La semana pasada vimos como DIOS, de manera providencial, controló la
situación en el templo, para que Jesús aun no fuera arrestado, pues aún no había llegado su hora, estaba a la
mitad de la fiesta de los Tabernáculos, y él estaba predestinado a morir en la
fiesta de la pascua, 6 meses después.
DIOS no solo guardo en su providencia a Jesús, y no solo controla todos
los eventos del universo, ciclos, mareas, estaciones, orbitas, etc., DIOS
también controla todo en nuestras vidas por medio de su divina providencia, lo
que nosotros vemos como accidente, suerte, azar o destino, no es otros que el
Señor encaminando todo para su propia gloria: que nosotros seamos como
Jesucristo moralmente hablando, pero nunca olvidemos que no somos marionetas,
que siempre seremos responsables delante de DIOS de cada decisión que tomemos
en esta vida.
Eso es lo maravilloso y lo asombroso de la providencia divina, que aun a pesar de y por encima de, DIOS
tiene el control y utiliza todo medio posible para ser Él Glorificado.
Para entender la enseñanza del día de hoy, es necesario recordar algunas
cosas, ya antes estudiadas, pero que nos servirán de referente.
Al pueblo de Israel DIOS personalmente le estableció 7 fiestas anuales:
1.
Pascua.
2.
Panes sin levadura.
3.
De las primicias.
4.
Pentecostés.
5.
De las trompetas.
6.
De la expiación.
7.
De los tabernáculos.
De estas siete las tres más importantes son La Pascua, El Pentecostés y La De Los Tabernáculos, solo en estas
tres ocasiones, era que se daba la peregrinación masiva de judíos de todas
partes del mundo a Jerusalén, a ofrecer sacrificios en el Templo del Señor.
DIOS ordena por medio de Moisés en Levítico
23.33-44 la celebración de la fiesta de los Tabernáculos, se le llamaba así
porque las familias debían habitar durante una semana en cabañas o tiendas
llamadas tabernáculos, los construían en las azoteas, los patios y hasta en las
calles y era con un propósito doble:
·
Primero recordar que habían habitado como nación 40 años en tiendas cuando
vagaban por el desierto.
·
Segundo dar gracias a Dios por las cosechas de ese año.
El primero y el último día de la fiesta eran días de reposo, nadie podía
trabajar en ellos pues eran santos al Señor, años después cuando Israel regreso
del cautiverio babilónico se añadió la ceremonia de derramar agua como símbolo
de gratitud por la provisión de agua en el desierto y lo hacían citando pasajes
como: Isaías 12:3.
Es en el último y gran día de esta fiesta de los tabernáculos que Jesús
se pone de pie para alzar la voz y decir uno de sus dichos parabólicos más
reconocidos: Si alguno tiene sed venga a
mí y beba, el que cree en mí, como dice la Escritura de su interior correrán
ríos de agua viva.
Como ya vimos había una ceremonia de derramar agua, los primeros días de
la fiesta un sacerdote llenaba una jarra de oro con agua del estanque de Siloé.
Acompañado de una solemne procesión, volvía al templo y, en medio del toque de
trompetas y de gritos de las alegres multitudes, la derramaba en un embudo que
terminaba en la base del altar de los sacrificios encendidos.
El pueblo desbordaba de júbilo en ese momento. Esta
ceremonia también les recordaba las bendiciones otorgadas a los antepasados en el
desierto el agua de la roca. Éxodo 17.6.
Sin embargo, también tenía otro simbolismo profundo para los judíos de
esa época, pues para ellos apuntaba hacia la abundancia espiritual de la era
mesiánica, en una época de tantos sufrimientos, en todas las áreas, no solo
política, económica y culturalmente, también espiritualmente fueron muy
oprimidos, basta recordar que algunos llegaron al extremo de someterse a
cirugías que disimularan la circuncisión, que era la señal del pacto entre DIOS
y su pueblo.
El ambiente en el que el Señor Jesús vivió y murió, es otra muestra de
la Providencia de DIOS, pues no lo mandó 100 años antes o 100 años después, fue
justo en la época correcta, en la que su nación estaba literalmente hasta harta
de las burlas, el sufrimiento, las durezas impuestas por gobiernos extranjeros,
eso hizo que más que nada el mundo anhelaron un Mesías rey, y eso fue en gran medida, desde el punto de vista
humano, lo que provocó el rechazo del Señor Jesús, pues no les prometía
libertad ni prosperidad política o como nación.
Sin embargo, esta ceremonia de derramar agua, llegando al último día de
la fiesta ya no se realizaba, es por eso que Jesús comienza diciendo “SI ALGUNO TIENE SED VENGA A MI Y
BEBA” pues no habían derramado agua ese día, la ocasión era perfecta.
Es obvio que no tomarían literalmente de Jesús y que no se refería solo
a la sed física, por eso es un dicho parabólico, usó acontecimientos comunes y
muy conocidos por la gente para dar su mensaje, como siempre, haciendo gala de
su gran sabiduría.
Era como si deseara decir, ¿No se dan cuenta de que esa agua me señala,
y que todos esos recordatorios de la vida de los antepasados en el desierto
pierden su significado vital si no se me tiene en cuenta? Era como si Jesús
mismo les dijera ¿Qué no ven que se
trata solamente de mí?
En el versículo 38 Jesús dice “el que cree en mí, como dice la
Escritura”, pero ¿Qué Escritura es la que cita? Son varias las referencias,
veamos algunas de ellas:
·
Salmo
78:15-16.
·
Salmo
105:41.
·
Isaías
58:11.
·
Ezequiel
47:1.
Ezequiel tiene una visión del templo y agua saliendo de él hasta formar
un río, el varón que llevaba el cordel para medir es un ángel y se menciona en Ezequiel 40:2-3.
El mismo apóstol Juan nos da una explicación más a detalle, y con ella,
podemos entender a fondo el pasaje: 39
Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún
no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.
Primero aclaremos que la tercera persona de la
Trinidad, el Espíritu Santo ya existía desde la eternidad y hasta la eternidad,
estuvo presente y activo en la creación, por lo tanto, de ninguna manera este
texto implica o apoya el hecho de que el Espíritu Santo aún no había sido creado, pues de ser una creación, no
podría ser DIOS y eso es una blasfemia, catalogada por Jesús mismo como
imperdonable. Mateo 12:31.
Juan aclara que el Espíritu Santo habría de venir a la
vida de cada creyente, a partir del día de pentecostés en Hechos 2 está promesa se cumplió, cuando el Espíritu formó la
iglesia del Señor Jesucristo, si no lo hizo antes, es porque el Señor Jesús aún
no había sido glorificado.
La glorificación indica el término de su estado de
humillación, y el estado de humillación culmina con su pasión, muerte y
descenso a las partes bajas de la tierra, en pocas palabras, El Espíritu Santo
no podía venir todavía a los corazones de los creyentes porque la obra de
redención aún no se había consumado, no había, por así decirlo, obra de redención en la cual creer.
No se podía hacer un llamado al arrepentimiento y a
Fe, si no había en que depositar esa Fe, creemos en Cristo sí, pero en Cristo
crucificado dice la Escritura.
Jesús aprovechó la situación al final de la fiesta de los tabernáculos
para citar al profeta Ezequiel en específico y así hablarnos de una vida llena
del Espíritu Santo en los cristianos. Podríamos parafrasear al Señor: El que cree en mí, el Espíritu Santo
brotará de su corazón como un río inagotable de vida espiritual, será lleno de
Él (El Espíritu Santo).
Es lo que comúnmente conocemos como una
vida llena del Espíritu, pero ¿Qué
es una vida llena del Espíritu Santo?
Hoy en día se dice en muchos lugares que es:
·
Hablar otras lenguas.
·
Tener dones.
·
Caer al suelo y retorcerte.
·
Ser muy ungido.
·
Hacer milagros poderosos.
·
Sentir un fuego cuando oran por ti.
·
Y muchos mitos anti bíblicos más.
El ser lleno con el Espíritu implica darle a Él la libertad para
ocupar cada parte de nuestra vida, guiándonos y controlándonos. Entonces Su
poder puede ser ejercido a través de nosotros, para que lo que hagamos sea un
fruto para Dios. La llenura del Espíritu no se aplica solamente a hechos
externos; también se aplica a los pensamientos más íntimos y los motivos de
nuestro corazón, a toda nuestra vida.
Una vida llena del Espíritu Santo se nota porque DA FRUTO: Ezequiel 47:12.
Una vida
llena del Espíritu es dar el fruto del Espíritu Gálatas 5:22:
1. Amor.
2. Gozo.
3. Paz.
4. Paciencia.
5. Benignidad. (Lo Interno).
6. Bondad. (Lo Externo).
7. Fe.
8. Mansedumbre.
9. Templanza.
La enseñanza central del día de hoy: quien
tenga sed venga a mí y beba, el que crea en mí de su interior correrán ríos de
agua viva, es:
Que los
creyentes seremos llenos del Espíritu y La verdadera evidencia de que somos
llenos del Espíritu Santo son las vidas transformadas por medio de su Palabra.
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