En esta ocasión en la serie de estudios titulada edificados en la
sana doctrina, veremos que la sana doctrina sirve para evangelizar a los
inconversos, la tarea de evangelizar, testificar, predicar a los perdidos o
como usted lo conozca no es una sugerencia o una opción es una MANDAMIENTO explicito que encontramos en la biblia de
parte de Cristo en 5 ocasiones directas.
Ninguna otra cosa que hagamos
importa tanto como el ayudar a las personas a tener una relación eterna con
Cristo. No podemos
refugiarnos en yo toco un instrumento, yo canto, yo danzo en artes, yo hago
aseos, yo coopero para las necesidades financieras en la iglesia, todo eso es
muy bueno y no debe dejar de hacerlo, pero no suple para nada el mandamiento de
evangelizar.
Sin embargo y a fuerza de ser realistas muy pocos cumplimos con
este mandamiento cual debe de ser, lamentable a muchos hijos e hijas de DIOS
les cuesta mucho trabajo predicar el evangelio o de manera definitiva ni
siquiera lo hacen y siguen sus vidas cristianas como si no fuera nada malo,
esto se da principalmente por alguno de
los siguientes motivos:
a) La naturaleza
pecaminosa nos hace flojos, renuentes e indiferentes a este hecho.
b) Preferimos
agradar a las personas antes que a DIOS.
c) Preferimos
ir en pos de nuestros propios intereses en lugar de ir en pos de los intereses
de DIOS.
d) Muchos son
demasiado tímidos y faltos de habilidad para predicarle a los demás.
e) Muchos son
débiles en la fe, nuestras palabras carecen de certidumbre y convicción.
f) No saben lo
que es de verdad el evangelio y por ello NO SABEN QUE PREDICAR.
Pasa algo con el grupo de alabanza de la iglesia y con cualquier
otro grupo musical, de cualquier género, y de cualquier cultura, y es que si no
se ensaya frecuentemente se nota en la manera de tocar, y al igual cuando se
ensaya individualmente en cada instrumento y como grupo, gradualmente se empieza a escuchar mejor, se empieza a
armonizar (ya no suena a ruido solamente)
y la calidad musical crece.
Lo anterior sale al tema porque al igual que el ensayo sirve para tocar bien, la sana doctrina sirve
para evangelizar correctamente. (Lamentablemente la gran mayoría de los
cristianos necesitan ser “re-evangelizados”).
En primer lugar la sana doctrina fluye del evangelio, y el
verdadero evangelio no es:
·
No es nuestro
testimonio de conversión.
·
Tampoco
podemos llamar al evangelio con falsas promesas de salud, falta de problemas,
prosperidad o bienestar de ningún tipo.
·
La
escatología tampoco es el evangelio, Cristo viene, ¿estás preparado? Tampoco
es el mensaje, esa promesa es para los creyentes no para los incrédulos, además
de acercar a la gente por temor y no por
amor a Dios.
·
La iglesia
NO es el evangelio.
·
Repetir una
oración no es el evangelio.
El evangelio se resume muy bien en las “3 erres”
·
Ruina espiritual del hombre.
·
Redención del ser humano en la cruz
del calvario.
·
Regeneración a una nueva vida
apartados del pecado.
Hay una gran verdad que muchos se niegan a creer y es que los
seres humanos somos por naturaleza pecadores y ese pecado no nos permite
acercarnos a un DIOS SANTO, es por ese motivo que todos aquellos que mueran en
sus pecados serán condenados a una
eternidad en el infierno (el cual es un lugar real Mateo
10:28).
La esencia del pecado no consiste solo en obras malas, no es más pecador delante de DIOS alguien que
asesina, secuestra, tortura o viola que alguien que trata de portarse bien, que
alguien que es buena persona y trabaja todos los días y tiene una familia bien
o que asiste los domingos a la iglesia pero no ha nacido de nuevo, eso solo es
ética moral, la moral puede mantenernos
fuera de la cárcel pero solo Cristo nos mantendrá fuera del infierno.
DIOS es Santo: Isaías 6:3 y
Apocalipsis 4:8, eso significa que ni la mínima pizca de pecado puede estar
en su presencia, y los seres humanos estamos manchados en toda el alma y
corazón con el pecado: Romanos 3:10-11, esto
solo puede significar una cosa: NADIE
POR SI MISMO PUEDE IR AL CIELO Y ESTAR CON DIOS.
Por eso urgían buenas noticias a nuestras vidas, esas buenas
noticias son que el pecado que impide que estemos delante de DIOS puede ser
removido, no por buenas obras, no portándonos mejor, no intentando ser buenas
personas, esos esfuerzos de nada sirven, el pecado solo pudo ser borrado por la
obra de nuestro Señor Jesucristo en la cruz, poniendo su vida perfecta y sin
pecado en lugar nuestro: 1ª corintios
15:3, 2ª Corintios 5:21, 1ª Pedro 2:24, 1ª Juan 4:10, Apocalipsis 1:5.
Alguien tenía que sufrir el castigo por el pecado, DIOS no podía
simplemente olvidarlo pues eso sería injusto (y DIOS es Justo) por eso
Jesucristo sufrió la muerte de Cruz, el castigo por los pecados fue llevado por
Él, esas son las buenas nuevas.
Pero las buenas noticias no terminan ahí, aún hay más, debemos
ahora por medio de la fe, creer en ese sacrificio que Cristo hizo en la cruz y
por lo tanto arrepentirnos de nuestra vida pecaminosa, este aspecto la biblia
le llama regeneración o nuevo nacimiento, y este aspecto está fuera de
nuestro alcance, pues solo DIOS puede hacer nacer de nuevo a las personas: Juan 1:12-13, Efesios 2:8-9, Filipenses
1:29 y 2:13, 2ª Tesalonicenses 2:13, 1ª Pedro 1:3.
Alguien se preguntara que entonces ¿Cómo sabemos si hemos nacido
de nuevo? Es muy sencillo:
·
Primero el mensaje de la Cruz atraviesa nuestro
corazón y desbordamos de agradecimiento y amor por Cristo.
·
Segundo el cometer pecado aflige nuestras almas, no es
que ya no pequemos, es que ya no nos gusta pecar, y nos duele cuando lo
hacemos.
·
Por último el querer buscar y conocer más a Jesucristo
se manifiesta en nuestras mentes.
La sana doctrina fluye del evangelio como ya lo mencionamos y cada
vez que en una iglesia se predica sanamente se debe predicar el evangelio, es
por eso que nos ayuda a nuestra tarea evangelizadora, es como ensayar una y
otra y otra vez, pero no solo eso, si la sana doctrina entra en nuestras
oraciones, en nuestros hogares, en nuestras canciones de alabanza, entonces
será como ensayar a toda hora y en todo lugar.
Además el conocer la sana doctrina nos da el panorama completo de
toda la situación, tal como le pasó al Apóstol Pablo Hechos 13:17-22 y Hechos 17:22-34.
Mientras mejor conozcamos el evangelio más motivados vamos a estar
al momento de evangelizar, pasa en todas las áreas de la vida, en la música, al
cocinar, al estudiar para un examen, si estamos bien capacitados no sentimos
problema o presión alguna, pero si por el contrario, solo vemos a Cristo y su
iglesia como el salvavidas que nos mantiene a flote difícilmente seremos
capaces de predicarles a los demás de Cristo.
Y todavía más, cuando
vivimos en la sana doctrina, nos damos cuenta que CRISTO lo es TODO, dejamos de ver la vida cristiana
como reglas imposibles de seguir, y nos dejamos caer en su Gracia, es mucho más
fácil invitar a alguien a un balneario por ejemplo que a un campo de
concentración.
Muchos cristianos están tan agobiados por “sus tareas espirituales” que difícilmente quieren invitar a los
demás a vivir eso, sin embargo el Cristianismo como todos sabemos no es una religión, ni siquiera es como
muchos creen un estilo de vida , el
cristianismo es CRISTO EN
NOSOTROS, LA ESPERANZA DE GLORIA, como dice el libro de Colosenses.
En el libro de 2ª Reyes
7:8-12 encontramos un claro ejemplo de lo que es evangelizar, llevar las
buenas noticias.
Como vemos en el versículo 12 NO TODOS van a creer, pues no todos
están predestinados para ello, sin embargo nuestro trabajo no es hacer creer a
la gente, no es hacerlos cambiar de religión o cambiar su corazón o su
mentalidad, ese es un trabajo que SOLO DIOS PUEDE HACER, lo mismo paso con nosotros (al menos conmigo)
me predicaron pero no “creí” a la primera, nuestro trabajo es ser los
mensajeros al predicar el evangelio orando a DIOS para que la gente se
arrepienta, eso es todo, de lo demás se encarga DIOS: 2ª Corintios 4:3-6 y Efesios 2:1-10.
Por ultimo debemos entender que el fruto que trae consigo la sana
doctrina es un adorno que fortalece el testimonio personal y como iglesia: que
los demás vean en nosotros santidad,
amor, unidad y una manera sublime de adorar va a provocar que la gente
quiera tener eso que DIOS nos ha dado por gracia.
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