En el camino entre el aposento alto y el torrente de
Cedrón, el Señor Jesús continuo instruyendo a los 11 discípulos restantes en
temas por demás profundos e importantes para fortalecer su fe, el Señor siempre
tiene en mente la vida en comunidad, es básica para él como lo irá demostrando
poco a poco en sus enseñanzas.
Una de esas instrucciones es acerca de la relación de
amistad que nosotros como su iglesia tenemos con él, ya no solamente somos sus
esclavos, como lo fue el pueblo de Israel, esto no significa que lo dejamos de
ser, todo ser humano es esclavo ya sea del maligno para hacer el pecado, o de
Cristo para santificación continua y permanente.
Pero a diferencia de Israel en el A.T. la iglesia en
el N.T. al mismo tiempo disfrutamos de una relación de amistad íntima con el
creador por medio de Jesucristo Señor nuestro, y algo que provocará esa
relación de amistad es que vamos a anhelar ser como Él, y hasta vamos a orar
continuamente para que DIOS nos haga a esa maravillosa imagen moral, vamos a
empezar a orar para:
·
Amar como Cristo.
·
Obedecer como Cristo.
·
Tener el carácter de Cristo.
·
Servir como Cristo.
·
Vivir y morir si es necesario como Cristo. Filipenses 1.21.
El Señor Jesús es simple, claro y directo en sus
argumentos:
·
Si somos elegidos, vamos a permanecer.
·
Si permanecemos daremos mucho fruto.
·
Ese fruto se nota porque vamos a tener la capacidad de
amar incondicionalmente a nuestros hermanos en la fe.
Por lo tanto cuando vemos a alguien amando sin ningún
otro interés que reflejar a Cristo estamos frente a un genuino ESCLAVO DE CRISTO.
Ahora el Señor Jesús cambia el tema, pues sabe que es
lo que mejor les conviene a los suyos y comienza a exhortarlos y consolarlos en
otra área. Ya ha advertido a sus discípulos que permanezcan en él
(versículos 1–11), y que se amen unos a otros (versículos 12–17). Ahora los
exhorta a que den testimonio al mundo (versículos 18–27). 18 Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a
vosotros.
Lo primero que es importante entender es que aunque
Juan utilizó la palabra griega kosmos (κόσμος, G2889), que
significa universo o mundo literal o figurativamente. El concepto que debemos
tener y que es el cual el Señor desea transmitir aquí es para referirse a la
sociedad separada del Reino de DIOS, de sus leyes, sus normas, sus principios,
ordenanzas y voluntad.
Jesús no está haciendo referencia a todos los habitantes del universo o del
planeta tierra, el contexto nos indica que se refiere a los detractores de
Su Reino, a todos aquellos que aman más las tinieblas que la Luz admirable de
Jesucristo. Juan lo entendía perfectamente, lo podemos corroborar en su primera
carta universal. 1ª Juan 3:1 y 13.
Cuando dice si
el mundo los aborrece no lo hace como si planteara una suposición o
hipótesis, como diciendo si raramente
llegará a pasar, sino al contrario, en el original griego la construcción
del enunciado está hecha de tal forma que es una afirmación con la certeza de
que va a suceder tarde o temprano, no es la primera ni la única vez que el
Señor advirtió de esta situación a sus discípulos:
·
Mateo
5:11.
·
Mateo
10:22.
·
Mateo
24:9.
Por eso es de extrañarse y hasta de alarmarse cuando
uno de los seguidores de Cristo es aplaudido, respetado y hasta amado por el
mundo, pseudo cristianos que reciben los mismos premio que los incrédulos, las
mismas atenciones, los mismos halagos, las mismas consideraciones, pseudo
líderes cristianos que no son otra cosa que pastores asalariados que han
vendido su alma al mundo, y no siempre pro dinero, algunas veces por poder y
reconocimiento, para llenar su orgullo hinchado por la falta de Cristo en su
corazón.
Cuando te encuentres con algún cristiano al cual el mundo le aplauda, desconfía inmediatamente de
él, de su profesión de fe y de su cristianismo, no es un esclavo de Cristo, es
un esclavo de su propio vientre. Lucas
6:26.
Los discípulos somos odiados por el mundo porque ya no pertenecemos más a él, ahora
somos pertenencia de Alguien a quien el mundo odia: Cristo.
·
Juan
1:10-11.
·
Juan
3:19.
·
Juan
7:7.
Los discípulos ya habían experimentado este odio. No pueden
haber desconocido el decreto del Sanedrín que vimos en Juan 9:22, cuando amenazaron con expulsar de la sinagoga a todo
aquel que dijera que Jesús sanó al ciego de nacimiento.
Además, en el futuro este odio hacia ellos se
manifestaría repetidas veces e incluso aumentaría, como lo vemos en el libro de
los Hechos, el cual estudiaremos a detalle más adelante, en unos meses primero
DIOS.
Este odio procede del mundo, el reino del mal, la
sociedad de hombres malos que se han alzado contra el Cristo y su reino. En los
días de los apóstoles este mundo cruel y siniestro estaba representado por los
judíos, especialmente por sus líderes.
Para consolar a sus discípulos, Jesús agrega, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a
vosotros. Lo que quiere hacer es darnos una palabra de aliento y consuelo, nos
hace saber que estamos siendo luz como él es Luz, de tal manera que al dejar al
descubierto las obras de las tinieblas, es porque estamos reflejando a Cristo.
Por lo tanto, una de dos opciones:
·
Alegrémonos, pues nuestro testimonio causa que Cristo
sea conocido. Pero tengamos cuidado de querer ser solo inquisidores, no se trata de señalar los pecados y errores de
carácter de los que nos rodean, eso lo hace cualquiera: un tdj, un mormón, etc.
Se trata de ser luz que nuestro
estilo de vida incomode a los que viven en tinieblas:
o
Si otros roban, nosotros no.
o
Si otros alburean, nosotros no.
o
Si otros blasfeman nosotros no.
o
Si otros hacen trampa en la escuela, nosotros no.
o
Si otros ven pornografía, nosotros no.
o
En pocas palabras, si otros pecan descaradamente,
nosotros no.
·
Preocupémonos, pues si no somos causa de malestar a
los que nos rodean, tal vez somos azúcar pero no la sal del mundo.
El Señor continúa con su enseñanza y ahora nos dice: 19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo
suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el
mundo os aborrece.
Como ya lo aclaramos, aquí mundo no es en referencia
al planeta tierra, obviamente todos somos nacidos aquí en este planeta, somos
en ese aspecto del mundo, pero Jesús se refiere a su proceder moral y sobre
todo espiritual, no somos más del mundo, ahora pertenecemos a otro Reino, el
Reino de DIOS. Colosenses 1:13.
Por eso la sociedad separada de DIOS no nos tolera, no
toleran que no seamos más como ellos son, la mayoría de las veces nos agreden
con adjetivos como:
·
Hipócritas.
·
Santurrones.
·
Aleluyos.
·
Etc.
O consignas
como:
·
Ya regresarán,
·
Ya los veré siendo peores.
·
Solo se dan golpes de pecho.
·
E dan baños de pureza.
Lamentablemente el medio cristiano actual ha contribuido y mucho para este tipo de
afirmaciones. Cantantes, deportistas, políticos, etc. que son supuestamente
cristianos, pero que solo añadieron a Cristo como un accesorio más a sus
pesadas vidas, pero en realidad no son sus esclavos, pues Cristo no es su
Señor.
Por eso hoy en día es más que importante la membresía
en las congregaciones, es la manera que el Señor estableció para proteger que
el Nombre de Jesucristo sea blasfemado, una situación es que el mundo le
aborrezca por sacar a la luz sus pecados y otra muy distinta que nosotros
seamos causantes de que se blasfeme su Nombre por nuestra falta de sumisión.
Cada vez que escuchemos a alguien decir afirmaciones
tales como:
·
Mira, y eso que es cristiano.
·
Para ser como fulano
que es cristiano mejor así me quedo.
·
Prefiero seguir así que ser hipócrita como ese cristianito.
·
Etc.
Seamos tajantes en nuestra respuesta: bíblicamente él (o ella) No es cristiano,
si lo fuera sería un esclavo de Cristo y estaría sujeto a una iglesia. Sin
temor digamos: no representa a Cristo, no es mi hermano, no es hijo de DIOS.
Podría ser la oportunidad perfecta para presentar el evangelio de la Gracia.
Si es alguien que se reúne con nosotros hay dos
opciones:
·
Decirles: No es cristiano, pues por algo no comparte
la cena del Señor.
·
Llamarle la atención pues están blasfemando a Cristo
por su causa, o hasta comentarlo con el liderazgo de la iglesia.
Jesús prosigue: pero
porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os
aborrece. Ahora afirma en forma específica lo que ya había dado a entender
en la primera parte del versículo 19, que tanto los discípulos que estaban en
ese momento a su lado, sin Judas obviamente, como todos los creyentes en Su
nombre, no pertenecemos más al mundo, aunque de ahí fue de donde Cristo nos
eligió por su gracia y para su gloria.
Así que la razón por la que no son del mundo no está
en ellos, ni en nosotros; por el contrario, de este mundo de tinieblas lúgubres
por la maldad del pecado es que el Señor ha elegido a los que han de ser salvos,
una vez más la salvación monergistas latente en el Evangelio de Juan.
La acción que Jesús tiene en mente en cuanto a la
elección, no es en la Eternidad pasada, no que no hayamos sido elegidos en
ella, pero quien nos eligió en la Eternidad pasada fue el Padre, más bien Jesús
se está refiriendo a la acción de elegirnos aquí, en el tiempo. Aunque solo sea
un reflejo de la elección eterna realizada por el Padre, sólo aquellos que son elegidos en la eternidad por el Padre, serán
elegidos por Cristo en el tiempo.
Lo realmente importante, es que este acto de sublime
amor, de la elección eterna del Padre, como la elección en el tiempo del Hijo, ha
hecho que seamos totalmente diferentes a todos los demás habitantes de este
mundo, la consecuencia de nuestra elección es que ahora somos muy diferentes en
todos los aspectos:
·
Nuestra forma de pensar.
·
Nuestra forma de hablar.
·
De vivir.
·
De vestir.
·
De hacer negocios.
·
De trabajar.
·
De relacionarnos.
·
De estudiar.
·
La forma de tratar el medio ambiente.
·
Nuestra cosmovisión.
·
En pocas palabras en todos y cada uno de los aspectos
de nuestra existencia.
Si no ha sucedido todavía pueden ser dos lo motivos,
el primero es que en realidad no hemos nacido de nuevo, a lo cual iría unido la
falta de deseo de ser diferentes, o el segundo motivo, no hemos renovado
nuestras mentes, si es así, al menos ya tenemos el anhelo de ser diferentes, de
ser como Cristo, ya hasta lo hemos orado, lo que sigue entonces es: discipularnos fiel y regularmente para
renovar nuestro entendimiento.
Esa transformación, en mayor o menor grado, pues no
todos estamos en el mismo status en nuestra santificación, es nuestra acusación
contra el mundo, es nuestra santificación lo que hace que la sociedad separada
de DIOS se vea exhibida en su maldad.
20 Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El
siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros
os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
Como lo hemos venido diciendo el Señor al tanto de la
situación que se gesta en el corazón de sus discípulos, les da palabras de
confort y aliento, en este caso les recuerda que ya antes les había mencionado
que esto iba a suceder tarde o temprano:
·
Mateo
10:24.
·
Lucas
6:40.
·
Juan
13:16.
Jesús reafirma sus palabras, se los dijo en el
transcurso de su ministerio terrenal, tal vez1 o 2 años antes, se los mencionó
un par de horas antes en Juan 13.16 durante
la última cena, y lo vuelve a reafirmar en este momento, por eso hace hincapié:
recuerden la palabra que les dije…
En Juan 13:16 el
contexto de la afirmación el siervo no
es más que su Señor, fue diferente, ahí Jesús hablaba de la humildad en el
servicio, recordemos que fue durante el lavamiento de los pies a los
discípulos, Judas incluido en ese lavamiento, en esa ocasión fue una forma de mover el
corazón a la humildad en el servicio de los unos a los otros, algo que ya
entendimos en su momento, no estamos aquí para ser servidos, sino para servir.
Al repetirlo ahora: el siervo no es mayor que su señor; se refiere a que no debe
considerarse inmune a la persecución.
Es una de las falsas promesas del mal
llamado evangelio de la prosperidad, no solo hablan de que riquezas terrenales,
una de las frases que más usan es ven a
Cristo para que se acaben todos tus problemas, lo cual es una falsa
promesa, no la encontramos en ninguna parte de la Escritura.
Al contrario, Jesús mismo les dice a los 11 en ese
momento y a todos sus elegidos en general, que si Él mismo padeció persecución,
rechazo, burlas, escarnios, y azotes, nosotros como esclavos suyos, es lo
mínimo que podemos esperar.
La afirmación de Jesús es directa: si el señor debe ser humilde, su siervo
debería ciertamente ser humilde (13:16);
si el señor es perseguido, el siervo será
ciertamente perseguido (15:20).
Como es su costumbre en estas últimas indicaciones a
sus discípulos, el Señor Jesús da cierto consuelo o aliento, para que los
corazones de los suyos no desfallezcan, por ello es que añade: si han guardado mi palabra, también
guardaran la suya.
No todo será siempre rechazo y escarnios, también como
hubo algunos que escucharon la voz del buen pastor, así habrá personas que
escucharan a sus discípulos, no por que tengamos un mensaje propio, sino porque
llevamos el mismo mensaje que nuestro Señor trajo: el evangelio.
21 Más todo esto os harán por causa de mi nombre,
porque no conocen al que me ha enviado.
Jesús les esta diciendo que el mundo los tratará, como
lo trataron a él mismo, no se sorprendan entonces que por causa de Su Nombre
sucedan todas estas cosas: aborrecimiento, persecución, escarnios, burlas,
azotes y demás.
Los pasajes paralelos de Marcos 13:9. Lucas 21:12. Arrojan luz sobre la frase: Por Causa de mi Nombre. Es como decir
por causa mía, por ser mis discípulos esto les va a suceder.
El nombre de Cristo es Cristo mismo, es la forma en
que se reveló así mismo a este mundo, como el Ungido de DIOS para la misión de
salvarnos de nuestros pecados. Una vez que Jesús haya abandonado la tierra, su
nombre que es el corazón del evangelio mismo, seguirá presente por medio de su
iglesia, por medio de sus seguidores, por eso nos llaman cristianos, porque
somos pequeños cristos, no en el
sentido de ser dioses, sino que somos pequeños
representantes del Nombre Glorioso de Cristo.
El enemigo odia este nombre y perseguirá a los discípulos
cuando lo proclamen. Un ejemplo claro en la Escritura está en: Hechos 4:18.
¿Y por qué estaban tan llenos de amargura por su nombre?
La respuesta es: porque no conocen al que me ha enviado. Si lo hubieran
conocido, habrían conocido a Jesús como a su Hijo unigénito; en consecuencia,
no lo habrían perseguido.
Debían haber conocido tanto al Padre como al Hijo. Esto
es notorio en el versículo siguiente: 22
Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora
no tienen excusa por su pecado.
El que Jesús había de hecho aparecido al pueblo del
antiguo pacto y les había hablado resulta claro por todo el cuarto Evangelio.
Si no lo hubiera hecho, no habrían sido culpables del gran pecado de
rechazarlo.
Pero ahora no tienen excusa por su pecado. Cualquier razón
que los judíos pudieran todavía alegar como justificación de este repudio, es
mero pretexto. Lo saben muy bien.
Y no solo los judíos en la época de Jesús, también
todos aquellos que escuchan el mensaje del evangelio, que escuchan las buenas
nuevas de Jesucristo el Hijo de DIOS.
Amén
ResponderEliminar