La clase pasada comenzamos a estudiar acerca de la
llamada Unión Hipostática la cual es la doctrina que nos enseña la
unidad perfecta, inmutable, indivisible entre las dos naturalezas: la humana y
la divina en la única persona de nuestro Señor Jesucristo.
Vimos que el concilio de calcedonia en el año 451
redacto esta doctrina y es la ortodoxia universalmente aceptada, solo por medio
de la doctrina de la unión hipostática podemos conciliar pasajes al parecer
contradictorios en la escritura, que plantean preguntas tales como:
¿Cómo pudo Jesús ser omnipotente y sin embargo débil?
¿Cómo pudo él dejar el mundo y sin embargo estar
presente en todas partes?
¿Cómo pudo él aprender cosas y a la vez ser
omnisciente?
En la clase del día de hoy veremos más a fondo la
unión hipostática, calificada por le Escritura misma como un misterio, pero primeramente veamos lo
que es un misterio desde el punto de vista escritural.
Misterio de la palabra griega musterion (μυστήριον, G3466), no solo tiene que ver con su
significado en español (algo misterioso o desconocido), sino aquello que,
estando más allá de la posibilidad de ser conocido por medios naturales, solo
puede llegarse a saber por revelación divina, y se hace saber de una manera y
en un tiempo señalados por Dios, y Solo a aquellos que están iluminados por su
Espíritu.
En otras palabas, la comprensión de esta doctrina no
es obra de nuestro intelecto solamente, sino de la iluminación y revelación
divina en el tema, es por este motivo que no todos comprenden no solo esta
verdad, sino muchas más de la Escritura.
El misterio de la unión hipostática es la coronación
del plan de DIOS para la salvación de los seres humanos, pues la persona
Teantrópica de Jesucristo es quien efectuó dicha salvación, y si alguna de las
dos naturalezas falta entonces no somos completamente salvos.
Sin embargo, como seres humanos con entendimiento
limitado nos es difícil comprender cabalmente este misterio, algunas de las
dificultades que este misterio presenta son:
a)
Comprender que es una sola persona con dos naturalezas
distintas, completas y perfectas.
b)
En Cristo hay un “solo Yo” no son dos alter ego, (como
los súper héroes de los comics).
c)
En la crucifixión y muerte de Jesucristo, se separó el
alma del cuerpo, pero ninguno de los dos se separó de la divinidad, ambos
siguieron tras la muerte siendo el cuerpo y el alma del Hijo de DIOS. Por
definición DIOS no puede morir o deja de ser DIOS. Esto no significa que Jesús
no es DIOS, esto solo es posible por medio de la unión hipostática, la parte
humana fue la que murió no la parte divina. 1ª Pedro 3:18. 1ª Pedro 4:1.
d)
La encarnación del Verbo, con todo y ser la unión más
profunda posible entre divinidad y humanidad no altero ni cambió en
absolutamente nada la divinidad de Jesucristo. Filipenses 2:7. Esta doctrina se le conoce como kenosis y la veremos a fondo más
adelante.
También debe de quedar bien claro en nuestras mentes,
la singularidad (que es única) y peculiaridad (que no es común) de esta unión,
pues es tal, que no hay analogías para describirla:
a)
No es una unión orgánica como la de nuestro cuerpo y
nuestra alma, sino solo de las dos naturalezas.
b)
No es como la unión de dos metales, pues al unir dos
metales da como resultado una nueva naturaleza llamada aleación (cobre más
estaño da el bronce, por ejemplo) mientras que en Cristo están bien separadas y
definidas cada una de las naturalezas, pero son una sola persona.
c)
Tampoco es como la unión espiritual de los creyentes
con DIOS, pues nuestra unión es solo a nivel espiritual y moral, pero no somos
dos naturalezas uniéndose en una persona, es el Espíritu santo viviendo en
nosotros. Gálatas 2:20.
d)
Finalmente, no se parece a la unidad de las tres
personas divinas de la trinidad, es más bien todo lo contrario, ya que en la
trinidad se distinguen perfectamente las tres personas de una misma naturaleza:
la divina, mientras que en la unión hipostática es una sola persona con dos
naturalezas.
La ortodoxia de esta doctrina a través del tiempo
(desde el concilio de calcedonia) nos dice que la unión hipostática es tanto
necesaria (sin ella no hay plena salvación como ya lo entendimos) como indisoluble
es decir la unión una vez comenzada en la concepción por el Espíritu
santo de la virgen María nunca más se va a disolver:
·
Lucas
1:31-33.
·
Hebreos
5:1.
·
Hebreos
7:24.
·
Lucas
24:38-43.
·
Juan
21.12-15.
·
Apocalipsis
1:12-18.
La comunicación de
propiedades o atributos.
Esto significa que los atributos de una u otra
naturaleza (humana o divina) le perteneces a la única persona de Jesucristo,
esto sin mezclar las naturalezas (como las aleaciones) y sin dividir a la persona,
no hay un Cristo divino y un Jesús humano, esta es la base para ver a
Jesucristo al mismo tiempo omnipotente y débil, limitado pero infinito,
omnisciente y enseñable.
Se puede decir que la persona de Jesucristo se
“transfiere” de una naturaleza a la otra, no que los atributos se transfieren
de una naturaleza a otra, pues así cambiaría la esencia humana o divina, si por
ejemplo se traspasara eternidad de la parte divina a la parte humana, se
tendría una nueva naturaleza humana-eterna.
Es por medio de esta comunicación de propiedades o
atributos que se preservan los 4 grandes calificativos del credo de Calcedonia,
dos naturalezas:
·
Inconfundibles.
(No se mezclan la humanidad con la divinidad).
·
Inmutables.
(No cambiaran nunca estas dos naturalezas).
·
Indivisibles.
(No se pueden dividir dentro de ellas mismas).
·
Inseparables.
(No se pueden separar entre sí).
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