En la última clase abordamos los sufrimientos del
Señor Jesús, primeramente, los sufrimientos en general entre el tiempo de su
tentación en el desierto hasta el huerto de Getsemaní, y posteriormente vimos
algunos de sus sufrimientos expiatorios, es decir los que pasó durante su
pasión, crucifixión, muerte y sepultura.
Los sufrimientos de la pasión son:
·
La agonía en el huerto de Getsemaní.
·
La flagelación.
·
Los insultos recibidos.
·
La soledad absoluta.
Los
siguientes sufrimientos son:
·
El
tormento de la crucifixión.
·
La
muerte y sepultura.
1. EL
TORMENTO DE LA CRUCIFIXIÓN.
Para
entender a fondo este horrible tormento es necesario regresarnos en el tiempo,
para saber de dónde proviene este tipo de tortura y muerte.
¿De dónde
viene la cruz?
Tal vez el símbolo más grande en la historia de la humanidad, al menos en
los últimos 2000 años, es la cruz, sin embargo, este signo venerado por el
mundo católico, no nació con la crucifixión de Cristo, tiene una larga historia
que date de miles de años antes de
Cristo.
Los egipcios tenían la cruz ansata o también llamada cruz del Nilo,
también tenían la cruz TAU en forma de “T” los pueblos arios veneraban al dios
Odín y su culto estaba ligado con la cruz suástica, al llegar los españoles a
América descubrieron dibujos con cruces en las culturas azteca e inca.
En la cultura celta, en
Europa, se utilizaban las cruces hasta en sus monedas, muchos siglos antes del
cristianismo.
La cruz solar era una cruz
dentro de un círculo, el símbolo religioso más universal de todos. También era
un símbolo pagano. Representa al sol y a las estaciones del año.
CRUZ ASANTA
O DEL NILO.
CRUZ TAU.
CRUZ
EVÁSTICA.
CRUZ CELTA.
CRUZ
AZTECA.
CRUZ MAYA.
CRUZ INCA.
CRUZ SOLAR.
¿Qué nos
dice la historia de la muerte de cruz?
La cruz como herramienta
de tormenta fue utilizada por los babilonios, los sirios, los persas, los asirios,
los cartagineses, y de ellos pasó a los griegos y posteriormente a los romanos.
Hay evidencias de que los piratas capturados eran
crucificados en el puerto de Atenas alrededor del siglo VIII
AC.
¿Visión de la cruz?
Al emperador Constantino
I, justo
antes de la Batalla del Puente Milvio el 28 de octubre de 312,
según la leyenda, una Cruz se le apareció en el cielo, pidiéndole que
sustituyera las águilas imperiales de las insignias de los soldados por la Cruz cristiana, de
manera que con ese signo vencería. Después de este sueño o visión, Constantino
adoptó el lema latino «In hoc signo vinces» («Con
este signo vencerás»)
Es por este motivo que la
cruz, a pesar de simbolizar paganismo y muerte, es un símbolo central del
catolicismo.
¿Cómo era la muerte de cruz?
La crucifixión es un método antiguo de ejecución por el que el condenado era atado o clavado
(las más de las veces) en una cruz de madera, un poste o un muro y dejado allí
hasta su muerte. La crucifixión fue ampliamente utilizada en el Imperio
Romano y en culturas vecinas del Mediterráneo, sin duda, influenciadas
por la cultura imperial.
Este tipo de tortura y ejecución, fue utilizado por
los romanos, según apuntan algunos historiadores, hasta el año 337 d.C. Es
decir, después de que el cristianismo fuese “legalizado” por el emperador
Constantino, pero antes de que se convirtiera en la religión única y
oficial del imperio en el año 380 por el Edicto de Tesalónica.
De acuerdo con algunos académicos, parece que los
romanos aprendieron la crucifixión de los cartagineses quienes
la utilizaban contra los esclavos, los rebeldes, los piratas, los cautivos de
guerra y contra los criminales más sanguinarios.
Es por ello que la crucifixión era
considerada como la forma más humillante de morir: clavado en un poste,
semidesnudo, con un cartel sátiro sobre la cabeza y expuesto a la intemperie
hasta que la inanición, las heridas y la asfixia acababan con la vida del reo.
Además, tanto las vestimentas como pertenencias del
crucificado podían ser reclamadas tanto por el centurión como por los soldados
del grupo de ejecución.
Un castigo prohibido para
el verdadero ciudadano romano.
Debido al carácter humillante descrito, la
crucifixión era una práctica vetada para los ciudadanos romanos condenados
a muerte. Un noble siempre se merecía el mejor de los tratos y hasta en las
ejecuciones se mantenía esa máxima.
Así, en el caso de que un ciudadano romano fuese
condenado a muerte, antes recibía la honorable muerte de la
decapitación o mediante la práctica de seccionar la médula en la zona del
cuello por el filo de una espada (algo similar al estoque en los toros).
Incluso en casos de alta traición estaba mal visto
colgar a un ciudadano romano que, por propia concepción, prefería morir a
espada antes que la muerte lenta, dolorosa y vergonzosa de la
crucifixión, donde no sólo la muerte tardaba en llegar, sino que el reo se
convertía en espectáculo público y objeto de mofa.
LA CRUCIFIXIÓN.
Se obligó a Jesús, como era
la costumbre a cargar la cruz; desde el poste de flagelación al lugar de la
crucifixión. La cruz pesaba más de 130 kilos, sólo llevo el patíbulo que pesaba
entre 35 y 50 kilogramos. Fue colocado sobre su nuca y se balanceaba sobre sus
dos hombros.
Con agotamiento extremo y
debilitado, tuvo que caminar un poco más de medio kilómetro (entre 600 a 650
metros) para llegar al lugar del suplicio. El nombre en arameo es Golgotha,
equivalente en hebreo a gulgolet que significa “lugar de la
calavera”, ya que era una protuberancia rocosa, que tenía cierta semejanza con
un cráneo humano, hoy se llama por la traducción latina calvario.
Antes de comenzar el
suplicio de la crucifixión, era costumbre dar una bebida narcótica (vino, con
mirra, e incienso) a los condenados; con el fin de mitigar un poco sus dolores.
Cuando presentaron a Jesús este brebaje, no quiso beberlo. Marcos 15:23.
Con los brazos extendidos,
pero no tensos, las muñecas eran clavadas en él madero. De esta forma, los
clavos de un centímetro de diámetro en su cabeza y de 13 a 18 centímetros de
largo, eran puestos para sujetar su cuerpo.
La posibilidad de una
herida dolorosa fue grande, al igual que la lesión de vasos arteriales. El
clavo penetrado destruía el nervio lo cual producía tremendas descargas de
dolor en ambos brazos. El empalamiento de varios ligamentos provocaba fuerte
contracciones en la mano.
Los pies eran fijados al
frente de la cruz siendo atravesados por en medio del empeine con un gran clavo
de hierro.
Los padecimientos físicos
ya tan violentos al hincar los clavos, en órganos por extremo sensibles y
delicados, se hacían aún más intensos por el peso del cuerpo suspendido de los
clavos, por la forzada inmovilidad del paciente, por la intensa fiebre que
sobrevenía, por la ardiente sed producida por esta fiebre, por las convulsiones
y espasmos, y también por las moscas que la sangre y las llagas atraían.
Al momento de estar clavado
en vertical en la cruz, sus brazos se estiraron intensamente, probablemente
hasta 15 centímetros, y ambos hombros tuvieron que haberse dislocado esto por
la gravedad que empuja el cuerpo hacia abajo. Salmo 22:14.
Una vez que colgó de la
cruz se va dando una muerte lenta y dolorosa (es un dolor excruciante el dolor era tan insoportable que no había palabras
para describirlo así que se inventó una nueva palabra: excruciante –de la
cruz- para dar descripción a ese dolor)
Se va agonizando por asfixia, El efecto principal de la crucifixión, aparte del tremendo dolor, que
presentaba en sus brazos y piernas, era la marcada interferencia con la
respiración normal, particularmente en la exhalación. Lo cual provocaba la sensación
de ahogamiento. Para poder exhalar tenía
que apoyarse en sus pies, que estaban fijos por clavos al madero, al hacerlo
los clavos iban desgarrando la carne hasta finalmente quedar incrustados.
Después de sufrir un martirio para
exhalar, descendía para inhalar otra bocanada de aire y nuevamente tenía que
empujarse hacia arriba raspando su espalda ensangrentada en la áspera madera de
la cruz, este proceso continuaba hasta que ya no pudiera empujarse hacia arriba
para respirar para entonces morir, Jesús aguanto esto durante 3 horas.
Para acelerar el proceso los soldados
quebraban las piernas de los sentenciados para evitar que pudieran “subir” a
tomar aire, así la muerte llegaba en cuestión de minutos, pero con Jesús ni
sucedió así. Juan 19:31-34.
Por medio de esta sangre y agua que
broto de su costado, los médicos han concluido que literalmente se le partió el
corazón.
2. MUERTE
Y SEPULTURA.
Es un hecho certísimo para el cristiano de
convicciones ortodoxas la muerte del Señor Jesús en la cruz, esto es bueno
aclararlo pues aun dentro del mismo cristianismo hay grupos heréticos que
niegan la muerte expiatoria del Señor, muchas leyendas son inventadas:
·
Que bajó de la cruz antes de morir.
·
Que nunca subió a la cruz.
·
Que solo se desmayó.
·
Que cayó en coma.
·
Que fueron los narcóticos los que aparentaron su
muerte.
·
Etc.
Lo cierto es que la biblia nos dice otra cosa muy
distinta:
·
Mateo
27:50.
·
Marcos
15:37.
·
Lucas
23:46.
·
Romanos
5:6,8,10.
·
1ª
Corintios 15:3.
·
2ª
Corintios 5:14.
·
Gálatas
2:21.
·
Filipenses
2:8.
·
Colosense
2:20.
·
1ª
Tesalonicenses 5:10.
Es necesario que quede claro este punto, pues de no
haber muerto Cristo en la cruz, entonces no hubo obra redentora, en pocas
palabras NO SERÍAMOS SALVOS.
La sepultura de Jesús la encontramos en los 4
evangelios, veamos solo en relato de Lucas
23:50-56.
No hay que confundirnos, el hecho de que haya sido un
sepulcro nuevo, que no se había utilizado antes no dice nada de bueno o
maravilloso, solo fue providencial por la cercanía que tenía con el lugar de su
muerte pues por ser ocasión de la pascua no podían dejar cuerpos a la
intemperie.
¿Era necesario que
Cristo muriese en la Cruz?
Como lo hemos aclarado con preguntas semejantes
anteriormente, DIOS no se equivoca, así que si, si era necesario, la pregunta
es más en el sentido de porque era necesario que Cristo muriere en la cruz.
La respuesta tiene dos motivos o razones de peso:
1.
Porque la muerte de Jesús tenía un carácter judicial y
sustitutorio, por lo tanto, tenía que morir de forma que pagase como un
criminal la sanción debida al pecado de la humanidad, y la pena de muerte para
los criminales en la época en la que vivió era la muerte de cruz.
2.
Porque su muerte era exigida como sacrificio
expiatorio (en lugar de) por los pecados de la humanidad, por lo tanto, su
sacrificio fue en carácter de holocausto de ahí que tenía que
morir fuera de la puerta de la ciudad. Hebreos
13:11-13.
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