A partir del día de hoy y durante las próximas semanas
vamos a estudiar a la luz de la Escritura el tema titulado ESCLAVOS DE CRISTO.
¿Qué significa que seamos esclavos del Señor?
¿Por qué llamarnos de esa forma?
¿Cómo impacta nuestra identidad como hijos de DIOS?
¿Es la esclavitud en Cristo igual que la esclavitud
humana?
¿Si no somos esclavos de Cristo somos libres?
¿De quién somos esclavos entonces?
¿Todos los cristianos somos esclavos de Cristo?
Esto y mucho más aprenderemos a lo largo de esta serie
de predicaciones, sin embargo, antes de entrar de lleno a lo que significa ser
un esclavo del Señor y las implicaciones en nuestra identidad como cristianos, primero
es necesario aclarar un concepto que a muchos en el medio cristiano les
inquieta y sobre todo cuando leen títulos como el de nuestra serie: Esclavos
de Cristo, si somos esclavos surgen preguntas como:
¿Y el libre albedrío del ser humano? ¿Dónde queda?
¿Lo entregamos al Señor para ser sus esclavos por
amor?
¿En realidad tenemos libre albedrío?
¿Qué es ese libre albedrío si es que es real?
¿DIOS es un caballero que no se mete con nuestro libre
albedrío?
Hace más de 1500 años Agustín de Hipona, considerado
por muchos el más grande teólogo que ha dado la Iglesia de Cristo solo después
del apóstol Pablo escribió una frase muy famosa hasta nuestros días, pero que
levanto la polémica al grado de casi crear un rompimiento en la iglesia, la
frase es:
Danos Señor Lo Que Ordenas Y Ordena Lo Que Desees.
La frase es alusiva a la total soberanía de DIOS,
sobre toda la creación, dicha soberanía es a tal grado que DIOS no solo ordena
lo que él quiere, también es él mismo el que hace que las cosas sucedan por
medio de nosotros, pero un hombre llamado Pelagio, un monje de la Gran Bretaña
le desagradó tanto esta frase que se dio a la tarea de forjar una doctrina que
refutara a Agustín, como resultado nació el pelagianismo cuya base es que el ser humano tiene libre albedrío (palabra latina para voluntad) para decidir entro lo bueno y lo malo, que no necesitamos la ayuda de DIOS para hacer lo bueno moral y espiritualmente
hablando, pues el pecado del Edén no nos afectó como raza humana lo suficiente
como para no poder acercarnos a DIOS por nuestro medios.
Pelagio ha sido condenado por muchos concilios a
través de la historia de la iglesia, incluyendo los siguientes:
·
El Concilio de Cartago (412, 416 y 418).
·
El Concilio de Éfeso (431).
·
El Concilio de Orange (529).
·
El Concilio de Trento (1546) de la Iglesia Católica
Romana.
·
Helvético 2º (1561-1566) 8-9. (Reforma Suizo-alemana).
·
La Confesión de Augsburgo (1530) Artículo 9, 18 (luterano).
·
La Confesión Galicano (1559) Art. 10 (Reforma
Francesa).
·
La Confesión Bélgica (1561) Art. 15 (Reforma Tierras
Bajas, francesa/holandesa/alemana).
·
Los Artículos Anglicanos (1571), 9. (inglesa).
·
Cánones de Dort (1618-1619), 3/4.2 (Reforma Holandesa/alemana/francesa).
Casi mil años después de la pugna entre Agustín y
Pelagio volvió a surgir la controversia, esto durante la época de la reforma y
esta vez fue en dos frentes, primero entre Martín Lutero y Erasmo de Rotterdam
(De aquí escribió Lutero su más grande obra de servo arbitro), y entre Juan Calvino y Jacobo Arminio.
¿Qué es el libre albedrío?
Albedrío como ya lo dijimos viene del latín arbitrium
y significa capacidad de tomar decisiones, voluntad. Es por eso que en algunos
deportes al réferi se le conoce como árbitro, pues es quien toma las decisiones
entre los equipos participantes. Y la voluntad es la encargada de tomar las
decisiones.
Este es un concepto filosófico más que un concepto bíblico, y es la
habilidad que tiene cada individuo de tomar sus propias decisiones,
específicamente hablando la decisión de creer o no creer en Jesucristo como su
salvador personal.
No tiene nada que ver con el hecho de tomar la decisión de que vamos a
vestir el día de hoy, o que vamos a comer o como vamos a ir a nuestras casas,
que película queremos ver, o que estilo de música queremos escuchar, no nos
confundamos, no se trata de eso, esas decisiones triviales o superficiales de
la vida no son las que están en tela de juicio, lo que importa en realidad es:
·
¿Tenemos
los seres humanos la capacidad de elegir nosotros a Cristo?
· ¿Podemos
hacer cosas buenas espiritual y moralmente hablando sin la ayuda e intervención
de DIOS?
· ¿La gracia
de DIOS no es necesario pues nosotros tomamos la libre decisión de creer y
hacer cosas buenas?
Si el libre albedrío existe como muchos filósofos en las iglesias
cristianas lo aseguran, surge una gran incógnita ¿Para que mandó DIOS a su hijo
a morir en la Cruz del calvario si nosotros podíamos acercarnos a él y ser
buenos por nuestras libres decisiones?
El concepto del libre albedrío nos dice que DIOS no puede o no quiere
obligarnos nunca a hacer nada que nosotros no deseemos, como creer en él, por
ejemplo, que DIOS es todo un caballero que respetará siempre nuestras
decisiones, que, si nosotros decimos con nuestro libre albedrío que NO a la
voluntad de DIOS entonces DIOS no puede hacer ya nada al respecto, DIOS
tiene las manos atadas a nuestro libre albedrío piensan muchos.
Lo cierto es que nunca en la biblia encontramos el atributo de caballerosidad
divina, vemos claramente la
Supremacía de DIOS y el ejercicio de su Supremacía es lo que se conoce como
soberanía divina, pero jamás encontramos algo así como caballerosidad divina:
·
Daniel
4.35.
·
Jonás
1:1-3, 17.
·
Hechos
9:1-6.
¿Por qué se han dado estas controversias? ¿Por qué la
discusión sigue vigente entre el libre albedrío vs la soberanía de DIOS?
Sencillamente por la naturaleza altamente egocéntrica del ser humano, al cual
le duele en lo más profundo de su orgullo en saber que no se trata de él, de
sus decisiones, que toda su razón, intelecto, logros, capacidades, etc. NO son
suficientes para alcanzar la salvación de su alma.
En otras palabras, la filosofía pelagiana del libre albedrío nos dice
que tenemos en nosotros mismos la capacidad de elegir o rechazar a Cristo. (Es
lo que Erasmo de Rotterdam proponía en la época de la reforma).
Sin embargo, los seres humanos solo podemos escoger lo que nuestra
naturaleza nos permite escoger, así los seres no regenerados o de naturaleza
totalmente depravada solo se inclinaran a lo malo.
·
Génesis
2.17.
·
Jeremías
13:23.
·
Juan 8:34.
·
Romanos
5:12.
·
Romanos
6:17-20.
·
1ª
Corintios 2:14.
No hay tal cosa como un libre albedrío
genuino, de ser posible que los hombres pudieran hacer lo bueno a los ojos de
Dios entonces por demás estuvo que Cristo muriera en la cruz, entonces no
estábamos tan perdidos y entonces Dios se habría equivocado y eso no sucede nunca.
Lo que si nos dice la biblia es que tenemos voluntad, no tanto así
libertad (en el sentido moral y espiritual para ser salvos, no lo olvidemos), y
somos responsables moralmente del ejercicio de nuestra voluntad, DIOS es
soberano y nosotros somos responsables.
¿Qué es la voluntad humana? La
capacidad de elegir entre dos o más opciones, sin embargo, como ya lo vimos esa
capacidad no es libre, está influenciada por la marca del pecado en los que no
son salvos.
A esta doctrina se le conoce en el cristianismo reformado como Total depravacy o Depravación Total, y
no significa que los seres humanos somos lo
más malos posible, significa que el pecado original que heredamos de Adán
nos ha afectado lo suficiente como para no poder elegir nosotros mismos a
Cristo, pues estamos espiritualmente
muertos sin Él. Efesios 2:1.
Si nosotros los seres humanos no somos libres para elegir a Cristo como
nuestro Señor y Salvador, si el famoso pero anti bíblico libre albedrío esta
corrompido por el poder del pecado y por ello no somos capaces de acercarnos a
DIOS, entonces ¿Cómo podemos ser salvos? ¿Cómo llegar a ser hijos de DIOS?
La respuesta es una sola palabra: Predestinación.
Muchos son los que tienen problemas con la predestinación cuando se
trata de DIOS, pero en el mundo o antes de ser cristianos no era de ese modo,
se buscaba en el horóscopo para ver que le depara el destino, se creía que nos
podían adivinar el futuro, leer la mano para ver que estaba escrito acerca de
nuestras vidas, aún en el himno nacional (de México) está escrita la frase en el
cielo tu eterno destino, por el dedo de DIOS se escribió.
Antes de ser hijos de DIOS usábamos frases (o no teníamos mayor
incomodidad con ellas) como:
·
Estábamos destinados a amarnos.
·
El destino nos unió.
·
Esperemos a ver que nos depara el destino.
·
Mi destino es ser alguien importante/especial/único.
Cuando veíamos al destino como una fuerza impersonal imposible de evitar
no teníamos ningún problema, pero cuando nos dicen que DIOS PREDESTINÓ todo
acerca de nosotros, y en especial que seríamos elegidos para ir a los pies de
Cristo todo mundo pierde la cabeza.
La predestinación no solo es lógicamente necesario por la causa del
albedrío caído que no se puede ni se quiere acercar a DIOS, también es una
doctrina bíblica que lleva siglos siendo predicada y aceptada por las iglesias
históricamente de Sana doctrina:
·
Romanos
8:28-30.
·
Efesios
1:5.
·
Efesios
1:11.
·
Juan 6:44.
Esta cita, Juan
6:44 nos muestra que cuando llega el tiempo en que Dios ha de salvar a sus
elegidos, los llama eficazmente por su Palabra y por el Espíritu Santo para
darles vida y salvación.
Por su estado de muerte espiritual el hombre no podrá
nunca por sí mismo (libre albedrío) decidir seguir a Cristo; de ahí que Dios
tenga que dotar de la fe salvadora a sus elegidos, de otra manera éstos se
perderían irremediablemente.
La Gracia siempre es primero. El venir del pecador a
los pies de Cristo es fruto de ser traído por Dios. Gálatas 1:15.
Un hijo regenerado de Dios nunca pensará en su
salvación como el resultado de su propia iniciativa. Nunca dirá que hubo algo
de su parte que precedió a la acción de la gracia de Dios; que primero quiso ir
y luego la gracia lo capacitó; que primero aceptó a Cristo y por eso Cristo le
recibió; o que primero abrió su corazón y por eso Cristo pudo entrar.
Cristo no necesitó que yo Lo aceptara para Él poder
obrar en mi vida. Yo sí requerí con desesperación y urgencia que Dios me
aceptara por la gracia soberana, mediante el don de la fe en la obra TERMINADA
de Jesucristo en la cruz.
Dios no tenía las manos atadas a mí “libre albedrío”
cuando me encontraba muerto; los atados, desgraciados y esclavo éramos nosotros:
¡pero del pecado! Juan 8.34.
La ignorancia o hasta una mala comprensión de
la doctrina de la soberanía de DIOS y del libre albedrío para obrar en nuestra
salvación ha acarreado un gran número de fallas y errores doctrinales y
litúrgicos a la iglesia de Cristo, el infiltramiento del pensamiento pelagianista,
está haciendo estragos por doquier.
La iglesia ha olvidado que la predicación se
trata de CRISTO y no de los hombres, es un cristianismo antropocéntrico el que
muchas iglesias están viviendo a causa del pelagianismo o pensar que nosotros
somos libres de escoger lo que queramos a nuestro antojo y de olvidar que quien
en realidad manda en el universo ES DIOS.
DIOS en su soberanía nos ha dado su palabra-
LA BIBLIA- como ÚNICA Y SUFICIENTE guía de vida, fe y doctrina, sin embargo, el
egocentrismo desatado por el pelagianismo ha llevado a incontable número de cristianos a buscar experiencias más
allá de la palabra: éxtasis mágicos, toques poderosos, unción sobrenatural,
señales y milagros, sanidades, palabras proféticas, etc.
Y van en busca de experiencia tras
experiencia, sintiéndose vacíos hasta no tener una nueva, cuando en realidad LO ÚNICO QUE NECESITAMOS ES A CRISTO.
El pelagianismo ha dado como resultado un
cristianismo sin vida, carente del poder regenerador de DIOS, en el cual el
pecado es vencido y superado, dejado atrás y la vida nueva fluye de manera
natural (ese es el verdadero poder en el evangelio, no el circo, la
manipulación y el fraude que vemos en muchas partes), en lugar de hablar de
CRISTO como nuestra vida, ahora hablan de motivación, de auto ayuda, de
superación personal, de psicología, usan expresiones como:
·
Dios les da sus mejores peleas a sus mejores
soldados.
·
Los retos más difíciles DIOS se los da a los
más valientes.
·
Ayúdate que DIOS te ayudara.
·
Los grandes hombres del reino.
·
No soy el dueño del mundo, pero soy el hij@
del dueño.
·
Saca el campeón que hay en ti.
·
Aquí nadie se rinde.
·
Etc. Y lo único que hacen es promover el ego
humano y no a CRISTO.
Podemos concluir, no filosóficamente, sino
BÍBLICAMENTE que no existe el libre albedrío en la salvación del ser humano,
solo hay servo arbitro o ESCLAVO
ALBEDRÍO ese albedrío o voluntad que los seres humanos poseemos es esclavo
y solo hay dos amos, solo hay dos dueños, solo hay dos señores de nuestra
voluntad: o es Cristo o es el pecado.
Esclavos del pecado, ya los vimos en citas como:
·
Génesis
2.17.
·
Jeremías
13:23.
·
Juan 8:34.
·
Romanos
5:12.
·
Romanos
6:17-20.
·
1ª
Corintios 2:14.
Esclavos de Cristo lo vemos en las siguientes citas
(La palabra Duolos se traduce como esclavo o siervo indistintamente):
·
Romanos
6:22.
·
1ª
Corintios 7:22-23.
·
Efesios
6:6.
·
1ª
Pedro 2:16.
Paradójicamente, solo siendo esclavo de Cristo es que
somos verdaderamente libres: Juan 8:32 y
36.
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