha logrado, sino que es EN DIOS, esto es lo que
significa cuando en el libro de los salmos leemos en tu luz vemos la luz. Salmo
36:9.
Ya hemos indicado que existe una estrecha relación entre
la luz y la verdad, y por ello no nos sorprende que el que practica la verdad
vaya a la luz para mostrar que sus obras, aunque están lejos de ser perfectas,
fueron, sin embargo, hechas por la inspiración de Dios y que siempre será de
esa manera, jamás nosotros tendremos gloria alguna.
Jesús dijo: “… el que practica la verdad viene a la
luz”, así termina su discurso de la manera más adecuada, invitando implícitamente
a Nicodemo para que deje el dominio de las tinieblas y de la incredulidad, y se
una a Cristo, la luz verdadera.
Te imaginas, eso se lo dijo a un hombre que guardaba
celosamente la religión de sus antepasados, que sabía de memoria la Ley los
salmos y los profetas, que era altamente respetado por su gran posición de
príncipe entre los suyos, eso debe llevarnos a preguntarnos ¿Cuánto no será a
nosotros la invitación a venir a la luz?
Así culmina la entrevista nocturna de Jesús con
Nicodemo:
·
La gran disposición de Nicodemo.
·
La NECESIDAD del nuevo nacimiento.
·
La soberanía de DIOS en la salvación, tal como el
viento.
·
La redención anunciada por todo el A.T. mostrada en la
serpiente de bronce.
·
El amor incomparable de DIOS al dar como regalo a su
Hijo Unigénito.
·
El llamado de salir de las tinieblas e ir a la luz de
Cristo.
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