La semana pasada comenzamos a escudriñar el capítulo
15 de este maravilloso evangelio, en los primeros versículos de este capítulo
encontramos una parábola en la cual El Señor Jesucristo dicta el séptimo y
último Yo Soy de este libro: Yo Soy la
vid verdadera.
El contexto del capítulo ya lo sabemos, apenas hace
unos minutos atrás que el Señor tomó la ultima cena y estableció el comer el
pan y el tomar el vino, que es el fruto de la vid, como sacramento memorial de
su sacrificio, también recordemos que acababa de darles una serie de palabras
de consuelo a sus discípulos pues su corazón se vio tremendamente conmovido por
diversas situaciones y además, estamos a escasas horas de que comience la
pasión y muerte del Señor Jesús.
Pero hay algo más, hay un elemento que el Señor tiene
en mente cuando les dicta esta parábola: Judas el traidor que estuvo con ellos,
comió con ellos, aprendió con ellos, pero que nunca fue uno de ellos, por ello
es que la enseñanza central de esta alegoría es: los que permanecen y dan fruto
y los que no permanecen y no pueden dar fruto.
Tomamos el orden del Señor en la aplicación de esta
metáfora:
·
Advertencia de muerte a los que no dan fruto.
·
Promesa de vida a los que si dan fruto.
Ese fue el tema central de nuestro sermón de la semana
pasada: una advertencia de muerte. Lamentablemente no son pocos los casi
cristianos en el mundo.
·
Personas que en algún momento de sus vidas sintieron
amor por DIOS, pero no fue una convicción en sus vidas.
·
Personas que anhelaron la salvación de Cristo, pero no
su Señorío.
·
Gente que escuchó la verdad, pero que no amó la
verdad.
·
Gente que recibió la semilla del evangelio, pero que
nunca germinó.
·
Personas que estuvieron en la Vid, pero que nunca
permanecieron.
La advertencia a los casi-cristianos es severa, en el verso 6 la encontramos resumida en
5 puntos, los cuales tienen amplio respaldo en otras partes de la Escritura:
A.
Es
echado fuera.
B.
Se
seca.
C. Y los recogen.
D. Los echan en el fuego.
E.
Y
arden.
Tengamos cuidado, no hay nada más peligroso para sí
mismo que un casi cristiano, pues cree que va en camino al cielo, cuando su
fin, es la muerte segunda.
Pero no se queda aquí esta enseñanza, el día de hoy
veremos su complemento: la promesa de
vida para aquellos que permanecen y dan fruto. ¿Por qué el Señor Jesús
contó de esta manera su enseñanza? Recordemos que tenía en mente a Judas el
traidor cuando habló de los que no permanecen y a los 11 restantes cuando habló
de los que permanecen y dan mucho fruto.
Al igual que la advertencia de muerte, la promesa de
vida la encontramos condensada en 5 puntos los cuales los encontramos en los
siguientes 5 versículos:
I.
Oraciones
eficaces. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid
todo lo que queréis, y os será hecho.
Para los que permanecen en Cristo hay una gran promesa
de parte del Señor: Vida, vida manifestada en primer lugar en oraciones
contestadas.
Ya lo había delineado el Señor momentos antes, dentro
de las palabras de consuelo, una de ellas fue 14:13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que
el Padre sea glorificado en el Hijo.
Ahora repite y explica el pensamiento de permanecer
positivamente en Cristo, esta vez no es el consuelo de saber que a pesar de su
ausencia física, sus oraciones seguirán siendo tomadas en cuenta, en esta
ocasión Jesús hace una promesa de vida maravillosa.
Nada impulsa más, nada motiva y encamina mejor a un
cristiano que tener un vida de oración constantemente contestada, lo aclaramos
hace un par de semanas, no se trata de pedir cual niño en juguetería lo que se te antoje, por el contrario, en el
momento en que empezamos a permanecer positivamente en Cristo, en el momento en
que nuestra vida comienza a perderse en la intimidad de Su presencia, lo que
pidamos será conforme al corazón de DIOS.
Este es un buen parámetro para saber si estamos
permaneciendo correctamente o solo creemos
que lo hacemos, si nuestras oraciones siguen siendo egocéntricas, vanas,
repetitivas y para nuestros deleites carnales, simplemente es porque aún no
sabemos permanecer en Cristo positivamente, aun nuestra intimidad con Él es
superficial.
Solo aquellos que permanecen en Cristo son capaces de
efectuar oraciones eficaces. Santiago
5:16.
Es razonable que la persona que permanece en Cristo y
en cuyo corazón la Palabra de DIOS abunda, nunca pedirá nada que sea contrario
a la voluntad de DIOS, pero aún más, cuando realmente estamos teniendo
intimidad con DIOS, hasta las respuestas negativas a nuestras oraciones serán
bien recibidas y hasta agradecidas.
Al mismo tiempo, se trata de una gloriosa promesa que se
convierte en una realidad todavía más gloriosa en las vidas de todos los
verdaderos hijos de Dios, siempre que ellos, por la gracia soberana de Dios,
estén verdaderamente a la altura de lo estipulado en la cláusula condicional.
El permanecer en Cristo produce resultados
extraordinarios:
·
Oración eficaz (15:7).
·
Llevar mucho fruto (15:8).
II.
Llevar
mucho fruto. 8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y
seáis así mis discípulos.
El fruto espiritual que es un adorno de la gracia de
DIOS en un cristiano es un reflejo del interior del corazón, ahora un corazón
regenerado, nuevo, limpio, y en consecuencia preparado para reflejar los
atributos comunicables del Señor, por ello es que El Padre es glorificado, pues
es reflejado por aquellos que permanecen en la Vid.
Pero no es glorificado en que demos fruto, sino en que
demos mucho fruto, hay personas que
creen que un poco basta, son conformistas, que se contentan con no ser como
antes eran, pero que aún no han llegado a la plenitud de la estatura de Cristo.
El Señor liga el ser discípulos con el dar mucho
fruto, pues una parte vital en ambas situaciones es el dejarse corregir, como
discípulos ya lo sabemos, no podemos serlo si solo somos enseñables, para dar
mucho fruto es igual, no podemos decir que lo hacemos si solo somos enseñables,
si únicamente somos oidores de la Palabra pero no hacedores, y que mejor manera
de ser hacedores que dejándonos corregir
por DIOS por medio de su Palabra.
No podemos estar gozosos si solo es algo de fruto, eso no basta, no estamos
diseñados para dar a cuentagotas, con
la vida de Cristo en nuestro interior estamos capacitados para hacer más, mucho
más, lamentablemente la mayoría se conforma con dar ocasionalmente fruto.
El permanecer en Cristo produce resultados asombrosos:
·
Oración eficaz (15:7).
·
Llevar mucho fruto (15:8).
·
Amor. (15:9).
III.
Amor.
9 Como el Padre me ha amado, así también yo os he
amado; permaneced en mi amor.
Yo los he amado, dice Jesús. El
mejor comentario acerca de esto es 13:1
Como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
En esta noche sagrada, la más sagrada de todas, el
Señor recuerda todas sus experiencias con los discípulos desde el día en que
los escogió para el discipulado, y luego una vez más les recuerda, que al igual
que el amor del Padre, no nació en el tiempo, se generó desde la eternidad
pasada, por eso lo dice en tiempo pretérito.
Desde antes que el mundo se fundara Cristo, junto al
Padre y al Espíritu Santo, nos han amado, es lo que significa con amor eterno
te he amado.
Este amor, además, era puro, total, profundo,
personal, inteligente, duradero; por ello, en todos estos aspectos era
exactamente como el amor del Padre por el Hijo.
El amor de Cristo por los discípulos es muy valioso, porque
es como el amor del Padre por el Hijo, y es precisamente por este motivo que
Jesús nos insiste ardientemente en permanecer en él, para poder compartir ese
maravilloso, eterno e incondicional amor.
Nunca vamos a poder amar a la manera que DIOS nos lo
pida, como un verdadero cristiano, que ama a sus amigos y enemigos, que ora por
los que lo insultan, que agradece por la vida de los que lo persiguen, que da
bendiciones en lugar de maldiciones, si no permanecemos en firmemente en
Cristo.
Te has preguntado ¿Por qué te cuenta tanto amar y
aceptar a los demás hermanos de la congregación? La respuesta es simple: no
estas permaneciendo lo suficiente, no lo haces una habito de vida, o en definitiva
nunca lo haces, porque si lo hiciera el amor eterno del padre y del Hijo
fluirían por tu ser.
No necesitarías que las personas te dieran motivos
para amarlos, por el simple hecho de tener fluyendo en ti el asombroso amor incondicional
de DIOS, los amarías, amarías a su iglesia como Cristo la ama, la cuidarías, cuidarías de cada
miembro o no miembro, de cada asistente, congregante, de todos los que te
rodean, los cuidarías en amor, pero esto no sucede sencillamente porque no estamos permaneciendo en la Vid que es
Cristo.
Cuando aprendamos a permanecer en Cristo
constantemente, como un estilo de vida permanente, el resultado será asombroso:
un amor desbordante, inmenso, eterno e incondicional por todos, en especial por
los de la familia de la Fe.
El permanecer en Cristo produce resultados
maravillosos:
·
Oración eficaz (15:7).
·
Llevar mucho fruto (15:8).
·
Amor. (15:9).
·
Obediencia. (15:10).
IV.
Obediencia.
10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi
amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su
amor.
El creyente que permanece en Cristo está rodeado de
lazos de amor, que lo atraen más y más cerca de su Salvador, esto tiene 2
implicaciones:
a.
Como bien sabemos el amor de él siempre es primero.1ª Juan. 4:19. Ahora comienza a actuar
nuestro amor. ¿Cómo se manifiesta?
b.
Mostramos nuestro amor al guardar sus preceptos. Juan 14:15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.
Jamás el amor de DIOS en nosotros traerá anarquía
espiritual, hay muchos que creen que con amar a DIOS es suficiente y dejan de lado sus mandatos,
son los muy conocidos antinomianistas o
que van en contra de la ley.
Ni Cristo, ni Pablo promueven la ley como medio de
salvación, la salvación siempre es por gracia por medio de la fe, pero la
evidencia el fruto visible de que hemos sido rescatados de nuestra vana manera
de vivir es que obedecemos ahora por
amor la ley moral de DIOS.
Lo obediencia a los preceptos morales y espirituales
encontrados en la Escritura es solo la consecuencia de lo que sucedió en
nuestro interior: la regeneración, pero nunca lo podremos llevar a cabo sin dos
elementos básicos:
·
Renovación de la mente.
·
Permanecer en Cristo.
La prueba irrefutable de que nuestra mente se va
renovando y de que estamos permaneciendo en Cristo día a día, momento a momento
es la obediencia a DIOS por medio de la obediencia a Su palabra.
Pero no es todo, el Señor además dice así como yo he guardado los mandamientos de
mi Padre, y permanezco en su amor.
Jesús no solo lo dice para que sigamos su ejemplo, lo
dice para que nos demos cuenta de que él lo sabe hacer, lo hizo hace 2000 años
y lo volverá a hacer por medio de todos aquellos que descansen en él, todos los
que permanecemos pegados a él como los pámpanos a la Vid tenemos la garantía,
porque ya lo ha hecho antes, de que Cristo en nosotros lo hará de nuevo, solo
hace falta renovar la mente para poder expresarlo.
De hecho no es la única ocasión, tan solo en este
evangelio, en que vemos la perfecta obediencia de Cristo al Padre por amor: Juan 8:29; 10:17, 18; 12:49, 50; 14:31;
17:4.
El sacrificio voluntario del Hijo en la terrible
muerte de cruz es sin duda la manifestación más gloriosa de esta obediencia.
El permanecer en Cristo produce resultados estupendos:
·
Oración eficaz (15:7).
·
Llevar mucho fruto (15:8).
·
Amor. (15:9).
·
Obediencia. (15:10).
·
Plenitud de gozo (15:11).
V.
Plenitud
de Gozo. 11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y
vuestro gozo sea cumplido.
Estas palabras, desde el inicio en el verso1, hasta el
verso 10, en las cuales el Señor ha exhortado a sus discípulos a permanecer en Él
y así producir mucho fruto, obtendrán la bendición de la oración contestada y
permanecerán por siempre en su amor, Jesús las ha pronunciado a fin de que el
gozo de él pueda estar o pueda permanecer permanentemente en ellos.
Él es claro al decir mi gozo, no la clase de felicidad o placer que promete el mundo, tal
como sucede con Su paz eterna, el
Gozo de Cristo en nosotros es la fuerza para llegar hasta el final, para seguir
firmes venga lo que venga, ha no desviarnos ni a izquierda ni a derecha, sino a
poder andar por el camino angosto y entrar por la puerta estrecha. Mateo 7:14.
Así como la paz de Cristo es espiritual así también el
gozo que Él imparte de forma viva a todos los que permanecen en él, es un gozo
espiritual eterno e interminable. Jesús quiere ver este deleite íntimo, este
gozo incomparable en el corazón de sus discípulos, de los 11 ese día que lo
dijo, y de todos los demás que años después hemos escuchado Su Promesa de Vida.
Ese día en especial más que otras veces, los
11necesitaban con urgencia el gozo eterno de Cristo, la fuerza para continuar,
no olvidemos el contexto anterior inmediato, la fuerte desilusión, si ellos no
hubiesen tenido el gozo, la fuerza interna de parte de Cristo para continuar,
no solo como Pedro hubieran negado al Señor, sino que nunca más habrían
recobrado el camino correcto.
Al igual que los 11 hace más de 2000 años, los que
somos sus discípulos en la actualidad, en este mundo de tinieblas y maldad,
necesitamos ese gozo, esa fuerza, esa motivación para seguir caminando con
Cristo, de lo contrario, si lo tratamos de hacer por nuestra cuenta, en
nuestras fuerzas, sin permanecer, nos sucederá lo mismo que a Judas el traidor,
que no pudo dar marcha atrás a su mal camino.
Pedro debió estar muy atento a las palabras de Jesús
en ese instante, pues décadas después en su primera carta escribió al respecto
con toda sabiduría. 1ª Pedro 1:6-8
Conclusiones.
Después de dar una advertencia de muerte para aquellos
que como Judas, no permanecen en la Vid, el Señor consuelo nuestros corazones
dándonos ahora el complemento de la enseñanza central de la alegoría de la Vid:
la promesa de vida para aquellos que si permanecen en Cristo:
I.
Oración
eficaz (15:7).
II.
Llevar
mucho fruto (15:8).
III.
Amor.
(15:9).
IV.
Obediencia.
(15:10).
V.
Plenitud
de gozo (15:11).
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