El día de hoy comenzamos a escudriñar el tercer
capítulo del evangelio del discípulo amado Juan, vamos a ir estudiando paso a
paso este que es uno de los más ricos y profundos capítulos de la biblia
entera.
Este capítulo se divide en dos grandes secciones:
I.
La entrevista nocturna de Jesús y Nicodemo.
II.
El ultimo testimonio de Juan el bautista antes de ser
encarcelado.
En la entrevista de Jesús y Nicodemo encontramos
muchas y muy valiosas enseñanzas, cuyo contenido espiritual ha impactado a
generaciones de cristianos a través de la historia, pero antes de adentrarnos
en el contenido de esta entrevista, es necesario primero detenernos a comprender:
¿Quién es Nicodemo?
¿Por qué es importante su entrevista con Jesús?
¿Qué podemos aprender de él?
Nicodemo cuyo nombre significa vencedor del pueblo y es de origen griego, este es solo otro de
muchos casos donde el helenismo se presenta, están Felipe, Andrés, Timoteo,
etc. Esto es así pues desde casi 200 años antes en la época de los Macabeos se
dio la helenización de los judíos.
Nicodemo era un fariseo,
la palabra fariseo significa puro o
separado, pues los fariseos se empeñaban fervientemente en la observancia
externa de la ley, junto a los saduceos eran los dos grupos religiosos
dominantes de la época.
Aun cuando los fariseos interpretaban correctamente
muchos puntos doctrinales—el decreto divino, la responsabilidad moral y la
inmortalidad del hombre, la existencia de espíritus, recompensa y castigo en la
vida futura—, y habían producido hombres de mucha fama—Gamaliel, Pablo,
Josefo—, cometían, sin embargo, un trágico error fundamental: hacían de la
religión algo externo. Con demasiada frecuencia consideraban que el conformismo
externo a la ley era el propósito de la existencia.
Algunos fariseos decían, por ejemplo, que las mujeres
no debían mirarse en el espejo en sábado pues, podían verse alguna cana y
sentir la tentación de arrancársela, lo cual sería trabajar. Estaba permitido tragar
vinagre en sábado, para curar el dolor de garganta, pero no se podían hacer
gárgaras. El colmo, quizá, era aquella regla que permitía comer un huevo puesto
en sábado siempre que se tuviera la intención de matar la gallina.
En la actualidad los fariseos son aquellos que creen
que el cumplir con la ley de DIOS es todo, son promotores exhaustivos de la santidad,
uno de sus más reconocidos exponentes fue Yiye Ávila, que criticaba el uso de
pantalones en las mujeres o ver televisión y cosas por el estilo pues eran en
contra de la santidad.
¿Cuál es el problema con buscar la santidad por encima
de todas las cosas? Que pasas por encima de buscar a Cristo, recordemos siempre
que Cristo es el camino a la santidad y
no la santidad el camino a Cristo.
Prácticamente se puede decir que Nicodemo pertenecía
al grupo que buscaba ganar su salvación por medio de sus propias obras y su
posición era prominente. Era un principal entre los judíos, lo cual indica que era
miembro del Sanedrín, y también escriba: es decir que su profesión era
estudiar, interpretar y enseñar la ley.
Este hombre Nicodemo fue a visitar a Jesús de noche
con el propósito de hacer varias preguntas que rondaban su mente, la gran
mayoría de los comentaristas bíblicos concuerdan en que su visita fue nocturna
pues tenía temor de ser expulsado del sanedrín y perder su puesto de
importancia entre los fariseos, pues recordemos que Jesús para los religiosos
fariseos no era precisamente una persona que les causara beneplácito. Juan 9:22. Juan 19.38.
Nicodemo comienza la entrevista refiriéndose al título
de autoridad y respeto de Rabí, y continua: sabemos
que has venido de DIOS como maestro, porque nadie puede hacer las señales que
tú haces si no está DIOS con él.
En esta frase encontramos varias proposiciones,
primero que Nicodemo no es el único que piensa en Jesús como maestro, usa el
plural “sabemos” pues ya ha platicado con otros judíos y llegan a la misma
conclusión.
Segundo que, al no venir de ninguna escuela rabínica conocida,
tuvo que ser enviado directamente por DIOS.
Tercero, que Jesús era por lo menos un profeta por el
tipo de señales que hacía y que llamaban la atención de la gente.
La conclusión de Nicodemo era correcta y en ella vemos
a Nicodemo como un investigador sensato, agudo y experimentado, pero el juicio
que emitía era insuficiente para engendrar una genuina fe salvífica, es decir Nicodemo sabía que le faltaba algo más que
solo creer.
Más adelante veremos que Nicodemo fue un religioso al
que DIOS abrió su corazón al evangelio de Jesucristo, lo que vamos a detenernos
a analizar es primero la gran disposición de Nicodemo de aprender.
Ya vimos que fue de noche por temor a sus compañeros
del sanedrín, pero eso lejos de hacerlo menos o hablar mal de él es todo lo
contrario, Nicodemo estaba ansioso de aprender, al grado de que busco la forma
y no se dio por vencido, además no era el único, iba en representación de otros
más, es decir fue el único de varios en tener la disposición y la gallardía
suficientes como para arriesgar todo en su vida e ir a Jesucristo.
Contrastante con muchos de nosotros que no queremos ni
gastar en pasajes a la iglesia o que escondemos nuestra biblia o mejor aún la
leemos en el celular por la vergüenza de ser cristianos.
O si bien venimos a la iglesia, lamentablemente no
venimos con la disposición necesaria para aprender, Charles Spurgeon dijo: Se
nos ha dicho que los hombres no deben predicar sin preparación. Concedido, pero
añadimos, ¡los hombres no deben oír sin preparación! ¿Quién, piensa usted que
necesita mayor preparación, el sembrador o la tierra? Me parece que hay más
preparación necesaria para el suelo que para el sembrador, más para el oyente
que para el predicador.”
Necesitamos urgentemente aprender de Nicodemo a ser buenos oyentes, a
buscar a tener la disposición correcta al venir a buscar a DIOS.
Tal vez nos ha pasado que salimos del servicio
sintiéndonos o pensando que fuimos muy poco edificados con la Palabra, pero no
hemos analizado que el problema fuimos
nosotros no la Palabra, la Palabra es viva y eficaz SIEMPRE.
La iglesia no solo necesita buenos predicadores y con
eso me refiero a que sea expuesta fielmente la Escritura, predicando
expositivamente, pero también necesitamos mejores oyentes de la Palabra. Santiago 1:19-22.
¿Cómo recibir correctamente la Palabra implantada?
¿Cómo tener la actitud de disposición de Nicodemo? Te daré x consejos rápidos y
sobre todo prácticos que fácilmente podemos todos llevar a cabo:
I.
Humildad,
ante todo. Dejemos de pensar que somos merecedores de esta
gracia, el hecho de que tengamos sana doctrina y palabra expositiva es porque
DIOS ES BUENO no porque nosotros somos buenos, la falta de humildad se muestra
cuando despreciamos este tipo de enseñanzas y cuando pensamos que son tediosas,
aburridas o que no nos ayudan en nada:
·
¿De qué sirve la sana doctrina?
·
Ni me ayuda en mis problemas.
·
Otras iglesias se preocupan por los problemas de la
gente.
·
Mejor deberían darnos consejos para vivir mejor.
·
Son frases o pensamientos que denotan la falta de
humildad.
Es por la gracia de DIOS que no recibimos como la
mayoría del mundo cristiano enseñanzas adulteradas, demos gracias por ello. 2ª Timoteo 4:3.
Seamos humildes también y dejemos de pensar que,
porque escuchamos al Pastor Paul Walsher o a MacArthur, Spurgeon o varios más
en internet no necesitamos la Palabra el domingo o que sabemos más que el
predicador, si es así gloria a DIOS y seamos humildes.
II.
Ora
a DIOS por el servicio. Ora por el pastor, ora por el sermón del domingo, ora
por tu iglesia, y por tu corazón que sea tierra fértil, no solo una o dos
veces, hazlo siempre, y además, ora porque lo que vas aprendiendo cada servicio
lo puedas ir aplicando en tu vida diaria.
III.
Prepara
tu cuerpo. Si vamos a ir a un compromiso importante como un
examen o una entrevista de trabajo, o algo parecido nos preparamos bien,
dormimos adecuadamente, desayunamos bien, nos vestimos para la ocasión o lo más
cómodos posible. Es importante prepararnos bien para escuchar la Palabra. De
otro modo, ¡puede que nos suceda como a Eutico. Hechos 20.9.
Debemos dejar bien claro que no es cualquier
compromiso, estamos ante el Rey Todopoderoso del universo escuchando sin
merecerlo su Palabra, merece que nos preparemos mucho mejor de lo que lo hemos
venido haciendo.
IV.
Elimina
las distracciones. Si somos fáciles de distraer y nos sentamos en la
parte de atrás de la iglesia, viendo a todos pasar al baño o a los diáconos
acomodar algo, dejaremos pasar la predicación sin retener la Palabra viva.
Es verdad que algunas distracciones son inevitables
(los bebés vienen a mi mente, como también si hay problemas de sonido o
dificultades de calor o frío). Pero si queremos ser edificados, debemos
esforzarnos por eliminarlas.
Una manera práctica de enfocar nuestra atención es tomando notas, no menosprecies la
enseñanza y como oveja del Señor rumia la Palabra después en tu casa.
V.
Toma
la Palabra de forma personal. Dejemos de pensar que es para fulanito o qué lástima
que no vino menganito esta palabra estaba a su medida. Esa
actitud durante el sermón es un tanto orgullosa, como si no necesitáramos la
Palabra predicada, y nos distrae de lo que el sermón nos dice a nosotros.
No siempre está mal pensar en las implicaciones de la
Palabra para alguien más, pero nunca olvides que eres un pecador que necesita
escuchar a Dios más de lo que piensas, y que el mensaje predicado es
primeramente para ti.
VI.
Examina
lo que escuchas. Hechos 17.11. Vivimos en una época en la que muchas iglesias han
olvidado la importancia de tener discernimiento y examinar todo lo que escucha
a la luz de la Palabra de Dios. Necesitamos ser como los bereanos.
Estamos en una época en que hay que criticarlo todo,
incluso lo que sale desde los pulpitos de sana doctrina, pues si no lo hacemos
corremos el riesgo de caer provocar predicadores mediocres que cada vez
preparan menos los sermones y eso puede desembocar en falsas enseñanzas de buen
corazón.
Además, si estamos constantemente analizando lo que
dice el predicador estaremos enfocando nuestra atención en la predicación aún
más, les suplico hermanos, critiquen las
enseñanzas y pregunten todo lo que deje dudas.
Nicodemo mismo fue a Jesús a despejar sus dudas, le planteó 3 preguntas que veremos más
adelante.
VII.
Obedece
la Palabra. Por último, pero no menos importante el ser hacedores
y no tan solo oidores de la Palabra, de nada sirve tener mucho conocimiento aun
en sana doctrina y no reflejar a Cristo, si estamos renovando la mente es con
el propósito de que Cristo viva por medio nuestro y sea grandemente
glorificado.
Nada
puede endurecer más nuestros corazones que salir de la predicación de la
Palabra y no estar dispuestos seriamente a vivir conforme a lo que escuchamos.
Obviamente Nicodemo estuvo dispuesto a ser oidor y
hacedor de la Palabra, pero, ¿Nosotros estamos dispuestos? No te digo que
empieces arriesgando tu vida por el evangelio, ni que dejes todo y vayas a
Corea de misionero, mejor comienza preparándote mejor para ser tierra deseable
en la cual la semilla cae y da fruto al ciento por uno.
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