Estamos estudiando a la luz de la escritura el tema
titulado Esclavos de Cristo, para ello la semana pasada nos dimos a la tarea de
buscar el contexto cultural inmediato e histórico nacional de la esclavitud,
vimos a groso modo la esclavitud en la cultura grecorromana que predominaba en
la época de Jesús y los apóstoles, además de la etapa de esclavitud que vivió
el pueblo de Israel al ser cautivos y liberados de Egipto.
El día de hoy comenzaremos a ver las grandes
bendiciones y los excelentes beneficios que tenemos al ser Esclavos de Cristo,
pues como lo entendimos la semana pasada la calidad de vida de los esclavos
dependía del carácter del amo más que de cualquier otra cosa, y el carácter de
amor, paciencia, gozo, tolerancia, aceptación incondicional de nuestro amado
Señor Jesucristo nos garantiza una esclavitud
placentera.
Pero antes de adentrarnos es necesario resaltar el
hecho de que La verdad de la Palabra de DIOS siempre ha ido en contra de la
cultura popular, no importa la época en la que sea predicada, siempre es mal
recibida y en especial la mención de que somos Esclavos de Cristo, tan solo en el transcurso de la semana en las
redes sociales publique una nota en alusión a este hecho y de inmediato surgió
un comentario diciendo que esta situación es muy triste.
Las personas NO entienden y les molestan o entristecen
las Verdades eternas, es difícil para los no creyentes el imaginarse como
esclavos de alguien, así ese alguien se DIOS, es algo ofensivo que hiere la
sensibilidad de quienes están en contra, y en nuestra sociedad en particular,
donde la abolición de la esclavitud se dio hace más de 100 años y somos libres de hacer lo que el estado de
derecho nos permite, decirles que DIOS nos quiere como Esclavos de Cristo es inaceptable.
Presentar el evangelio en términos de esclavo-amo va
en contra de lo que la sociedad aprecia, es no solo controversial y antagónico
sino hasta políticamente incorrecto, sin embargo, esa es la forma en que la
biblia presenta el seguir a Cristo: él es nuestro dueño.
Jesús mismo presento en varias ocasiones sus
enseñanzas en términos de esclavos-amo, él utilizo esta analogía para
revelarnos verdades espirituales muy profundas:
·
Esclavos en el campo. Mateo 13.27-28.
·
Esclavos recogiendo el fruto de la viña. Mateo 21:34-36.
·
Esclavos invitando a los convidados a las bodas. Mateo 22:3-10.
·
Esclavos velando por la casa. Mateo 24:45.
·
Esclavos malvados. Mateo 18:23-35.
·
Esclavos inútiles. Lucas 17:7-10.
Estás y otras enseñanzas relacionadas las estudiamos
en la serie titulada Las Parábolas de
Cristo.
Es a partir de las enseñanzas de Jesús en persona, que
aprendemos que el esclavo no es mayor que su amo, que el esclavo no conoce los
planes de su dueño, que los esclavos son responsables de como utilizan los
recursos de sus Señor incluso en su ausencia, también son responsables de como
tratan a sus compañeros esclavos y el castigo es considerable si son
despiadados con otros.
Se espera que los esclavos obedezcan y honren a sus
amos sin quejas ni murmuraciones, no obstante, al esclavo bueno y fiel se le recompensará por su servicio diligente,
esa recompensa se la da su Señor.
Pero los esclavos a lo más que podían aspirar en el
trato de los desconocidos era a ser tratados como se le trataría a su amo, si a
el dueño lo trataban con desprecio los esclavos no podían esperar un mejor
trato, y esta verdad se ha perdido en el pelagianismo que tiene cautivo el
cristianismo actual, se nos ha olvidado que a nuestro Señor lo trataron mal, lo
injuriaron, lo azotaron, lo despreciaron, le arrancaron la barba y lo insultaron
y al final lo crucificaron.
Y en cambio, el cristiano actual espera ser el dulce
de esta tierra, caerles bien a todos, mantener su viejo estilo pagano de vida
en comunión con su estilo de vida de cristiano, cree que ser cristiano es
garantía de una vida menor, de aceptación, de placeres continuos y felicidad
sin paralelo, en otras palabras, como ya lo dijimos es un cristianismo antropocéntrico, en el cual el ser humano no
solo es el centro de todo, sino que se deben satisfacer sus necesidades y
deseos.
El cristianismo actual se ha fusionado con el
hedonismo que es la filosofía del sumo placer, de buscar el bienestar, los
mejor, no sufrir, siempre estar bien, y que es totalmente humanista.
No debemos esperar que a nosotros nos traten mejor de lo que trataron a
nuestro Señor. Mateo 10.24-25.
¿Por qué sigues esperando que un buen trato de parte
de los de este mundo, cuando nuestro Señor mismo no lo recibió?
Jesús nos recuerda por medio de sus enseñanzas y el
resto del nuevo testamento lo corroboran, somos sus esclavos, le pertenecemos,
y esta situación tiene grandes y muy serios efectos en nuestras vidas como
creyentes, efectos que transforman nuestra manera de pensar, de hablar, de
vivir, algunos de esos efectos son:
1. Somos su propiedad exclusiva.
Ya lo entendimos anteriormente, los esclavos eran
propiedad absoluta de sus dueños, un sirviente o un jornalero podía renunciar y
cambiar de jefe, el esclavo no, el esclavo era pertenencia de su amo.
Nosotros nacimos siendo esclavos del pecado, heredamos
de Adán la esclavitud espiritual para muerte, Cristo nos compró por medio de su
sacrificio y su sangre derramada en la Cruz del calvario, nuestro antiguo dueño
el pecado ya no tiene autoridad sobre nosotros, en cambio ahora estamos bajo el
poderío exclusivo de nuestro señor Jesucristo. Romanos 6:4, 17-18. 1ª corintios 7:23.
Los esclavos en la antigüedad recibían un nuevo
nombre, sus antiguos nombre no importaban más, ahora el nombre dado por su amo
era lo que importaba, esto era con el fin de que fueran identificados
plenamente como de su propiedad, por eso es que la biblia dice en Apocalipsis 3.12 y 22:4 que recibiremos
un nuevo Nombre y que llevaremos el Nombre de nuestro señor en la frente, es un
simbolismo de que SOMOS PROPIEDAD ABSOLUTA Y EXCLUSIVA DEL SEÑOR DIOS
TODOPODEROSO.
Del lodo y la inmundicia de ser esclavos del pecado a
ser propiedad exclusiva del Señor hay una gran diferencia, sobre todo si
tomamos en cuanto que no hicimos nada para merecerlo.
2. Sumisión completa.
Pero ser esclavo no significaba solamente pertenecerle
a otra persona, también significaba estar
dispuesto siempre a obedecer a esa persona en todas las maneras posibles, ese
era el único deber del esclavo, llevar a cabo los deseos y órdenes de su dueño,
y el esclavo bueno y fiel anhelaba
hacerlo con todo su corazón.
La actitud de sumisión al Señorío de Cristo se va
desarrollando por medio de la obediencia, no el algo mágico que aparecerá de la
noche a la mañana, si no comenzamos a obedecer nunca vamos a desarrollar la
sumisión de corazón al Señor. 1ª Pedro
1:2.
Si dices que eres cristiano y por lo tanto esclavo de Cristo, pero
insistes en una vida con un marcado patrón de desobediencia a su Palabra,
piensa seriamente tu afirmación pues tal vez solo seas un simpatizante del cristianismo,
pero no un VERDADERO ESCLAVO DE CRISTO. 1ª Juan 1.6.
Los falsos maestros, que abundan en la actualidad son
la mejor muestra de la falta de sumisión a Cristo, pues trabajan para ellos
mismos:
·
Romanos
16:17-18.
·
2ª
Pedro 2:19.
·
Judas
4.
3. Devoción única.
La vida de los esclavos en la época de Jesús era
relativamente simple pues solo tenían un interés, obedecer y así agradar a su
dueño, aun cuando no recibieran órdenes directas los esclavos buscaban la
manera de agradar a sus amos lo mejor que podían, a esto se le llama devoción.
Cuando estas entregado a una tarea en mente, cuerpo,
alma, espíritu, de todo corazón quieres realizar de forma excelente esa
encomienda entonces eres una persona con una devoción muy fuerte, y al igual
que los esclavos en la antigüedad mostraban una gran devoción por complacer a
sus amos, nosotros estamos llamados a ser completamente devotos a nuestro Señor
Jesucristo.
Que Cristo sea nuestra pasión, que sea nuestro motivo,
nuestro levantarnos y nuestro motor, nuestro caminar y nuestro impulso, que
nuestras vidas se tratan siempre de cristo y solamente de Cristo. Marcos 12:30.
Si somos poseedores de la devoción de un esclavo va a ser imposible que
sirvamos a otro amo que no sea Cristo. Mateo 6.24.
El término hebreo ba’al significa «dueño» o «poseedor».
Este es otro nombre para el
diablo y Lo vemos en varias presentaciones:
·
El señor de las moscas.
Baal-zebub. 2ª Reyes 1:2. Podredumbre,
putrefacción, muerte, maldad. Belcebú.
·
El señor del invierno.
Baal-zefon. Éxodo 14:2.
·
El dueño de la brecha (que
separa). Baal-peor. Números 25:3. El
príncipe de este mundo. Cristianos cuyo señor
es el mundo y viven separados de
una relación íntima con DIOS.
·
El dueño del pacto:
baal-berit. Jueces 8:33. cristianos
que se comprometen con todo menos con Cristo, futbol, fiestas, amigos, familia,
y al último Cristo.
·
El dueño de la fortuna.
Baal-gad: Josué 11:17. Dejamos que
cosas como los horóscopos nos guíen, creemos más en la suerte que en la Providencia Divina.
No podemos quedarnos como el
pueblo de Israel cuando el profeta Elías los confrontó, es importante tomar una
decisión. 1ª Reyes 18:20-21.
A un esclavo bueno y fiel lo único que le importa es la aprobación de su
dueño por la fuerte devoción que le tiene, cristo es suficiente motivación para
él.
4. Dependencia absoluta.
Como parte de la familia del amo, los esclavos eran
totalmente dependientes de sus dueños para todas sus necesidades de la vida
incluyendo las más básicas como alimentación y refugio.
A diferencia de muchas personas libres, pero sin
recursos, los esclavos no tenían ya que preocuparse por encontrar comida o un
lugar para dormir con sus familias, todas sus necesidades eran cubiertas por su
amo dejando al esclavo concentrarse enteramente en servir a su amo.
El paralelo con nuestra vida cristiana es maravilloso,
como hijos de DIOS podemos enfocarnos por completo en las cosas que DIOS nos ha
llamado a realizar, confiando completamente en que Él atenderá todas nuestras
necesidades siempre. Mateo 6:31-33.
Si nuestra prioridad y devoción es Cristo podemos estar confiados en que
él cuida de nosotros.
Nadie entendió mejor esta verdad que el apóstol Pablo,
él como esclavo de Cristo dejo todo
para servir a su Dueño, su tarea no era nada sencilla humanamente hablando, en
varias ocasiones fue golpeado, encarcelado, perseguid, ultrajado, vituperado,
en peligro y amenazas de muerte y a pesar de todo esto él siempre confió en
DIOS y DIOS siempre le dio todo lo que necesitaba para seguir adelante
fielmente en su trabajo en la iglesia.
·
Filipenses
4:6-13 y 19.
·
1ª
Timoteo 6:6-10.
·
2ª
Corintios 9.8.
·
2ª
Corintios 12.9.
Si estamos afanados y turbados con esta vida es porque hemos dejado la
mejor parte, hemos dejado de lado nuestra relación con Cristo, hemos dejado de
estar a sus pies, hemos dejado de descansar en Él. Lucas 10:41-42.
5. Entregar cuentas al amo.
Los esclavos del primer siglo eran completamente
conscientes de que tenían que rendir cuentas a sus amos de todas y cada una de
las responsabilidades delegadas a ellos, por lo tanto, la única opinión que les
importaba, la única evaluación positiva que esperaban recibir era de su dueño.
Si el amo estaba satisfecho, para el esclavo era más
que suficiente y se beneficiaria de sus acciones, toda una vida de fidelidad
podía terminar en su propia libertad.
Pero por el contrario cuando no se cumplía cabalmente
con sus responsabilidades eran acreedores a serios castigos que iban desde
azotes, huesos quebrados, amputación de partes del cuerpo, brea caliente sobre
sus cuerpos, collares limitadores y hasta la crucifixión misma.
Nosotros los creyentes, al igual que los esclavos de
antaño debemos estar conscientes de que un día estaremos parados delante del
tribunal de cristo y rendiremos cuentas de nuestras acciones. Romanos 14:10-12. 2ª Corintios 5:10.
El Tribunal de Cristo no determina la salvación; esa
fue determinada por el sacrificio de Cristo a nuestro favor y nuestra fe en Él.
Todos nuestros pecados están perdonados y nunca seremos condenados por ellos.
Algunas de Las cosas por las que seremos juzgado en el
tribunal de Cristo son:
·
Que tanto nos comprometimos con la gran comisión. Mateo 28.20. Marcos 16:15.
·
Como luchamos contra los pecados de la carne. Hebreos 12.4.
·
Que tan bien controlamos nuestra lengua. Santiago 3:1-9.
·
Que tan fielmente servimos a Cristo. 2ª Timoteo 2:5.
No debemos mirar el Tribunal de Cristo como el juicio
de Dios a nuestros pecados, sino más bien como la recompensa de Dios por
nuestras vidas.
¿Qué pasará cuando Cristo quiera recompensarte y no encuentre motivos
para hacerlo? ¿Qué excusas pondremos delante de DIOS?
·
¿No
tuve tiempo?
·
¿No
sabía cómo hacerlo?
·
¿No
sabía siquiera que esperabas eso de mí?
·
¿No
tuve ganas de hacerlo?
·
¿Me
importaba más lo que pensara la gente?
·
¿Me
daba pena hacer tu voluntad?
·
¿Me
gustaba más mi propio bienestar que obedecer tu Palabra?
Todos los hijos e hijas de DIOS un día estaremos
delante de Cristo para recibir nuestra recompensa, ¿Acaso no sería maravilloso
escuchar palabras como las siguientes?
Bien, buen esclavo
fiel, en lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré, entra en el gozo de tu
Amo y Señor.
Recordemos siempre entonces que:
1. Somos propiedad exclusiva del Señor.
2. Somos completamente sumisos como sus esclavos.
3. Le damos una devoción única.
4. Dependemos absolutamente de Él.
5. Un día rendiremos cuentas a nuestro Dueño.
Charles H. Spurgeon escribió acerca del día en que
estemos de pie frente a Cristo, nuestro Amo, nuestro dueño, nuestro Señor:
En aquel día el Señor otorgará a su pueblo una recompensa abundante por
todo lo que han hecho. No porque merezcan recompensa alguna sino porque Dios
primero les dio gracia para hacer buenas obras y luego tomó sus buenas obras
como evidencia de un corazón renovado y les dio una recompensa por lo que
habían hecho. Oh, qué dicha será escuchar decir: «Bien hecho, siervo bueno y
fiel» y darte cuenta de que has trabajado para Cristo cuando nadie lo sabía, de
que Cristo tomó nota de todo ello, para ti que serviste al Señor bajo la
tergiversación, encontrar
que el Señor Jesús separó la paja del trigo, y supo que tú eras uno de sus
preciados. Para entonces Él decir: «entra en el gozo de tu Señor», qué dicha
será para ti.
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