La clase pasada comenzamos a estudiar el oficio
sacerdotal y la doble función que ejerce el sacerdote: ofrecer sacrificio e
interceder por el pueblo, la biblia nos muestra que el sacerdocio de Cristo no
sigue la línea aarónica de la tribu de Leví, al ser un nuevo pacto tiene lugar
una nueva línea sacerdotal ahora del orden de Melquisedec.
Durante los siguientes temas nos adentraremos a la
primera de las dos funciones del sacerdote: ofrecer sacrificio y nos daremos
cuenta de la relevancia que este tema en particular tiene en nuestra salvación.
El sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario rebaso
ampliamente en como perfecto cumplimiento, el significado y la eficacia de los
sacrificios establecidos en la ley de Moisés. En la ley encontramos que eran 5
los sacrificios que se ofrecían, 3 de olor suave y 2 de olor no suave.
Se les considera de olor suave o fragante a aquellos
sacrificios ofrecidos solo como actitud de sumisión, amor y obediencia, en
cambio los sacrificios de olor no fragante o no suave implicaban la expiación
por el pecado, la culpa y las consecuencias de este.
De estos 5, destacan 2: el holocausto y el sacrificio
de expiación, en el primero Cristo fue nuestro representante en el segundo fue
nuestro sustituto, es importante recordar esto pues más adelante nos ayudará a
poner firmes los pies en el suelo y no flotar
doctrinalmente.
La persona de Jesucristo y el plan redentivo de los
seres humanos es el tema central de las Escrituras, no es un hecho aislado, no
es el plan B de DIOS al pecar Adán en el huerto del Edén, no es casualidad que
todo apunte a la redención en la Biblia, solo que ha sido una revelación
gradual.
Desde la caída de Adán, DIOS mismo le dio la promesa
de un redentor a Eva en Génesis 3.15, sin
embargo, no especifico la forma y el tiempo que tardaría en cumplirse dicha
promesa, al pasar los años DIOS poco a poco es decir gradualmente fue mostrando
su plan hasta culminar aproximadamente 4000 años después con Jesucristo en la
Cruz del calvario, desde entonces dejamos de ver las sombras y ahora por la Luz
de la Escritura consumada (en lo que al canon se refiere) podemos ver el cuerpo
que producía la sombra, esto es Cristo mismo. Colosenses 2:16-17. Hebreos 8:5. Hebreos 10:1.
Estás sombras son conocidas como tipos o representaciones
y de ellas está lleno el Antiguo Testamento, y son el trasfondo, la base sobre
la cual DIOS nos fue revelando su plan de salvación a los perdidos, cuando
Jesús le dice a la mujer samaritana que la
salvación viene de los judíos en Juan
4:22, lo dijo no solo porque él mismo fue es en la carne de nacionalidad
judía, también lo dijo porque el plan de salvación de DIOS fue revelado por
medio del pueblo judío, y fue transmitido mediante figuras, tipos y pasajes
proféticos en el Antiguo Testamento, esto lo vemos de labios de diferentes
personajes del Nuevo Testamento:
·
Jesús:
Lucas 24:24-27.
·
Pedro:
Hechos 3:18
·
Felipe:
Hechos 8:35.
·
Pablo:
Hechos 13:23 y 27.
Pero tengamos cuidado de querer encontrar toda la redención en un solo pasaje del
A.T. pues como ya se mencionó es progresiva la revelación de DIOS, por lo
tanto, unos pasajes cubren un aspecto y otros pasajes otro distinto, hay
quienes acuñan la frase de que en el
antiguo testamento no encontramos la redención en miniatura sino en semilla, con
claras excepciones como Isaías 53.
Todo esto viene a tema por el mensaje de los
sacrificios que encontramos en el antiguo Testamento, dejando de lado el
aspecto pagano de los sacrificios, en la Biblia encontramos que es siempre DIOS
el que por su gracia toma la iniciativa de redimir a los seres humanos, el
primer caso lo vemos cuando vistió de túnicas de pieles de animales en
sustitución de los delantales de hojas de higuera que se hicieron después de
pecar Adán y Eva. Génesis 3:7 y 21.
Pero la verdadera esencia de los sacrificios rituales
la encontramos en el libro de Levítico, pues ya sea directa o indirectamente
los 5 sacrificios tenían cierto grado expiatorio, puesto que todos iban
dirigidos a satisfacer las demandas de la justicia y santidad de DIOS mediante
la sustitución de la víctima u ofrenda ofrecida.
Pero es más notorio en los sacrificios que derramaban
sangre de las víctimas expiatorias, esto es en conformidad con lo dicho por
DIOS a Noé en Génesis 9:4. Y que
también encontramos en Deuteronomio
15:23 y sobre todo en Levítico
17:11. Por eso en Hebreos 9:22 leemos
que sin derramamiento de sangre no hay remisión (de pecados).
¿Por qué la sangre cubre o es para el perdón de los
pecados?
La vida del hombre se ha depravado por el pecado y por
ende ha perdido la comunión con DIOS, como la vida está en la sangre sería
preciso verter la propia sangre para exonerarse de la carga del pecado, pero
nuestra propia sangre está manchada, contaminada por el pecado mismo y no sirve
más para limpiar, por este motivo es que DIOS proveyó de animales limpios y al
poner las manos sobre la cabeza del animal a inmolar se confesaban los pecados
y entonces ya eran degollados y su sangre se derramaba en sustitución de la sangre manchada del pecador.
Sin embargo, la sangre de animales solo era una
representación no podía eternamente limpiar los pecados como dice Hebreos 9:13-14 y 10.4. Un animal no
podía sustituir a una persona perfecta y eternamente, de ahí que el Redentor de
la humanidad: Cristo, tuviese que hacerse solidario de la naturaleza humana. Hebreos 2:14-17.
Un punto muy importante que no debemos dejar pasar por
alto es que los sacrificios de animales del A.T. todos ellos, incluidos los del
Día de la Expiación (Yom Kippur que hablaremos más a delante) eran propicios a
DIOS pues solo eran representaciones con la mira puesta en la Cruz del
Calvario.
Lo que sucedía era que la expiación era por los
pecados del pueblo en forma muy general pero no reconciliaban automáticamente a
las personas de forma individual con DIOS, solo las Fe en el Mesías que habría
de llegar mostrada por un corazón contrito y humillado restauraban la comunión
personal con DIOS. Salmo 51:16-17.
El mensaje profético de arrepentimiento.
Si ponemos atención el mensaje de los profetas al
pueblo de Israel es precisamente un mensaje que llama al arrepentimiento y la
humillación del Yo, esto era así para poder darle equilibrio a la formalidad y
el extremo, pero superficial ritualismo en el cual caía el ministerio
sacerdotal, a veces era muy duro el mensaje hasta en contra de los mismos
sacerdotes:
·
Isaías
1:11-18.
·
Jeremías
7:21-28.
·
Amós
5.21-24.
En palabras más sencillas y por el testimonio que
tenemos en la Escritura podemos decir que el oficio profético y el sacerdotal
se COMPLEMENTAN entre sí, el sacerdote ofrece el sacrificio por los pecados y
el profeta hace el llamado a que no sea solamente un acto ritual más, que
desemboque en un arrepentimiento genuino.
Ambos oficios van siempre de la mano, no puede haber
solo un arrepentimiento, pero sin un sacrificio que lo cubra, así como tampoco
puede ser que solo haya un holocausto sin el debido arrepentimiento, ambas
partes, el sacrificio necesario y el arrepentimiento ineludible los proporciona
Cristo a los creyentes, por eso funge como Profeta y como Sacerdote a la vez.
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