La clase pasada hablamos acerca del nacimiento,
infancia, bautizo y tentación del Señor Jesucristo, todas estas condiciones
forman parte de su estado de humillación:
·
Nacer de la forma más humilde y pobre, como si fuera
otros ser humano más, cuando es el Hijo de DIOS, el Verbo Encarnado.
·
Llevar una infancia y juventud normal, sin sucesos
extraordinarios que DIOS quisiera contarnos al no incluirlos en la Escritura y
además esperar 30 años para iniciar su ministerio.
·
Ser bautizado como si necesitase arrepentirse de algún
pecado, solo para cumplir con toda ley.
·
Ser tentado como si fuera un ser humano común y fue
por el mismo ser que Él echó del cielo.
El día de hoy veremos más acerca del Estado de Humillación de nuestro Señor
y Salvador, y en específico veremos sus sufrimientos en general y los
sufrimientos de su pasión, crucifixión, muerte y sepultura.
Sufrimientos de
Jesús en general.
Primero trataremos los sufrimientos de Jesús, no tanto
en su carácter expiatorio, sino en cuanto a que son parte de su estado de
humillación, como ya lo vimos, uno de esos sufrimientos fue la tentación en el
desierto. Hebreos 2:17-18.
El hecho de que el pecado no podía dañarlo no
disminuye en nada el sufrimiento de ser tentado, por el contrario, a nadie le
puede resultar más repulsivo y denigrante el pecado que al ser perfecto en
santidad.
Los sufrimientos que comenzaron con la tentación del
diablo en el desierto continuaron hasta la agonía en el huerto de Getsemaní, y
entre estos dos puntos y a lo largo de tres años y medio de ministerio público
hubo muchos otros sufrimientos, por ejemplo:
·
La oposición constante de los fariseos.
·
La ingratitud continua de las personas.
·
La incomprensión y hasta cobardía de sus discípulos.
·
La Traición de Judas.
·
Fue perseguido a muerte desde que nació (Por Herodes)
hasta su final en la cruz.
Los sufrimientos de la Pasión.
Ahora
sí nos referiremos de manera específica a los sufrimientos de Jesús durante el
periodo denominado como su pasión, que comprende desde el huerto de Getsemaní
hasta el momento en que es levantado en la cruz, en este periodo los
sufrimientos fueron más agudos y dolorosos, no solo en el aspecto físico, sino
también en el aspecto emocional y espiritual.
A. La agonía en el huerto. Lucas 22:44.
Desde
el original en griego para la palabra agonía vemos la medida del sufrimiento de
Cristo, es agonia (ἀγωνία, G74), y
en alguno de sus significados es lucha, pues
en efecto allí en el huerto se libró la lucha en el centro del ser humano de
Jesús.
En
la cruz hubo tortura, pero no hubo
lucha, porque la decisión final ya se había tomado en el huerto: dar su vida en
rescate por muchos. Los demás evangelios utilizan verbos que nos demuestran los
sufrimientos del Salvador, Mateo
26:37-38, encontramos tres verbos:
·
Entristecerse del griego lupeo (λήπζωή, G3076) tristeza a manera de pena.
·
Angustiarse del griego ademoneo (ἀδημονέω, G85) una profunda emoción de angustia o
desazonarse por completo.
·
Mi alma está muy triste
del griego perilupos (περίλυπος,
G4036) rodeado de tristeza por todas partes, el decir mortal significa que
es hasta causar la muerte.
Por
otro lado, en Marcos 14:33-34 encontramos,
aunque traducidas igual, en el original griego otra palabra que describe el
sufrimiento de Jesús:
·
Atemorizarse del gr. ekthambeo (ἐκθαμβέω, G1568) quedarse atónito de espanto.
Regresando
al relato del médico amado en Lucas
22:44, encontramos una condición muy rara pero existente llamada Hematidrosis.
La
hematidrosis se trata de una
respuesta a un estrés máximo, se ha presentado en personas que saben con
certeza que van a morir en breve de manera dolorosa, como en condenados a
muerte o en situaciones de guerra, con este hecho la piel se vuelve frágil y
tierna.
Es
importante notar que Lucas nos habla de la hematidrosis después del consuelo
del ángel y no antes, lo cual nos habla de la extrema agonía y sufrimiento por
los cuales estaba atravesando, no fue una metáfora el decir angustiado
hasta la muerte, era 100% real, pues de no llegar el ángel a confortar
a Jesús, su corazón se hubiera infartado de la presión extrema.
Por
lo regular, en los países donde la pena de muerte es aun aplicada (en mi país,
México esta abolida) a los reos sentenciados a muerte se les concede una última
cena y se les conforta con asistencia espiritual y la cercanía de sus seres
queridos, esto para aliviar un poco
la INTENSA ANGUSTIA que el saber que se va a morir causa.
En
el caso del Señor Jesús NO fue así, la antesala de su muerte debió haber sido
espantosa, horrible, llena de agonía y sufrimiento sin igual, tratado aun de
manera más baja que a muchos criminales que si merecían el castigo sobre de sus
vidas.
B. La
Flagelación.
Después
de la hematidrosis ocasionada por la angustia intensa, Jesús es sometido a un
ayuno que duro toda la noche durante el juicio, y persistió hasta su
crucifixión. La flagelación era un preliminar legal para toda
ejecución Romana.
A
la víctima le desnudaban la parte superior del cuerpo, lo sujetaban a un pilar
poco elevado, con la espalda encorvada, de modo que al descargar sobre esta los
golpes, nada perdiesen de su fuerza y golpeaban, sin compasión, sin
misericordia alguna.
El
instrumento usual era un azote corto (flagrum o flagellum) con varias cuerdas o
correas de cuero, a las cuales se ataban pequeñas bolas de hierro o trocitos de
huesos de ovejas a varios intervalos.
Cuando
los soldados azotaban repetidamente y con todas sus fuerzas las espaldas de su
víctima, las bolas de hierro causaban profundas contusiones y hematomas. Las
cuerdas de cuero con los huesos de oveja, desgarraban la piel y el tejido
celular subcutáneo (le arrancaba la carne).
Al
continuar los azotes, las laceraciones cortaban hasta los músculos, produciendo
tiras sangrientas de carne desgarrada. Se creaban las condiciones para producir
pérdida importante de líquidos (sangre y plasma). Hay que tener en cuenta que
la hematidrosis había dejado la piel muy sensible en Jesús.
C. Los
insultos.
Aparte
de los muchos insultos que recibió durante su ministerio público:
·
Comilón y bebedor.
·
Amigo de pecadores y prostitutas.
·
Samaritano.
·
Poseído por Belcebú.
·
Hijo ilegítimo.
·
Etc.
A Jesús, le fue colocada
sobre su cabeza, como emblema irónico de su realeza una corona de espinas. En
Palestina abundan los arbustos espinosos, que pudieron servir para este fin; se
utilizó el Zizyphus o Azufaifo, llamado Spina Christi, de espinas agudas,
largas y corvas.
Le fue colocada
una túnica sobre sus hombros (un viejo manto de soldado, que figuraba la
púrpura de que se revestían los reyes, "clámide escarlata"), y una
caña, parecida al junco de Chipre y de España como cetro en su mano derecha.
El creador del
universo siendo el blanco de las burlas, los escarnios y los insultos por sus
más viles criaturas. Y por si no bastara, la gente al pasar meneaba la cabeza
en señal de desaprobación. Mateo
27:39-44.
D.
La Soledad Radical.
Durante su vida
de ministerio público, Jesús tuvo que soportar por una parte la hostilidad de
sus adversarios y por otra la ignorancia de sus discípulos, no tenía ni para
donde hacerse, debió ser una vida de mucha soledad.
Pero su soledad
se convirtió en absoluta o radical justo al ser levantado en la cruz, quedó en
ese instante absolutamente solo y totalmente desprovisto, y aun así dio tres
grandes regalos desde esa cruz, quedando ahora sí, sin nada en lo absoluto:
·
Regalo el perdón a sus verdugos: Padre, perdónales porque...
·
Regalo la entrada a su reino a un ladrón: te digo que hoy mismo...
·
Regalo a su madre a su discípulo amado: mujer, he ahí a tu hijo...
Desamparado por
el Padre, quedo suspendido en el aire, como si el cielo y la tierra lo
rechazaran al mismo tiempo pues se había hecho pecado. 2ª Corintios 5.21.
Fue esta soledad absoluta, la que lo llevo a
gritar una de sus últimas palabras: Elí, Elí ¿lama sabactani? DIOS mío ¿Por qué
me has desamparado?
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