SODOMA Y GOMORRA HOY 03. Mucha Ociosidad. Éxodo 20:10.

 El pecado de Sodoma y Gomorra no fue únicamente la homosexualidad aceptada como normal, eso solo fue la punta del iceberg, todo comenzó con la soberbia de que se creyeron más sabios que Dios y decidieron vivir como a ellos les parecía mejor y no como Dios dice, eso fue seguido de otra serie de pecados, el siguiente es la maldición de la abundancia, pues lejos de ser una bendición de Dios la abundancia material y usarla correctamente como buenos administradores, simplemente se convirtieron en materialistas-consumistas, y cuando una persona, cultura o sociedad no sabe administrar bien los bienes materiales, definitivamente tampoco sabrá como administrar correctamente el tiempo.

 

Al igual que con la abundancia material, la biblia considera el ocio razonable, como algo bueno y positivo para el ser humano. Y esto viene incluido en el decálogo, en el cuarto mandamiento en Éxodo 20:10, seis días de trabajo y un día de descanso, de un ocio razonable. Si bien la esencia de este mandamiento es espiritual, pues tiene que ver con el día del Señor, sus consecuencias han sido trascendentales en el ámbito social. Todos en la nación, sin excepción, paganos y hasta animales incluidos eran bendecidos por este mandamiento de ocio razonable.

 

El NT nos enseña que el Señor Jesús y los apóstoles respetaron este mandamiento, aunque insistieron en que su cumplimiento no debería de impedir la compasión y su celebración se traslado al primer día de la semana, el domingo. Por lo tanto, con base en las Escrituras podemos decir que:

 

Dios nos ha dado el ocio razonable como una bendición. 1ª Timoteo 6:17.

 

Sin embargo, hay una gran diferencia, pues el ocio razonable que el Señor nos regala tiene como finalidad honrarle aun en medio del descanso de nuestros cuerpos y mentes, ven cambio el ocio de Sodoma, que es un escalón mas en el desplome espiritual y moral, tiene únicamente como finalidad centrarse en el hombre, en su placer, en su satisfacción, es hedonismo en pocas palabras y esa búsqueda incansable de placer es solo pérdida de tiempo.

 

Hay una realidad innegable por los anales de la historia y es que esta generación más que ninguna otra ha disfrutado de ocio como nunca se había dado. Solo un par de generaciones atrás, con nuestras madres y abuelitas, las cuales crecieron prácticamente sin electrodomésticos, licuadora, lavadora, horno, plancha, nada de eso era parte de los enseres de una casa, ni siquiera las estufas de gas. Hasta hace relativamente poco no había refrigeradores en todas las casas, y llevar agua potable al hogar era una tarea pesada de acarreo. Las jornadas laborales, de todos en el hogar no solo del padre, eran de sol a sol, prácticamente no les sobraba tiempo para el ocio.

 

Eso incluía a los niños, los cuales no pocos trabajaban ya aprendiendo algún oficio o ayudando a sus padres en el negocio o a sus madres en el hogar acarreando leña o agua,  aunque sus responsabilidades no eran las de un adulto y si podían disfrutar de cierto tiempo libre para jugar, aun así no disponían de mucho ocio.

Y en la escuela no era la excepción, los trabajos se escribían a mano o en maquina de escribir mecánica, eléctrica en el mejor de los casos, no había internet, así que todo se investigaba en libros de la biblioteca, donde se podía pasar hasta medio día para encontrar la información deseada.

 

Y hasta en el ocio mismo las limitaciones en comparación con la actualidad eran muy marcadas, no había DVD, ni RRSS, la televisión era muy limitada en canales y en blanco y negro, lo que más se usaba era la radio…y la imaginación.

 

¿Cabe alguna duda de que el ocio en la actualidad es mucho mayor que nunca antes en la historia del hombre?

 

En la actualidad existe un sinfín de variedad y tiempo libre para disfrutarlo, y eso es lo trágico, que muchas personas no saben utilizar sabiamente su tiempo de ocio razonable, y llegan al extremo de quejarse porque ¡no les da tiempo de hacer nada en el día!

 

El como es posible tener más tiempo libre que ninguna generación de la historia y el tener un sinfín de posibilidades para disfrutarlo y al mismo tiempo quejarnos de la falta de tiempo, resulta de manera lamentable en una de las características innegables del deplorable estado espiritual de nuestra cultura actual. Mayormente provocado porque realizamos muchas actividades que no son para nada provechosas a nuestra alma, ni mucho menos para la gloria de Dios.

 

Los jóvenes se van toda la noche de parranda a los antros y aun así sienten que les falta tiempo para disfrutar más, aturdidos por las drogas el alcohol y el sexo casual y sin compromiso, hombres y mujeres viendo horas y horas de series en plataformas de streaming como Netflix, HBO o cualquier otra que se nos ocurra y quejándose de que no tienen tiempo de nada, chicos y grandes con el celular todo el día en aplicaciones, juegos, redes sociales, viendo en la televisión programas denigrantes y aberrantes como los reality shows, esta indolente situación está alcanzado hasta las generaciones de antaño, puesto que no pocos adultos mayores viven esta misma situación.

 

No cabe duda que la maldición de la mucha ociosidad ha penetrado en lo más profundo de nuestra cultura.

 

Y antes de caer en el pecado de la autocomplacencia, debemos notar que esta maldición, la igual que la maldición de la abundancia, también ha entrado sutilmente en la iglesia, pues en teoría los cristianos deberíamos de ser mejores administradores del tiempo que los incrédulos. 1ª Corintios 7:29 y Efesios 5:16.

 

No hay nada más deplorable que un creyente que nunca tiene tiempo de leer la biblia, orar, evangelizar, etc. Pero si tiene tiempos de ocio.

 

Para las disciplinas espirituales que nos fortalecen, los creyentes no tenemos suficiente tiempo y las hacemos al aventón si es que acaso las llegamos a realizar, pero para ver partidos de futbol, para jugar videojuegos, ver series en streaming, estar en el celular, no solo tenemos tiempo, también tenemos la mente bien concentrada, pues talvez no nos sepamos los libros de la Biblia de memoria, pero si sabemos el nombre de los jugadores de futbol, de nuestro equipo y de todos los rivales, si sabemos el nombre de los personajes de las series, si sabemos el chisme de los famosos, si sabemos un sinfín de datos nada útiles ni mucho menos edificantes.

 

No nos sorprenda que si no le dedicamos el suficiente tiempo a nuestra vida espiritual, seamos unos creyentes pusilánimes.

 

La marca distintiva de que estamos en una generación con mucho ocio, es que los conciertos mas o menos cristianos, se llenan de inmediato, pero los cultos de oración están vacíos. El hambre por el espectáculo ha triunfado sobre el hambre espiritual. De hecho, nuestra escala de valores la podemos medir fácilmente observando a que le dedicamos más tiempo, y en no pocos casos los creyentes estamos invirtiendo el tiempo en las mismas cosas triviales e insignificantes que los incrédulos, por eso no nos diferenciamos de ellos.

 

Sodoma y Gomorra avanzaron camino al juicio y destrucción cuando, cayeron en la soberbia y al no saber digerir la abundancia material, y encima de esto decidieron emplear equivocadamente su tiempo y en lugar de dedicarlo al Señor y en servir al prójimo se lo dedicaron más que nada a ellos mismos. Ezequiel 16:49.

 

Es de esperarse que una sociedad soberbia, que no reconoce la abundancia como bendición del Señor y que menos sabe administrar el tiempo, acaba cayendo en un marcado egocentrismo, caracterizado pro la absoluta falta de compasión, eso es lo que veremos en la próxima enseñanza.