Los oficios de nuestro Señor Jesucristo son 3:
1.
Rey.
2.
Profeta.
3.
Sacerdote.
Desde el A.T. vemos que es a este tipo de personas que
se les ungía para realizar su labor,
Cristo, el mesías, El Ungido es quien
al mismo tiempo realiza estos 3 oficios. Dentro del oficio sacerdotal nuestro
Señor lleva a cabo 2 funciones elementales: ofrecer sacrificio e interceder por
su pueblo.
El ofrecer sacrificio nos llevó a estudiar las teorías
expiatorias erróneas que se han dado por la falta de conocimientos teológicos y
conceptos básicos tales como la Trinidad, la unión hipostática, el pacto
eterno, etc.
Ahora toca el turno de estudiar la función intercesora
por la que perpetua el oficio sacerdotal de Cristo, la cita inicial de Hebreos 7.23-25 nos da en primer lugar
una promesa de consuelo eterno, pues por medio de Cristo podemos acercarnos a
DIOS pues Cristo mismo intercede por nosotros.
Al igual que con los sacrificios expiatorios, la
función intercesora de Jesucristo la vemos representada en el A.T. por medio de
los sacerdotes y el tabernáculo en el pueblo de Israel.
PLANO DEL TABERNÁCULO DE MOISÉS:
Es muy importante notar que el tabernáculo contaba con
2 altares:
·
El altar de bronce, a la entrada del tabernáculo, en
el atrio, ahí se ofrecían las víctimas de los sacrificios.
·
El altar de oro, el de los perfumes o esencias aromáticas,
en el cual todos los días se elevaban a la presencia del trono de la gracia el
incienso que simbolizan las oraciones intercesoras. Apocalipsis 5:8. Este altar de oro, se encontraba adentro de la
tienda misma, al lado de la cortina que separa el lugar santo del lugar
santísimo.
El altar de oro o altar del incienso, era una
representación de la intercesión de nuestro gran sumo sacerdote Jesucristo la
cual él realiza no en una tienda física en la tierra, sino en el cielo mismo. Apocalipsis 8:3.
La función intercesora de Jesucristo basada en su obra
de sacrificio en la cruz del calvario, por eso es que en Apocalipsis 5:6, el Cordero aparece de pie resucitado para interceder, y como inmolado es decir llevando siempre las marcas de la crucifixión.
Se puede observar aún más el simbolismo de la función
intercesora en el A.T. en el día de la expiación, cuando el sumo sacerdote
después de inmolar la victima de expiación por el pecado y de rociar con su
sangre los cuernos del altar de oro, no solo rociaba el velo, entraba hasta el
lugar Santísimo para rociar el propiciatorio mismo. Levítico 16:11-19.
Esta obra que llevaba a cabo el sacerdote cada año en
el día de la expiación, entrado al lugar santísimo donde el trono de la gracia
se encuentra en medio de los querubines, además de la sangre con que se rociaba
los utensilios del santuario, también tenía otro elemento simbólico: el
incienso quemado en ascuas ardientes tomadas del altar de bronce o de los
holocaustos y sacrificios. Esto nos da a entender que la intercesión está
basada en el sacrificio y de no ser así, no tiene eficacia alguna.
En pocas palabras, la obra intercesora de Jesucristo en el cielo a favor
de los suyos, solo tiene efectividad porque está basada sobre su obra de
sacrificio ya efectuada en la cruz.
Esta verdad tiene una gran y muy importante
implicación: solo Jesucristo es mediador entre DIOS y los hombres. 1ª Timoteo 2.5.
Por si no nos bastase con saber que es porque la
Palabra de DIOS lo dice, o por si quisiéramos sacar textos fuera de contexto,
con esta enseñanza se dan por sentadas las bases en contra de la idolatría, no
hay nadie, ni un santo, ni una virgen, ni un apóstol, ni nadie que sea nuestro
intercesor con DIOS, nadie está calificado puesto que nadie más murió y resucitó,
solo Jesucristo.
Tal vez muchos tenemos tiempo fuera del catolicismo
romano y sus dogmas de orar o pedir por medio de santos y rezos a vírgenes,
pues no podemos molestar a su dios que es
muy santo y ocupado para atendernos a nosotros simples mortales pecadores.
Sin embargo, lamentablemente aún en el cristianismo
hay veces que se llega a dar este tipo de equivocaciones, al creer que un
pastor, o un hermano o peor aún que un pseudo apóstol o falso profeta está más cerca de DIOS y es mejor que él o
ella ore por mí.
Personalmente no me molesta ni me molestará jamás orar
por mis hermanos y hermanas en necesidad espiritual, pero si he de dejar bien
en claro que solo soy un apoyo de amor y consuelo a sus propias oraciones, mis
ruegos y oraciones no son más cercanas ni más fuertes, ni más poderosas, ni más
ungidas que las de nadie, pues yo no soy mediador de nadie el único
mediador y el motivo por el cual terminamos nuestras oraciones en el nombre de Jesús, es Cristo.
En el N.T. encontramos ya explícitamente a Jesucristo
como nuestro intercesor o abogado ante
el Padre, pues ambas palabras vienen del griego Paracletos:
·
Juan
14.16.
·
Hebreos
7:25.
·
1ª
Juan 2:1.
De todo esto surge válidamente la pregunta de ¿Cómo es
la función intercesora de Cristo?
La Escritura nos muestra que la función de intercesión
de Jesucristo en los cielos no se limita a una defensa verbal a favor de
nosotros, tampoco está limitada solamente a presentar las señales que recuerdan
su obra expiatoria en la cruz.
De hecho, su función es una continuación de su oficio
sacerdotal, es en sí una perpetua propiciación
viviente en favor nuestro, en la que la sangre de Jesús nos limpia de los
pecados, así como en el A.T. el sacerdote ofrecía el sacrificio y la sangre
caía primero en el altar del holocausto para después ser llevada dentro para
ser derramada en los utensilios, incluido el altar de oro, para que la demanda
se hiciera efectiva.
De la misma manera, primero la sangre de Cristo fue
derramada en el altar del holocausto llamado Calvario, y después es presentada
dentro del santuario celestial perpetuamente en su función como sumo sacerdote,
sacrificio e intercesión van siempre de la mano.
·
Hebreos
9:11-12.
·
Hebreos
9.24.
·
Hebreos
10:19-21.
La sangre de Cristo presentada al Padre por Jesucristo
es su elemento de intercesión y hace un peshaj
sobre de los elegidos. Éxodo 12:13.
Con la relación íntima de las dos funciones del oficio
sacerdotal de Cristo, sacrificio e intercesión, la obra de Jesús junto (no
frente, pues no son opositores) tiene las siguientes facetas:
1.
Es
una continua propiciación a favor nuestro junto al Padre. 1ª Juan 1:7-2:1.
2.
Refuta
los cargos que satanás presenta contra los escogidos. Romanos 8:33. Apocalipsis
12:10.
3.
Es
la garantía de que nuestras oraciones son aceptables a DIOS. 1ª Pedro 2:5. Apocalipsis
5.8. Apocalipsis 8:3.
4.
Es
la perpetuación del sacerdocio eterno de Cristo. Hebreos 5:6. Extendiendo la
sublime oración de Juan 17.
5.
Muestra
que Cristo es el único mediador de nuestras oraciones ante el trono de la
gracia de DIOS. Juan 14:13. Juan 15:16. 1ª Timoteo 2.5. Hebreos 13.15.
El oficio sacerdotal liga íntimamente la función de
sacrifico con la función intercesora, en la única persona de Jesucristo, en
nuestras vidas diarias como hijos de DIOS repercute directamente en la
preservación de nuestra salvación, pues Jesucristo al ser sacerdote eterno,
está eternamente abogando por nosotros, si tenemos tal abogado y nos llegásemos
a perder haríamos del oficio de Jesucristo un fracaso, lo cual es imposible,
pues Él es DIOS.
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