La cristología bíblica para su mejor comprensión la
teología sistemática la ha dividido en 3 grandes bloques: la persona, los
estados y los oficios del Señor Jesucristo, hace unos meses terminamos de
estudiar la persona de Cristo, 100% DIOS y al mismo tiempo 100% ser humano,
conocido como unión hipostática.
Posteriormente estudiamos los estados que son el
resultante de las condiciones en las que se encuentra, en este caso hay dos
estados, el estado de humillación, el cual abarca desde su encarnación en un
humilde pesebre en Belén de Judá hasta su descenso a los infiernos o partes
bajas de la tierra.
El estado siguiente es el estado de exaltación el cual
comienza con su gloriosa resurrección, la cual tiene al menos 3 aspectos
importantísimos para los cristianos, el aspecto histórico, el aspecto
apologético y el aspecto salvífico.
En las últimas clases hablamos de otra condición en el
estado de exaltación, me refiero a la ascensión a los cielos de parte del Señor
Jesucristo una vez que resucito de entre los muertos, su ascensión es de suma
importancia teológica por 3 grandes razones:
· Era
necesario subir a recibir la confirmación por parte del Padre por la victoria
conseguida.
· Para
purificar el santuario celestial.
· Fue
a preparar lugar para los suyos: sentado a la diestra del Padre.
En la clase de hoy veremos lo que significa
bíblicamente que Jesús este sentado a la diestra del Padre.
Jesús al subir a los cielos tomó posesión legal de su
asiento celestial y nos sentó legalmente con él. Efesios 2:6.
La expresión de que Jesús, después de ascender a los
cielos está sentado al lado derecho del Padre se menciona en repetidas
ocasiones en las Escrituras, Por Jesús mismo, por Pablo, por Pedro, etc.
·
Mateo
24:64.
·
Hechos
2:33-36.
·
Hechos
5.31.
·
Efesios
1:20-22.
·
Hebreos
10:12.
·
1ª
Pedro 3.22.
·
Apocalipsis
3.21.
·
Apocalipsis
22:1.
Además de estos pasajes claros, hay otros que hacen
referencia al gobierno de Cristo como Rey, y todo rey tiene su trono:
·
Romanos
14:9.
·
1ª
Corintios 15:24-28.
·
Hebreos
2:7-8.
Antes de adentrarnos más, primero debe quedar claro
que la expresión sentado a la mano
derecha del Padre es solo un antropomorfismo, no se ha de entender
literalmente por dos motivos:
·
Primero, DIOS es Espíritu infinito, por lo tanto, no
tiene mano derecha literalmente hablando, de hecho, no tiene materialmente
ninguna parte del cuerpo humano.
·
Segundo, decir que está sentado es solo un simbolismo de poder y autoridad que como o Rey
de reyes posee, pero hay otros pasajes donde aparece de pie representando su condición de resucitado. Apocalipsis 1:13-17, 5:6.
En la antigüedad, el estar sentado a la diestra del
Rey indicaba una condición de mucho honor, en el caso de Cristo indudablemente
nos muestra el hecho de que el mediador recibió el dominio para gobernar el
universo entero y por extensión su iglesia.
No debemos pensar del sentar de Cristo a la diestra
del Padre como algo pasivo o contemplativo, Cristo esta activamente en la
continuación de su obra como mediador y ejerciendo sus tres oficios que
estudiaremos en el siguiente bloque: Rey, sacerdote y profeta.
Puesto que la Biblia relaciona con mucha frecuencia
"el estar sentado" con el gobierno Real de Cristo, es natural pensar,
primero que todo, en su obra como Rey. Gobierna y protege a su iglesia por
medio de su Espíritu Santo, y también la gobierna por medio de sus oficiales
designados.
Tiene todas las fuerzas del 'cielo bajo su mandato:
Los ángeles son sus mensajeros, siempre listos para traer sus bendiciones a los
santos y para defenderlos de los peligros que los rodean. Ejerce su autoridad
sobre las fuerzas de la naturaleza, y sobre todos los poderes que son hostiles
al Reino de Dios, y continuará reinando de esta manera hasta que haya sujetado
al último enemigo.
La Biblia también conecta la obra como ABOGADO de Cristo
con su "estar sentado'' a la diestra de Dios
·
1ª
Juan 2: 1.
En Apocalipsis
12.7-10 vemos que satanás es el Acusador,
y su tarea es tratar de llenar nuestras mentes con culpa y sobre todo miedo
al castigo cuando cometemos algún pecado.
Cristo está presentando continuamente su sacrificio
perfecto al Padre como la base suficiente para la concesión de la gracia
perdonadora de Dios. Está sin cesar, aplicando su obra sacrificial y haciéndola
efectiva para la justificación y santificación de los pecadores.
Además, está haciendo continua intercesión por
aquellos que son suyos, abogando por su aceptación sobre la base de su
sacrificio perfecto, y porque sean guardados del mundo, y haciendo que sus
oraciones y servicios sean aceptables a Dios.
La Ira Santa de DIOS quedó satisfecha cuando
Cristo presento su sangre delante de Él, el valor de la sangre de Cristo es
suficiente para redimirnos, En Hebreos
10.17-18 vemos que la sangre derramada por Cristo es suficiente para DIOS
entonces también es suficiente para nosotros, por lo tanto, cuando el acusador
nos ataque y trate de hundirnos en la culpa, renovemos nuestro entendimiento
con esta poderosa verdad.
Muchos se preocupan y hasta se desaniman
cuando viene este pesar de parte de DIOS a sus vidas cuando cometen alguna
transgresión, sin embargo, lo verdaderamente preocupante debería de ser si no
llegamos a sentir ese redargüir en nuestros corazones pues no lleva a
preguntarnos:
¿Verdaderamente
seremos hijos de DIOS?
Que DIOS no nos culpe no significa que está
contento o que le agrada un comportamiento carnal pecaminoso, pero aun así NO
NOS CULPA, lo que DIOS hace es recordarnos nuestra identidad: quienes somos en
Cristo.
Sin embargo, en el momento en que pecamos
DIOS no se dirige primero hacia nosotros, DIOS primero nos reviste de santidad
por medio de su Espíritu Santo que redarguye nuestro corazón y ahora si se
dirige hacia nosotros. No lo hace en el instante en que pecamos para no lastimarnos, primero nos levanta y luego
nos hace ver nuestras fallas para seguir caminando. Zacarías 3:1-5.
DIOS no nos recuerda los pecados, pues eso
sería tratarnos como culpables y Cristo llevó la culpa nuestra en la cruz, DIOS
nos redarguye. En otras palabras, nos hace sentir un pesar por nuestro
comportamiento, pero ese pesar nos lleva a confesar delante de DIOS nuestros
actos y a arrepentirnos: 2ª Corintios
7.10. Hebreos 9.13-14.
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