domingo, 5 de marzo de 2017

El Evangelio De Juan 14: La Purificación Del Templo Parte I. Juan 2:13-22.

Continuamos con el relato de la vida y obra terrenal del Señor Jesucristo, la semana pasada vimos el llamado principio de señales, la señal milagrosa de convertir literalmente el agua de seis tinajas de piedra en vino, no cualquier vino, sino un vino de calidad superior.

La enseñanza del pasaje es el poder y el amor ilimitados de Jesús, quien en total obediencia y dependencia del Padre obró en favor de los novios sin estar obligado a hacerlo y vemos que Jesús es el mismo ayer hoy y por lo siglos, pues aún sigue realizando milagros, el más grande ellos es darnos vida nueva a los más viles pecadores.

Al igual que cuando convirtió el agua en vino, Jesús demuestra su poder ilimitado, pues hace vivir a los muertos espirituales, pero sobre todo vemos su amor infinito, pues no nos debía nada, no estaba obligado ni nada por el estilo, ya entendimos que si él dejase a toda la raza humano en su condenación eterna aun así el sigue siendo Justo, Santo, Bueno, Etc. Por eso es que el milagro de la regeneración muestra su amor sin límites.

Lo siguiente que nos narra el apóstol Juan es la visita de Jesús, sus discípulos y sus hermanos a Capernaum un poblado a las orillas del mar de Galilea, de ahí, Jesús sube a Jerusalén a celebrar la pascua en el templo.

La celebración de la pascua, era el recordatorio de la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto, como ya lo vimos, se sacrificó un cordero sin mancha y con su sangre se untaron los postes y el dintel de las puertas para que el ángel de la muerte pasará por alto ese hogar y así preservar la vida de los primogénitos.

Esta gloriosa liberación fue solo una imagen de lo que más de 1000 años después haría Cristo al ser el Cordero de DIOS que quita el pecado del mundo.

Todo varón judío de 12 años en adelante debía subir a festejar la pascua en Jerusalén, la fiesta en conmemoración se celebraba entre los meses de Abib o Nisán que concuerdan con los meses de marzo y abril de nuestro calendario y coinciden con la llamada semana santa.

En los días de nuestro Señor la complicada celebración de esta fiesta incluía los siguientes elementos:

·         Una oración de acción de gracias a cargo del jefe de familia; a continuación, se bebía la primera copa de vino. Se seguía bebiendo durante toda la fiesta.
·         Como recuerdo de la amarga esclavitud en Egipto, se comían las hierbas amargas.
·         La pregunta del hijo: “¿Por qué es esta noche distinta de las demás?” era seguida de la respuesta correspondiente del padre, que podía ser leída o narrada.
·         Canto de la primera parte del Hallel (Sal. 113, 114) y lavamiento de manos.
·         Se empezaba a comer el cordero junto con el pan sin levadura.
·         A continuación, la comida en la que cada uno podía comer lo que deseara, siempre que hubiera comido primero el cordero.
·         Canto de la última parte del Hallel (Sal. 115–118).

Después del día en que se mataba el cordero, se celebraba la fiesta de los Panes sin Levadura, (iban ligadas las dos fiestas: la pascua con la de los panes sin levadura) que duraba del quince al veintiuno de Nisán. Durante esta fiesta de siete días, llamada la Pascua, se ofrecían muchos animales en sacrificio (Números. 28:16–25) al Señor.

Se debe tener en cuenta que en el templo sólo se podían ofrendar monedas judías, y cada fiel—exceptuando mujeres, esclavos y menores de edad—debía pagar el tributo anual de medio siclo (Ex. 30:13).

Es completamente necesario saber esto, pues solo así sabremos el motivo de la dura pero justa reacción de Jesús, haciendo azote de cuerdas, esparciendo las monedas y volcando las mesas en el templo.

La situación era deplorable, como ya entendimos la gente iba por montones a ofrecer su ofrenda en dinero y a sacrificar animales, sin embargo, los cambistas pagaban muy por debajo el tipo de cambio extranjero a moneda judía, era unos usureros disfrazados de hombres piadosos.

Y, por si fuera poco, aquellos que vendían los animales para sacrificios eran unos defraudadores, pues cuando llevaban sus propios animales las personas se los rechazaban y les hacían comprar de los suyos, pero después ¡vendían los animales rechazados! Habían profanado el templo y lo habían llenado de inmundicia, literalmente el patio se veía lleno del excremento y olor a orines de los bueyes y las ovejas.

No solo era la clara estafa llevada a cabo a sus compatriotas, el colmo es el lugar donde se estaba realizando, en el mismo templo del Señor.



Hemos de dejar bien en claro la importancia del templo para dimensionar bien la ofensa, desde que DIOS rescató a el pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto, al llevarlos a atravesar el desierto, aun en ese inhóspito lugar les ordenó construir un santuario: El tabernáculo de reunión, cientos de años después es construido el majestuoso templo de Salomón, después de caer en manos de los babilonios y regresar del exilio nuevamente fue construido el templo,  DIOS siempre se ha comunicado con los suyos por medio de su templo y en la actualidad no es la excepción, solo que ahora el templo lo constituimos sus elegido. 1ª Pedro 2.5.

Era en el templo donde DIOS manifestaba su presencia, era en el templo donde se ofrecían los sacrificios y holocaustos por los pecados, era en el templo donde se oraba al Señor, era en el templo donde se llevaban las ofrendas de olor fragante a DIOS, era en el templo donde los sacerdotes intercedían ante DIOS por el pueblo, era en el templo donde la vida espiritual se llevaba a cabo en la nación de Israel, no lo ordenaron los judíos, lo ordenó DIOS mismo, por eso el gran enfado de Jesús.

No le fue difícil encontrar cualquier cantidad de cuerdas, después de todo los animales eran llevados por medio de ellas y mantenidos ahí de igual manera, Jesús llenó del Celo Santo de DIOS tomó una de esas cuerdas para azotar a los animales y echarlos fuera del patio junto con sus dueños, volcó las mesas, esparció las monedas al suelo y a los vendedores de palomas les ordenó llevarse sus jaulas fuera del templo.

La frase: no hagan de la casa de mi Padre casa de mercado al mismo tiempo que les muestra a los estafadores el motivo por el cual los echó fuera, les mostraba que estaba haciendo uso de su derecho como primogénito de DIOS.

De hecho, la palabra mercado que se usa en este verso viene del griego emporion (ἐμπόριον, G1712), significa lugar de intercambio, lugar de negocios, y de aquí viene la palabra castellana emporio, estaban claramente haciéndolo para su propio beneficio.

1500 años después las cosas siguieron igual, la venta de indulgencias, reliquias y misas era una gran ganancia para el catolicismo romano y 2000 años después del azote de cuerdas de Jesús el corazón lleno de avaricia de los hombres no ha cambiado en nada, el mundo evangélico se ve sacudido por las llamadas maratónicas del emporio Enlace, que es todo menos un canal cristiano. 2ª Pedro 2.1-3.

¿Es malo levantar ofrendas para que una iglesia (en este caso enlace) subsista? No, no tendría nada de malo, el problema aquí es que prometen favores que DIOS nunca prometió, condicionan el favor de DIOS y lo hacen solo por avaricia, pues si ellos pueden sanar a todos en el nombre de Cristo, ¿Por qué no hacerlo por amor, tal como nuestro Señor? Judas 10-11.

Muchos hemos sido sacados de ahí por la gracia de DIOS, pero hemos tomado esa preciosa Gracia como pretexto para hacer de la casa de DIOS casa de mercado aun en los que nos decimos sana doctrina.

Tal vez no pedimos dinero a cambio de bendiciones, tal vez no condicionamos los favores de DIOS, pero algo también es evidente no hay el orden debido en la Casa del Señor, con el pensamiento de que somos salvos por gracia creemos que esa gracia nos permite hacer de todo y no guardar el correcto orden en la congregación:

·         Llegamos tarde, aun y cuando podríamos llegar a tiempo.
·         Compramos en la dulcería a medio servicio.
·         Si la dulcería está cerrada salimos a la tienda a comprar.
·         Comemos a media predicación. (No estamos en el cine).
·         Movemos las sillas de su lugar para sentarnos donde nos da la gana.
·         No ponemos en cintura a nuestros pequeños.
·         Apartamos lugares y si nos piden movernos nos enojamos.
·         Si nos piden pasar a tomar lugar ignoramos la indicación.
·         Platicamos a media predicación.
·         Bostezamos de sueño en el tiempo de alabanza.
·         Jugamos con el celular con el pretexto de que estamos leyendo la biblia.
·         Audífonos puestos en el servicio.
·         Los baños muchas veces están peor que baños públicos.
·         Dejamos nuestra basura por todos lados.
·         Etc.

Es lamentable que, en templos católicos, mormones, salones del reino, por ejemplo, haya más orden que en los que decimos estar en la verdad, la sana doctrina ha de llevarnos a la vida y el comportamiento correcto, de no ser así nuestra sana doctrina no vale ni medio centavo. 1ª Corintios 14:40.

No estamos en el mercado, ni en el cine, ni en la plaza del pueblo, estamos en la Casa de DIOS, comportémonos correctamente dándole la importancia y respeto que se merece.

Después de hacer el azote de cuerdas y expulsar a los estafadores del templo, los discípulos recordaron la frase escrita en el Salmo 69:9 El celo de tu casa me consume, este salmo es uno de los más citados en el Nuevo Testamento con un total de 19 veces. Jesús nos da aquí un ejemplo del celo que habríamos de tener por las cosas de Dios. Tito. 2:14.

¿Significa que hemos de hacer azote de cuerdas o expulsar a alguien de la iglesia? Claro que no, nosotros a diferencia de Cristo si tenemos pecados que enturbian nuestro corazón, Jesús no actuó carnal ni pasionalmente, lo hizo en Ira Santa, la Justa Ira de Un DIOS santo que es profanado con el pecado y la maldad.

En cambio, nosotros corremos el riesgo de involucrar nuestros sentimientos carnales y hacerle daño a la gente, lo que si estamos llamados es como lo dice en apóstol Pablo, a ser celosos de buenas obras, y un buen comienzo es dejando de hacer la casa de DIOS casa de mercado, empezando a darle el lugar de preeminencia que DIOS y su templo santo se merecen.

·         Demos la importancia que se merece el congregarnos.
·         Estemos dispuestos a ser discipulados.
·         Aportemos nuestros dones y talentos para edificar la iglesia.
·         Seamos lo más puntuales posible.
·         Etc.


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