La clase pasada ya dejamos por sentado los tres
oficios del Señor Jesucristo: el profético, para salvarnos de la ignorancia
producida por el pecado, el sacerdotal para salvarnos de la culpa del pecado y
el real para salvarnos del dominio del pecado.
En esta clase veremos el primero de sus oficios: el
profético, a diferencia de la doctrina del islam que consideran a Jesús solo
como eso, como un profeta al lado de Moisés, Abraham y Mahoma, nosotros creemos
Jesús desarrolla el oficio del profeta, pero no por eso deja de ser DIOS en
todo el sentido de la palabra.
Primero veamos en que consiste el oficio profético en
general.
En el antiguo testamento encontramos 3 vocablos
distintos en hebreo para la palabra profeta:
·
Naby´.
Resalta la idea de proferir o expresar.
·
Ro´eh.
marca el concepto de Ver.
·
Jotseh.
Resalta la idea de predicción de lo oculto y lo
futuro.
Por su parte en el Nuevo Testamento encontramos el
vocablo griego profetes de pro=delante y femí=hablar, significa
simplemente el que profiere y que en el contexto bíblico significa el que habla
predicciones de parte de DIOS.
Entendamos claramente que no es necesario que se pueda predecir el futuro para ser profeta, por
eso es que la iglesia ejercemos el oficio profético en la tierra simplemente
proclamando las maravillas de Aquel que
nos llamó de tinieblas a Su Luz admirable.
No siempre se les conoció como profetas a los hombres
que proclamaban el mensaje divino, El proceso que pasó el oficio profético en
el pueblo de Israel fue el siguiente:
I.
Primero se les llamó hombres de DIOS.
II.
Más tarde fueron conocidos como videntes.
III.
Finalmente fueron identificados como profetas.
Una frase que aparece constantemente en boca de los
profetas es: así dice El Señor (Jehová en la RVR 60), con esta frase queda
más que claro la función de los profetas que es proclamar el mensaje divino, es
solamente un transmisor, un intermediario, un mensajero un comunicador.
Pero no cualquier tipo de comunicador, era necesario
que el profeta fuera solicito y obediente en recibir antes de tratar de comunicar
el mensaje, el profeta era el encargado de hablar a los hombres de parte de
DIOS, (función inversa a la del sacerdote).
El oficio profético siempre requirió de mucho valor y
paciencia para proclamar el mensaje de la Palabra divina, para insistir a
tiempo y fuera de tiempo, para redargüir, corregir, instruir y exhortar. 2ª Timoteo 3.16-4:2. Por este motivo es
que las profecías bíblicas contienen casi por partes iguales amenazas y
promesas.
Cristo es El Profeta por excelencia.
El ministerio profético de cristo no se limita a el
tiempo de su vida y ministerio terrenal, va mucho antes, en la creación del
mundo, de la misma forma que El Espíritu participó como agente ejecutivo de
igualo forma el Verbo expresó la voluntad del Padre. Génesis 1:2-3.
Como el Ángel de Jehová, Cristo fue el mensajero, el comunicador
del consejo divino:
·
Génesis
16:10.
·
Génesis
22:11-17.
·
Jueces
13:3.
Como el Verbo de DIOS Encarnado, Cristo cumple
completamente la gran profecía hecha por Moisés en Deuteronomio 18:15:
·
Mateo
17.5.
·
Hechos
3.22.
·
Hechos
7:37.
En los evangelios encontramos que Cristo mismo hablo
de si como un profeta: Lucas 13:33, y
que él trae un mensaje de parte del Padre:
·
Juan
8:26-28.
·
Juan
12:49-50.
·
Juan
14:10 y 24.
·
Juan
15:15.
·
Juan
17.8 y 20.
Las personas que lo escuchaban lo reconocían como
profeta:
·
Mateo
21.11 y 46.
·
Lucas
7:16.
·
Lucas
24.19.
·
Juan
3.2.
·
Juan
4:19.
·
Juan
6:14.
·
Juan
7:40.
·
Juan
9:17.
Además, más que ningún otro profeta confirmo sus
mensajes por medio de prodigios y señales indubitables de su Mesiandad, en el
tema de sus milagros nos adentraremos en unas clases más adelante.
Por si fuera poco, Cristo es el profeta por excelencia
como Vidente
que vislumbra y predice el futuro, basta leer todo el capítulo 24 de Mateo para ver una
profecía detallada del futuro de Jerusalén y del final de los tiempos, al igual
que profetizó su muerte, resurrección y retorno futuro en gloria:
·
Mateo
16:21.
·
Mateo
17:22-23.
·
Mateo
20:17-19.
·
Mateo
16.27.
Profetizo además la traición de Judas (Mateo 26:20-25), las negaciones de
Pedro (Mateo 26:30-35) y la muerte
del mismo Pedro (Juan 21.18-19).
¿Por qué es importante entender todo esto? ¿Qué
relevancia tiene el oficio profético de Cristo? Porque en Cristo culmina la revelación escrita.
Siendo Cristo el Verbo, la Palabra Encarnada de DIOS,
que es el Pensamiento mismo de DIOS, él es la revelación especial de DIOS a la
humanidad y por lo tanto él es la última
Palabra. Hebreos 1:1-2.
No por nada el último libro en nuestra biblia,
comienza con las palabras: la Revelación
de Jesucristo que DIOS dio a conocer… Apocalipsis
1:1, y antes de terminar con las palabras de bendición del apóstol Juan,
vemos las palabras de Jesús: el que da
testimonio de estas cosas… Apocalipsis
22:20.
Cristo es la revelación final de DIOS a los seres humanos, y
esto es algo que debe de recibir la convenida importancia y relevancia las
veces que sea necesario, porque esto significa que toda otra voz que diga que viene o que pretenda
venir de DIOS a de ajustarse necesariamente a la Palabra ya revelada de DIOS en
la Biblia.
Por eso Jesús mismo lo anuncio con la llegada del Paracletos: El Espíritu Santo:
·
Juan
14.26.
·
Juan
15:26.
·
Juan
16.13-14.
No es sabio despreciar este tipo de enseñanzas, pues
nos llevan a puerto seguro evitando que naveguemos sin rumbo fijo doctrinal y espiritualmente
hablando, la única garantía de verdad infalible se encuentra en la Palabra de
DIOS, porque el Espíritu santo mismo la inspiró: 2ª Pedro 1:21 y le da el verdadero sentido que tiene: 1ª Juan 2:20 y 27.
Entendámoslo bien, el Espíritu santo NO va a
enseñarnos nada diferente u opuesto a la Palabra ya revelada porque sería ir en
contra de Cristo y eso es imposible porque la Escritura misma nos dice que él
es el Espíritu de Cristo.
Los movimientos tal vez bien intencionados, pero
apostatas y heréticos de la actualidad han olvidado, ignorado o menospreciado
este tipo de enseñanzas y por ello han caído en el error, pueden ser muy
entusiastas, pero eso no los hace genuinos, Cristo como profeta es la
Revelación ultima del Padre a los seres humanos, apegándonos a estas enseñanzas
mantendremos claro el rumbo.
Hay que aprender a discernir, y una excelente ancla a
la cual nos podemos aferrar es Isaías
8:20.