miércoles, 28 de agosto de 2019

Apologética 3: La Existencia De DIOS. Colosenses 1:17.


Ya entendimos que la apologética es la defensa sistemática y formal de la veracidad y la confiabilidad de la fe cristiana, también vimos que hay varios sistemas apologéticos, y no creemos que haya uno perfecto en sí mismo, sino que dependerá de la persona y la situación, por lo tanto, vamos a continuar nuestro estudio sin hacer distinción de en qué sistema apologético estemos usando.

Así que comenzaremos por responder las preguntas acerca de la existencia de DIOS, aunque filosóficamente hablando DIOS no existe, pues implicaría que tuvo un principio generado, el término exacto es que DIOS es real, pero, para ser más prácticos, en estos estudios, nos manejaremos de la forma coloquial: la existencia de DIOS.

Pero no hablamos únicamente de un ser supremo, sino de un DIOS personal y moral, el cual es en el que creemos los cristianos, pues si nuestro DIOS no es moral, no hay entonces contra quien pecar y por lo tanto no es necesaria la salvación.

Y peor aún, si no hay DIOS en lo absoluto, si no existe, entonces sus actos milagrosos no pueden existir y la vida de nuestro Señor Jesucristo solo podría ser entendida como ficción o mito, por ello es que la primera pregunta que responderemos es ¿Existe DIOS? La segunda va íntimamente relacionada con la primera, si existe, ¿Qué clase de DIOS es?

     I.        ¿DIOS existe?

Tradicionalmente son cuatro los argumentos utilizados para probar la existencia de DIOS:

1.    Argumento a partir de la creación o cosmológico.
2.    Argumento a partir del propósito o teleológico.
3.    Argumento a partir de la ley moral o Axiológico.
4.    Argumento a partir del Ser de DIOS u ontológico.

A.   Argumento cosmológico.

El filósofo griego Platón es el primer pensador conocido que desarrolló todo un argumento basado en la causalidad, Aristóteles siguió su línea de pensamiento. Filósofos musulmanes y judíos también apoyaron esta escuela.

En el pensamiento cristiano, teólogos como Agustín de Hipona, Tomas de Aquino, Anselmo de Canterbury, Descartes, Leibniz y muchos más hasta nuestros días, lo han hecho el argumento más ampliamente conocido acerca de la existencia de DIOS. El apóstol Pablo ya lo manejaba desde hace 20 siglos. Romanos 1:19-20.

La idea básica de este argumento es la siguiente:

Este universo debió ser causado por algo más allá de él mismo, basado en la ley de la causalidad que nos dice que todo objeto finito es causado por otro diferente a él.

Este argumento asume dos posturas distintas que trataremos una a una:

a.    El universo necesita una causa inicial.

Este argumento afirma que el universo es limitado porque tuvo un principio, y ese inicio fue originado por algo más allá del universo mismo, esto se puede formular de la siguiente manera:

·         El universo tuvo un comienzo.
·         Lo que tiene un comienzo es originado por una causa.
·         Por lo tanto, el universo fue originado por una causa externa, esa causa es DIOS.

Para salir de esta conclusión, hay quienes dicen que el universo es eterno, que no tuvo un inicio, que siempre ha existido y nada más, el famoso científico agnóstico Carl Sagan dijo: el cosmos es todo lo que es, lo que fue alguna vez y lo que será. El problema con esta aseveración es que no tiene sustentos científicos que la sostengan, algunos dicen que el universo crea átomos de hidrogeno constantemente simplemente de la nada, es más factible creer que DIOS ha creado todo de la nada.

El consenso científico es todo lo contrario, este universo fue generado, de manera súbita y cataclísmica, es conocido como big-bang o gran explosión. La prueba científica determinante de que el universo tuvo un comienzo es la segunda ley de la termodinámica que básicamente nos dice que el universo se está quedando sin energía utilizable. Y esto quiere decir que, si se esta acabando no puede ser eterno, por lo tanto, tuvo un comienzo y eso significa que necesita una causa (que alguien lo originó). Pero si el universo fue creado, entonces es razonable concluir que hubo un Creador. Porque toda cosa que tiene un inicio necesita un Iniciador.

b.    El universo necesita una causa actual para seguir existiendo.

Ya sabemos que el universo necesitó un origen, pero algo nos mantiene existiendo justamente ahora, no solo necesitamos que alguien (DIOS) haya originado el universo, sino que también continúe y preserve su existir en el presente (Colosense 1:17).

El universo necesita tanto una causa originadora como una causa conservadora.

Si lo planteamos en forma de pregunta sería: ¿Por qué hay algo en vez de nada? Podemos responder de la siguiente manera:

·         Cada parte del universo es dependiente.
·         Si cada parte es dependiente, entonces también todo el universo debe ser dependiente.
·         Por lo tanto, todo el universo depende para su existencia ahora de un Ser Independiente.

Si las partes contingentes, que juntas componen el todo, se desaparecen, entonces todo el universo desaparece. Evidentemente todo el universo es dependiente. Este argumento nos muestra que debe de haber una causa que conserve al universo, pero no nos dice que clase de causa o más específicamente que clase de DIOS es el que existe, ¿Cómo saber si es el DIOS de la biblia el que creó y sostiene el universo? El siguiente argumento se encarga de eso.

B.   Argumento teleológico: a partir del propósito o diseño.

Este argumento razona a partir de un aspecto especifico de la creación para llegar al creador que lo puso ahí.

Existen muchas formas del argumento teleológico, el más famoso es el que deriva de la analogía del relojero de William Paley, quien tomaba muy en serio el Salmo 139:13-14. Él decía que, dado que cada reloj tiene un relojero, y dado que el universo es excedentemente más complejo en su operación que un reloj, se concluye que debe haber un Hacedor del universo. En pocas palabras, el argumento teleológico razona a partir del diseño de un Diseñador inteligente.

·         Todos los diseños implican un diseñador.
·         Existe un gran diseño en el universo.
·         Por lo tanto, debe haber un Gran Diseñador del universo.

Cada vez que hemos visto un diseño complejo, por la experiencia previa sabemos que éste vino de la mente del diseñador. Los relojes implican relojeros; los edificios implican arquitectos; las pinturas implican artistas; y los mensajes codificados implican un remitente inteligente.

También, entre más grande el diseño, más grande el diseñador, por ejemplo, los castores hacen diques con troncos, pero ellos nunca han construido algo como el Puente de Mezcala. Mil monos sentados frente a máquinas de escribir por millones de años nunca podrían escribir Hamlet por accidente. Shakespeare la escribió al primer intento.

Entre más complejo el diseño, más grande la inteligencia para producirlo.

Es importante notar que por diseño complejo queremos decir complejidad específica. Un cristal, por ejemplo, es específico, pero no complejo. Este, como un copo de nieve, tiene los mismos modelos repetidos una y otra vez. Polímeros aleatorios, por el otro lado, son complejos, pero no específicos. Una célula viva, sin embargo, es tanto compleja como específica. Esta clase de complejidad nunca es producida por pura ley natural. Siempre es el resultado de un ser inteligente. Por ejemplo, si vamos al bosque y encontramos piedras lisas, sabemos que es por el paso del agua, tal vez un río o arroyo, esto no hace necesario un diseñador, pero si encontramos la punta de una flecha antigua, sabemos que alguien la tuvo que hacer, tiene un diseñador inteligente.


Esto nos da pie a la siguiente línea de pensamiento: el diseño que captamos en el universo es específicamente complejo, la vida es el conjunto más complejo del universo, todo ser vivo en el universo tiene moléculas de ADN que son los componentes responsables de codificar la información genética (Adenina, Timina, Citosina, Guanina). El ADN de una simple ameba unicelular contiene hasta 400 millones de bits de información genética, lo suficiente para escribir 80 libros de 500 páginas cada uno.

Si fuéramos a pasear a la playa y encontráramos una enciclopedia tirada, no dudaríamos que tuvo una causa inteligente, al igual, cuando encontramos a un ser vivo compuesto de millones de células constituidas de ADN presuponemos que tiene una causa inteligente detrás suyo.

El astrónomo Carl Sagan, inconscientemente proveyó un ejemplo mucho más importante. Él nota que la información genética en el cerebro humano expresada en bits es probablemente comparable con el número total de conexiones entre neuronas, cerca de 100 billones 10 bits. Si se escribiese en español, esa información llenaría unos 20 millones de volúmenes, tantos como los que hay guardados en las más grandes bibliotecas del mundo. El equivalente de 20 millones de libros es lo que hay dentro de la cabeza de cada uno de nosotros. El cerebro es un lugar muy grande en un espacio muy pequeño, dijo Sagan. Él fue más allá al notar que, la neuro-química del cerebro está asombrosamente ocupada, es el sistema de circuitos de una máquina más maravillosa que cualquiera concebida por los seres humanos.

Pero si esto es así, ¿entonces por qué el ser humano no necesita a un Creador inteligente, como lo necesita la computadora más simple? El argumento teleológico nos dice que hay un diseñador inteligente, mucho muy inteligente, es el Creador y Sustentador del universo entero y de la vida que en ese universo se encuentra.

C.   El argumento a partir de la ley moral.

Las raíces del argumento moral para la existencia de Dios están basadas en Romanos 2:12-15. En donde dice que la raza humana queda sin excusa dado que hay una ley escrita en sus corazones. De hecho, desde el tiempo de Emmanuel Kant este argumento ha sido expresado en varias formas. La forma más popular emana de C.S. Lewis en Mero Cristianismo. El núcleo de este argumento sigue esta estructura básica:

·         Las leyes morales implican un Dador de la Ley Moral.
·         Existe una ley moral objetiva.
·         Por lo tanto, existe un Dador de la Ley Moral.

La primera premisa es autoevidente. Las leyes morales son diferentes de las leyes naturales. Las leyes morales no describen lo que es, prescriben lo que debe ser. No pueden ser conocidas observando lo que la gente hace. Son lo que las personas deberían hacer, ya sea que las lleven a cabo o no.

El peso del argumento descansa en la segunda premisa, existe una ley moral objetiva. Esto es, existe una ley moral que no está sólo prescrita por nosotros sino también para nosotros. Los seres humanos prescriben un comportamiento apropiado para otros seres humanos. 
La pregunta es si hay evidencia que una prescripción universal y objetiva obliga a todos los seres humanos. La evidencia para tal ley es fuerte. A nuestro propio juicio podríamos pensar que el mundo se está haciendo mejor (o peor). ¿Cómo podríamos saberlo a menos que hubiese algo estándar más allá del mundo por lo cual podamos medirlo?

Declaraciones tales como, Hitler estaba equivocado, no tiene fuerza si esto es meramente una opinión o los juicios morales de Hitler están correctos o equivocados dependiendo de las normas culturales. Si él estaba objetivamente equivocado, entonces debe haber una ley moral más allá de nosotros por la cual todos estamos obligados.

Pero si existe tal ley moral universal y objetiva, entonces debe existir un Dador de la Ley Moral universal y ese es Dios.

Por lo tanto, es una falacia el argumento ateo que dice, que no necesita creer en un DIOS para portarse bien y ser buena persona, porque preguntaríamos ¿Según qué estándar eres una buena persona?

Si no hay un estándar objetivo, superior dado por un DIOS moral no hay manera de saber si alguien es bueno o malo, sin embargo, el DIOS de la biblia se muestra así mismo como un DIOS moral, los diez mandamientos son un reflejo de esa moralidad y él espera que su máxima creación, los seres humanos, vivamos bajo ese estándar de moralidad.

D.   El argumento ontológico. Salmo 53:1.

El término ontológico viene de un vocablo griego que quiere decir “Ser". El primer filósofo que se conoce que desarrolló el argumento ontológico fue Anselmo de Canterbury (1033-1109). Pretende derivar la existencia de DIOS a partir de su esencia. Ese argumento es el más debatido, es aceptado y rechazado pro grandes filósofos de la historia.

El argumento ontológico se mueve en el área de la filosofía, primero nos da una definición filosófica de DIOS y después con base en esa misma definición es que demuestra que DIOS existe, para entenderlo tenemos que entender antes un par de conceptos, como pruebas a priori y a posteriori que son los caminos para probar la verdad en una afirmación.

Las pruebas a posteriori o posteriores, parten de la experiencia, son el resultado de ella, como la medición de un pizarrón con una regla, es la verdad fundamentada en hechos comprobados. Las pruebas a priori o previo a, parten de afirmaciones que e saben verdaderas, se sigue el razonamiento lógico y se llega a la conclusión, se basa en la deducción. Como saber que si caigo al agua saldré mojado. El argumento ontológico se basa en pruebas a priori, es una deducción lógica.

Este argumento ha tomado dos vertientes, la original, que parte de la perfección por definición de DIOS, formulado por Anselmo y otro, que parte de la necesidad de la existencia de DIOS por definición, planteado por Rene Descartes, el gran filósofo francés del siglo XVII.

a.    El Ser Perfecto.
De acuerdo con esta declaración del argumento el mero concepto de Dios como un ser absolutamente perfecto demanda que él exista.

·         Todos podemos tener una definición mental de DIOS, aunque no creamos en él.
·         Dios es por definición un Ser perfecto y no podemos pensar en nada mayor a Él.
·         Pero la existencia real siempre es mayor a la existencia mental.
·         Por lo tanto, Dios debe existir en la realidad y no solamente en la mente.

Si Dios no existiese, entonces le estuviese faltando una perfección, llamada, existencia. Pero si a Dios le faltase una perfección, entonces él no sería absolutamente perfecto. Pero Dios es por definición un ser absolutamente perfecto. Por lo tanto, un ser absolutamente perfecto como Dios debe existir.

Desde la época de Emmanuel Kant (1724-1804), ha sido ampliamente aceptado que esta forma de argumento, es inválido porque la existencia no es una perfección. Sin embargo, existe una segunda forma del argumento ontológico que no está sujeto a esta crítica que es la propuesta por Descartes.

b.    El Ser Necesario.

·         Tenemos un concepto de DIOS.
·         Si Dios existe, debemos concebirle como un Ser Necesario.
·         Pero por definición, un Ser Necesario no puede no existir.
·         Por lo tanto, si un Ser Necesario puede existir, entonces, debe existir.

No podemos concebir a DIOS sin que el exista, como no podemos concebir agua que no moje o un triangulo que no tenga res lados, por definición es imposible. Dado que no hay contradicción en la idea de un Ser Necesario, parecería que se debe concluir que debe existir uno.

La única manera de hacer que este argumento pruebe la existencia de DIOS es introducir disimuladamente el argumento cosmológico.

E.   Todos los argumentos conducen a una causa.

Hemos visto que los cuatro argumentos principales se apoyan en ultima instancia en la idea de una causalidad:

·         El Cosmológico: alguien causo y sostiene el universo, este no es eterno.
·         El teleológico: alguien es el causante del diseño perfecto del universo.
·         El moral: alguien es el causante de la ley moral objetiva que la conciencia humana tiene.
·         El ontológico: si podemos tener una idea de DIOS eso causa que sea necesaria su existencia.

Al combinar los argumentos como un todo uniforme podemos probar que clase de ser es DIOS y al mismo tiempo su existencia.  Esto es lo que veremos la próxima clase.

domingo, 25 de agosto de 2019

El Evangelio De Juan 139: La Tragedia Y El Gozo Del Día De Resurrección. Lucas 24:13-35.



El Señor Jesucristo ha resucitado, es innegable que al tercer día venció a la muerte, Pedro y Juan corrieron al sepulcro al recibir las noticias de que el cuerpo del Señor no estaba, pero María Magdalena, desconsolada, aun sin comprender nada de lo que estaba pasando, quedó a las afueras del sepulcro, por si acaso lograra encontrar el cuerpo inerte, pensaba ella, del Señor Jesús.

Inclinada para ver dentro del sepulcro, lo único que mira es a los dos ángeles que estaban donde había sido puesto el cuerpo del Señor, después al sentir la llegada de Jesús voltea, pero al no reconocerlo de primera instancia, nuevamente se vuelve hacia el sepulcro, hasta que al escuchar una sola palabra del Señor, ella reacciona y se da cuenta del milagro maravilloso de la resurrección: Miriam, le dice Jesús, a lo cual ella le llama mi gran Señor y al instante se tira a sus pies a sostenerlo, como deseando que no se vaya nunca.

Pero el Señor sabe que esto no es posible, le conviene a ella y a todos que Él se vaya y que el Espíritu Santo sea derramado en nuestros corazones, de esa manera nunca más se verá cortada la comunión intima con él. Así que le da una simple orden a María Magdalena: vé a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.

Ella de inmediato obedece, y va en busca de los demás discípulos para dar las buenas nuevas del más grande día de gozo en la historia de la humanidad, pero no es la ultima vez que el Señor se manifiesta en este su primer día resucitado, aún falta la aparición a Pedro en persona y el pasaje que estudiaremos a continuación, pasaje que es solo mencionado de forma somera en el evangelio de Marcos, pero que Lucas lo relata de una forma muy detallada.

13. Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén. 14 E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido.

Estos acontecimientos se dan entre Jesús resucitado y dos de los discípulos, no de los apóstoles, que eran el círculo más íntimo, sino de discípulos, tal vez de los 70, que eran un círculo un poco menos allegado al Señor.

En el primer día de la semana, es decir el día de la resurrección, estos dos discípulos caminaban desde Jerusalén a sus hogares en Emaús. Aunque no se dice específicamente que vivían allí, puede considerarse una deducción razonable de vv. 28 y 29.

Emaús dice el texto, estaba ubicada a sesenta estadios de Jerusalén, pero la ubicación exacta de este lugar es desconocida en la actualidad. Mientras iban caminando, conversaban entre sí de todo lo que había ocurrido; es decir, de la crucifixión de Jesús y del informe de algunas mujeres que habían ido al sepulcro, lo habían hallado vació y habían recibido un mensaje de ángeles, quienes aseguraron que él estaba vivo.

15. Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos.16 Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen.

De repente se escucharon pasos detrás de ellos. Era Jesús. Él estaba alcanzándolos y caminaba ya junto con ellos. Las Escrituras no nos explican como fue que apareció en este lugar, solo sabemos que poco tiempo antes estaba afuera del sepulcro hablando con Magdalena, después apareció a Pedro y ahora se encuentra al lado de estos dos discípulos.


Algo impedía que lo reconocieran, es a lo que se refiere el texto cuando dice que sus ojos estaban velados, del griego krateo (κρατέω, G2902) que significa sujetado con mucha fuerza. Tal vez era la incredulidad de ellos, o que la apariencia física del Señor cambio en relación con antes de morir, no lo sabemos con exactitud, solo sabemos y eso es lo que importa, que no reconocieron al Señor Jesús hasta mucho tiempo después.




17. Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes?

El intruso no reconocido les hace ahora una pregunta. Durante su ministerio público Jesús muchas veces había usado esta forma de iniciar una conversación (6:3, 9; 8:30; 9:18; 18:40, 41; 20:3, 4, 41–44; 22:35, etc.). El no hizo esta pregunta porque le faltaba conocimiento. Preguntó para despertar el interés y así tener la oportunidad de explicar lo que estos interrogados necesitaban saber. En sus rostros y actitud, debió notarse su tristeza, pues el Señor no deja de mencionárselos.

Cuando los dos hombres oyeron esta pregunta quedaron parados, dejando ver que la pregunta era del todo inesperada y hasta les parecía fuera de lugar. Se veían tristes porque los sucesos de los últimos días habían llenado sus corazones y mentes de dolor y desilusión.

18. Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días?

Probablemente después de un desconcertado momento de silencio uno de los dos hombres se decidió a contestar. Su nombre era Cleofas, pero no hay ninguna buena razón para identificarlo con el Cleofas de Juan 19:25. Su respuesta tenía la forma de una contra pregunta. Él quería saber si el intruso era el único extranjero, o visitante, en Jerusalén que había logrado mantenerse desinformado acerca del tema que estaba en cada boca.

19. Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; 20 y cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron.

Con mucho tacto, el Señor Jesús da a Cleofas y su acompañante una oportunidad perfecta para desahogarse. Ellos le dijeron: De lo relacionado con Jesús de Nazaret, que fue un profeta poderoso en palabras y obras, y como nuestros principales sacerdotes y gobernadores le entregaron para ser sentenciado a muerte, y le crucificaron.

En la respuesta de estos discípulos encontramos tres situaciones que nos revelan su corazón:

a.    Jesús de Nazaret. Cleofas y su compañero estaban seguros de que el extranjero que se les había unido estaba bastante desinformado. De modo que la sola respuesta Jesús no bastaría. Después de todo, debe haber habido varias personas en aquel tiempo que tenían ese nombre.

b.    Un profeta poderoso en palabras y obras. Sin duda ellos tenían razón al describir así a Jesús. Por ser discípulos del Señor, ellos presenciaron los milagros y prodigios que eran la señal característica del ministerio del Señor, la multiplicación de los panes para alimentar a 5000, la resurrección de Lázaro, la vista al ciego de nacimiento, y muchos otros milagros más, pero también presenciaron sus sermones, en el monte de los olivos, a las afueres y dentro del Templo, cuando refutaba a los escribas y fariseos, por ello es que no vacilan es presentarlo como varón poderoso en palabras y obras.

c.    Como nuestros principales sacerdotes y gobernadores le entregaron. Los dos hombres pusieron la culpa exactamente donde correspondía, no sobre Pilato y el gobierno romano, sino sobre los principales sacerdotes y gobernadores de los judíos. Esto no es antisemitismo. Simplemente es una reflexión acertada de un hecho histórico. Pero no pasemos por alto que, tanto los líderes judíos como los romanos eran culpables, pero la principal responsabilidad y, por ende, también la culpa más grande recayó sobre los judíos, el eco de los gritos su sangre sea sobre nosotros y sobre de nuestros hijos aún se podía escuchar en Jerusalén.

La explicación continuó: 21. Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido.

No sabemos exactamente cuento tiempo fueron discípulos del Señor, lo que si sabemos es que, al igual que las multitudes que lo recibieron triunfalmente en su entrada en Jerusalén una semana antes de morir, ellos tampoco entendían absolutamente nada de lo que en realidad estaba pasando. Ellos, al igual que el pueblo estaban en espera del Mesías político-militar, que los liberara de la terrible opresión de los romanos y levantara su nación como la potencia que DIOS había prometido. Nosotros esperábamos que él era el que, de alguna manera libraría a Israel de su aflicción, tanto espiritual como política.

Ellos esperaban, pero la llama de la esperanza casi se había extinguido, como es evidente por sus siguientes palabras: Además de todo esto, hoy es el tercer día desde que acontecieron estas cosas. Es casi como si dijeran: Aun después que Jesús fue crucificado abrigábamos alguna esperanza que Dios de pronto interviniera y enviara liberación. Pero esto no ocurrió, ni el primer día, ni el segundo y ya es el tercer día, y aún no vemos que las cosas mejoren.

24:22. Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día (que amaneciera) fueron al sepulcro; 23 y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive. 24. Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron, así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.

Esto demuestra que el informe que las mujeres dieron a los Once ya se había divulgado. Debe haber habido una relación bastante estrecha entre el círculo pequeño y el círculo más amplio de discípulos, mucho más al tratarse de una noticia tan maravillosa. 

Era demasiado emocionante para no comentarse. Entonces algunos de los que estaban con nosotros fueron al sepulcro, y lo hallaron exactamente como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron.

Probablemente estos dos hombres estaban pensando en Pedro y Juan, ya que ellos eran los únicos que fueron al sepulcro y encontraron todo exactamente como habían dicho las mujeres, pero no vieron al Salvador resucitado. Así que Cleofas y su compañero estaban desconcertados. No sabían qué pensar en cuanto a todo esto.

Al analizar sus palabras, nos damos cuenta de que las mujeres, incluida María la madre del Señor, los once apóstoles reunidos, Cleofas y su compañero, todos habían perdido la esperanza, ninguno pensaba que el Señor se levantaría de los muertos, no lo recordaban siquiera que él mismo lo profetizo hasta después que lo vieron.

Por ello es que dicen Esperábamos (tiempo pasado), pero toda esperanza se ha ido.

25. Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?

El énfasis de estos dos versículos cae en dos palabras: todo y necesario.

El problema de los líderes religiosos judíos de los días de Jesús era que, en general, al leer el Antiguo Testamento veían sólo la gloria y victoria del Mesías y no veían el hecho de que la senda para alcanzar estas bendiciones era una de sufrimiento. A veces llegaban incluso a aplicar al Mesías las referencias en Isaías 52 y 53, a la gloria del Siervo del Señor, pero a Israel las referencias a los sufrimientos del Varón de dolores.  No entendían todo el consejo de DIOS.

Sin embargo, no había excusa para esto. Debe tenerse presente que la gente del tiempo de Jesús, tenían no sólo el Antiguo Testamento. Tenían también en medio de ellos al Señor Jesucristo, quien se lo interpretaba continuamente por medio de lo que él era, hacía y enseñaba. Básicamente desde Génesis 3:15, en el proceso de herir a Satanás en la cabeza, se heriría el calcañar del Salvador, se señala que para el Mesías el camino a la gloria sería el del sufrimiento

¿Acaso no interpretó Jesús esta profecía, por ejemplo, en Juan 12:31-32, donde enseña que, al ser levantado de la tierra, el príncipe de este mundo es echado fuera y él a todos atrae a sí mismo? Este ser levantado sin duda comprende la muerte.

Otro pasaje del Antiguo Testamentario que enseña claramente la misma lección de que para el Mesías la senda a la gloria sería la del sufrimiento es el Salmo 118: 22, en relación con la piedra desechada, que viene a ser cabeza del ángulo. ¿Y no interpretó también Jesús esta figura como una referencia a sí mismo en Mateo 21:42?

Luego está Isaías 53:12, Jesús mismo afirmó con palabras claras que esta profecía hacía alusión a él: Lucas 22:37. De hecho, incluso algunas de las frases dichas en la cruz como lo vimos hace un par de semanas, fueron citas a veces modificadas e interpretaciones de frases tomadas del Antiguo Testamento.

Además, lo registrado en los evangelios no es todo lo que el Señor dijo y realizó, hubo muchos dichos, milagros, oraciones, enseñanzas y más que no fueron registrados, pero que los discípulos presenciaron.

Todo esto debe ser suficiente para probar que los dos hombres que caminaban a Emaús merecían que se les llamara insensatos anoetos (ἀνόητος, G453) que significa necios y lentos bradus (βραδύς, G1021) lentos y tediosos, por no creer que para Cristo el camino a la gloria era y tenía que ser el camino del sufrimiento.

27. Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.

Jesús pudo haber interpretado literalmente decenas de pasajes desde Génesis hasta Malaquías. Por ejemplo: Gn. 3: 15; 9:26; 12:3; 22: 18; 49: 10; Ex. 12: 13; Nm. 24: 17; Dt. 18: 15, 18; 2 S. 7: 12, 13; Sal. 2:2; 22: 1, 18; 45: 11; 68: 18; 69:20, 21; 72:8, 9; 110: 1; 118:22; 132: 11; Is. 2:4; 7: 14; 8:8, 10; 9: 1, 2, 6, 7; 11: 10; 25:8; 28: 16; 35:5, 6; 42: 1; 49:6; 52: 14; cap. 53; 55:4; 59: 16; Jer. 23:5; Ez. 17:22; Dn. 2:24, 35, 44; 7: 13, 14; 9:25; Mi. 5:2; Hag. 2:6-9; Zac. 3:8; 6:12s; 9:9; 11:12; 12:10; 13:7; Mal. 3:l.

No es difícil, toda la Escritura, lo cual incluye por supuesto todo el A.T. habla de él, en cada libro de la biblia Cristo, el mesías es el tema, para saber más, busque el estudio de bibliología. Así que es razonable suponer que nuestro Señor, al interpretar en todas las Escrituras las cosas referentes a él, mostró cómo el Antiguo Testamento completo, de diversas maneras lo señalaba a él.

28. Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos. 29. Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos.

Cuando los tres se acercaban a Emaús, el Señor hizo como que iba seguir su camino más lejos, y así hubiera sido si ellos no lo hubieran persuadido de quedarse un poco más, esta es una muestra de que el plan perfecto de DIOS nunca nos anula ni suprime nuestras vidas, por el contrario, nos incluye en decisiones tomadas por nuestra parte.

Viajar de noche suponía peligros de varios tipos, como ladrones, obstáculos no visto pro la oscuridad, incluso en algunas regiones animales salvajes, sin embargo, no cabe duda de que la razón principal para pedirle que se quedara con ellos era que se estaba forjando un amor por él, al inicio no fue así, cuando se unió a ellos como un forastero, pero ahora las cosas han cambiado, ellos aun no entienden porque motivo, pero no desean que se vaya.

Así que él se dejo persuadir y entró con ellos a la casa, los dos aun honraron a su desconocido, pero tan distinguido invitado pidiéndole cumplir los deberes de un anfitrión.

30. Y aconteció que, estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. 31. Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; más él se desapareció de su vista.

¿Cómo sucedió que al partir el pan ellos repentinamente le reconocieron?
¿Vieron las marcas de los clavos en sus manos?
¿Fue la manera en que partió el pan y se les dio lo que abrió sus ojos?
¿O fue la forma en que habló a su Padre lo que refrescó su memoria?

No sabemos con exactitud, pero, cualquier sea la respuesta, lo cierto es que su cuerpo resucitado ahora poseía facultades que le permitían aparecer a voluntad y, como en este caso, desvanecerse cuando quisiera.  Así que apenas alcanzaban a darse cuenta totalmente de lo que estaba sucediendo cuando él ya no estaba.

32. Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?

Esta exclamación suya es comprensible. Ellos meditan en la forma en que habían ardido sus corazones, en ese momento se habían iluminado sus espíritus y reavivado sus esperanzas cuando este hombre que ahora ya no era un extraño les había explicado lo que nunca antes habían entendido.

Además, ahora sabían que después de todo las mujeres tenían razón. Lejos de hablar disparates, ellas habían dicho la verdad, además, era estupendo que Cristo los había escogido a ellos para recibir el privilegio de tener abiertas las Escrituras para que ahora las entendieran como nunca antes habían entendido.

Estos dos hombres estaban tan llenos de gozo que necesitaban compartirlo con otros. ¿Han caminado ya diez kilómetros? Entonces serían diez kilómetros más. ¿Qué era peligroso y oscuro? Esto ahora no importaba. Esta noticia era tan electrizante y alentadora que los demás discípulos debían conocerla. No mañana sino esa misma noche.

Luc 24:33. Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos, 34 que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón. 35. Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan.

Obsérvese lo siguiente:

a.    La decisión de partir enseguida para hacer su viaje de diez kilómetros de regreso a Jerusalén, debido a que las nuevas que querían compartir con los demás eran demasiado asombrosas, nos recuerda a los cuatro leprosos de Samaria. 2ª Reyes 7:9.

b.    Y encontraron reunidos a los once. La expresión los once es un término técnico para designar el grupo de los apóstoles originales. No significa que todos los once estuvieran realmente presentes. Sabemos que al menos Tomás, no estaba. Juan 20:24.

c.    Los once estaban reunidos muy probablemente por el relato de las mujeres y la aparición de Cristo a Pedro.

d.    Es digno de destacar que los dos hombres de Emaús supieran exactamente donde poder encontrar a los Once. Esto confirma nuestra opinión de que había una relación muy estrecha entre el círculo íntimo y el círculo más amplio de discípulos.

e.    Hay que resaltar lo dramático de la situación: Habiendo terminado su viaje ¿sería ya las nueve de la noche? los dos hombres llegan a la puerta del cuarto en que están reunidos los Once y algunos discípulos más con ellos. La puerta se abre y ellos se disponen a gritar las nuevas. Pero antes que aun tuvieran la oportunidad, de hacerlo, escuchan la bendita noticia: El Señor ha resucitado y ha aparecido a Simón. 1ª Corintios 15:3-5.

f.     Finalmente, también ellos tienen la oportunidad de contar su historia. Es de esperarse que el gozo indescriptible, la confusión, las dudas no cesaron, seguramente hubo muchas preguntas a estos dos discípulos y a Pedro mismo: ¿Cómo paso? ¿Qué les dijo? ¿Por qué no vino con ustedes? ¿Cuál era su aspecto? ¿Dónde está en este momento? Y muchas interrogantes más salieron a flote en ese momento tan extasiado para los discípulos.

Ahora todo ha cambiado, el mismo motivo de desconsuelo, de dolor y de sufrimiento, es ahora la fuente de su gozo, su paz y su esperanza viva. La resurrección de Jesucristo de los muertos es la fuente de una esperanza sin igual. El mismo apóstol Pedro lo delinea años después en su primera carta universal. 1ª Pedro 1:3.

Nos hizo renacer para una esperanza viva. Es la manera en que ahora Pedro expresó que puede sonreír nuevamente. Una esperanza viviente, real, no solo un deseo sino la convicción de que no vivimos nuestras vidas aquí en vano. Una esperanza no basada en una leyenda o fantasía sino en la Roca inmovible de la resurrección de Cristo del sepulcro.

Pero en medio de este gozo, fe y esperanza renovadas, hay una tragedia, nombrada por muchos como la tragedia del día de resurrección es a donde quiero anclar la enseñanza del día hoy, dicha tragedia, como algunos ya pueden estarlo pensando, es la de Cleofas y su compañero, quienes caminaron al lado de Jesús, no solo en el trayecto a Emaús, sino durante su tiempo como discípulos, y, sin embargo, nunca lo conocieron en verdad.

Ellos esperaban que ese varón, poderoso en palabra y obras, aquel que sanó enfermos, alimentó hambrientos, ayudo a los pecadores, fuera el libertador político de su nación, nunca entendieron, al igual que los dirigentes judíos, que ese no era el plan de DIOS. Tengamos cuidado de caminar al lado de un Señor que no conozcamos.

Muchas personas en la iglesia son como esos dos discípulos, están presentes, pero en realidad no saben de que se trata, creen que venir a la iglesia es para una vida mejor, para que se arregle nuestro matrimonio, nuestra salud, nuestros problemas en general, como esos dos discípulos, queremos un mesías a la medida, al igual estamos sin comprender que no se trata de nosotros, que la biblia no es un libro de consejos para una vida mejor para el hombre, la Biblia es el libro que nos Revela la majestuosidad del Hijo de DIOS, que se entregó así mismo para salvarnos de nuestros pecados, pero que, como lo hemos visto en las ultimas semanas, ¡resucitó de entre los muertos paran nunca más volver a morir!


Un Dios Santo 11: Contender con Dios Parte 1. Habacuc 1:2-4.

La máxima expresión de la ira y la justicia de Dios se pueden ver en la cruz del calvario, es ahí donde la justicia santa de Dios se hace ...