La semana pasada vimos la presentación de Jesús a la
multitud por parte de Juan el bautista, una frase que ha retumbado en los anales
de la historia del cristianismo, que ha influenciado en la doctrina, en
enseñanzas, en libros, en coros y cantos, en arte sacro, etc. He
aquí el Cordero de DIOS que quita el pecado del Mundo.
Entendimos la trascendencia histórica y doctrinal de
esta frase, las tres señales que la sangre de Jesús deja sobre los suyos, la señal interna, el lavamiento del
corazón, la señal externa, una vida
transformado por el poder regenerador de DIOS y la señal eterna, que es la seguridad de nuestra salvación.
El evangelista Juan continua su relato nuevamente con
Juan el bautista, esta vez acompañado de dos de sus propios discípulos al
siguiente día y nuevamente presenta a Jesús como Agnus Dei o el Cordero de DIOS.
A partir de este momento, el evangelio de Juan nos
narra ya la vida y ministerio terrenal del Señor Jesús, comenzando con sus
primeros discípulos, los cuales anteriormente fueron discípulos de Juan el
bautista.
Algunas personas han querido usar este texto para
justificar el proselitismo, el cambio de iglesia sin previo aviso, dicen que,
si los discípulos de Juan el bautista, dejaron súbitamente a su maestro por
seguir a Jesús y no se les dijo nada entonces quiere decir que podemos ir de
acá para allá sin sujetarnos realmente.
Esta es no solo una postura anti bíblica, sino hasta
cierto punto peligrosa, ser un discípulo es ser enseñable y CORREGIBLE, si
no estamos afiliados a alguna iglesia y somos miembros activos en ella
difícilmente rendiremos cuentas a alguien de nuestras vidas espirituales, es
por pensar de esta forma que muchos han perdido la brújula y se han desviado
del Camino, la biblia nos exhorta no solo a congregarnos fiel y regularmente,
sino también a sujetarnos sumisamente a nuestros pastores. Hebreos 13:17.
¿Entonces porque Andrés y el otro discípulo si dejaron
a Juan por seguir a Jesús? No olvidemos que la función de Juan el bautista era
preparar el camino a Jesús. Juan 1:37.
Jesús voltea a ver a los dos discípulos y les lanza
una gran pregunta: ¿Qué buscan? No
les dice ¿Para qué me buscan? O ¿A quién buscan? ¿Cuál es la intención de su corazón?
¿Qué desean encontrar al seguirme? Era la pregunta de Jesús, Jesús por supuesto
que lo sabía, recordemos que es DIOS-Hombre, Omnisciente, por lo tanto, Jesús
quería que ellos lo supieran, que ellos se plantearan esta pregunta a sí
mismos.
¿Por qué estamos aquí?
¿Qué nos trae a la iglesia?
¿Qué nos lleva a seguir a Cristo?
¿Le amamos o buscamos sus bendiciones nada más?
¿Es el Señor de nuestras vidas o solo deseamos su
salvación?
Son preguntas que debemos hacernos a nosotros mismos,
Jesús sabe la respuesta, pero
¿Nosotros la sabemos? No seamos hallados siguiendo a
Jesús por las razones equivocadas, momentos antes Juan el bautista lo presento
nuevamente como el Cordero de DIOS si hemos de seguir a Jesús es para el perdón de
nuestros pecados y nada más.
Ellos le contestan, y comienzan con un saludo
respetuoso: Rabí (que traducido es, Maestro). Juan lo traduce para los
lectores de lengua griega. Es un título que, en su raíz hebrea, indica
grandeza. También en esto, los discípulos evolucionan en el tratamiento que dan
a Jesús. Al principio le llaman Maestro; después, le dirán: Señor.
Después del saludo, los discípulos le preguntan a
Jesús: ¿Dónde te moras (hospedas,
vives)? Con ello, insinúan que desean tener una conversación con Él, para
aprender de Él con más detenimiento.
Las palabras del Bautista habían despertado en ellos
tremendo interés, y no se contentan con hacerle unas cuantas preguntas en la
calle, sino que desean recibir una enseñanza más completa en su domicilio, como
todo discípulo que quiere aprender una disciplina con un buen profesor.
Una característica de todo buen discípulo es que siempre quiere aprender
más de su maestro, en este caso una característica de todo buen cristiano es
que siempre desea aprender más y más acerca de Cristo.
Si solo nos basta con una o dos horas a la semana, el
domingo y ya y no volteamos nuestro corazón al Señor en ninguna otra ocasión,
difícilmente podemos ser llamados sus discípulos, si el mundo nos influencia
más por medio de su cultura, de su música, sus programas, sus modas de lo que
nos influencia que la Palabra de DIOS, algo anda mal en nosotros como
cristianos.
Si no estamos sedientos
de Cristo como lo estaba el salmista en el Salmo 42:1-5. Es tiempo entonces de buscar seriamente al Señor, de
ser discipulados, de utilizar las herramientas a nuestro alcance: internet,
biblias de estudio, discipulados, etc.
Jesús les contesta a los dos discípulos: vengan
y vean, no les pudo suceder algo mejor, fue más de lo que esperaban, de
inmediato les hizo la invitación a que le acompañaran y ellos por su puesto
respondieron de inmediato siguiéndole y quedándose con él aquel día.
Hay un aspecto importante: la hora décima que son
las 4 de la tarde como le conocemos nosotros comúnmente, el asunto no es ¿Qué
significa la hora décima? sino ¿Por qué Juan el apóstol hace mención de esta
hora?
Muchos eruditos bíblicos, apoyados en el texto
original griego son los que creen que El escritor, el apóstol Juan era uno de
aquellos dos discípulos de Juan el bautista que después siguió a Jesús.
Y todavía más lo creen por la descripción hasta de los
detalles, hasta la hora describió ¡Aquel día con Jesús cambió toda su vida!
Dejó en él una impresión tan profunda que nunca olvidó la hora exacta en que
había recibido aquella invitación que cambió para siempre su vida.
¿Cuánto ha impactado Jesús nuestras vidas?
¿Nos han dejado huella sus enseñanzas?
¿A qué grado ha marcado nuestra existencia?
Hay otro hombre en la Escritura que el impacto de
Cristo fue a tal grado que no solo su corazón, su mismo cuerpo llevaba las
marcas de Cristo. Gálatas 6:17.
Se nota el impacto de Jesús en Andrés y en Juan, de
inmediato salieron en busca de su hermano de Andrés, el muy famosos apóstol
Pedro, del cual hablaremos a detalle más adelante, lo que Andrés le dice a su
hermano Pedro es muestra del gran impacto que causó Jesús en él y es el clímax
de nuestra enseñanza del día de hoy: hemos hallado al Mesías (que traducido es el
Cristo).
Como bien lo hemos dicho, los judíos esperaban la
llegada del Mesías Rey que liberara a
su pueblo y alzara su nación como potencia, sin embargo, como ya lo hemos
mencionado primero tenía que venir en su papel de Mesías Salvador, siendo el Cordero de Dios para borrar los pecados
del mundo.
La palabra hebrea Mesías es traducida en el griego
como Cristo y ambas significan el ungido. Originalmente Cristo se
refiere al título que se le da al oficio del salvador y no es tanto un nombre
propio.
La tarea del mesías es la
de ser un mediador entre DIOS y los seres humanos.
La gran
diferencia entre el cristianismo bíblico con cualquier otra religión en el
mundo es que nosotros NO tratamos de hacer cosas para agradar a DIOS por
nuestros propios medios, nosotros creemos que DIOS nos proveyó de un mediador
que cumple lo que para nosotros es imposible de hacer. 1ª Timoteo 2.5.
Esto
es así porque es DIOS quien pone las
reglas desde el principio, cuando ordena sacrificios el de Abel es recibido
pues fue como DIOS lo ordenó el de Caín fue rechazado porque trató de hacerlo a
su modo, DIOS ha dicho que se trata de Cristo y solo de Cristo, una de las 5 SOLAS de la reforma protestante del
siglo XVI es Solus Christus o Solo Cristo.
En
nadie más podemos ser salvos y en nadie más podemos agradar por completo a
DIOS, pero la iglesia de hoy esta tan invadida por el individualismo, por
pensar que se trata de nosotros como seres humanos y lo que podamos hacer para
DIOS, que hemos olvidado casi por completo que necesitamos con urgencia un mediador con DIOS y ese mediador es Solo Cristo.
DIOS
desde todo el antiguo Testamento nos ha mostrado que se vale de un mediador
entre él y los hombres, Adán (entre DIOS y Eva), Abraham, Isaac, Jacob, Moisés,
los Jueces, Samuel, David, los sacerdotes y profetas todos son mediadores ente DIOS
y su pueblo, pero ellos eran solamente un tipo, una representación de lo que
sería Cristo en el Nuevo Pacto.
La
biblia en Hebreos 5:4-5 nos muestra
que ni siquiera fue Cristo quien tomó el oficio de mediador, fue DIOS quien lo
instituyo.
No puede haber
reconciliación con DIOS sin un mediador y el mediador que DIOS instituyo fue
nuestro Señor Jesús el Cristo que Andrés y Juan presentaron a Pedro.
¿Por
qué es importante el papel de Cristo como el mediador entre DIOS y nosotros? Porque
es Solo en Cristo que somos Salvos y solo en Cristo que somos Santos ante DIOS.
Así
como por nuestros medios nada podemos hacer para ser salvos, tampoco nada
podemos hacer para ser santos, todo es por gracia y en Cristo y hasta no
entenderlo perfectamente seguiremos tratando y tratando por nuestros medios,
pero nunca vamos a lograr avanzar nada. Romanos
5:1-2.
Es el
Cristo, mediador entre DIOS y los hombres, el cual al mirar por un instante a
Simón hijo de Jonás le llamó ahora con el nombre de Pedro. Juan 1:42.
¿Es
Cristo tu mediador entre DIOS y tú?
Si no
es así ¿Qué esperamos para ir a Él?
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