El día de hoy veremos uno de los dichos más conocidos
del Señor Jesús, considerado entre los 7 Yo
Soy del evangelio de Juan y su verdadero significado por medio de su
contexto inmediato y general en la Escritura.
El apóstol Juan recopila estas palabras dichas directamente
de labios del Señor Jesús, justo después de terminado el bochornoso
acontecimiento de la mujer adúltera utilizada como carnada para que el Maestro
cayera en alguna contradicción y poder desacreditarlo o definitivamente darle
muerte.
La forma de manejar la situación por parte de Jesús,
como lo vimos la semana pasada fue impresionante, agachado escribiendo en el
suelo, crea un silencio expectante, y ante la insistencia de qué hacer con la
pobre mujer pecadora, Jesús se pone en pie y les dice fuerte y claro: el que esté libre de pecado que tire la
primera piedra.
Como lo entendimos ya, esto no es un pretexto para
pecar descaradamente y no dejar que nadie
se meta en nuestras vidas espirituales, Jesús estaba en contra de la
hipocresía descarada, pues estos hombres homicidas de corazón, acusaban a una mejor
adultera, eso es lo que también condena el dicho recopilado pro Mateo: primero saca la viga de tu ojo antes de ver
la paja en el ojo ajeno.
Los escribas y fariseos, acusados por su conciencia,
fueron yéndose poco a poco, comenzando por los más astutos, es decir los más
viejos, al quedar solamente la mujer pecadora y el Señor Jesús solo, el Señor
le pregunta ¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condeno? La mujer,
entendiendo el gran perdón que acababa de recibir, solo se limita a contestar
lo que el Señor le preguntó, no despotrica en contra de estos malvados hombres
pues sabe que su condición no se lo permite.
El Señor le dice un par de frases maravillosas, que,
de hecho, fueron el corazón de nuestro sermón pasado: Ni Yo te condeno, vete y NO peques más.
Como bien apunta Agustín de Hipona, Jesús no la
perdonó y le dijo vete y haz lo que quieras, eso es Antinomianismo o
libertinaje espiritual, creer que por estar bajo la gracia podemos hacer lo que
se nos dé la gana y que no habrá consecuencias, sobre todo consecuencias
eternas.
El apóstol Pablo entiende muy bien esta verdad que la
deja plasmada en Romanos 8.1 Ninguna
condenación hay para los que están en Cristo, los que NO andan conforme a la
carne, sino que viven en el Espíritu.
Inmediatamente después de que la mujer abandona la
escena Jesús, aun en medio del patio del templo, otra vez se dirige a los
fariseos que se iban alejando y les dice: Yo
Soy la luz del mundo.
Antes de entrar a explicar las palabras de Jesús,
desliguemos de la mal llamada iglesia la
luz del mundo, ellos no son ni siquiera cristianos en ningún sentido de la
palabra, su adoración y devoción está con su fundador y con su líder actual, Según
sus creencias, se trata de la verdadera iglesia fundada por Jesucristo en el
siglo I, restaurada el 6 de abril de 1926 por el religioso mexicano Eusebio
Joaquín González (1898-1964).
En la actualidad es dirigida por el nieto del fundador
Naason Joaquín García, y como toda secta se cree poseedora exclusiva de toda la
verdad y de ser el único medio de salvación.
Con solo mencionar que le cantan alabanzas a su líder autonombrado
apóstol y el ángel de apocalipsis y le rinden culto especial en su cumpleaños
por ejemplo sería suficiente para saber que no son legítimos, si a eso le
sumamos la actitud sectaria, y el ser unitaristas es decir no creen en la
Trinidad, nos damos cuenta que tan equivocados están.
Cabe señalar, que la actitud sectaria, no es algo
nuevo o exclusivo de estos grupos, también en la iglesia de Cristo tenemos ese
problema, típico de los cristianos que son niños espirituales. 1ª Corintios 3:1-4.
No somos la unica
iglesia cristiana genuina, formamos parte del cuerpo de Cristo, y creemos
que aquellas iglesias que comparten con nosotros la misma creencia en doctrinas
fundamentales forman parte del mismo cuerpo, aunque su liturgia sea diferente,
solo son otro órgano diferente, como
bien dijo Agustín en lo fundamental
unidad, en lo secundario libertad, pero sobre todo la caridad.
La frase de Jesús: Yo Soy la luz del mundo, entendida en su contexto correcto es
impresionante y muestra la gran sabiduría del Señor Jesús, primeramente, hace la
mención pues la mujer que acababa de recibir el perdón eterno de su alma,
estaba en tinieblas y fue llevada a la luz admirable de Cristo.
Además, había otra tradición en la fiesta de los
tabernáculos además de la derramar agua, y por la cual Jesús dijo el que tenga sed venga y beba de mí y de su
interior correrán ríos de agua viva, la otra tradición era que al terminar
la celebración oficial de la fiesta de los tabernáculos se encendían 4 grandes
candelabros
En el atrio de las mujeres se colocaban en aquellos
días cuatro enormes candelabros, en cuyas cimas había grandes copas de oro
llenas de aceite, y en cada una de dichas copas había varias mechas para dar
más luz, de tal modo que el resplandor de estas luces se proyectaba sobre la
ciudad; mientras, los levitas tocaban diversos instrumentos musicales de
cuerda, sentados en las gradas que daban acceso al atrio, y el pueblo llevaba
antorchas, mientras celebraba con júbilo la ceremonia llamada en hebreo la alegría de la fiesta.
De esta forma, recordaban la columna de fuego que
había guiado a sus antepasados en su peregrinación por el desierto. Éxodo 13:21-22.
Jesús tomó el Nombre revelado de DIOS a Moisés en
medio de la zarza ardiente, el Gran Yo
soy y lo aplica por segunda vez, la primera es cuando dicen en Juan 6 Yo Soy el pan de vida, aún faltan otros
5 que veremos más adelante.
Jesús se estaba refiriendo a que él es la expresión de
DIOS para guiar al ser humano sumergido en el pecado, expuesto a juicio eterno
y necesitado de salvación, Jesús estaba diciendo que su labor no es la venir a
darnos una mejor vida, ni una buena salud física o mejores relaciones, ni mejor
matrimonio, ni siquiera una mejor religión, sino a alumbrar nuestras vidas
pecaminosas.
El significado de Jesús como la luz que ilumina el
mundo está íntimamente relacionado con lo estudiado en Juan 1:4 y 9.
Al decir mundo, se refiere a todo tipo de raza o
género, sin distinción de ningún tipo, pues todos, absolutamente todos los
seres humanos hemos nacido en pecado, esa es la oscuridad del ser humano esas
son las tinieblas que cubren nuestro ser, no necesitamos ser los más perversos
seres humanos, no necesitamos ser un Hitler o un Charles Manson, basta con
saber que todos estamos en tinieblas.
Nuestros esfuerzos más sinceros de alcanzar los
estándares de justicia y santidad de DIOS no son más que trapos inmundos a sus
ojos, además las tinieblas no siempre se manifiestan en actos detestables como
homicidios o adulterio, muchos son los que sus tinieblas se revelan por medio
de vidas moralmente correctas, actos bondadosos, sentimientos bonitos, todo
ello no es malo en sí mismo, pero si es INSUFICIENTE para lograr la tan ansiada
salvación de nuestras almas.
La luz visible de nuestro mundo natural es el sol, así
también, el sol de justicia, nuestro
Señor y Salvador Jesucristo ilumina nuestras vidas espirituales. Malaquías 4:2.
Cuando la luz del sol
de justicia ilumina nuestros corazones, no hay oscuridad ni pecado que no
se disipe, que no sea echado por completo fuer, y, además, al igual que como
columna de fuego, la luz del Señor guio al pueblo de Israel a la tierra
prometida, la luz de Cristo es la que nos guarda y nos guía hasta el final, nos
asegura nuestra permanencia en los caminos del Señor. Salmo 119.105.
Por eso Jesús añade el que me sigue NO andará en tinieblas. Es una contradicción decir
que creemos en Cristo y le seguimos y al mismo tiempo vivir pecando continua y
descaradamente, nosotros como hijos de luz, no andamos en tinieblas, eso no
significa que nunca más volvemos a cometer ningún pecado, lo cual mientras
estemos en la carne es imposible, significa que el pecar ya no es un habito o
una práctica común para nosotros. 1ª
Juan 3:8.
Seguir la luz o sea a Cristo significa confiar por
completo en Él y obedecerle por amor, no está permitido que nosotros tracemos
nuestro propio camino, hemos de seguir la columna de fuego todo el tiempo. Hebreos 10.20.
Pero no es todo, Jesús continua y dice que el que lo
sigue tendrá la luz de la vida o luz viva que es el hebraísmo
correcto de esta frase.
La luz viva se refiere al fuego encendido en el templo
y en la actualidad en algunas sinagogas, encima del arca y que nunca se apaga,
arde, está viva de día y de noche y representa a constante e inamovible
presencia de DIOS y la fe eterna y firme en Él.
Pero, además, los mismos rabinos llamaban al futuro
Mesías Luz e Iluminador, de acuerdo con Isaías
9:2; 42:6; 49:6; Daniel 2:22.
Podemos entender, siendo Cristocéntricos, que las
palabras de Jesús apuntaban a su presencia permanente en nosotros, al seguirle,
al confiar en él, cuando DIOS nos hizo nacer de nuevo por su gracia, se aseguró
de mantenernos siempre cerca de él, esto fue dándonos esa luz viva, siempre ardiendo en nuestro interior, nuestro corazón
siempre va a anhelar a Cristo ahora que somos hijos de DIOS.
Podemos concluir que esta corta pero maravillosa frase
de Jesús, contiene el evangelio:
·
El mundo, es decir todos los seres humanos, por ser
pecadores estamos en tinieblas, tenemos oscuridad en el alma.
·
No hay forma de alumbrarnos nosotros mismos.
·
Solo Jesús, la luz verdadera, alumbra los corazones y
disipa las tinieblas del pecado que hay en nosotros volviéndolas luz.
·
Esa luz no solo nos salva, también nos guía, como la
columna guio al pueblo de Israel por el desierto, nosotros somos guiados en el
Camino de Cristo por medio de la luz de la Escritura.
·
Esa luz, es la luz viva, que arde eternamente, nunca
se apagará, garantizando nuestra permanencia en DIOS por medio de Cristo.
Esa luz es la que nos ha guiado como ICRE durante estos 3 años, y es en
la que confiamos que nos guiará muchos años más.