La clase pasada comenzamos a estudiar la ascensión a
los cielos del Señor Jesús, entendimos que esto nos garantiza de entrada una
realidad: EL CIELO COMO MORADA DE DIOS ES UN LUGAR REAL, las citas acerca de la
ascensión son abundantes y ese es el respaldo Escritural que tenemos, además
vimos también que la Escritura nos muestra 3 tipos de cielos, el cielo
atmosférico, la expansión de los cielos o espacio exterior y el cielo de los
cielos o tercer cielo que es el lugar del trono de DIOS.
En esta clase vamos a entender la profunda importancia
doctrinal que tiene la ascensión a los cielos del Señor Jesucristo y sus
consecuencias en nuestras vidas.
A. Era
necesario subir a recibir la confirmación por parte del Padre por la victoria
conseguida.
La ascensión de Cristo hasta el Padre fue en primer
lugar para certificar, confirmar o legitimar su victoria final sobre la muerte
y el pecado, antes de repartir los despojos obtenidos en su victoria era
necesario hacerlos legales delante de DIOS. Efesios 4:8.
En pocas palabras, no podía haber día de pentecostés
(la fiesta de la Cosecha) sin la Ascensión de Cristo al Padre.
B. Fue
a preparar lugar para los suyos. Juan 14:2-3.
En esta cita el Señor Jesucristo se estaba refiriendo
a la expiación en la cruz y a su ascensión a los cielos, la cual fue al mismo
tiempo representativa y profética, subió en nuestra representación y fue
profetizando que de igual forma un día por su gracia también nosotros
subiremos, por ello es que Cristo es nuestra primicia.
Jesús al subir a los cielos tomó posesión legal de su
asiento celestial (tema que profundizaremos la próxima clase) y nos sentó
legalmente con él. Efesios 2:6.
La humanidad redimida quedó restaurada y con creces al
lugar que Adán había ocupado antes del pecado. Génesis 1:28. Salmo 8:4-6.
C. Para
purificar el santuario celestial.
Para entender este punto es necesario antes entender
previamente dos acontecimientos, el primero: el tabernáculo de reunión que DIOS
ordenó a Moisés construir en el desierto.
PLANO DEL TABERNÁCULO DE MOISÉS:
1. ARCA DEL PACTO.
2. ALTAR DEL INCIENSO.
3. MESA DE LOS PANES DE LA PROPOSICIÓN.
4.
MENORÁH O CANDELABRO.
5. FUENTE DE BRONCE O LAVACRO.
6. ALTAR DEL HOLOCAUSTO.
Todos estos son elementos del antiguo Pacto. Hebreos 9:23-28. Todo esto es solo
figura, la sombra de lo que ha de venir, es la representación de Cristo y su
obra redentora:
El segundo elemento es: ¿Dónde se
originó el pecado? En el cielo, donde Lucifer, el querubín encargado de guardar
el trono de DIOS fue transformado en satanás: Ezequiel 28.12-18. Isaías 14.12-14.
El cielo y todas las cosas que estaban en el
cielo fueron contaminadas por la rebelión de Satanás y de los ángeles caídos,
quienes siguieron a Satanás en su rebelión contra Dios. Así que, todas las
cosas celestiales necesitaban ser purificadas. Cristo llevó a cabo esta purificación
con Su propia sangre, cuando entró en el cielo mismo.
Cristo no entro en el lugar santísimo físico, él entro al tercer cielo,
para ofrecer su sangre para purificar el santuario celestial y por todos
nuestros pecados. Hebreos 10.1- 17.
El tabernáculo que DIOS ordenó levantar a
Moisés solo es un espejo que refleja aquí en la tierra lo que está en el cielo,
es solo una sombra de lo verdadero, y así como la sangre de los machos cabríos
servía para limpiar y purificar el tabernáculo, una vez al año y por el sumo
sacerdote en función, de la misma manera la sangre de Cristo ofrecida por él
mismo como sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec, ha limpiado y
purificado por completo los lugares celestiales.
Pero aún hay más, pues la Sangre de Cristo no
solo sirvió para limpiar el pecado de la rebelión producida en el cielo, con
esto además aseguro que no haya nunca más otra rebelión ni algún otro pecado en
el cielo.
La ascensión de Cristo a los cielos marca la entrada
en el santuario celestial, por medio del velo de su carne, el sumo sacerdote
del Nuevo Pacto, para presentar ante el trono del Padre la ofrenda de su
sangre, consumada en holocausto y expiación por el pecado.
·
Hebreos
9:11-15.
·
Hebreos
9:24-26.
·
Hebreos
13: 10-12.
Este punto revela además que el sacrificio de Cristo
por nuestros pecados fue en holocausto al Padre, fue ofrecido como ofrenda
grata y agradable a DIOS y no al diablo como algunas sectas proponen.
La ascensión a los cielos por parte de Cristo fue
para:
·
Recibir la confirmación de la victoria por parte del
Padre.
·
A preparar lugar (representativa y proféticamente) a
los suyos.
·
A purificar el santuario celestial, ofreciendo su
sangre.
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