Estamos estudiando los oficios de nuestro Señor
Jesucristo, ya estudiamos el oficio profético y estamos ahora en el oficio
sacerdotal, el sacerdote es el representante del pueblo ante su DIOS y tiene
dos funciones primordiales, la primera de ellas es interceder por el pueblo
delante de DIOS y la segunda y que es la que estamos estudiando es la de
ofrecer sacrificios, ofrendas y holocaustos.
En las ultimas 2 clases estudiamos la redención,
primero su figura, promesa y profecía en el Antiguo Testamento y después su
cumplimiento en la persona de Jesucristo en la Cruz del Calvario. La biblia es
una unidad de pensamiento, es la mente de DIOS (no toda, solo lo que
necesitamos) y de principio a fin tiene un mensaje: Jesucristo y el plan de
salvación.
El tema del día de hoy es el fundamento de la
expiación, primero diferenciemos entre redención y expiación, pues a pesar de
ser términos muy similares en cuento a su relevancia en la salvación del ser
humano, ciertamente son dos cosas muy distintas.
La palabra redención significa en su etimología re-comprar o rescatar e implica pagar un precio para recuperar o re-comprar aquello, ahí es donde entra la expiación, la expiación es el precio pagado, es
la moneda de cambio con la cual se recupera lo que se redime.
Redención: Cristo nos compró del mercado de esclavos del pecado
y del maligno.
Expiación: La moneda con que pagó: su sangre, su vida, su sacrificio.
De aquí surgen varias preguntas: ¿Cómo dónde y a quién
y de qué manera pagó el precio de nuestro rescate? Para poder responder
adecuadamente y sin caer en herejías es necesario saber en qué medida y condición
Jesús es nuestro representante y nuestro sustituto en la obra de la Cruz.
La teología sistemática ha encontrado en Filipenses 2.8 el elemento subjetivo y
el elemento objetivo de la obra sacrificial de Cristo y si llegamos a un buen
equilibrio entre ambos elementos tendremos una Cristología sana.
Elemento Subjetivo: se
humilló así mismo haciéndose obediente.
Elemento objetivo: hasta
la muerte y muerte de Cruz.
El elemento subjetivo, como su nombre lo indica, se
basa en la persona de Cristo, su voluntad obediente al Padre. El elemento
objetivo, es la ofrenda en sí misma, el sufrimiento en el sacrificio de la
Cruz.
Hay varias teorías expiatorias que van en exceso al
elemento objetivo de la expiación, veremos algunas de ellas y observaremos los
errores en los que caen.
1.
Teoría
de la recapitulación en Cristo. Efesios 1.10.
El apóstol Pablo usa la palabra anakefalaioo (ἀνακεφαλαιόω, G346), para reunir y también se puede traducir como resumir, encerrar y
recapitular.
Con base mayormente en esta cita, está teoría dice que
Cristo experimentó todas las fases de la vida de Adán incluyendo la experiencia
del pecado. Sostiene que Cristo triunfó donde Adán falló. Este
punto de vista considera la expiación de Cristo como algo que invierte el
camino de la humanidad de la desobediencia a la obediencia.
Según esta teoría, Cristo por el solo hecho de hacerse hombre asumió la naturaleza de
toda la humanidad, desembocando obviamente en el universalismo: todos seremos salvos sin importar nada más.
Es obvio que esta teoría es no solo equivocada y herética,
es peligrosa pues puede dar seguridad de salvación a aquellos que no lo son, su
equivocación recae en la confusión de representatividad
con la de sustitución, Cristo
representa a Adán, por eso le llama Pablo el postrer Adán, pero de ninguna forma lo sustituye, pues de ser así
se vería hasta contaminado de pecado en su ser.
2.
Teoría
del rescate pagado a satanás. Colosenses 2:15.
Entre los siglos II al IV hubo escritores cristianos
como Orígenes y Gregorio de Nisa, que con base en textos como: Colosenses 2.15. 1ª Corintios 2:7-8. 2ª
Corintios 4.4 y Efesios 4:8, inventaron la teoría de que Cristo pagó el
rescate de nuestra liberación no a Dios Padre sino a satanás ya que este era el
que nos tenía bajo su poder desde que la humanidad cayó en el pecado.
Gregorio de Nisa fue aún más lejos y afirmó que DIOS
se disfrazó de humano para servir como anzuelo
engañando como a pez hambriento al diablo, otra idea que se suma es que
satanás al excederse en el maltrato al inocente Jesucristo quedó sin el derecho
ya sobre de los pecadores.
¿Pero acaso no éramos esclavos del pecado y del diablo
(sus hijos de hecho)? Para responder sin confusiones innecesarias pensemos en
satanás como el carcelero, pero es DIOS el dueño de la prisión.
Es herético pensar en satanás, en vez de Dios, como
aquel que exigió que un pago fuese hecho por el pecado y así ignora
completamente las demandas de la justicia de Dios como las que vemos a través
de toda la Escritura. También tiene un concepto de Satanás más alto de lo
debido y lo ve como uno con más poder de lo que realmente posee.
3.
Teoría
de Anselmo acerca de la satisfacción. (La teoría comercial).
La teoría de Anselmo algunas veces se identifica con
la de los Reformadores, conocida también como teoría de la satisfacción, pero
no son idénticas las dos. Según Anselmo, el pecado consiste en que las criaturas
no quieren darle el honor que solo DIOS se merece.
A causa del pecado del hombre, Dios queda despojado de
su honor, y era necesario que esto fuera castigado. Esto podía ser hecho en una
de dos maneras: mediante castigo o mediante satisfacción. Esta
teoría ve la expiación de Cristo como algo que trae infinito honor a Dios. Esto
resultó en Dios dando a Cristo una recompensa, la cual Él Mismo no necesitó, y
que Cristo pasó esta recompensa al hombre en forma de perdón del pecado y
bendiciones para los que viven según el evangelio.
Esta teoría es falsa, Louis Berkhof observa muy bien
sus varios errores:
A. Pone
la base de la expiación sobre el honor de DIOS y no sobre de su justicia.
B. La
expiación deja de ser del todo sustitutiva ahora solo es un mérito delegado.
C. No
toma en cuenta la unión espiritual de Cristo con su iglesia.
D. Principalmente
excluye de la expiación la obediencia voluntaria y amorosa de Cristo.
4.
Teoría
rectoral o gubernamental.
Según esta teoría la satisfacción que la obra del
Calvario ofrece a DIOS no se basa en las exigencias de la Justicia divina, ni
su santidad ni ningún otro atributo divino, sino que fue solamente para
mantener y preservar las demandas del orden moral del universo que se
violentaron a causa del pecado.
Para esta teoría la expiación no supone ni necesita de
una sustitución en cuanto a nuestra responsabilidad personal por el pecado, sino
que la expiación es solo un equivalente
penal del castigo que los pecadores merecíamos. Esta sustitución penal por parte de Cristo debe de producir un impacto
en las conciencias de los hombres para que estos lleguen a arrepentirse de sus
pecados.
En esta teoría la obra de la redención es más una muestra que una satisfacción de la justicia de DIOS.
Esta teoría va abiertamente en contra de la Palabra de
DIOS en pasajes como 1ª Corintios
5:19-21 entre muchos otros, además le quita su negra esencia al pecado
(solo altero el orden moral del universo, no atentó contra la Santidad de DIOS)
y también le quita a la Muerte de Cristo su absoluta necesidad (Pues DIOS no
está indignado por el pecado).
5.
Teoría
del arrepentimiento vicario.
Esta teoría también recibe el nombre de teoría de la
simpatía y de la santificación. Se funda sobre la suposición gratuita de que un
arrepentimiento perfecto habría servido como expiación suficiente por el
pecado, si el hombre hubiera sido capaz de un arrepentimiento adecuado, lo que
no fue. Ahora bien, Cristo ofreció a Dios, en lugar de la humanidad, el
arrepentimiento requerido, y haciéndolo así, cumplió las condiciones del
perdón. Su obra realmente consiste en la confesión vicaria del pecado en lugar
del hombre.
La pregunta que surge es ¿Cómo se relaciona la muerte
de Cristo con este arrepentimiento y con esta confesión vicaria? La respuesta
es que, Cristo, por medio de sus padecimientos y muerte, entró mediante la
simpatía a la condenación que el Padre hace del pecado, extrajo la
perniciosidad (lo que causa daño) del pecado y lo condenó; y esto fue
considerado por el Padre como una confesión perfecta de nuestros pecados.
Esta teoría cae con un solo versículo. Hebreos 4.15. Cristo no podía
identificarse (eso implica la simpatía) con nosotros ni sustituir nuestro
arrepentimiento, no se podía arrepentir en nuestro lugar simplemente porque NO
TENÍA PECADOS DE LOS CUALES ARREPENTIRSE.
En la próxima clase analizaremos otras teorías
fallidas en cuanto a la expiación de Jesucristo.
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