domingo, 23 de abril de 2017

El Evangelio De Juan 20: La Serpiente De Bronce. Juan 3:13-15.

El evangelio de Juan a diferencia de los tres primeros evangelios llamados sinópticos, nos relata historias exclusivas, una de ellas es la entrevista nocturna de Jesús con Nicodemo, la primera parte del capítulo 3 de este evangelio está dedicada a dicha entrevista en la cual hasta el momento hemos entendido varias verdades:
·         La gran disposición de Nicodemo de aprender de Jesús.
·         La NECESIDAD del nuevo nacimiento a causa del pecado en el ser humano y la infinita santidad de DIOS.
·         La soberanía de DIOS en la salvación, pues, así como el viento sopla por donde quiere, así es DIOS otorga soberanamente su salvación a quien le place.
En los siguientes versículos, Juan continúa relatando la entrevista de Jesús, de hecho, es la continuación de su argumento de la necesidad del nuevo nacimiento, Jesús le dice: Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.
Jesús nuevamente nos da muestras de su eternidad y por consiguiente su divinidad, para tener información de primera mano es necesario ser testigo ocular, estar presente cuando suceden las cosas y la frase de Jesús es lo que afirma, él está diciendo indirectamente: ¿Sabes porque estoy enterado de estas cosas? Porque estuve delante del trono de DIOS cuando se decretaron.
Cuando en el trono de DIOS se tomaron las decisiones, Jesús no solo estaba presente, fue parte del pacto inter-trinitario de salvación:
Desde La Eternidad Pasada La Trinidad Hizo Un Pacto, El Padre Enviaría Al Hijo Al Mundo A Redimir A Los Elegidos, El Hijo Realizaría La Obra De Redención Y El Espíritu Santo Aplicaría Esa Obra En Los Elegidos.
Nosotros los seres humanos aun no habíamos sido creados cuando el Plan de redención ya se había PACTADO en la eternidad pasada por nuestro amoroso Señor y DIOS, es por eso que la biblia dice que el sacrifico de Cristo como cordero inmolado fue hecho desde antes de la fundación del mundo. Apocalipsis 13:8. 1ª Pedro 1:19-20.
¿Por qué fue así?
¿Qué motivo a hacer esto a nuestro DIOS?
¿Sí aún no nos había creado, para que crearnos, dejar entrar el pecado y tener que mandar a su Hijo a la Cruz por nosotros?
POR EL PURO AFECTO DE SU VOLUNTAD, no había mejor forma de mostrar su amor, los humanos pensamos en amor de manera sentimental y emocional solamente, pero la verdadera demostración de amor es DAR LA VIDA LITERALMENTE. Juan 15:13.
Además, hay atributos que no podemos admirar en DIOS a no ser por la presencia del pecado y la Cruz para expiarlo: su Paciencia, su Misericordia y Su Gracia.

Pero hay una paradoja en la expresión de Jesús: Nadie subió sino el que bajo.

Los viejos socinianos, para pervertir la doctrina de la preexistencia de Cristo, se apoderaron de este pasaje, como si enseñara que el hombre Jesús fue secretamente arrebatado al cielo para recibir sus enseñanzas, y entonces “descendió del cielo” para entregarlas.

Pero el verdadero sentido de este texto y que se ha aceptado por la iglesia de sana doctrina a través de la historia es que el perfecto conocimiento de Dios no se consigue, subiendo el hombre desde la tierra al cielo para recibirlo, pues ningún hombre ha ascendido así, no podemos ni queremos hacerlo a causa del pecado, el verdadero conocimiento de DIOS solo lo podemos tener por medio del Verbo encarnado: Jesucristo, quien ha descendido como el ‘Hijo del hombre’ para hacer conocer al Padre.

El corazón del maravilloso plan de redención, del llamado Pacto Eterno se encuentra en los siguientes versículos que escribe el apóstol Juan, pero nos lo muestra no como una doctrina novedosa o como algo nuevo que DIOS acaba de mostrar a los hombres, por el contrario, es algo que desde la promesa redentora de Génesis 3:15 DIOS ha mostrado a los hombres: la redención de la humanidad por la sola Fe en Cristo.

Esto nos lo deja ver Jesús en el versículo 14. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado.

Jesús sabía que Nicodemo conocía a la perfección el relato de Números 21:4-9. Después de todo Nicodemo era un escriba, un maestro en la ley y un principal entre los fariseos, era más que obvio que sabía de memoria los pormenores de esta gran historia, lo que Nicodemo ignoraba es que esta historia solo era un tipo, una representación de la redención que sería efectuada por Jesucristo en la Cruz.

Israel se había rebelado otra vez. El pueblo había hablado contra Dios y contra Moisés, diciendo: “¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano (el maná)”. Por eso El Señor había enviado serpientes ardientes entre el pueblo, las cuales mataron a muchos.

El desierto de Sinaí cuenta con una gran variedad de serpientes. Algunas se esconden bajo la arena y atacan sin previo aviso. Los Israelitas y los egipcios las temían mucho. La mordida de una serpiente venenosa significaba, una muerte lenta con un sufrimiento intenso, serpientes ardientes expresión que probablemente alude al ardor causado por su mordedura.


Cuando el pueblo confesó sus pecados, Moisés oró por ellos. “Y El Señor dijo a Moisés: ‘Hazte una serpiente ardiente y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido, y mirare a ella, vivirá’. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, éste miraba a la serpiente de bronce, y vivía”

Las palabras de Jesús: como Moisés... así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado. Indican claramente que lo ocurrido en el relato de Número 21 es prototipo del levantamiento de Cristo en la Cruz del calvario.

¿Por qué representar a Cristo con una serpiente? Porque el pecado de todos nosotros cayó sobre de él al estar colgado en la cruz. 2ª Corintios 5:21.

La biblia tiene un solo mensaje general: Cristo y el plan de redención del ser humano y La serpiente de bronce es un claro ejemplo, es un tipo del sacrificio de Cristo en la Cruz:

·         En ambos casos la muerte amenazaba como castigo del pecado.
·         En ambos casos es Dios mismo el que, en su gracia soberana, provee un remedio.
·         En ambos casos Llegó cuando se dieron cuenta de su miseria.
·         En ambos casos Es suficiente, no tenían que “hacer nada más”.
·         En ambos casos el remedio consiste en algo (o alguien) que debe ser levantado a la vista de todos.
·         En ambos casos todos los que, lo miran de corazón es decir con fe, es suficiente para ser sanados.

Pero, a diferencia de la serpiente de bronce levantada en el desierto, no es un remedio más a la mordedura de serpiente, Cristo y su sacrificio en la cruz es EL ÚNICO REMEDIO al pecado y la muerte que causa en el ser humano, no hay más, recuerde que Jesús mismo lo dijo: es NECESARIO nacer de nuevo, no hay varias formas, es la única posible, y la manera de nacer de nuevo es, como el pueblo de Israel al voltear a ver la serpiente, nosotros, poner nuestra Fe en el sacrificio consumado de Cristo.

Esto es increíble a la razón humana, ambos métodos, tanto el mirar una serpiente y que el veneno salga, como el poner la Fe en el sacrificio del Cristo y ser salvo eternamente, Sin duda, muchos de los israelitas que fueron mordidos, aun cuando su caso era doloroso, se pusieron a razonar antes que obedecer, y a reflexionar sobre lo absurdo que era esperar que la mordedura de una serpiente viva fuese sanada con sólo mirar un pedazo de metal en forma de serpiente, y reflexionarlo hasta morir.

Lamentablemente pasa lo mismo con la obra de Cristo en la cruz, antes obedecer y depositar nuestra Fe en su obra, primero lo ponemos en tela de duda, lo cual puede desembocar en que un día pueda ser demasiado tarde para hacerlo (muertos ya la Fe no es válida delante de DIOS).

A mí en lo personal, también me es difícil creer esto, pero no en el sentido de que sea una verdad de DIOS, me es difícil, casi imposible de creer que DIOS nos haya amado a tal grado, que haya enviado a su Hijo en nuestro lugar, sobre todo por lo miserables, pobres, ciegos, desventurados y desnudos que éramos a causa del pecado.

Aunque Cristo es levantado a la vista de todos, no salva, sin embargo, a todos. Leemos
que es para que todo aquel que en Él cree tenga vida eterna.


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