miércoles, 1 de febrero de 2017

Cristología. Bloque B: Los Estados De Jesucristo. Tema 12: La Resurrección: El Aspecto salvífico. Cita. Romanos 4:25.

Los estados de nuestro Señor Jesucristo son dos, el estado de humillación que ya estudiamos a detalle, comienza en la Encarnación y culmina con su muerte y sepultura, el segundo estado es el estado de exaltación el cual comienza con su resurrección literal de entre los muertos.

La resurrección de Cristo, para su mejor estudio y comprensión se divide en tres grandes aspectos, el aspecto histórico, en el cual entendimos detalles y pruebas indubitables acerca de este acontecimiento histórico, el segundo es el aspecto apologético, es decir de defensa: defiende la persona de Jesucristo, defiende la doctrina cristiana y defiende la inerrancia e infalibilidad de la Escritura.

El tercer aspecto es el aspecto salvífico, que significa que tiene que ver con nuestra salvación, en pocas palabras y como lo veremos bíblicamente, nuestra salvación depende por completo del hecho de que Cristo haya resucitado, de lo contrario, no somos salvos.

No solo en Romanos 4.25 el apóstol Pablo hace referencia directa entre la salvación (la justificación es una de las 7 etapas de ella), también en pasajes como 1ª Corintios 15:17 donde dice claramente que, si Cristo NO resucitó, vana es nuestra fe y aún estamos en pecados.

Ya hemos dejado muy en claro que el pecado es la barrera imposible de quitar por nosotros los seres humanos y que nos separa de DIOS y nos condena a la perdición eterna, Cristo con su sacrificio quitó el pecado de en medio de nosotros y DIOS, pero la Escritura es muy clara si Cristo NO resucitó TODAVÍA estamos en nuestros pecados.

¿Qué acaso no pago Cristo por nuestros pecados en la cruz?
¿No dijo consumado es colgado desde la cruz al morir?
¿No llevó ahí los pecados del mundo?

Textos como los de Isaías 53.5 y 2ª Corintios 5:21 parecen indicar que no hacía falta nada más, sin embargo, Pablo en 1ª Corintios y en su carta a los Romanos nos muestra que la resurrección de Cristo no solo es un hecho verídico en la historia, piedra fundamental en la predicación cristiana y prueba indiscutible de la mesiandad del Señor Jesús, también es indispensable para nuestra salvación.

La pregunta es ¿Por qué es así? ¿Por qué era necesaria no solo la muerte, sino también la resurrección de Cristo de entre los muertos?

Para poder contemplar el cuadro completo es necesario poner frente a frente a la vida con la muerte, para lograrlo es preciso leer el contexto posterior de 1ª Corintios 15:17 yendo hasta el versículo 22.

Pablo se da cuenta de un hecho muy importante: LA VIDA TUVO QUE LLEGAR HASTA DONDE HABÍA LLEGADO LA MUERTE.

Nosotros necesitábamos una salvación completa pues estábamos completamente perdidos, la desobediencia de Adán introdujo el pecado y con él la muerte en los seres humanos, pero ese pecado no entró superficialmente, se arraigó en todo el ser integral de los hombres, su cuerpo, alma y espíritu.

Los seres humanos somos una unidad, así como no podemos pecar con el cuerpo, pero estar limpia nuestra alma y espíritu, tampoco podíamos solo ser salvados espiritualmente y lo demás dejarlo a la deriva.

Por eso es que cuando DIOS le dijo a Adán el día que comas de ese fruto morirás no cayó fulminado, la biblia nos dice que vivió aun otros 930 años, lo que pasó aquel día es que la muerte entro en su corazón al entrar el pecado. Romanos 5:12.

Por ello es que la redención completa del ser humano solo se alcanza después de la resurrección, porque la vida debía de llegar hasta donde llegó la muerte. Romanos 8:23-24.

La clave para comprender a la perfección es siempre recordar que somos perdidos o salvos en solidaridad con alguien, si somos perdidos es en Adán, si somos salvos es en Cristo. 1ª Corintios 15:21-22 y 45-49.

El nuevo testamento nos muestra que desde nuestra elección hasta nuestra glorificación (etapas de la salvación) son en solidaridad con Cristo, de ahí que la resurrección de Cristo es la derrota definitiva de la muerte: Cristo mató a la muerte muriendo en la cruz, pero era necesario que esa Vida que mato a la muerte se manifestara en la resurrección.

La justificación, hace tiempo lo entendimos es el ser declarados justos ante DIOS y libres del castigo justo por nuestros pecados, pero aún hay más, esto se logra porque en la justificación somos muertos al pecado por medio de la Vida inextinguible de la resurrección de Cristo, por eso Pablo nos dice que la resurrección asegura la justificación. Romanos 7.4. Colosenses 3:3.

Ahora podemos entender el profundo sentido del texto en Romanos 4.24-25. Sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.

Como podemos darnos cuenta, además de sus aspectos histórico y apologético, la resurrección de Cristo es todavía más importante en su aspecto salvífico, como base de nuestra redención y por lo tanto es piedra angular del Evangelio mismo, la obra redentora de Cristo si de verdad iba a ser efectiva no podía terminar en muerte, sino en vida.

A manera de apéndice, es bueno responder ¿Quién es el autor de la resurrección?

Hay un principio general en toda sana teología y que es clara en la palabra de DIOS, y es que todas las acciones de las Personas divinas (Padre, Hijo y Espíritu Santo) en proyección hacia el mundo son hechas en común por las Tres Personas Divinas. Por ejemplo: la creación, la redención, la edificación de la iglesia, etc.

Por lo tanto, las Tres Personas Divinas intervinieron en la resurrección de Jesucristo:

1.    El Padre aportó la energeia o poder dinámico que levanta. Romanos 10.9.

2.    El Hijo administró esa energeia voluntariamente para levantar su propia humanidad difunta. Juan 10.18.

3.    El poder lo aplica y ejecuta El Espíritu Santo. Romanos 8:11.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Un Dios Santo 11: Contender con Dios Parte 1. Habacuc 1:2-4.

La máxima expresión de la ira y la justicia de Dios se pueden ver en la cruz del calvario, es ahí donde la justicia santa de Dios se hace ...