Durante las últimas 6 clases hemos estado escudriñando
acerca de los dones que en específico reparte el Espíritu Santo para el
provecho y beneficio de la iglesia. Algunos de estos dones, pese a la opinión
del mundo carismático actual, han dejado de ser funcionales pues fueron
exclusivamente para la etapa fundacional de la iglesia, dichos dones que
creemos por la evidencia Escritural e histórica que han dejado de operare son:
·
Milagros.
·
Sanidades.
·
Idiomas.
·
Interpretación de idiomas.
·
Profecía.
Aclaramos nuevamente que esto no significa que si DIOS
en su infinita sabiduría y soberanía, desea realizar alguna obra
extraordinaria, ya no puede hacerlo, solo
que ya no opera por medio de agentes humanos como medio constante para hacerlo.
Pero, como cesacionistas abiertos, creemos que algunos
dones siguen vigentes o en operación, solo que no de la manera estrafalaria y
anti bíblica que muchos lo manejan, los dones que creemos siguen vigentes para
edificación de la iglesia son:
·
Palabra de sabiduría y palabra de ciencia: siendo principalmente
los pastores y maestros quienes son los responsables de administrarlos para que
la iglesia sea bendecida por medio de predicaciones, enseñanzas, consejos, etc.
·
Discernimiento de espíritus: al igual que los
anteriores, son mayormente los pastores, ancianos, etc. quienes son los
poseedores de dicho don, pues se trata de la capacidad para discernir entre la
verdad de la casi verdad y hacerlo saber a la iglesia para cuidarse de caer en
herejías destructoras.
·
Don de fe: el cual, cualquier creyente que posea una
firme convicción en medio de las más grandes tribulaciones y siga adelante en
su caminar como cristiano, siendo con ello una inspiración para los demás
creyentes, es porque es poseedor del dicho don. No por nada Tertuliano decía
que la sangre del os mártires hace
fecunda la semilla del evangelio.
Aún hay un tema más que es muy importante abordar en
el estudio de los dones, antes de seguir adelante con otros temas de la
Pneumatologia bíblica, ese tema es, como le dice Pablo a los corintios: el procurar los dones.
Es importante tener 3 situaciones en mente para adentrarnos
correctamente a este tema:
1.
Evitar el afán desmedido al buscar los dones
espirituales.
2.
No olvidar que al fin de cuentas quien los da como Él
lo desea es el Espíritu Santo.
3.
Descubrimiento y desarrollo de los dones.
1.
La primera situación es en lo que el mundo carismático-pentecostal
ha caído en los últimos 100 años, un desmedido afán por tener los dones más grandes y vistosos con el propósito de
sentirse superior a los demás creyentes.
En su afán han dejado todo lo demás de lado:
·
Su relación con DIOS.
·
Usarlos para provecho de la iglesia.
·
Investigar si siguen vigentes.
·
Su autenticidad.
·
Predicar todo el consejo de DIOS.
·
Etc.
Es tal la euforia por poseer los dones, que muchas
iglesias caen en la desesperación por tenerlos al grado de falsificarlos
vilmente, es algo muy parecido a la fiebre
del oro, los bienintencionados creen que serán mejores cristianos si los
tienen, los malintencionados creen que serán ricos y famosos si los poseen.
El Anhelar Un Don Espiritual Nunca Debe Opacar La
Persona De Cristo Ni El Mensaje Del Evangelio.
2.
La segunda situación, que es el Espíritu Santo quien
los da como a él solo le place debe entenderse correctamente, de lo contrario
caeremos en la desidia de no procurarlos, bajo el pretexto de ¿Para que los busco si Él decide?
En primer lugar, El Espíritu Santo es quien da sus
dones Porque Él es quien mejor sabe lo que la iglesia necesita y lo que le conviene
a cada creyente para servicio. 1ª
Corintios 12:11 y 18.
En segundo lugar Ningún creyente está, sin por lo
menos un don espiritual (hablando también de los dones de gracia de Romanos 12). Pedro afirma claramente
que todos tienen por lo menos uno. 1ª Pedro
4:10. Al igual que el mismo Pablo. 1ª
Corintios 7:7.
Pero Ningún Creyente Tiene Todos Los Dones. 1ª
Corintios 12:12-27.
Los creyentes necesitamos de otros creyentes
simplemente porque ninguno posee todos los dones, los charlatanes modernos que
ostentan títulos enormes y alardean de tener todos los dones por consecuencia, son solo eso: charlatanes.
Debemos entender también ¿Cuándo dota el Espíritu
Santo con Sus dones? En la conversión y en el tiempo posterior. Si son dones
del Espíritu, y no tenemos el Espíritu hasta la conversión, entonces es de
suponer que Sus dones se den en ese tiempo
o después.
Puede que no descubramos inmediatamente todos los
dones que nos fueron dados. A medida que crecemos y maduramos, otros dones
pueden salir a la luz para ser usados en diferentes tiempos de nuestra vida.
Por último, el Espíritu Santo da los dones al Cuerpo
de Cristo como un todo.
Con esto quiero enfatizar que una congregación no debe
esperar que todos los dones estén presentes en ella. Su estado de crecimiento y
madurez puede que no lo requiera. El Espíritu Santo conoce perfectamente lo que
cada grupo necesita, y se ocupará de suplir adecuadamente.
Hay circunstancias de tiempo y lugar que Él Espíritu toma
en cuenta:
a)
De
tiempo, porque no todos los tiempos y sazones de la Iglesia
son propicios para algunos dones. Hay épocas y generaciones en las que no puede
esperarse un despliegue general y espectacular de los dones del Espíritu.
Los
apóstoles y los profetas pusieron los fundamentos Efesios 2:20, ejercitando unos dones de los que carecieron muchos
de los que les sucedieron; y viceversa, al desaparecer los apóstoles y
profetas, nuevos dones se necesitaron.
b)
De
lugar, pues hay congregaciones tan pequeñas que no se puede
pedir que tengan tantos, y tan variados dones, como otras congregaciones más
numerosas.
El Espíritu Le Da A La Iglesia Como El Desea, Y Conoce
Exactamente Lo Que Cada Creyente, Cada Congregación, Y Cada Generación
Necesita.
3.
Descubrimiento
Y Desarrollo De Los Dones Espirituales.
Ya entendimos que no es una sana actitud el buscar
desmedidamente los dones espirituales, sin caer en dicho afán entendemos como
buscar y desarrollar los dones. Para que funcione bien el ejercicio de los
dones en la iglesia es necesario
A) Hallarlos. En esta tarea están involucrados:
(a) Los líderes de la congregación.
Quienes deben estar atentos a la voz del Espíritu y prestos a encontrar y
discernir los dones que haya en la iglesia.
(b) Los miembros. En general, de
la congregación, quienes, a veces (por diversos motivos), tienen mayores oportunidades
de hallar y discernir dichos dones.
(c) Los creyentes mismos.
A quienes el Espíritu Santo ha dotado. Por parte del creyente mismo se requiere:
(1) Sincera humildad. Para hacer un
correcto auto análisis. Romanos 12:3.
(2) Total entrega al Señor.
2ª Pedro 1:5-8. En la casa de Dios,
no caben siervos holgazanes.
(d) Esto significa que hay un doble peligro en la detección
de los dones:
(1’) Falsa humildad. Hacer las cosas
solo para ser vistos y reconocidos, nunca por verdadera humildad de amar y
servir a los demás.
(2’) Manipulación de las personas alrededor.
En el afán de ser reconocidos se llega a dar la manipulación y puede tener
éxito cuando si es apoyado por los miembros del mismo partido.
B) Discernirlos. No es lo mismo
que hallarlos, la diferencia está entre saber diferenciar cuales son
verdaderamente dones y cuáles no. Para poder discernir los dones, es preciso
percatarse de que existen tres clases de dadivas
en la vida de cada creyente:
(1”) Habilidades naturales. Dadas
por Dios al nacer, tales como un elevado coeficiente intelectual, fuerza
física, talento musical, facilidad para los idiomas, aptitudes mecánicas o
artísticas, etc.
(2”) Habilidades adquiridas. Como
guisar, coser, conducir un vehículo, aprender un idioma, aprender a tocar un instrumento
musical, etc.
(3”) Dones espirituales.
Para poder identificarlos es necesario conocerlos y su forma de operar
bíblicamente, de lo contrario caeremos en el error de llamar don a todo talento o habilidad de un
creyente, o peor aún de llamar don a una clara falsificación.
C) Desarrollarlos.
Cada creyente tiene el deber y la posibilidad
privilegiada de desarrollar, para bien de la comunidad y suyo propio, el don o
los dones, que Dios le haya otorgado, incluyendo las habilidades naturales y
adquiridas.
Para actuar con efectividad en este punto, conviene
observar las siguientes normas:
(a) Procura estar dispuesto a aprovechar cualquier
oportunidad que se presente. Si crees tener el don de enseñanza, ponte a estudiar
de incansablemente. Si tienes el don de ofrendar generosamente, procura ser un
buen administrador en las demás áreas de tu vida. Si piensas poseer el don de exhortar,
haz que esté basado en un buen conocimiento de las Escrituras.
(b) Procura desarrollar alguna actividad en la obra de
Dios. Porque los dones se descubren y desarrollan por
medio de la actividad, en especial en el servicio en la congregación, pues los
dones son para provecho de ella.
¿Cómo procuramos los dones?
Primero que nada, pidiéndole a DIOS en oración que nos lo conceda. Santiago 1:5.
Si Anhelamos Que El Espíritu Santo Nos Concedan Un Don,
Debe De Ser Con El Motivo Correcto: Glorificar A DIOS Por Medio De Su Uso Para
Provecho De La Congregación.
Cualquier otra motivación es puramente egoísta y
malvada, si se anhelan para sobresalir delos demás o para obtener privilegios,
ciertamente la inmadurez aún está presente en nuestro corazón, como simón el
mago. Hechos 8.19.
De hecho, el administrador del don, ha de usarlo no
solo para provecho de la iglesia, sino aun y cuando su uso implique menospreciar
su propia vida, tiempo, deseos, planes, etc.
¿Cuáles son los mejores
dones que se han de anhelar? Muchos creerán que son los más vistosos, como hacer
milagros o sanar enfermos, ahora que
sabemos que el uso del don es para otros y no para uno mismo, podemos deducir
fácilmente que los mejores dones son
aquellos que mejor edifican a la iglesia local en donde nos encontramos, si la
amamos nos daremos cuenta de sus carencias y con base en ello es que oraremos
por que El Espíritu Santo nos provea de los dones necesarios para suplir esas
carencias.
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