El capítulo dieciséis del evangelio de Juan,
comúnmente llamado el capítulo de las predicciones, comienza con el Señor Jesús
hablando del aborrecimiento del mundo a los cristianos, a Cristo y al mismo
DIOS, además de las persecuciones venideras, y les hace un fuerte hincapié en
que lo que a ellos más les conviene es su partida, pues de ese modo se asegura
la llegada del Espíritu Santo a sus vidas y la de todos los discípulos en
adelante.
Después, en los versos ocho al once, describe la labor
del Espíritu: convencer al mundo de pecado,
de justicia y de juicio, aunque la palabra convencer en el original dista mucho
de nuestra connotación en español, pues denota una de dos reacciones posibles: aceptación
o rechazo total de lo expuesto.
Es así que son las dos reacciones que podemos esperar
cuando el Espíritu Santo por medio de la predicación del evangelio convence a
las personas: o hay una aceptación de esas buenas noticias o definitivamente
hay molestia y malestar que generan rechazo total.
Son tres las áreas en las cuales el Espíritu Santo
convencerá al mundo:
·
De
pecado: mostrará que todos somos pecadores.
·
De
justicia: a pesar de ser tratado como delincuente, en realidad
Jesús es El Justo.
·
Del
juicio: del príncipe de este mundo, será exhibido en la cruz,
su más grande derrota.
El Espíritu Santo sigue presente, está en nuestro
corazón, y nos ha convencido:
·
De
pecado. De nuestro propio pecado, el cual no nos dejaba
acercarnos ni un poco a DIOS, antes de que el Espíritu nos convenciera no solo
no queríamos, no podíamos acercarnos a DIOS y ni sabíamos que nuestra condición
era tan desastrosa.
·
De
justicia. Hoy por hoy llamamos a Jesús Señor, Pablo le dijo a
los corintios que nadie puede hacer eso si no es por obra del Espíritu. 1ª Corintios 12:3.
Si reconocemos el Señorío de cristo, su Santidad, su
divinidad, su justicia, todos sus maravillosos atributos y tenemos el ardiente
deseo de ser como él es, no es porque nació de nosotros mismos, esa es la obra
de convencimiento del Espíritu Santo a nuestro corazón.
·
De
juicio. Nuestro corazón descansa en que Cristo ya juzgó y
halló culpable a satanás, lo exhibió en la Cruz, si aún no aplica su sentencia,
es porque Cristo sabe lo que es mejor, y si en su Soberanía deja que seamos
atacados por él, nos reconforta saber que todo redundará para la Gloria de DIOS
al ser más y más como Cristo.
Como podemos darnos cuenta, el Espíritu Santo sigue convenciendo a los suyos de entre el
mundo, nos convence de nuestro pecado, de la justicia de Cristo y del juicio
que dictó sobre el diablo en la cruz.
Después el Señor Jesús continúa instruyendo a los
apóstoles y les dice: 12 Aún tengo
muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.
El señor Jesús ya les hablo acerca de la obra de
convencimiento del Espíritu, ahora el Señor ilumina las mentes de los
discípulos respecto a la influencia del Espíritu, pero dentro de la iglesia,
tanto el campo misionero como el campo local son igual de importantes para el
Señor.
Muchos cometemos el error de dar mayor, pero a uno u
otro campo, pensamos que lo único o más importante es el campo misionero,
predicar el evangelio a los perdidos, muchos piensan que no importa si no te
congregas fiel y regularmente, que basta con que prediques el evangelio.
También está el otro lado de la moneda, aquellos que
no desean salir de estas cuatro paredes, que creen que toda nuestra vida
espiritual es dentro de la iglesia, si se salvan los demás no importa, menos a
la luz de la predestinación, piensan que, si son predestinados por DIOS, de
todas formas, se van a salvar.
Tanto una, como otra postura son erróneas, seamos
equilibrados en nuestras vidas, en todo aspecto, y este no es la excepción, son
igual de importantes la vida en la iglesia local como la vida fuera, predicando
el evangelio.
Imaginémonos la escena:
·
Jesús mira con ternura a estos hombres.
·
Durante esta misma noche ellos habían revelado su orgullo
pecaminoso.
·
En unas pocas horas, iban a escandalizarse de él.
·
Ahora mismo, en el momento en que el Señor les habla,
ellos simplemente seguían sin entender las cosas correctamente.
No están preparados para escuchar todo, les dice el
Señor, aún hay muchas cosas que deseo decirles, les faltan por conocer, hay una
gran cantidad de misterios, sobre todo el misterio oculto durante siglos y
edades, que es Cristo nuestra esperanza de gloria, pero, NO están capacitados
todavía para escucharlo y entenderlo.
En realidad, el gran Médico de almas sabía cuán frágiles
y carnales eran. Lo sabía y entendía todo. Sin embargo, no los reprende; sino
que con amor tierno les dice, que no pueden sobrellevar
del griego bastazo (βαστάζω, G941) que se traduce como cargar o soportar.
El Señor estaba consciente de su fragilidad aun
latente, el Espíritu aún no había venido sobre de sus vidas, faltan unos cuantos
días para que eso suceda, así que por el momento no están capacitados para
llevar esa carga, no pueden soportar lo que el Señor les ha dicho, mucho menos
si les dice aún más cosas y más profundas. Algo parecido le sucedió al apóstol
Pablo con la iglesia en Corinto. 1ª
Corintios 3:1. Y al escritor de Hebreos
5:11-14.
No podían sobrellevar más en esos momentos. Jesús casi
había concluido su discurso. En unos cuantos minutos más habrá acabado.16:12–33 es lo único que queda; el
capítulo 17 se dirige al Padre, no a los discípulos.
Ahora bien, ellos no eran totalmente culpables por
esta incapacidad de sobrellevar más en esos momentos. Como dijimos el Espíritu
Santo no había venido sobre de ellos, no se ha derramado en plenitud, eso
ocurrirá en pentecostés, además, aún no han sucedió los hechos de la pasión,
muerte y resurrección, los cuales, después de analizarlos, los discípulos
entenderán el mensaje completo de la redención.
Es importante entender esto, pues al igual que con los
discípulos hace 2000 años, una vez más el Señor sabe que es lo que más nos conviene, y en el caso
de nuestro crecimiento y madurez no es la excepción, pues no hay atajos en el
camino a ser maduros espiritualmente.
Sí, es verdad, DIOS ha predestinado queseamos como Cristo y siempre lo
va a cumplir, él no es mediocre, dice Filipenses
1:6 que lo que Él empieza lo termina,
pero hay algo que es importante saber y que ya lo habíamos mencionado
anteriormente, y es que el proceso de ser como Cristo va a durar TODA nuestra
vida, por eso es que el discipulado es toda la vida, por que el ser como Cristo
nos llevará toda la vida, no importa cuánto hayamos avanzado, siempre queda
camino por recorrer. Filipenses 3.12.
Pero el ritmo de vida que llevamos actualmente: la practicidad, la
velocidad, la rapidez al hacer las cosas está invadiendo nuestra mentalidad, y
lo ha hecho no solo en lo secular (redes sociales, hornos de microondas,
celulares, tramites por internet, etc.) esto está haciendo que deseemos el
remedio al instante, que por medio de una oración milagrosa todo se arregle,
que en un sermón especial todo se componga, que una experiencia de 3 días
cambie todo una vida de pecado (por eso los encuentros son tan “aceptados” por
los cristianos), queremos en unos minutos librarnos de todo el dolor del
crecimiento.
La madurez genuina nunca es producto de una sola
experiencia, no importa que tan espectacular, emocional o impactante sea, el
crecimiento es algo gradual. 2ª
Corintios 3:18.
En este caso no pocos se preguntan, ¿Acaso DIOS NO puede hacer algo
impactante en mi vida de manera que sea casi instantáneo mi cambio? Él es
Todopoderoso, debe de poder ¿No? Entonces ¿Por qué toma tanto tiempo?
Por supuesto que DIOS puede hacerlo al instante, pero aún no lo podemos sobrellevar, sería
tanto el peso de su Gloria, que como
le dijo a Moisés: no lo soportaríamos y moriríamos, es por eso que DIOS ha
elegido desarrollarnos gradualmente. Éxodo
33:18-20. Aun no podemos soportarlo.
El desánimo viene de la falta de humildad para reconocer que DIOS tiene
el tiempo perfecto, cuando pensamos ser más sabios que DIOS pues debería de hacer las cosas más rápidas, mejor
tengamos en mente que si el Señor no nos transforma
de un día para otro es también porque:
·
Somos
lentos para aprender.
·
Debemos
desaprender muchas cosas.
·
No todos
tenemos la humildad para ser confrontados con la verdad.
·
Crecer
duele.
·
Los hábitos
llevan tiempo en desarrollarse.
Solo cabe mencionar, que está Palabra no es para
excusarnos por el NO querer madurar, el NO querer crecer, el NO querer dejar
algún habito pecaminoso, esta enseñanza va dirigida para aquellos que DIOS ha
puesto en sus corazones el querer como el hacer y han puesto manos a la obra en
su proceso de madurez, si eres de los que dices que vas a dejar de pecar o a
hacer las cosas en el tiempo de DIOS, entonces te digo: El
tiempo ha llegado, arrepiéntete y cree en el evangelio. Marcos 1.15.
Cuando Jesús afirma ahora, Aún tengo muchas cosas que deciros, muestra claramente que la
revelación posterior, que iba a depositarse en forma escrita en Hechos, en las epístolas
y en el libro de Apocalipsis, era su propia obra.
En consecuencia, es un gran error hablar del evangelio
de Pablo como opuesto al evangelio de Cristo. La revelación posterior, además,
no contiene verdades que sean completamente
nuevas. Por el contrario, proceden de la misma fuente: 13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la
verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que
oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.
Jesús no indica el tiempo exacto en que el Espíritu va
a venir. Dice, cuando venga, haciendo
referencia a que inevitablemente pasará, es una promesa suya por lo tanto se va
a cumplir.
Al Paracleto se le llama aquí Espíritu de verdad, esto,
significa que él, siendo la verdad en persona, guía a su pueblo hacia ese
ámbito de la verdad que se encarna en Cristo y su redención. Sabemos entonces
que:
·
Cristo
es la verdad.
·
Su
Palabra es Verdad.
·
El
Espíritu de Verdad nos lleva a toda verdad.
La función del Espíritu Santo en la iglesia se
describe como la de guiar, literalmente: ir
delante. El Espíritu no manipula; él guía. Ejerce influencia en la conciencia
regenerada del hijo de Dios. Así pues, guía hacia toda la verdad, es decir hacia
Cristo por medio del cuerpo entero de la revelación redentora. El Espíritu Santo nunca pasa por encima de
un tema.
Nunca insiste en un punto de doctrina a costa de todos
los demás. Guía hacia toda la verdad. Además, en el desempeño de esta tarea
está en relación íntima con las otras personas de la Trinidad.
Leemos: Porque no hablará por su propia cuenta, sino
que hablará todo lo que oyere. El Padre y el Espíritu son uno en esencia. Lo
que el Espíritu oye del Padre lo susurra en el corazón de los creyentes en y
por medio de la Palabra.
Busca constantemente las profundidades de Dios. Las
comprende y las revela a los hijos de Dios.1ª
Corintios 2:10-11.
14 El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.
15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que
tomará de lo mío, y os lo hará saber.
En tanto que el mundo está muy ocupado en la obra de
rechazar al Cristo y de perseguir a su iglesia, el Espíritu Santo, por medio de
la predicación de los apóstoles, glorificará a Cristo. Hará que se proclamen
las virtudes de Cristo, mostrando su poder, santidad, amor etc., y haciendo que
esas virtudes resplandezcan y se manifiesten entre las naciones.
De esta manera, el Espíritu glorificará al Hijo.
Tomará lo que es de Cristo que es la esencia misma de su enseñanza respecto al
propósito de la redención, forma de salvación, etc. y lo ampliará y
profundizará en la iglesia.
Todo lo que Cristo ha hecho, hace y hará por la iglesia,
es tema de la enseñanza del Espíritu Santo. Jesús tiene derecho a llamar suya
esta enseñanza basada en los hechos de la redención, porque como afirmó una y
otra vez, la ha recibido del Padre.
Conclusiones.
En estos tres cortos, pero profundos versículos el
Señor Jesús prepara a sus discípulos para recibir la Verdad de su Palabra por
medio del Espíritu Santo, pero quiero dejar el énfasis en la primera parte:
todavía no están preparados.
Nunca lo olvidemos: No Hay Atajos Para Llegar A Ser Maduros Espiritualmente.
El ejemplo más claro lo tenemos de la vida natural,
para llegar a ser unos adultos debemos de pasar por varias etapas:
·
Lactancia o bebé.
·
La niñez.
·
La adolescencia.
·
La juventud.
·
Finalmente, la edad adulta.
Para lograrlo se requieren de mínimo 20-25 años,
algunos hasta más tiempo, lo vemos también en una naranja (o cualquier fruto)
se requiere de toda una estación para que el fruto madure, lo mismo pasa con el
fruto del Espíritu en nuestras vidas.
Una fruta cortada antes de tiempo, o sea inmadura
JAMÁS tendrá el sabor y la calidad de una fruta madurada a su tiempo, mientras
que a nosotros nos importa la rapidez con la que crecemos a DIOS le interesa la
fortaleza con la que lo hacemos.
¿Qué podemos hacer nosotros durante el proceso?
Recordemos que no somos autómatas, que DIOS no nos
borró por completo de la ecuación, por el contrario, somos copartícipes, lo
cual no significa que tenemos mérito alguno o algo de que gloriarnos, significa
que somos activos no pasivos en el proceso, todo por medio de la Fe en Cristo
lo que podemos hacer por medio de la Fe que DIOS nos dio es:
Confiar En Que Dios Trabaja En Nuestras Vidas, Aun Cuando No Lo
Sentimos.
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