lunes, 3 de diciembre de 2018

El Evangelio De Juan 103: Palabras De Consuelo. Juan 14:28-31.


El día de hoy daremos por terminado el estudio del decimocuarto capítulo del evangelio del discípulo amado, este capítulo, como la gran mayoría del evangelio contiene material exclusivo, el cual lejos de contradecir, complemente a los otros 3 evangelios llamados en conjunto como evangelios sinópticos.

Juan nos narra a Jesús dando una de sus enseñanzas que se derivó de la gran inestabilidad en la que sus discípulos se encontraban, solo unos momentos antes su fe acababa de ser fuertemente sacudida, necesitaban urgentemente palabras de consuelo.

Eso es lo que hizo el Señor, a pesar de que él mismo se encontraba en una gran angustia, pues estaba completamente consiente de que su tiempo estaba por llegar, el momento en que bebería la copa de la ira santa de DIOS estaba por cumplirse en un escaso par de horas.

Y aun así, el Señor les da una serie de Palabras de consuelo a sus amados discípulos, hasta que es interrumpido, primero por Tomás, luego por Felipe y finalmente por Judas el grande, fue en esta tercera interrupción y la respuesta dada por el Señor que nos detuvimos la semana pasada a escudriñarlas.

Judas Tadeo tenía en mente todavía que Jesús sería el Mesías Rey, el político que uniría al pueblo de Israel  y lo libraría de la cruel tiranía de los romanos, pero al ver que sus sueños si iban esfumando, aprovecho una de las frases del Señor para tomar la palabra: ¿Cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?

Lo que Judas Lebeo hiso fue tomar las palabras del Señor Jesús en su forma más simple y literal y usarlas para su conveniencia, esto fue algo que el Señor Jesús pasó en diversas ocasiones, los discípulos, los dirigentes y la multitud, no alcanzaban a comprender la profundidad espiritual de sus dichos.

El Señor sigue adelante con su discurso sin tomar en cuenta la interrupción de Judas, aunque en realidad su respuesta fue implícita: les voy a dejar algo mucho mejor: la paz eterna. es lo que quiso dar a entender cuando les dijo a sus discípulos 27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

El Señor no tenía en mente una vida sin problemas, sin la opresión romana, siendo ellos los soberanos de su nación y del mundo, al contrario, es muy específico al decir que su paz no es como la del mundo, pues la paz eterna de la que Él nos habla es de nuestra reconciliación con DIOS, no somos más enemigos de DIOS, lo que nos enemistaba y por lo tanto robaba nuestra paz espiritual era el pecado, pero El Señor se encargó de ello, lo tomó sobre de sí en la Cruz y al mismo tiempo nos regaló su justicia.

Entendimos que hay al menos 3 grupos de personas que se fabrican su propia paz, pues sus conciencias les dicen a gritos que son enemigos de DIOS, por lo cual nunca tiene paz, no la verdadera paz eterna, la paz de Cristo, estos grupos son:
·         Los ateos.
·         Los apóstatas.
·         Los tibios.

Cada grupo se confecciona mentiras a su medida con tal de sentir aunque sea un poco de paz, los ateos creen que con negar que DIOS es real, les bastará para no tener que dar cuentas un día de sus actos.

Los cristianos resbalados, sus mentiras favoritas son:

·         Yo sigo creyendo en DIOS.
·         Aunque no me congregue si amo a Cristo.
·         Ando algo mal, pero DIOS conoce mi corazón.
·         Tal vez peco, pero al menos ya no soy idolatra.
·         Mira como DIOS no me deja, hasta me bendice.

Sin embargo, los cristianos inmaduros no se quedan atrás:

·         No creo estar tan mal.
·         Hay otros peores.
·         Antes era más malo, pecaba más, etc.
·         Pero al menos me congrego, oro, leo la biblia, ayudo, etc.
·         En el tiempo de DIOS todo va a pasar.
·         Al cabo todo está predestinado.
·         Etc.

Pero en nada se compara con la paz que solo el Señor Jesús nos da cuando vamos humillados a sus pies y reconocemos que solo en él tenemos perdón de pecados.

El Señor está a punto de terminar su discurso en el aposento alto, por eso es que al final del verso 31 les dice a los discípulos: Levantaos, vamos de aquí. Así que Él continua, una vez que ha aclarado que sólo él tiene la paz que sobrepasa todo entendimiento: 28 Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo.

Jesús había estado diciéndoles a sus discípulos en varias ocasiones acerca de inminente partida, me voy y vengo a ustedes, es una declaración del o que iba a suceder, el Señor partiría a los cielos después de resucitar, pero regresaría a vivir en los discípulos por medio de la persona del Espíritu Santo.

Si los discípulos hubieran progresado más en su amor por el Maestro, no hubieran estado tan llenos de temores angustiosos. Se hubieran regocijado en el hecho de que esta partida del Señor era, después de todo, para que fuera al Padre, marcara el final de su estado de humillación y el inicio del estado de glorificación eterna.
La frase porque el Padre es mayor que yo. Es comúnmente utilizada por unitaristas, los arrianistas modernos que niegan la total divinidad del Señor Jesucristo y alegan que Él mismo reconoce la supremacía ontológica o en escencia del Padre.

Nosotros sabemos que Jesús como Hijo unigénito era totalmente igual al Padre en cuanto a esencia lo mencionó  abiertamente en Juan 10:30, sin embargo, son dos situaciones por las cuales hace está declaración: la primera tiene que ver con el Orden económico de la Trinidad.

En segundo lugar, se está refiriendo a su naturaleza humana, entendemos que como Mediador entre Dios y el hombre, Jesucristo se hizo hombre él mismo, y por lo tanto esa parte era inferior.

Por ello es que como El Varón de dolores, nuestro Señor Jesucristo tuvo recompensa por su labor en la Cruz, porque Dios siempre es mayor que el hombre, y Jesús como Hombre carnal obedeció en todo tiempo, con ello constituye una gran recompensa. 2ª Corintios 8:9. Filipenses 2:8–11. Hebreos 12:2.

El Señor continua y les dice a su discípulos: 29 Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis.

Esta frase es una reafirmación de lo dicho en Juan 13:19. Cuando estaban todavía cenando, El Señor hizo una declaración muy parecida, si recordamos bien fue con el propósito de fortalecer la fe de sus discípulos y la nuestra también.

El Señor se está refiriendo a todos los acontecimientos que están por ocurrir, y más en específico acerca de la traición de Judas, fue la forma de decirles que nada se ha salido del perfecto plan de DIOS, por el contrario, estaba ya escrito que así sucediera, así que en lugar de que se sientan desanimados, mejor regocíjense de saber que todo lo tenía perfectamente calculado como parte de la condición de humillación.

En sus pensamientos y reflexiones los discípulos se habían concentrado demasiado en sí mismos. Si hubieran amado suficientemente a Jesús, se habrían dado cuenta de que esta partida le iba a traer gloria. Viendo esto, se habrían regocijado. Aun no tenían el panorama completo, aún estaban cegados a la Verdad más grande: el sacrificio vicario de Cristo.

Así que el Señor les dice 30  No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí. Muchísimas cosas habían sucedido esta noche.

·         El Maestro y sus discípulos habían estado en el Aposento Alto durante mucho tiempo, quizá varias horas.
·         El lavamiento de los pies de los discípulos.
·         La cena pascual.
·         Las predicciones respecto a Judas, Pedro y los Once.
·         La institución de la Cena del Señor.
·         Las palabras del capítulo 14.
·         Todo esto y quizá mucho más que no ha sido contado, pertenece a la primera parte de la noche de la traición.

Y ahora casi ha llegado el momento de salir de la habitación, por eso es que el Señor les dice no hablaré mucho más, implicando que todavía le quedan algunas cosas por discutir, ya sea en el Aposento Alto o en el camino a Getsemaní.

La razón por la cual queda poco tiempo para seguir conversando se da en la cláusula, porque viene el príncipe de este mundo: satanás. Jesús estaba consciente de los pasos de Judas, de los soldados romanos, de la policía del templo, de los miembros del Sanedrín, todos ellos inspirados por Satanás.

En estos momentos comenzaban a ponerse en movimiento y estaban en camino para capturar a Jesús. Desde luego, no tenían ningún derecho a hacerlo. Se acercaban con espadas y palos como dice Lucas 22:52, como si su objetivo fuera buscar y capturar a un criminal peligroso.

Y sin embargo, dice Jesús, él nada tiene en mí; haciendo la referencia a que el Señor Jesús es totalmente inocente, sin un solo grado de culpa. Isaías 53:9.

Jesús está completamente consiente que no tiene delito alguno, que será una víctima totalmente inocente ¿Se va a resistir Jesús este intento de capturarlo?

La respuesta se da en el versículo siguiente: 31 Más para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago.

Jesús dice aquí que no resistirá, sino que saldrá valientemente a encontrarse con los representantes de Satanás. Lo hará porque entrega su vida voluntariamente como lo había dicho en Juan 10:11. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

Esto estaba de acuerdo con el mandato del Padre en Juan 10:18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.

Y el mundo lo va a ver. Muy en lo profundo de su corazón estos hombres malvados sabrán que esta conducta de Jesús, tan extraña y poco frecuente, que es el salir valientemente a entregarse a los apresadores procede del hecho de que ama al Padre, como tantas veces ha afirmado. No solo lo dijo una y otra vez, lo demostró hasta con su propia vida.

Así es como Juan termina el capítulo 14, pero en realidad todo el capítulo, como lo dijimos hace unas semanas, es un discurso de consuelo a sus discípulos, que estaban abatidos en sus corazones y su fe a punto de extinguirse por las pesadas situaciones que estaban viviendo en esas ultimas horas.

El Hijo de Dios instruye tiernamente a sus discípulos. Una palabra de consuelo. Reconocemos diez causas de consuelo, que se pueden resumir así:

     I.        Versículo 1. Seguid confiando en Dios; seguid también confiando en mí. Esto implica: seguiré saliendo a rescatarlos en todas y cada una de sus necesidades. Así que no sigan turbados en sus corazones.

   II.        Versículo 2. Mi partida es con el propósito de prepararlo todo en vista de una bendita reunión en la casa del Padre con sus muchas mansiones.

  III.        Versículo 3. Volveré y os tomaré junto a mí. Entonces estaréis siempre donde yo esté.

 IV.        Versículos 4–11. Aunque desaparecerá mi presencia visible, seré siempre para ustedes el único camino al Padre: el camino verdadero que da vida.

   V.        Versículo 12–14. Como consecuencia de mi partida al Padre no sólo haréis obras grandes sino mayores. Cualquier cosa que pidáis en mi nombre, la haré.

 VI.        Versículos 15–17. Mi partida física es con el propósito de enviaros otro Consolador que nunca los dejará: el Espíritu de verdad. El Padre se los dará en respuesta a mi ruego.

VII.        Versículos 18–24. En ese Consolador yo mismo regresaré, espiritualmente hablando, a ustedes. No a todos, no al mundo, solo a los que lo aman en verdad.

VIII.        Versículos 25, 26. El Espíritu Santo, les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que yo mismo les dije.

 IX.        Versículo 27. Dejo como el regalo mayor de todos, un regalo mucho mayor que cualquiera que el mundo pueda jamás dar, ese regalo es mi paz.

   X.        Versículo 28. Voy al Padre. Si me amaran lo suficiente, esto los llenará de gozo.

Que mejor forma de dar consuelo y ánimo en estas horas tan oscuras. ¿Qué pasa con nosotros en la actualidad? ¿Recibimos el mismo consuelo de parte del Señor?

Hay una realidad que nadie puede negar y es que cuando las cosas salen bien, cuando todo nos está favoreciendo es fácil ser cristiano, cuando hay provisión de sobra, amigos, familia, salud y un sinfín de situaciones felices, no se dificulta dar gracias al Señor por todo eso.

¿Pero qué hacemos cuando eso no sucede?
¿Qué pasa cuando DIOS parece haberse ido de nuestro lado?
¿Seguimos dando gracias aun en medio de la prueba y el dolor?
¿Buscamos su consuelo o salimos huyendo despavoridos de su presencia?

Es importante que sepamos qué para madurar nuestro carácter, nuestro DIOS nos pone a prueba con periodos de aparente separación. Isaías 8:17.

Pareciera que nos despertamos una mañana y toda nuestra espiritualidad se ha ido, oramos y no sentimos que nuestras oraciones pasen del techo, leemos la Biblia y no pasa nada en nuestro corazón, hasta queremos empezar a reprender al diablo por querer robar nuestra vida espiritual, llegamos a la iglesia y le pedimos a algún hermano o al pastor que ore por nosotros para que esto termine, pero nada.

Por ultimo comenzamos a analizar nuestras vidas en busca de pecados ocultos y pedimos perdón a DIOS por el cambio de las tortillas que usamos para los videojuegos hace 20 años, pero a pesar de todo, nada cambia, seguimos sin tener una gota de vida espiritual en nuestro ser.

Si estamos en una situación parecida o cuando lo estemos, pues todos lo pasamos al menos una vez en nuestro caminar cristiano, hemos de entender que no hay nada malo en nosotros es solo que DIOS está madurando nuestro carácter, nos está llevando de los sentimientos a las convicciones.

A pesar de lo doloroso y desconcertante, es absolutamente necesario pasar estas pruebas para madurar nuestra fe, le sucedió a los mismos apóstoles como lo estamos escudriñando y le sucedió prácticamente a todos los personajes bíblicos con los cuales DIOS trabajó para madurar su carácter. Job 23:8-10.


En este tiempo de aparente separación, podemos llegar a pensar que DIOS está molesto o que nos esta disciplinando por algún pecado cometido, si bien es cierto que el pecar continua y descaradamente si trunca nuestra comunión con DIOS pues entristece al Espíritu Santo, sin embargo, cuando al descansar en Cristo y aun así vivimos la aparente separación, nada tiene que ver con el pecado.

Es una prueba de nuestra Fe, y es una prueba que todo tenemos que enfrentar para saber si ¿Vamos a seguir confiando, amando, obedeciendo y adorando a DIOS a pesar de su aparente separación? O dejaremos todo tirado para retirarnos por la puerta de atrás, es para que dejemos de vivir de los sentimientos solamente, no porque sea malo en sí mismo, pero hay un nivel más alto en la madurez, vivir por convicciones: sientas a DIOS o no sientas a DIOS sigues en el Camino.

Es importante en medio de la prueba de nuestra Fe, no olvidar que La Omnipresencia de DIOS y la manifestación de su Presencia son dos cosas distintas, la primera es un hecho innegable en las Escrituras, la segunda es una acción de su sola Voluntad.

En otras palabras DIOS siempre está con nosotros, presente en cada momento de nuestras vidas sin importar el lugar donde estemos, solo que no siempre le place a DIOS manifestar su presencia a nosotros, no siempre lo podemos percibir, no siempre sentimos que esté a nuestro lado sin importar cuanto nos esforcemos en hacerlo.

La presencia de DIOS es demasiado profunda y gloriosa como para medirla por una simple emoción. Si pasamos por periodos de aparente separación ¡gloria a DIOS! Porque Él nos quiere llevar a madurar en nuestro carácter, y sobre todo en nuestras convicciones.

Así como el Señor les dio palabras de consuelos a sus discípulos en el periodo de mayor prueba de fe, lo sigue haciendo a nuestras vidas, sólo confía en él y Él hará.


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