lunes, 19 de junio de 2017

El Evangelio De Juan 28: Una Vida No Saciada. Juan 4:15-18.

La semana pasada empezamos a estudiar parte por parte el relato de Jesús y la mujer de samaria, el apóstol Juan relata este encuentro que para nada es obra de la casualidad, por el contrario, es una obra perfecta de la perfecta voluntad de DIOS al encaminar a Jesús por el camino de los samaritanos en su viaje de Judea a galilea.

A la mitad del viaje, a eso del mediodía, Jesús se detiene en el pozo de Jacob a descansar del polvoroso y soleado viaje, es cuando está descansando al lado del pozo que llega una mujer de samaria con su cántaro a sacar agua del pozo, una vez que ha sacado su agua Jesús le dice: dame de beber.

La samaritana queda sorprendida pues no solo era una mujer y en las costumbres de la época no se daba el que un hombre se dirigiera a una mujer sola, también era samaritana, los judíos y samaritanos ocasionalmente hacían negocios entre sí, pero definitivamente no tomaban o comían de los mismos utensilios, de hecho, como lo vimos, decirle eres samaritano a alguien era una especie de insulto.

La mujer tomó una actitud un poco altanera, lo sabemos por su respuesta ¿tu siendo judío, me pides a mí, mujer samaritana que te de beber? Jesús, al ser DIOS posee los atributos de la deidad, uno de ellos que es incomunicable es la Aseidad o completa independencia, significa que DIOS no necesita de nada no de nadie para estar y ser en plenitud.

Las creencias griegas eran de que un dios mientras más recordado fuera más poder tenía, por eso Zeus, por ejemplo, mandaba catástrofes a los hombres, para que los hombres le rogaran compasión y así Zeus se fortalecería.

El DIOS Todopoderoso de la Escritura: Jesucristo, NO tiene necesidad de nosotros, eso es lo que hace más sorprendente la obra de la salvación, que DIOS no estaba no se sentía solo, no estaba incompleto ni ninguna otra herejía parecida, si Él obró nuestra salvación fue y es SOLO POR AMOR, porque Él es amor.

Jesús da muestras de esa Aseidad es su respuesta a la samaritana: Si conocieras el don de DIOS y quien es el que te dice dame de beber, tú le pedirías agua viva.

La mujer malinterpretó la respuesta de Jesús, pensó que había al menos dos inconvenientes para que Jesús le diera agua del fondo del pozo, primero el pozo era hondo y segundo no tenía cubeta con lazo para sacar esa agua viva del fondo del pozo.

Lo que la mujer no sabía era que Jesús estaba haciendo uso de la pedagogía divina, misma que vimos en la entrevista nocturna con Nicodemo y que vemos plasmada en casi todas las parábolas, el resultado de la pedagogía divina es que la mujer se torna más receptiva y le pregunta: ¿Acaso eres mayor que nuestro padre Jacob?

En los versículos 13 y 14 Jesús indica que ciertamente él es mucho mayor que Jacob, pues el don que Jesús da, es infinitamente mayor que la herencia que Jacob dejó: Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

De esta forma Jesús apela a los deseos en la mujer y que son los deseos espirituales genuinos de todo ser humano:

·         De verdadero descanso. (No tendrás sed jamás).
·         De Máxima satisfacción. (Es una fuente de agua de vida eterna).

La sed espiritual que todos los seres humanos sufrimos única y exclusivamente pude ser saciada en Cristo, no hay otra fuente de agua viva, no importa que tanto busquemos, solo en Cristo aplacaremos esa sed inmensa que el pecado dejó plasmada en nuestra alma, al alejarnos de la presencia y la gloria de DIOS, y no solo eso, también nos convirtió en sus enemigos.

Como muy bien escribió Agustín de Hipona: «Nos hiciste, Señor, para ti, y está intranquilo nuestro corazón hasta que descanse en ti»

Podemos darnos cuenta que la mujer samaritana, aun no terminaba de entender, esto por la respuesta que le da a Jesús: Señor, dame de esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla.

La mujer ya se había dado cuenta de que Jesús se estaba refiriendo a una clase muy especial de agua. Por ello le dijo: Señor, dame esa agua … Pero ella aún continuaba creyendo que esa agua, por muy preciosa que fuera, era de carácter físico. Creía que le podría calmar la sed física: … para que no tenga más sed, ni venga hasta aquí a sacarla. Normalmente, si quería agua del pozo de Jacob tenía que andar unos diez minutos de su casa al pozo, por lo menos una vez al día. Por esto anhela el agua que no sólo apaga la sed, sino que también le daría el descanso de no tener que ir diario a sacarla del pozo.

Lamentablemente, como la mujer samaritana, muchas personas en la iglesia confunden SED Espiritual con el deseo de ser felices, pero no es lo mismo:

Si lo que buscamos es que una religión nos haga felices entonces estamos en el peor lugar para ello, C.S. Lewis dijo: No vine a Cristo para ser feliz, siempre supe que una botella de vino podría hacer eso, si lo que buscas es algo que te haga sentir feliz y cómodo yo ciertamente no te recomendaría el cristianismo”

Como la mujer, muchos solo piensan en Jesús, como él que ha de saciar todos su deseos banales y pasajeros de esta vida, le buscan de todo corazón, pero solo para que les dé una vida feliz.

Por eso es que el llamado evangelio materialista que se ha apoderado de la gran mayoría de las iglesias en la actualidad y es tan bien recibido, pues vivimos en una generación tan egocéntrica y acostumbrada a querer solo satisfacer sus deseos pasajeros, que cuando alguien les dice: ven a Cristo para tener una vida mejor, para que tus problemas se arreglen, para que siempre te vaya bien, de inmediato acceden a este espurio evangelio.

La mayor catástrofe viene cuando los problemas cotidianos siguen golpeando nuestras vidas, es entonces que creemos que DIOS nos falló, y salimos decepcionados del cristianismo.

La verdadera vida cristiana es una vida de negarse a sí mismo, de tomar la cruz y de seguir a Cristo, es vivir la vida crucificados, y esto siempre le va a doler a los seres humanos pues implica aplastar por completo nuestro ego, hacernos a un lado nosotros y dar lugar al señorío de Cristo.

La mujer samaritana, no terminaba de entender el punto al cual la estaba llevando Jesús por medio de la pedagogía divina, por ello es que Jesús le dice que vaya en busca de su esposo.

Hay algunos comentaristas bíblicos que afirman que Jesús mandó llamar al marido de esta mujer pues quería ver si con él tenía más éxito que con ella en predicarle el evangelio, sin embargo, eso contradice lo que dicen los siguientes versículos: 16 Jesús le dijo: Vé, llama a tu marido, y ven acá. 17 Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; 18 porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.

¿Por qué Jesús mandó a llamar a su esposo si sabía que no tenía?
¿Cuál fue su propósito divino?
¿Acaso fue, como la teología pentecostal dice, para mostrar el don de conocimiento y ella creyera y por extensión todo el pueblo samaritano?

Si seguimos la línea de pensamiento de este relato, y siguiendo una hermenéutica bíblica sana, que toma en cuenta el contexto general de la Escritura: Jesucristo y el plan de salvación de los hombres, nos daremos cuenta que existe una estrecha relación entre la petición de la mujer y la orden de Cristo.

Para que la mujer quisiera el agua viva, tenía que tener sed espiritual, primeramente. Y esta sed no se despertará verdaderamente hasta que haya un sentido de culpabilidad, una conciencia de pecado. La mención de su marido es el mejor medio de hacer recordar a esta mujer su vida inmoral. El Señor se está dirigiendo a su conciencia.

Lo que Jesús estaba haciendo era confrontar el estilo inmoral y pecaminosos de vida de la mujer samaritana con el propósito de que se viera en su realidad espiritual: era una pecadora y una vez que se diera cuanta de su necesidad espiritual, ahora sí, pidiera el agua de vida.

Hay quienes consideran ofensiva la predicación del evangelio, creen que hablar de la naturaleza pecaminosa ofenderá a las personas, cuando llevan toda una vida ofendiendo a DIOS con su estilo de vida de pecado, por lo tanto, dejemos que se ofendan un poco si esa ofensa resultará en que abran sus ojos a su pecado.

Algunos otros argumentan que debería hablar primero del amor de DIOS, que las personas necesitan saber que DIOS los ama, a lo cual respondemos que además de que ese no es el mensaje completo del evangelio, las personas no tienen problemas con esa frase, muchos son los que viven en las más grande miseria espiritual y moral, cometen crímenes y pecados horrorosos no solo a los ojos de DIOS, sino entre nosotros como humanos, y aun así creen QUE DIOS LOS AMA.

Hace un par de años el artista J.A.R. lanzó un vídeo promocionando una serie de enseñanzas titulada: seamos Jesús, el vídeo comienza diciendo que una prostituta de Chicago se negaba a ir a la iglesia, pues ahí solo la harían sentir peor. Quienes piensan como JAR van en contra de la Escritura, pues Jesús si confrontó el pecado de la mujer samaritana.

No vas a saber cuál valor de la gracia hasta que no entiendas la condición miserable en la que te encuentras, si el sentirte mal por tu pecado te incomoda, estás a un paso del arrepentimiento, por eso Lutero decía que predicáramos de tal forma que las personas terminaran odiando el pecado o a nosotros. 2ª Corintios 7:9-11.

Jesús no se anduvo con necios sentimentalismos, ni fue políticamente correcto con la mujer samaritana, muchos quieren agradar a los hombres y al mismo tiempo a DIOS, y sobre todo en la predicación del evangelio eso es imposible, NO PODEMOS DAR UN EVANGELIO A LA MEDIDA, o confrontamos el pecado o no estamos haciendo nada. Gálatas 1.10.

Las personas no sabrán cuanta necesidad tienen del agua de vida que es Cristo si no los confrontamos con la realidad de que están secos espiritualmente hablando, eso hizo Jesús con la samaritana al pedirle que llevara a su amante para escuchar el mensaje, si hacemos preguntas como:

·         ¿Quieres ser hijo de DIOS?
·         ¿Quieres ir al cielo?
·         ¿Te quieres salvar del infierno?
·         ¿Quieres aceptar a Cristo para que tu vida cambie?
·         O afines.

La respuesta rara vez será que no, pues todos quieren estar mejor, pero el evangelio no se trata de estar mejor, se trata de nacer de nuevo, y ser confrontados con nuestra naturaleza de pecado es indispensable.

La reacción al mensaje que confronta siempre es brusca, el mismo Jesús lo pasó, con la mujer, que no paraba de hablar y ahora de forma seca solo atina a responder: no tengo marido.

Esa no era toda la verdad, pudo decir: soy soltera, o soy viuda, su respuesta demuestra que se puso a la defensiva, en esta respuesta usó solo 3 palabras, cuando en las anteriores sumaba más de 60 palabras para contestar a Jesús (en la traducción RVR 1960, en el original griego son más de 70).

La mujer se estaba negando a hacer una confesión total de su pecado, Casi se podría decir que por un momento hizo todo lo posible para no ser salvada, pero la gracia irresistible nunca falla.

Pero el Señor no la abandona. Termina lo que ha empezado. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido. Jesús pone especial énfasis en la palabra marido. La mujer vive con un hombre. Tiene un amante; no un marido, ni siquiera en un remoto sentido legal. Jesús prosigue: porque has tenido cinco maridos, pero el que ahora tienes no es tu marido; esto lo has dicho con verdad.

En qué forma el Señor pone al desnudo, con pocas palabras, toda su vida pasada y presente Esta mujer había tenido cinco maridos.

La mujer por así decirlo, bebió del "agua" del primer esposo, pero no quedó satisfecha. Luego, bebió del segundo esposo, del tercero, del cuarto y del quinto. Puesto que ninguno le satisfizo, ella estaba bebiendo de otro que ya ni siquiera era su esposo.

Los cambios sucesivos de esposos demostraron claramente que no importa lo mucho que hubiese bebido de esa "agua", todavía seguía sedienta. Por eso Jesús le dijo Todo el que beba de esta agua natural, volverá a tener sed. Al confrontarla ella se dio cuenta de su gran sed espiritual.

¿Cuántos "maridos" hemos tenido?
¿En cuántos lugares hemos buscado sin saberlo, aplacar nuestra sed espiritual?
¿Ahora que sabemos que somos unos necesitados espirituales, que esperamos para ir a Cristo a calmar nuestra sed?



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