miércoles, 6 de diciembre de 2017

Soteriología. Tema 18: El Arrepentimiento Parte I Cita: Mateo 3.2.



La ultima clase vimos las 4 características, así como el agente único de la regeneración que es El Espíritu Santo, previamente ya habíamos entendido que la regeneración preceda a la conversión, ambas son lados de la misma moneda, una es la cara divina: la regeneración, y la otra es la cara humana: la conversión. Pero ambas tienen dos características en común que los regenerados-convertidos debemos mostrar o de lo contrario no somos tales: Arrepentimiento y Fe.

En estas dos clases vamos a escudriñar acerca del arrepentimiento y después nos enfocaremos en la fe.

Por principio de cuentas, vemos que el N.T. le da un lugar preeminente al arrepentimiento:

ü  Mateo 3.2.
ü  Mateo 4:17.
ü  Marcos 1.15.
ü  Marcos 6:12.
ü  Lucas 24.47.
ü  Hechos 2:38.
ü  Hechos 3.19.
ü  Hechos 17:30.
ü  Hechos 20:21.

No es algo que deba sorprendernos, pues el arrepentimiento es el cambio voluntario, producido en el interior del pecador, por medio del cual reconoce sus culpas y pecados, los aborrece y busca el perdón, la pureza moral y el cambio de conducta.

Por lo tanto, el arrepentimiento es mucho más que solo sentirse mal por algo malo que hicimos, el genuino arrepentimiento ha de tener 3 elementos indispensables:

1)    Un elemento mental. Es por eso que hay un cambio en nuestro punto de vista acerca de la santidad de DIOS y de la perversidad del pecado.

Reconoce que el pecado es ofensivo en extremo a la santidad de DIOS, corrompe nuestro ser, y nos incapacita para entrar en el Reino de los cielos. Esta convicción de pecado produce una actitud de humildad en el pecador.

2)    Un elemento emocional. Por medio del cual cambian nuestros sentimientos hacia el pecado, hasta el punto de producir un pesar, una pena interior por haber ofendido el carácter Santo de DIOS. 2ª Corintios 7:9-10.

El termino griego exacto para expresar este pesar por el pecado es metamélomai que incluye, junto al pesar, la esperanza de ser perdonado y amado por DIOS.

El arrepentimiento por miedo a las consecuencias, a la vergüenza personal, al castigo, o para recibir un favor que no sea el amor y el perdón divino, es solo egoísmo y no un verdadero arrepentimiento, y lleva al punto de la desesperación, pero no del cambio de vida, al caso de Judas, que se suicido es el mejor ejemplo. Mateo 27:3-5.

3)    Un elemento volitivo. O de la voluntad y es por eso que cambian nuestros propósitos y planes en la vida, así como nuestra conducta. Implica una media vuelta dando la espalda al pecado.

Es lo que el termino griego metanoia expresa en su totalidad, y es el elemento que sobresale de los demás, porque los incluye, el hijo prodigo no llego al arrepentimiento cuando se dio cuenta de su miserable situación alimentando cerdos (elemento mental), tampoco cuando se acordó de la abundancia de pan en la casa de su padre (elemento emocional), solo lo hizo cuando tomo la voluntaria decisión de levantarse e ir a su padre (elemento volitivo). Lucas 15: 16-21.





El arrepentimiento por ser un cambio radical en el interior del hombre, unica y exclusivamente puede ser efectuado por obra e iniciativa del Espíritu Santo, el Él quien lo hace posible por medio de la regeneración que produce el nuevo nacimiento, la conciencia humana puede estar convencida de pecado, pero no puede producir metanoia por sí misma.

Por eso es que encontramos a muchas personas que saben que están mal, que pecan, que están en rebelión contra lo establecido por DIOS, pero aun así continúan haciéndolo, pues no basta con saber que estamos mal, ese solo es el elemento mental, y no basta con sentirse mal, ese solo es el elemento emocional, pero si el Espíritu Santo no causa el elemento volitivo por medio de la regeneración, únicamente tenemos remordimiento.
Pero no debemos confundirnos, hay una gran diferencia entre el arrepentimiento y la regeneración:

ü  La regeneración solo DIOS efectúa la obra mientras que el hombre permanece pasivo.
ü  En el arrepentimiento DIOS cambia y mueve el corazón, pero aquí el hombre toma parte activa y voluntaria, como toma parte le babe que respira por primera vez después de nacer.

En otras palabras: DIOS es el que regenera y el hombre es el que se arrepiente (ahora tiene esa capacidad gracias a la regeneración, por eso no tiene ningún mérito).

Para entender correctamente el concepto bíblico del arrepentimiento nunca olvidemos dos señales indispensables:

1.    El arrepentimiento siempre va de la mano de la fe. No se pueden separar jamás de lo contrario se pierde la esencia del arrepentimiento bíblico, son un solo evento espiritual contenido en la conversión y dados en la regeneración: salvarse del pecado por creer en Jesucristo.

La fe que es para salvación, es una fe arrepentida, y el arrepentimiento que es para vida es un arrepentimiento que cree en Jesucristo.

Es necesario que sea de esta forma porque la fe es la que nos convence de que nuestro arrepentimiento lleva consigo el perdón, la esperanza de salvación y el amor de DIOS, el arrepentimiento nos convence de que nuestra fe no es solo algo intelectual o emocional, sino también algo en nuestra voluntad para abandonar los caminos del mundo y seguir El Camino. La falta de uno de los dos, convierte al otro en una burla o en hipocresía.

2.    No es un acto pasajero o de una ocasión. Tanto el arrepentimiento como la fe, no son actos de una decisión aislada tomada bajo cualquier circunstancia: miedo, euforia, interés, etc. Debe de ser una actitud que ha de perdurar hasta la muerte.

Así como la fe no es un acto momentáneo, sino una constante actitud de entrega y confianza en Jesucristo como Señor y Salvador, así también el arrepentimiento es una constante contrición. No puede ser de otra forma pues la carne aún recuerda el pecado vívidamente y necesita ser confesado con pesar y alejarse de él. 1ª Juan 1:8-10.

Es junto a la cruz de Cristo donde el arrepentimiento tiene su comienzo, y es junto a esa preciosa Cruz, donde debe continuar derramando su corazón en confesión y contrición.



Enseñanzas erróneas acerca del arrepentimiento.

Como siempre lo hemos enseñado, las desviaciones en cuanto a doctrina se dan desde la época misma del inicio del cristianismo, en parte fue el motivo por el cual muchas epístolas fueron escritas, y en cuanto al tema del arrepentimiento no es la excepción, hay varias desviaciones de la verdad bíblica de este tema.

Para no desviarnos de la verdad es necesario entonces conocer las principales desviaciones en cuanto al arrepentimiento se refiere que se han dado en el cristianismo.

a)    Su relación con la Fe. como ya lo entendimos, la fe y el arrepentimiento son inseparables, indivisibles, indisolubles uno del otro, de lo contrario no tenemos nada.

     I.        Pero hay quienes creen que basta con creer de corazón para salvarse y que no hay necesidad del arrepentimiento. Aborrecer el pecado es un requisito que debemos de manifestar si es que decimos amar a DIOS, por eso es que nos arrepentimos continuamente de nuestros pecados o solo vivimos en libertinaje.

    II.        Del mismo modo, en el otro extremo están quienes afirman que basta con un arrepentimiento, aunque no tengan fe, en el N.T. nunca encontramos exhortaciones al arrepentimiento sin incluir la Fe en el Señor Jesucristo, un buen comportamiento sin Fe en Cristo es solo moralismo.

b)    Su relación con la esperanza.  En este punto también hay dos errores opuestos.

     I.        Reformismo. Es creer que basta con una reforma exterior de nuestras vidas, sin necesidad de que haya un cambio interno, sin la intervención del Espíritu Santo en regenerar los corazones, es cierto que cuando hay arrepentimiento le sigue una vida reformada y sigue así hasta llegar a la perfección. Filipenses 3:12-15. Pero la vida reformada no es el arrepentimiento es el fruto de él. Mateo 3.8. el arrepentimiento tiene que ver con la justificación y su fruto tiene que ver con la santificación. Romanos 6:22.

    II.        Penitencia. La ICAR ha permeado la confusión entre el arrepentimiento y la penitencia, al grado de traducir metanoia por haced penitencia en sus versiones de la biblia, han enfatizado la mortificación exterior del cuerpo como señal de un verdadero arrepentimiento de corazón y dejan fuera el cambio interior del corazón. Penitencias tales como: latigazos, silicios, coronas de espinas, crucificarse, etc. No son arrepentimiento, su paralelo cristiano como ayunar de comida y agua, mortificarse todo el tiempo, pasar horas en angustia, etc. Tampoco son arrepentimiento. La penitencia lejos de dar la gloria a DIOS solo promueve el orgullo y la satisfacción del ego humano.

c)    Su relación con el amor. Al igual que con la Fe y la esperanza, también hay dos puntos opuestos en los cuales se llega a caer.

       I.       Solo basta con el amor. Han malentendido o tergiversado la famosa frase de Agustín de Hipona: ama y haz lo que quieras, al grado de que creen que no es necesario preocuparse de dejar el pecado siempre y cuando seamos personas que amen mucho a DIOS, olvidan que no puede existir un genuino amor por DIOS sin el propósito serio de cumplir sus mandamientos. Juan 14.15, 21 y 24. 1ª Juan 5.2.

     II.      Contrición y atrición. Nuevamente la ICAR desde finales del siglo XII es la primera en enseñar que hay dos clases de arrepentimiento, la contrición que es el basado en el amor y la atrición que es el basado en el horror del pecado y miedo al infierno o deseo de ir al cielo, sin que el amor sea una motivación para alejar del pecado, creen que esto es suficiente para ser salvos, muchos cristianos hoy en día actúan como si los guiará esta falsa enseñanza, solo siguen a Jesús por conveniencia de ir al cielo y no al infierno pero no le aman, pues no desean conocerlo más íntimamente.



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