Ya vimos la clase pasada la evolución histórica de la
doctrina de la preservación divina de los creyentes, y anteriormente en las
clases 14 y 15, cuando estudiamos el T.U.L.I.P.
nos adentramos un poco en esta maravillosa doctrina, que es una columna que
sostiene la esperanza en la vida de los hijos de DIOS.
Además de las pruebas directas que nos ofrece el Nuevo
Testamento acerca de la preservación final de los santos, hay otras pruebas a
las cuales se llega por deducción lógica de otras verdades manifiestas
claramente en la Biblia, esas deducciones son:
1. De la doctrina de la predestinación. Pasajes
que enseñan claramente la predestinación como Romanos 8.29-30 nos muestran que los elegidos no solo recibiremos
la gracia necesaria para ser salvos, sino también y principalmente que la
gracia nos mantendrá en ese estado de salvación desembocando en la última etapa
que es la glorificación.
2. De la eficacia de la intercesión de Cristo. Ya
sabemos que el precio de nuestra salvación es la sangre preciosa de Cristo, y
esa sangre, como lo entendimos en nuestro estudio de Cristología es lo que hace
al Señor Jesucristo un mediador eficaz, y
como Cristo está continuamente intercediendo en el cielo por la salvación de
los elegidos, está intercesión es totalmente eficaz. Hebreos 7:25. 1ª Juan 2:1-2.
3. De la unión de los creyentes con Cristo. Por
medio de la regeneración espiritual y de la justificación es que los creyentes
quedamos íntimamente ligados con el Señor Jesucristo, al grade de ser uno con Él
y así participantes de la vida eterna.
¿Podemos tener una certeza personal de que somos salvos?
Hay una gama de opiniones sobre el ajuste de la
seguridad objetiva con la certeza subjetiva, las más usuales son las
siguientes:
a) Catolicismo romano. Según la doctrina
oficial definida en el concilio de Trento, nadie, a no ser por especial
revelación directamente de DIOS, puede estar seguro de su salvación final, ni
siquiera se puede estar seguro de la justificación inicial.
b) El Nomismo pietista (Legalistas). Sostiene
que la seguridad de la salvación no es una consecuencia obligada de la fe, sino
que requiere de continuo auto examinación interna para checar si nuestra
conducta se ajusta al modelo de santidad que no modelan los buenos cristianos.
Es a todas luces una opinión equivocada, pues es en la Escritura y no en otras
personas donde encontramos las señales que demuestran una verdadera conversión.
c) El metodismo. Admiten y requieren
la seguridad de la justificación para todo aquel, que convicto del pecado ante
DIOS, se decide a aceptar a Cristo como su salvador, sin mérito alguno de su
parte. El que cree, puede estar seguro de que es cristiano, pero NO de que
perseverará hasta el fin, pues los metodistas, siguiendo en esto a los
luteranos, piensan que los verdaderos creyentes pueden apostatar un día y
perder la salvación final.
Es
una concepción arminiana, con un gran énfasis en el libre albedrío (en esta
área si están muy lejos de Lutero) del cual dependen en última instancia, tanto
la aceptación del evangelio como la perseverancia final.
Por
lo tanto, para el metodista NO puede haber una seguridad interna, del corazón
en cuanto su salvación.
d) Los antinomianistas. Ellos
son el extremo opuesto, para ellos la certeza subjetiva de la salvación es esencial a la fe. Para ellos toda la
salvación depende de aceptar mentalmente una proposición como la siguiente: todos tus pecados han sido perdonados.
Esta
opinión reduce la seguridad de la salvación a un simple asentimiento mental,
pasando por alto el fruto que la fe produce al entregar en amor al Señor
Jesucristo para cumplir Sus mandatos.
e) Algunos bautistas estrictos. Hay
un sector extremo dentro de los bautistas particulares, que exigen una iluminación interior, personal y directa
del Espíritu Santo para que una persona tenga evidencia de haber nacido de
nuevo y por consecuencia estar en el camino seguro de la salvación.
Esta
opinión está en una interpretación exagerada y abusiva de Romanos 8:16. Donde la palabra testimonio
viene del griego summartureo (συμμαρτυρέω, G4828) que
significa: dar testimonio o corroborar por evidencia.
Además,
esta interpretación tiene el gravísimo inconveniente de poner la seguridad de
la salvación en una experiencia demasiado
subjetiva, que se presta a dos extremos dañinos, por un lado, la ilusión de
ser salvo cuando tal vez escrituralmente no lo es, o por el otro la
desesperación que crea la incertidumbre de na haber experimentado la seguridad de la salvación.
f) La posición reformada. Que
creemos es la correcta basada en la Escritura, y que aplica no solo a los reformados sino a todos aquellos que con
la Fe que DIOS nos da, buscamos recibir y entender el mensaje completo del
Nuevo Testamento.
La
Fe Inteligente Da El Sentimiento De Seguridad, En Mayor O Menor Grado, Según
Sea La Fortaleza De La Fe.
Sin
embargo, DIOS en su infinita sabiduría, puede permitir que esa seguridad subjetiva recibida por la acción del
Espíritu Santo por medio de la fe, se vea ofuscada por momentos de duda y
crisis de desolación espiritual, algo conocido por muchos teólogos como la noche oscura del alma, siendo que
DIOS usa estos momentos de desolación para purificar nuestros corazones de
pequeños ídolos y malignas adherencias.
¿Qué
hacer si no tengo seguridad personal de mi salvación o si estoy en un periodo
de valle de sombra de muerte?
La Fe inteligente, como ya lo sabemos es aquella que está basada en la
Escritura, en este caso en el Carácter de DIOS, por lo tanto, te recomiendo los
siguientes puntos:
1. Concéntrate en quien es DIOS y no en lo que estás pasando o sintiendo. Por eso es
tan importante conocer al DIOS que la Escritura nos muestra, pues uno de sus
atributos incomunicables es la INMUTABILIDAD, no hay cambio en DIOS, si él ha
prometido estar a nuestro lado no va a cambiar de opinión y además está la
Omnipotencia, Él es Todopoderoso, por lo tanto, no hay nada que lo detenga a
cumplir su promesa de salvación.
2. Confía siempre en que DIOS es cumplidor de sus promesas. Es de hecho
uno de los motivos por los cuales suceden las cosas de esta manera, la FE
basada en emociones fácilmente se cae, pero aquella FE que crece en medio del
dolor es una FE sólida y duradera.
3. Recuerda las cosas que ha hecho DIOS por ti en el pasado. Y si
piensas que DIOS no ha hecho nada por ti, necesitas voltear a la cruz del
calvario y ver a su hijo Jesucristo en ofrenda por tus pecados. Jesucristo lo
dio todo en la cruz por nosotros, murió Él para que nosotros vivamos para
siempre.
Solo resta reafirmar que DIOS nunca se aparta de nuestro lado permanentemente,
él jamás nos dejará ni nos abandonará para siempre, esto es debido en primer
lugar a su naturaleza inmutable pero también es por el sacrifico de Jesucristo,
quien al colgar de la cruz exclamó: ¿DIOS
mío Por qué me has abandonado?
DIOS le dio literalmente la espalda a Jesucristo, lo abandonó al estar
colgado en la cruz del calvario a causa de nuestro pecado sobre él, de esta
forma Jesucristo aseguro para siempre que aun a pesar de que llegamos a fallar
en nuestro caminar y cometemos pecados en la carne, DIOS no nos da la espalda,
él ya lo hizo con esos pecados, pero no a nosotros, sino a su hijo Unigénito.
Demos Gracias A DIOS Cuando Pasemos Por El Desierto, Porque Él Nos
Quiere Llevar A Una Fe Inteligente Que Nos Dé Una Seguridad Personal De Que
Somos Hijos De DIOS. Romanos 8:16.
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