La
clase pasada entendimos que la apologética, como disciplina bíblica es la
defensa sistemática y formal de la veracidad y confiabilidad de la fe
cristiana, tiene como propósito anular los argumentos y excusas que se levantan
en la mente del hombre y que son en contra de la Verdad de DIOS.
La apologética es para todos los verdaderos cristianos,
todos los creyentes estamos llamados a presentar defensa de la esperanza que
hay en nosotros así que dejemos las excusas y sobre todo la pereza intelectual,
y también es para los incrédulos, pues es la herramienta que nos condice al
tema principal: la salvación por gracia por medio de la Fe en Jesucristo.
Concluimos que hoy más que nunca, por la
cultura que nos rodea, por las cosmovisiones que empujan en contra del
cristianismo bíblico, por el gran deterioro de la sociedad, la iglesia, la
familia y el estado, es urgente que los hijos de DIOS aprendamos a defender y
presentar efectivamente la fe que ha sido dada para nuestra salvación.
El día
de hoy veremos algunos sistemas apologéticos que es básicamente las categorías
en las que se divide la apologética.
Tipos de
apologética.
Existen distintas clases de sistemas
apologéticos y no existe un acuerdo universal para categorizarlos. La
diferencia de clasificaciones parece estar determinada por la perspectiva de la
persona que los categoriza. Sin embargo, existen algunos términos que son
aceptados generalmente y uno puede emplearlos así que veremos los distintos
tipos de sistemas apologéticos más populares.
A pesar del hecho que las categorías no son
lógicamente exhaustivas y se superponen parece que lo mejor es simplemente usar
títulos entendidos por todos y establecer las diferencias y las similitudes.
Tres puntos nos ayudan a entender cada tipo: descripción de algunas
características principales, sus proponentes y cómo se superponen y/o
contrastan con otras categorías.
A. Apologética
Clásica.
1.
Características
La apologética clásica enfatiza los argumentos para
probar la existencia de Dios, así como la evidencia histórica que apoya la verdad
del cristianismo.
La apologética clásica está caracterizada
por dos argumentos básicos, acerca de la realidad de DIOS conocidos como
teísticos, y acerca de las evidencias que respaldan la fe, llamados
evidénciales.
Los argumentos teísticos son usados para
establecer la verdad de la existencia de DIOS, pero sin basarse en revelaciones
especiales, en nuestro caso, la Biblia. La apologética clásica acepta la
validez de las pruebas teístas tradicionales acerca de Dios, como el argumento
ontológico, el argumento cosmológico y argumento teleológico. Muchos también
creen que el argumento moral es válido.
El primer paso de la apologética clásica
involucra también el dibujar la inferencia lógica que dice que, si Dios existe,
los milagros son posibles; incluso, el mayor milagro, la creación, es posible.
2.
Promotores.
La apologética clásica fue practicada por
San Agustín, San Anselmo y Santo Tomás de Aquino. Los apologistas clásicos modernos
incluyen a Winfried Corduan, William Lane Craig, Norman L. Geisler, John
Gerstner, Stuart Hackett, Peter Kreeft, C. S. Lewis, J. P. Moreland,
John Locke, William Paley, R. C. Sproul y B. B. Warfield.
3.
Comparación
con otros tipos de apologética.
La diferencia entre los apologistas clásicos
y los evidencialistas en el uso de la evidencia histórica es que los clásicos
ven la necesidad de establecer primero que este es un universo teísta con el
fin de establecer la posibilidad de darle identidad a los milagros. Los
evidencialistas no ven al teísmo como una precondición necesariamente lógica de
apologética histórica.
El argumento básico de los apologistas
clásicos es que no tiene sentido hablar acerca de la resurrección como un acto
de Dios a menos que, como un prerrequisito lógico, se establece primeramente
que hay un Dios que puede actuar. De la misma manera, la Biblia no puede ser la
Palabra de Dios a menos que exista un Dios que pueda hablar. Y Cristo no puede
ser mostrado como el Hijo de Dios excepto en la premisa de que existe un Dios
que puede tener un Hijo.
B. Apologética
Evidencial.
La apologética evidencial enfatiza la necesidad de
evidencia para apoyar las verdades del cristianismo.
La evidencia puede ser racional, histórica,
arqueológica e incluso experimental. Dado que es tan amplia, su entendimiento
se superpone con otros tipos de apologética.
1.
Algunas
características de la apologética evidencial.
Dado que los evidencialistas abarcan una
gran y diversa categoría, sus características serán delineadas según el tipo de
evidencia. A veces los evidencialistas usan evidencia racional (ej.
pruebas de la existencia de Dios) en defensa del cristianismo. Como tal, se
superponen con la apologética clásica. Sin embargo, para un evidencialista,
ésta es solamente una pieza de la evidencia.
En el uso de la evidencia histórica
hay otra vez una superposición con la apologética evidencial y la histórica.
Los evidencialistas no descansan todo su caso en la evidencia histórica. Estos
son más selectos, entretejiendo la evidencia de varios campos. Los
evidencialistas operan como un abogado que combina las evidencias en un resumen
para defender su posición, confiando en que el peso combinado presentará un caso
persuasivo. Muchos evidencialistas se enfocan en la evidencia arqueológica
en apoyo a la Biblia.
Enfatizan que tanto el Antiguo como el Nuevo
Testamentos han sido establecidos por miles de descubrimientos. Esto, según
creen ellos, les da la razón para aceptar la autoridad divina de las
Escrituras.
Algunos evidencialistas apelan a la evidencia
experiencial en apoyo al cristianismo, las más de las veces en aquéllos
cuya vida ha sido cambiada. El testimonio de aquellos convertidos al cristianismo
es ofrecido como evidencia de la verdad del cristianismo. ¿Cómo más, se
argumenta, puede uno explicar los cambios dramáticos, transformadores, duradera
y muchas veces radical? La conversión de Saulo de Tarso en Hechos 9 es
un caso clásico de este tipo de evidencia.
La evidencia profética es ofrecida
muchas veces para sostener al cristianismo. Se argumenta que sólo el origen
divino cuenta para las numerosas y precisas predicciones bíblicas que han sido
cumplidas. Para los evidencialistas es la suma total de las evidencias
entrelazadas que ofrecen una alta probabilidad de verdad para el cristianismo.
2.
Algunos
promotores de la apologética evidencial.
Mientras que la apologética evidencial
disfruta de un amplio apoyo popular, ofrece sólo unos cuantos verdaderos
promotores que no encajan en ninguna de las otras categorías. Parece ser que lo
mejor, entonces, es caracterizar al evidencialismo por las distintas clases de
evidencia enfatizadas en este tipo de apologética.
Un enfoque evidencialista notable es
ofrecido por William Paley es su Evidences for Christianity, sin embargo, dado
que Paley ofrece pruebas de la existencia de Dios al principio de su libro,
puede ser enlistado como un apologista clásico. El ampliamente usado libro de
Bernard Ram Protestant Christian Evidences es otro ejemplo de apologética
evidencial, a pesar de que parece moverse de ésta en sus últimos escritos. De
todos los libros evidencialistas, el más ampliamente distribuido es Evidencia
que Exige un Veredicto de Josh McDowell.
3.
Algunas
comparaciones con otros tipos de Apologética.
Mientras que el uso de evidencia no es único
para apologética evidencial, la manera en el cual es usada es única. Tanto los apologistas
clásicos como algunos de los evidencialistas usan argumentos teísticos. Sin
embargo, para los evidencialistas, establecer la existencia de Dios no es una
prioridad lógica y un paso necesario. Es simplemente algo más en la red de
evidencia que apoya al cristianismo.
A diferencia de la apologética histórica, el
evidencialista puro no apela a la evidencia histórica como la única base para
su caso. Para los evidencialistas existen diversos eventos, tales como, las
sanidades que Jesús hizo, resucitación de muertos y cumplimiento de la
profecía, las cuales, en ellos mismos, se apartan de la principal presuposición
o prueba de que Dios existe, estableciendo la verdad del cristianismo. Dado que
las pruebas “hablan por sí mismas” no hay necesidad, de acuerdo con los
evidencialistas, de proveer una razón independiente para creer en la existencia
de Dios. Por el contrario, tanto la apologética clásica, como la
presuposicionalista insisten que los eventos históricos pueden ser
interpretados a la luz del marco del punto de vista del cual son parte.
C. Apologética
Experiencial.
Algunos cristianos apelan principalmente, si no exhaustivamente,
a la experiencia como evidencia de la fe cristiana.
Algunos apelan a las experiencias
religiosas en general. Otros a experiencias religiosas especiales.
Dentro de esta segunda categoría están algunos que se enfocan en las experiencias
místicas y otros que identifican lo que ellos creen son una experiencia de conversión
particularmente milagrosa.
1.
Tipos
de experiencia.
El valor de una experiencia religiosa
general y no específica es de valor limitado para una apologética cristiana
distintiva. En el mejor de los casos, la experiencia general establece
credibilidad para creer en un ser supremo de alguna clase (no necesariamente un
Dios teísta). Aun así, las pruebas de experiencia religiosa han sido ofrecidas
por los cristianos y otros que no lo son. Las experiencias religiosas generales
están disponibles para todos.
Algunas experiencias religiosas son más
limitadas. El místico, por ejemplo, dice que ha tenido una experiencia especial
de Dios. Las experiencias místicas difieren de las experiencias religiosas
generales en que dicen ser contactos directos e inmediatos con Dios.
Los cristianos místicos dicen que tales experiencias
son verdaderas por auto evidencia. Sin embargo, los llamados encuentros con
Dios de la experiencia general no son los mismos que los de las experiencias
místicas, los promotores de ésta dicen que éstas se dan autenticidad por sí
mismas. Uno es alcanzado por Dios en un encuentro no racional y directo que es
más básico y real que una evidencia de los sentidos.
Sin embargo, no todos llamarían a tales
experiencias una evidencia apologética, aun así, sirven para vindicar al
cristianismo entre aquellos que las tienen. Aquellos que apelan a tales
experiencias rechazan los métodos apologéticos en el sentido tradicional. Ellos
rechazan los argumentos racionales o la evidencia de los hechos en favor de lo
que ellos creen ser una experiencia auto verificada.
2.
Algunos
promotores de la apologética experiencial.
Entre los cristianos místicos sobresale el
nombre de Meister Eckart. Los existencialistas incluyen a Soren Kierkegaard, Rodolfo
Bultmann y Kart Barth. Otros de una experiencia general más natural incluyen a
Friedrich Schleiermacher y Paul Tillich.
3.
Algunas
comparaciones con otros tipos de apologética.
Los argumentos experienciales para probar la
existencia de Dios son usados algunas veces por apologistas clásicos y evidencialistas.
La diferencia es que, para el apologista experiencial, la única clase de
evidencia es no racional, mística y existencial. En otros métodos apologéticos,
el argumento de la experiencia religiosa es sólo una clase de evidencia entre muchas.
Los apologistas presuposicionales,
especialmente de la variedad revelacional, rechaza los argumentos puramente experienciales
como inverificable y de interpretación subjetiva.
D. Apologética
Histórica.
La apologética histórica enfatiza la evidencia
histórica como la base para demostrar la verdad del cristianismo.
Estos apologistas creen que la verdad del
cristianismo, incluyendo la existencia de Dios, puede probarse por la evidencia
histórica únicamente. En un sentido la apologética histórica pertenece a una
clase más amplia de apologética evidencial, pero difiere de ésta en que
enfatiza la importancia, si no la necesidad, de comenzar con el récord
histórico de la verdad del cristianismo.
1.
Algunos
promotores de la apologética histórica.
El cristianismo es una religión histórica,
así que se entiende que tendría un énfasis histórico desde el mismo inicio de
éste. Los primeros apologistas, incluidos Tertuliano, Justino Mártir, Clemente
de Alejandría y Orígenes defendieron la historicidad del cristianismo.
Dado que estos primeros apologistas muchas
veces no fueron sistemáticos en sus escritos, es difícil decir si cayeron en la
categoría de apologética histórica. Algunos ofrecieron argumentos teístas, pero
probablemente no vieron todo esto como un primer paso lógicamente necesario.
Apologistas históricos contemporáneos incluyen a John Warwick Montgomery y Gary
Habermas.
2.
Algunas
comparaciones con otros tipos de apologética.
La apologética histórica es distinta del
evidencialismo en su enfoque estrecho, usando sólo una clase de evidencia en
lugar de muchas. También ofrece un argumento secuencial. El apologista
histórico comienza solamente con una evidencia histórica como premisa básica.
Con la historicidad establecida, el apologista argumenta que ciertas
afirmaciones que están dadas en las Escrituras infieren que Dios existe, que la
Biblia es la Palabra de Dios y que Cristo es el único Hijo de Dios. El evidencialismo
puro no tiene tal orden lógico que inicie con la evidencia histórica
únicamente.
3.
Algunas
comparaciones con otros tipos de apologética.
Más aún, el evidencialista emplea un nido completo
de evidencias de las cuales concluye que el cristianismo es verdad. Tanto la
apologética histórica como la clásica usan la evidencia histórica. Pero el
apologista clásico cree que la evidencia histórica es sólo un segundo paso,
precedido lógicamente por los argumentos teístas que establecen la evidencia
del punto de vista necesario del mundo por el cual uno solo puede interpretar apropiadamente
la evidencia histórica.
E. Apologética
Presuposicional.
La apologética presuposicional afirma que uno debe
defender al cristianismo desde el fundamento de ciertas presuposiciones básicas
como la existencia de DIOS. Génesis 1:1.
1.
Características.
Usualmente, un presuposicionalista presupone
la verdad básica del cristianismo y luego procede a mostrar, en alguno de
varios caminos, que solamente el cristianismo es verdad.
2.
Algunos
promotores de la apologética presuposicional.
De acuerdo con el presuposicionalismo
revelacional, uno debe proponer que el Dios Trino se ha revelado a sí mismo en
las Sagradas Escrituras desde antes de que sea posible imaginarse este
universo, vida, idioma o historia.
Esto se ve algunas veces como un argumento
trascendental. Los presuposicionalistas revelacionales incluyen a Cornelius
Van Til, Grez Bahnsen y John Frame. El presuposicionalista racional inicia
también con la Trinidad revelada en la Palabra de Dios escrita. Pero la prueba
de si algo es cierto o no lo da la ley de no contradicción. El cristianismo demuestra
su propia verdad en que, de todas las religiones, éste únicamente es
internamente consistente. Gordon Clark y Carl F. H. Henry son
presuposicionalistas racionales.
El método apologético de Francis Schaeffer
ha sido enlistado ocasionalmente como una forma distinta de presuposicionalismo,
una clase de presuposicionalismo práctico. Schaeffer cree que los sistemas
falsos son intolerables, que sólo la verdad cristiana es tolerable.
3.
Algunas
comparaciones con otros tipos de apologética.
Algunas comparaciones con otros tipos de Apologética
Los apologistas presuposicionales rechazan la validad de las pruebas teístas.
Aceptan las críticas de la argumentación teísta de David Hume y Kant. O ellos
creen que los “hechos” aparte del punto de vista cristiano no tienen ningún
significado.
F. Conclusión.
Como podemos darnos cuenta, en general hay
dos métodos principales de la apologética cristiana, la evidencial que implica
el compartir pruebas y evidencias que muestran que el mensaje cristiano es
verdad. El segundo, comúnmente conocido como la apologética presuposicional,
implica el confrontar las presuposiciones (ideas preconcebidas, suposiciones)
detrás de las posiciones anticristianas. Los defensores de los dos métodos de
la apologética cristiana a menudo debaten entre sí sobre qué método es el más
efectivo. Parece ser más productivo usar ambos métodos, dependiendo de la
persona y la situación.
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