lunes, 12 de junio de 2017

El Evangelio De Juan 27: Jesús El Agua De Vida Eterna. Juan 4:5-14.

El capítulo 4 del evangelio de Juan nos dice en sus primeros 4 versículos que Jesús al percatarse de la disputa de los fariseos y del celo de los discípulos del Bautista, decide irse de Judea a la región de Galilea donde tiempo atrás realizó su primer milagro registrado en los evangelios: convertir el agua en vino en las bodas de Caná.

Había 3 caminos para llegar de Judea a Galilea, dos que rodean y son más largos y uno que pasa por Samaria y es el más corto, sin embargo, Jesús no tomo el camino más breve por conveniencia, pues como el mismo apóstol Juan aclara en el versículo 9 judíos y samaritanos no se llevan bien entre sí, el hecho de que Jesús haya tomado el camino de Samaria es en alineación total a la perfecta voluntad del Padre.

La perfecta obediencia de Cristo al Padre en su vida y ministerio terrenal tiene dos repercusiones que estudiamos la semana pasada:

·         Asegura nuestra salvación al ser el sacrificio propicio, perfecto.
·         Cristo en nosotros nos lleva a cumplir la voluntad de DIOS hoy en día.

Lo siguiente que nos narra el apóstol Juan es que Jesús llegó a la ciudad samaritana llamada Sicar, junto al terreno que Jacob heredó a su hijo José, como lo dice Génesis 33:19 y Génesis 48:22.

En esta parcela, que en otros tiempos había pertenecido a Jacob, y no lejos de donde estaba enterrado José, Jesús se detuvo para descansar un rato. El lugar era ideal para hacerlo pues estaba allí el pozo de Jacob. 6. estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.

Cuando la Escritura nos muestra la fragilidad del cuerpo humano, de la naturaleza humana de Jesús, en relatos cómo este, al calor de la hora sexta que es el medió día, y después de caminar varios kilómetros, Jesús que a pesar de ser 100% DIOS, también al mismo tiempo es 100% un ser humano, y como tal sufrió los estragos del cansancio y el sol de mediodía.

En nuestro estudio de Cristología Bíblica entendimos que a esta peculiar e irrepetible situación se le conoce como Unión Hipostática, y es totalmente necesaria para que se efectuara la obra de redención, DIOS ni puede morir y como Espíritu no puede derramar sangre, en cambio la persona Humano-divina de Jesucristo pudo derramar sangre y morir en la Cruz para efectuar nuestra expiación sustituta.

Un canto de JAR que comienza precisamente con esa frase cansado del camino… sediento de ti, nada tiene que ver con la Escritura, un verdadero cristiano continuamente está descansando en Cristo, si se llegase a cansar es porque su relación con DIOS se ha enfriado.

En el versículo 7 leemos que: Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. Podemos imaginarnos a un Jesús cansado de caminar al menos un par de horas, polvoriento y sediento por el calor, sentado a la orilla del pozo de Jacob, sabiendo perfectamente en su Omnisciencia que la mujer de Samaria se dirigiría a sacar agua del pozo, muy probablemente siendo fiel a las costumbres de la época, la mujer llevaba su cántaro al hombro.

Apelando entonces a la amabilidad de la mujer, Jesús le dijo: Dame de beber. Es razonable suponer que esta petición se hiciera después de que la mujer hubo sacado el agua del pozo, era una petición normal por las condiciones en las que se dio la situación, pero al mismo tiempo era la manera perfecta de seguir cumpliendo a la perfección el plan trazado por DIOS: proclamar el evangelio.

La petición de Jesús era algo natural debido a que se encontraba solo, pues como el siguiente versículo nos narra: Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. Y Jesús no tenía a la mano nada para sacar agua del pozo.

La mujer, quedó sorprendida por la petición de Jesús, no porque no fuese posible que Jesús tuviera sed, sino por el grado de enemistad que tenían los judíos y los samaritanos, versículo 9: La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.

¿Quiénes son los samaritanos?

Habitantes de Samaria obviamente, Capital del reino de Israel entre 870-721 a. C Después de la caída de Samaria, y según los archivos de los asirios, Sargón rey de Asiria llevó cautivos a 27.290 israelitas y repobló la ciudad con gente de otros países que había conquistado. En otras palabras, los samaritanos de la época de Jesús eran mestizos de otras naciones con hebreos LO CUAL ERA ABOMINACIÓN para los judíos. Juan 8:48.

Por eso el asombro de la mujer, para ella era casi increíble que aquellos judíos que usaban a sus compatriotas para insultar: eres samaritano, ahora se acercara uno de ellos a pedirle que le diese algo de agua para beber, pues el rechazo se incrementaba especialmente en los utensilios, una cosa era que casualmente llegaran a realizar tratos comerciales con ellos, pero los judíos tenías por costumbre, casi ley, nunca compartir utensilios con los samaritanos.

De hecho, la traducción más exacta de la frase de Juan: porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí, debería de ser: porque judíos y samaritanos no beben del mismo vaso.

La samaritana, dándose cuenta de que Jesús tendría que usar su cántaro, queda enormemente sorprendida y, tal vez, complacida de que este judío le dirija la palabra y esté dispuesto a beber de su cántaro. Una vez más vemos que DIOS no hace acepción de personas. Hechos 10:34.

Esto no se refiere a la doctrina universalista de que al final todos seremos salvos, se refiere como lo aclaramos en las enseñanzas del capítulo 3, a que no importa de qué nacionalidad, etnia, raza o genero se pertenezca, eso para DIOS es indistinto, Él elige de todo tipo de personas.

Jesús utilizó el sentimiento de asombro que despertó en la mujer samaritana y hace que crezca aún más su curiosidad al entender la razón de la pregunta que le hace: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?

El razonamiento de la mujer era de superioridad, tú, un judío, estás necesitado y no puedes valerte, … yo, mujer samaritana, soy autosuficiente y por lo tanto puedo ayudarte. Presumía entre líneas que a pesar de que ellos tenían en menosprecio a los samaritanos, vean como una mujer de samaria te rescata.

En su respuesta Jesús le hace ver que la realidad es completamente diferente, de hecho, es todo lo contrario. Es ella quien necesita el agua, y él es la Fuente que puede suministrarla.

¿Cuántas veces hemos estado en la misma situación de la samaritana frente a DIOS? Pensamos que le hacemos un favor a DIOS al venir a la iglesia, o al servir, o con el simple hecho de creer en él, pensamos que eso es suficiente, que debería estarnos agradecido, y aunque no lo digamos con esas exactas palabras, nuestras actitudes lo revelan:

·         Llegamos siempre tarde sin motivo razonable.
·   No traemos biblia ni cuaderno de apuntes (a pesar de no retener casi nada de las enseñanzas).
·         En este momento estamos pensado que vamos a comer saliendo.
·         Despreciamos la doctrina y el discipulado.
·         Servimos, pero de mal modo, de mala gana, sin entusiasmo ni agradecimiento.
·         Etc. Apocalipsis 3:17.

Algunas personas, ya no de la iglesia sino de fuera de ella, hasta llegan a pensar que eso de ser cristianos es para ignorantes, para pobres, para artistas frustrados y deportistas retirados, pero que ellos no tienen necesidad de nada, son buenas personas, trabajan diligentemente, no roban, no matan, ocasionalmente dicen alguna mentira, pero blanca, no daña a nadie, a este tipo de personas Jesús les dijo en Lucas 18:25 es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja que un rico entre al reino de los cielos.

Guardemos nuestro corazón de caer en el error del joven rico y de la samaritana de creer que no necesitamos nada de Jesús o peor aún de pensar que Él necesita algo de nosotros, cuando un Atributo Incomunicable de la Deidad es la Aseidad o Total Independencia: nosotros sin DIOS no somos nada, DIOS sin nosotros sigue siendo el Ser Supremo del universo.

La respuesta de Jesús en el versículo 10. Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. Es un glorioso mashal y al mismo tiempo es la comprobación de su Aseidad divina. Al igual que en el capítulo 3, en la entrevista nocturna con Nicodemo, Jesús comienza a aplicar su pedagogía divina, es decir, por medio de mashales, preguntas, enseñanzas cada vez más profundas los va guiando a percibir la Verdad de DIOS.

La mujer samaritana no entendía ni quien era Jesús, el autor mismo de la salvación, ni cuál era el don de DIOS, el agua viva que clama para siempre la sed espiritual y es para vida eterna, se nota por su respuesta ingenua: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?

Ella pensaba que, al decir agua viva, se refería no al agua estancada de la superficie del pozo, sino al agua profunda, que brotaba del manantial al fondo, por eso le dice no tienes con que sacarla.

Según la mujer existen dos obstáculos que hacen imposible que Jesús pueda ofrecer esa agua viva de que ha estado hablando (pensando ella que se refiere al agua del fondo del pozo, que está viva en comparación con la estancada de arriba):

A. No tiene un cubo con cuerda; pero incluso si lo tuviera,
B. El pozo es profundo.

Más adelante en el capítulo 5 hablaremos de cuando nuestros prejuicios están bloqueando nuestra comunión.

Esto daba vueltas en la cabeza de la samaritana:

·         Primero un judío se acerca a mí.
·         Él me pide que le de agua, no importa que sea del mismo lugar de donde yo en persona he tomado.
·         A mi asombro este hombre me dice que si le pidiera me daría agua viva del fondo del pozo y no tiene ni cubo con cuerda y el pozo es muy hondo.

La mujer estaba cada vez más receptiva, más dispuesta, lista para recibir la Palabra, se nota por su siguiente pregunta: ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?



Aunque su pregunta lleva cierto grado de negatividad (Acaso), no deja de mostrar que en realidad esta perpleja y que empieza a considerar al forastero judío como alguien grande, no de edad o de tamaño, sino de condición. La pedagogía divina está dando resultado.    
En los versículos 13 y 14 Jesús indica que ciertamente él es mucho mayor que Jacob, pues el don que Jesús da, es infinitamente mayor que la herencia que Jacob dejó:
Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

De esta forma Jesús apela a los deseos en la mujer y que son los deseos espirituales genuinos de todo ser humano:

·         De verdadero descanso. (No tendrás sed jamás).
·         De Máxima satisfacción. (Es una fuente de agua de vida eterna).

Al ser abiertos nuestros ojos a la miseria espiritual en la que fuimos concebidos, todos los hombres de inmediato tenemos dos anhelos que queremos llenar, el primero es el de un verdadero descanso, de un alivio a nuestra condición miserable y pusilánime, y el segundo, es la satisfacción de nuestra alma en su futuro eterno, la seguridad de que seremos salvos.

Ambos deseos Jesús los dejo satisfechos en la mujer samaritana al decirle que no tendría sed nuevamente, que con Él basta y que esa agua de vida es el regalo de la seguridad eterna en gloria, es la vida eterna garantizada.

Hay un enorme contraste entre el agua del pozo y el Agua de Vida:


El agua del pozo de Jacob.


El agua viva que Jesús concede.


No puede evitar que se tenga sed otra vez
… y otra vez … y otra vez.


Hace perder la sed para siempre; es decir,
da satisfacción duradera.
Isaías 49.10. Apocalipsis 7.16-17.
Apocalipsis 21:6.



No sacia el alma, así que no refresca nuestro ser interior.


Entra en el alma y permanece dentro, como fuente de frescura y satisfacción espiritual.


Es de cantidad limitada, disminuye,
desaparece al beberla.


Es un manantial perpetuo. Aquí en la tierra sostiene a la persona espiritualmente con vistas a la vida eterna en los cielos (“para vida eterna”).



La sed espiritual que todos los seres humanos sufrimos única y exclusivamente pude ser saciada en Cristo, no hay otra fuente de agua viva, no importa que tanto busquemos, solo en Cristo aplacaremos esa sed inmensa que el pecado dejó plasmada en nuestra alma, al alejarnos de la presencia y la gloria de DIOS, y no solo eso, también nos convirtió en sus enemigos.

Como muy bien escribió Agustín de Hipona: «Nos hiciste, Señor, para ti, y está intranquilo nuestro corazón hasta que descanse en ti»


La próxima semana DIOS mediante, veremos la respuesta a esta maravillosa verdad de parte de la mujer samaritana.

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