lunes, 21 de enero de 2019

El Evangelio De Juan 109: El Mundo Aborrece A DIOS. Juan 15:23-27.


Después de tomar la ultima cena, el Señor acompañado de los 11 discípulos restantes se ponen en marcha del aposento alto al torrente de Cedrón, en el camino el Señor Jesús les da varias y muy valiosas lecciones que encontramos en los capítulos 14, 15, 16 y 17 de este maravilloso evangelio escrito por el apóstol Juan.

Específicamente nos estamos adentrando en lo que dice el capítulo 15, donde le Señor comienza con la alegoría de la Vid Verdadera cuya enseñanza doble es digna de recordar continuamente:

·         La advertencia de muerte a los que no permanecen.
·         La promesa de vida a los que si permanecen.

Son los primeros 11 versículos donde el Señor desarrolla esta metáfora, la cual nos habla no solo de permanecer para dar mucho fruto, además apunta a la vida en comunidad, un aspecto que el Señor tocará en varias ocasiones a partir de ese momento.

Es de hecho, el contenido de su enseñanza de los siguientes versos, del 12 al 17, donde nos llama no solo a una vida en comunidad, sino a que seamos amigos unos de los otros, del mismo modo en que Él, siendo DIOS mismo, y el Dueño y Señor de nuestras vidas y aun así nos ofrece Su maravillosa amistad eterna, ámense los unos a los otros es el cierre de esta exhortación del Señor Jesucristo.

La última sección de este capítulo la dividimos en dos partes, el día de hoy veremos la segunda y cerraremos así el capítulo 15 de este evangelio, esta sección está dedicada a una gran exhortación para ser de testimonio realmente para con el mundo, el cual como ya lo entendimos es la sociedad separada del Reino de Dios.

El Señor Jesús nos deja ver con gran claridad que el mundo lo aborrece a él y por lo tanto, lo menos que podemos esperar y que tarde o temprano va a suceder es que nos va a aborrecer a nosotros, si esto no está pasando, entonces si debemos de preocuparnos fuertemente, pues quiere decir que nuestro testimonio o es pobre o definitivamente nulo.

Esto sucede porque muchas de la  veces pensamos que podemos servir a dos Señores, y que podemos quedar bien con ambos, con el mundo y con Cristo al mismo tiempo, y lamentablemente si nos dan a elegir entre uno y otro, la mayoría de las veces queremos quedar bien con el mundo en lugar de con Cristo.

Si el mundo nos aborrece, alegrémonos, pues nuestro testimonio causa que Cristo sea conocido. Pero tengamos cuidado de querer ser solo inquisidores, no se trata de señalar los pecados y errores de carácter de los que nos rodean, eso lo hace cualquiera: un tdj, un mormón, etc. Se trata de ser luz que nuestro estilo de vida incomode a los que viven en tinieblas, que donde todos pecan, nosotros nos guardemos de hacerlo por amor a Cristo.

También ya dejamos claro que una situación es que el mundo nos aborrezca por sacar a la luz sus pecados y otra muy distinta que nosotros seamos causantes de que se blasfeme su Nombre por nuestra falta de sumisión.

Cuando escuchemos que el Nombre de Cristo es blasfemado, hagamos a un lado el sentimentalismo y seamos tajantes en nuestra defensa: bíblicamente él (o ella) No es cristiano, si lo fuera sería un esclavo de Cristo y estaría sujeto a una iglesia. Sin temor digamos: no representa a Cristo, no puedo decir que es mi hermano, no puedo asegurar que es hijo de DIOS.

Deseo ahondar un poco en si es alguien que se reúne con nosotros, como lo dije en la enseñanza pasada, hay dos opciones:

·         La primera es llamarle la atención, pues están blasfemando a Cristo por su causa o hasta comentarlo con el liderazgo de la iglesia (Ya tomaremos cartas en el asunto). Esto en el caso de los miembros, tanto activos como pasivos, por eso es que cuando se organizó la membresía se hizo el listado de ambos.

·         La segunda es decirles a quienes blasfeman por su causa que en realidad No es cristiano, pues por algo no comparte la cena del Señor, esto es con los asistentes  y simpatizantes, por cruda que sea esta respuesta, es preferible que la persona se sienta ofendida a que el Nombre de Cristo sea pisoteado. Tal vez y hasta lo hagamos reaccionar de su letargo espiritual.

Ambas acciones que sean en el amor del Señor, con el fin de guardar el Nombre de Cristo, pero siempre recordando que también nosotros podríamos un día recibir una exhortación de este tipo por nuestra forma de vivir.

Sobre todo si no hemos renovado nuestra mente en todos y cada uno de los aspectos de nuestra existencia:

·         Nuestra forma de pensar.
·         Nuestra forma de hablar.
·         De vivir.
·         De vestir.
·         De hacer negocios.
·         De trabajar.
·         De relacionarnos.
·         De estudiar.
·         La forma de tratar el medio ambiente.
·         En pocas palabras nuestra cosmovisión.

Solo hasta que nuestra cosmovisión se alinee correctamente a la Escritura, es que saldremos verdaderamente del mundo, pues en teoría ya no somos de ahí, pero en la práctica muchos cristianos siguen siendo paganos disfrazados.

El Señor Jesús les dice a sus discípulos en el verso 22 Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.  Hablando específicamente del pecado del rechazo por incredulidad.

Después continúa su explicación acerca del porque el mundo lo aborrece a él y por consecuencia a nosotros: es porque el mundo aborrece a DIOS. 23 El que me aborrece a mí, también a mi Padre aborrece.

Los judíos tenían la costumbre de pensar que podían considerar a Dios como a su Padre, se lo dijeron en Juan 8:41 nosotros tenemos un padre y es DIOS, pero al mismo tiempo consideraban a Jesús como poseído del demonio y le llamaban samaritano. Juan 8:48.

Pretendían que amaban al Padre, aunque evidentemente odiaban al Hijo. Pero, en vista del hecho de que el Padre y el Hijo son uno en esencia, resulta imposible tal actitud. Alguien puede imaginar que ama al Padre mientras odia al Hijo, pero se engaña. El que odia a uno necesariamente odia al otro.

Y esto es así también con respecto a la época actual. Los que se burlan de la expiación por medio de sangre y rechazan la muerte vicaria de Cristo, no aman a Dios, nuevamente vemos que el teísmo, solo está a medio camino, y no está en la verdad, pues aunque creen en un Ser Supremo y muchos de ellos le llaman dios, no es el DIOS de la Escritura.

El DIOS de la biblia es revelado y entendido solo por medio de la Persona de Jesucristo, no podemos decir que creemos en DIOS y al mismo tiempo rechazar a Cristo, su vida, su muerte por nosotros, su expiación por medio de su sacrificio y su sangre, si creemos en DIOS entonces estamos llamados a creer en Su Hijo Jesucristo.

24 Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre.

Jesús hizo obras de tal magnitud, cual nunca se habían realizado y nunca se volverán a realizar:

·         El agua en vino.
·         Levantar al paralitico de Betesda.
·         Alimentación de los 5000.
·         Caminar sobre el mar.
·         Dar visa al ciego de nacimiento.
·         La resurrección de Lázaro.

Son tal sólo las más destacadas de este evangelio, sin embargo, para la generación incrédula, estos milagros no los salvarán, sino al contrario, los condenarán aún más. Nicodemo mismo le dijo: sabemos que vienes de DIOS porque nadie puede hacer las obras que tú haces si no viniera de parte de Él.

Los hechos y las palabras de Jesús fueron indiscutibles, su autenticidad como salvador no podía ponerse en duda, si no creían en sus palabras, sus hechos lo respaldaban abundantemente.

Sin duda que el odio de estos judíos era inexcusable. El pensamiento del versículo 24, expresado en forma completa, sería como sigue:

Si no hubiese hecho entre ellos las obras que nadie más hizo, no los acusaría del pecado de incredulidad; pero ahora, en estas obras y por medio de ellas, me han visto tanto a mí como a mi Padre, sin embargo, a pesar de esto me han tanto a mí como a mi Padre.

El Señor Jesús  continúa enseñando a sus discípulos y les dice: 25 Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron.

Esta declaración de Jesús es asombrosa, en ella nuevamente vemos la armonía entre la Soberanía Divina y la responsabilidad humana, pues en medio y por medio de este odio al Señor Jesús, DIOS está cumpliendo Su Voluntad perfecta.

Sin obligar a nadie a que aborrezca a Cristo y al Padre, sin hacer violencia a la voluntad de los hombres, DIOS se encarga de hacer cumplir su Palabra. Este odio es parte del plan de redención, si el mundo hubiese amado al Señor como aman a los falsos profetas de la actualidad, no le hubieses crucificado, le hubieses ofrecido el mejor puesto disponible en la ciudad, sin embargo, ese nunca fue el Plan de DIOS, Su perfecto plan es mucha más grande y perfecto: Salvar a sus elegidos.

Dios cumple su plan de redención. El odio de los hombres debe producir la crucifixión de Cristo, a fin de que los hombres, en específico su pueblo, se puedan salvar. Pero el decreto eterno se cumple de tal modo que la culpa recae en el hombre, no en Dios. La responsabilidad por el rechazo y el odio es enteramente de los seres humanos.

¿Qué Palabra se tenía que cumplir? El Señor Jesús está citando aquí 2 Escrituras: Salmo 35:19. Salmo 69:4.

En el Salmo 35 encontramos que David ha otorgado muchos favores a los que ahora son sus enemigos. El sufrimiento de ellos había sido su sufrimiento; los pesares de ellos, sus pesares. Los había tratado como a hermanos. Pero le habían devuelto mal por bien. Exactamente lo mismo que Judas, los dirigentes y el pueblo que rechazaron al Señor Jesús.

           
El Salmo 69, como ya lo habíamos mencionado hace tiempo, es uno de los 6 salmos más citados en el N.T. este Salmo es citado por Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Pablo, el Escritor de Hebreos y Juan pero en el libro de Apocalipsis. Se conoce a este Salmo como un Salmo mesiánico, es decir un Salmo cuyo contenido tiene que ver con Cristo. Nuevamente Davis es su escritor, y el Señor lo cita en el verso 4, se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa.

Según el Salmo 35 los enemigos son quienes prefieren olvidar favores pasados; según el Salmo 69 son los que no pueden soportar ser testigos del celo ardiente que David manifiesta por la causa de Jehová. Sin duda, en ambos casos el salmista mismo recibe los malos tratos. Sus enemigos lo odian sin causa.

Así también, sólo que mucho más, cuando los enemigos de Cristo lo repudian, a pesar de todas sus palabras de gracia y milagros de amor, lo odiaban sin causa.

·         Se preocupó por ellos.
·         Los amó hasta el fin.
·         Procuró su bienestar físico y espiritual.
·         Los sanó de enfermedades y dolencias.
·         Abrió los ojos de los ciegos.
·         Les dio de comer, no solo pan normal, sino pan de vida.
·         Les dio a beber el agua de vida.

Y sin embargo, en su pecado y maldad, la ingratitud afloró, no solo no tuvieron en cuenta tantas bondades, sino que las menospreciaron al punto de odiar a quien más se había preocupado por sus vidas, sin duda un acto vil y despreciable.

Acto, que lamentablemente muchas veces imitamos en la actualidad los cristianos,  en parte por falta de madurez, en parte por malas enseñanzas pero regularmente he visto a muchas personas que un tiempo recibieron el favor de Cristo a sus vidas, disfrutaron de su gracia y misericordia, pero que por razones infantiles ahora le han dado la espalda, algunos al punto de aborrecer Al Salvador.

Muchos, como niños pequeños, hacen berrinche cuando el Señor no les cumple alguna petición, o cuando hay problemas y situaciones adversas en sus vidas, salen corriendo vociferando pestes del Señor, pues según ellos estaba obligado a evitar que pasaran por la tribulación, como indicamos la semana pasada, esta es una falsa enseñanza cuyo promotor es el diablo y cuyo fin es el infierno.

No importa porque tipo de problemas, situaciones o tribulaciones estemos pasando, DIOS está en control, y su fin no es quitarnos algo para darnos algo más grande o mejor, el propósito de DIOS al pasarnos por cualquier circunstancia es que seamos más como Cristo.

Cuando tengamos contentamiento con Cristo, cuando Cristo sea todo lo que necesitemos, entonces en medio de las dificultades, entonces, ya estaremos madurando de verdad.

Hay quienes argumentan que Jesús no pudo estar citando el libro de los Salmos, pues dice la frase está escrito en la ley, y como los Salmo son escritos Poéticos y no son parte de la Toráh o del pentateuco, entonces no son las citas correctas, sin embargo, lo mismo pasó en Juan 10 cuando habló acerca de ser dioses, y aclaramos que la Palabra es una unidad, así que era común la expresión la ley para referirse a pasajes en todo el A.T.

Ahora bien, ¿Cuál ha de ser la actitud de los discípulos respecto a este mundo, representado por los judíos que desafían a Dios, odian a Cristo y persiguen a la iglesia?

En medio de este mundo deben dar testimonio, al igual que lo da el Espíritu: 26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

Jesús ha venido hablando del odio que los discípulos tendrán que soportar de parte del mundo, esta sociedad que también odia al Padre y al Hijo. En consecuencia, no sorprende que en relación con esto vuelva a consolarlos recordándoles su promesa anterior respecto a la venida del Espíritu, el Paracletos.

El Padre y Jesús mismo enviarán a este Consolador. Lo dijo en Juan 14:6 Yo rogaré al Padre, y les dará otro Consolador. No hay contradicción, el hecho de que lo envíe el Padre no excluye que al mismo tiempo lo envíe el Hijo. Al Espíritu Santo se le llama aquí el Espíritu a de verdad, igual que en 14:17.

Ese Espíritu dará testimonio. La palabra testimonio del griego martureo (μαρτυρέω, G3140), significa testificar o declarar, pues en medio del mundo malvado, declarará en contra de él. Más adelante profundizaremos en este tema. (16:8-9). Basta por el momento con saber que el testimonio del Espíritu es doble:

·         Para con los del mundo, declarará acerca de su gran necesidad de ser salvados.
·         En medio de la iglesia su testimonio será para su consuelo en medio de esta generación perversa.

Siempre que un verdadero siervo de Dios da testimonio contra el mundo, este testimonio es obra del Espíritu, de nosotros, nada bueno puede venir.

Siempre que un humilde creyente, con su palabra y ejemplo, atrae a otros hacia Cristo, es obra del Espíritu. Ese Espíritu siempre da testimonio en relación con la Palabra, la Palabra de Cristo. El testimonio del Espíritu no son bonitos sentimientos, es la Palabra de Cristo enraizada en nuestros corazones.

En general, como ya lo vimos, el mundo que es abiertamente hostil a Cristo, no recibirá el testimonio que damos, sin embargo gracias a DIOS, hay excepciones. De entre los que hoy día son abiertamente hostiles algunos serán atraídos. Serán transferidos del reino de las tinieblas al de la luz eterna. 

Un ejemplo bíblico es el mismísimo apóstol Pablo. ¿Hubo alguna vez un perseguidor más violento que Saulo de Tarso? El Espíritu lo iba a cambiar, y a otros como él a lo largo de la historia, para que se convirtiera en celoso misionero de Cristo.

Ahora bien, en esta obra de testimonio el Espíritu Santo utiliza medios, como lo indica el versículo siguiente. 27 Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio.

Nos encontramos nuevamente con la palabra martureo para testimonio, en el original griego, el tiempo es presente continuo, es decir se traduciría mejor: estarán dando testimonio.

Es cierto que estás palabras son para los testigos oculares del ministerio terrenal del Señor Jesús, es decir para los 11 apóstoles, los primeros discípulos, y sin duda que dieron testimonio con sus vidas y en algunos casos hasta con sus muertes acerca de Cristo.

Sin embargo, no podemos limitar esta obra que el Espíritu Santo realiza solamente a los apóstoles, nosotros y cualquier discípulo a lo largo de la historia, estamos capacitados con el mismo Espíritu Santo que capacitó a los 11, por lo tanto, también nosotros podemos ser si DIOS así lo determinará: mártires o testigos de Cristo.



A estas alturas, ya no debería de tomarnos por sorpresa, pues como bien lo hemos predicado incansablemente, nuestras vidas son para la Gloria de DIOS, y si Él determina que lo glorificamos en medio de la tribulación y la persecución, que así sea entonces. Además ¿Qué podemos esperar si vivimos en una sociedad que aborrece a Cristo, aborrece a DIOS y nos aborrece a nosotros? 



Conclusión.

En los versículos 18–27, el Señor Jesús  nos habla de la actitud del mundo ante los creyentes:

A. El mundo os aborrece.

1. Las razones de este odio:

a. Los creyentes no son del mundo.
b. Los creyentes pertenecen a Cristo, a quien el mundo odia.

2. Las razones de este odio y por lo tanto la responsabilidad están en los malvados corazones que han decidido rechazar al enviado por DIOS, pero al mismo tiempo y sin violentar la voluntad humana es para que se cumpla la profecía mesiánica.

B. El Consolador, el Espíritu de verdad, dará testimonio de mí, les dice Jesús, y ustedes están llamados a ser mis testigos si es necesario. Después de todo, somos sus esclavos, hacemos lo que nuestro Señor dice, sabiendo que él sabe lo que es mejor para nosotros.

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