El capítulo 3 del evangelio de Juan nos muestra la
entrevista de Jesús con Nicodemo un príncipe de los judíos, fariseo, escriba y
miembro del sanedrín, este Nicodemo va a Jesús de noche, intrigado por las
señales que demuestran que es profeta, e implícitamente le pregunta: ¿Qué haré
para tener la vida eterna?
Jesús al responder a Nicodemo lo va conduciendo poco a
poco, mostrando primero la necesidad de nacer de nuevo a causa del pecado del
ser humano, después le enseña la gracia soberana de DIOS, luego le habla sobra
el Pacto Eterno de la Trinidad y como se fue manifestando a lo largo de la
historia del pueblo de Israel en relatos como el de la serpiente de bronce,
todo esto lo corona con el pasaje más conocido, aunque lamentablemente también
más malinterpretado de la Escritura:
Porque de tal manera
amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en
él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
¿Qué dice realmente la cita de Juan 3:16?
¿A caso todos serán salvos por el sacrificio de
Cristo?
¿Es esta cita la refutación de la expiación limitada
como muchos lo argumentan?
¿Por qué ha sido malinterpretada tantas veces?
¿Cuál es la enseñanza verdadera de Jesús al decir
estas maravillosas palabras?
En primer lugar, la falta del contexto adecuado ha
provocado que esta cita la utilicen no solo los arminianos en su afán de
contradecir las doctrinas de la gracia, también es utilizada por los
universalistas para fundamentar según ellos la salvación de absolutamente todos
los seres humanos, pues DIOS nos ama tanto que ya pagó con su Hijo en la cruz y
ahora ya todos vamos al cielo.
Somos una iglesia que nos adherimos a las doctrinas de
la gracia, también conocidas como TULIP
o calvinismo, dentro de las doctrinas de la gracia esta la Expiación Limitada la cual es la más
controversial de ellas, de hecho, hay algunos grupos llamados calvinistas de 4 puntos por que desechan
la Limited Expiation.
No es el tema central del día de hoy, solo nos
limitaremos a decir que la Expiación Limitada plantea la pregunta ¿Por quienes murió
Cristo? ¿Toda la humanidad? ¿Solo por los predestinados? La respuesta es que el sacrificio de Cristo en la cruz es
SUFUCIENTE para toda la humanidad, pero solo es EFECTIVO para los predestinados
o elegidos.
¿Qué hay con que DIOS ama al pecador, pero lo que aborrece es su pecado?
¿Entonces que acaso DIOS No ama a todos en el mundo?
La frase de DIOS ama al pecador, pero aborrece el pecado NO ES BIBLICA,
esa es una frase de Mahatma Gandhi, quien fue hinduista NO cristiano, la biblia
no lo enseña:
·
Salmo
5:4-6.
·
Salmo 7:11.
·
Proverbios
11:20.
·
Juan 3:36.
·
Romanos
9:13.
·
Efesios
5:6.
La palabra amar en Juan 3:16 es
agapao (ἀγαπάω, G25), habla de un amor incondicional no de un amor
universal, el Amor de DIOS no es un sentimiento es una decision, si fuera sentimental NADIE RECIBIRÍA
ESE AMOR.
En Juan 3:16
DIOS dice les voy a demostrar a todos que soy amor, voy a demostrarles cuanto
les amo, de ninguna forma está diciendo que nos va aceptar a todos por amor.
El infinito amor de Dios se manifestó de una forma infinitamente
gloriosa. Este es el tema
del texto de oro que se ha hecho tan querido a los hijos de Dios. Este
versículo arroja luz
sobre los siguientes aspectos de dicho amor:
1) Su carácter
(de tal manera amó).
2) Su autor (DIOS).
3) Su objeto
(el mundo).
4) Su don (el
Hijo, Él Unigénito).
5) Su
propósito (que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna).
La conjunción porque al inicio del versículo, establece
una relación de causa entre este versículo y el anterior. Podríamos
parafrasearlo así: el hecho de que sólo por medio de Cristo se puede obtener la
vida eterna (como lo vemos en los versículos anteriores), se ve claramente en
que le agradó a Dios conceder este supremo don solamente a los que ponen su
confianza en él (versículo 16).
1) Su carácter.
La frase “de tal manera amó”, teniendo en cuenta lo que sigue, debe
interpretarse en un grado tan infinito y en forma trascendentemente gloriosa.
Se enfatiza mucho este pensamiento.
De tal manera amó. El tiempo que se usa en el original
(el aoristo ἠγάπησεν) muestra el amor de Dios en acción, no es solo una emoción
o un bonito sentimiento, el amor que DIOS tiene para con nosotros es dinámico,
demostrativo y se remonta hasta la eternidad y fructifica en Belén y en el Calvario,
se considera como un hecho grande, central y único.
Las Escrituras nos enseñan que el amor divino
es mucho más que una actitud, emoción, u obra. Es un atributo de Dios –
una parte de Su mismo ser o naturaleza. Dios no solamente ama, sino que Él es
amor. Él es la misma esencia de lo que el amor verdadero es y todo amor
verdadero fluye de Él como su fuente principal. 2ª Corintios 13:11.
Es
Un Error Doctrinal Muy Común Confundir El Hecho De Que “DIOS Es Amor” Con Que
“El Amor Es DIOS”.
Las dos frases no son intercambiables. El
universo no fue creado y no está gobernado por un sentimiento, emoción, o
actitud llamada “amor”, sino por el Señor Soberano de la Escritura quien, en Su
misma naturaleza, es amor.
El Amor De Dios Ha Existido Desde La
Eternidad: Desde Antes De La Creación Del Mundo.
Pensar que por el hecho de que DIOS es amor,
Él necesitaba demostrar o vaciar ese amor es ignorar por completo las
escrituras, ya entendimos también que DIOS es Independiente, el no necesitaba
donde demostrar su amor, su amor se ha demostrado desde la eternidad, mucho
antes de la fundación del mundo. Juan
17:24.
El amor de DIOS es rico y verdadero, lleno de
comprensión, ternura y majestad.
2) Su autor divino.
De tal manera amó “Dios”.
DIOS demuestra su amor de tres formas:
·
Por medio de su misericordia.
·
Por medio de su gracia.
·
Por medio de su paciencia.
No nos amó un ser humano, ni si quiera un gran o
poderoso ser humano como un rey o un presidente, tampoco nos amó un ser
angelical, no fue un querubín o un serafín, el autor del amor más grande del
universo es el Ser Más grande que sobrepasa el universo mismo, aun los cielos
de los cielos no pueden contenerlo dice la Escritura, el autor del amor
incomparable es el DIOS incomparable.
3) Su objeto.
El objeto del amor de Dios “es el mundo”.
Cuando vemos que el objeto del amor de ese Dios tres
veces santo, infinitamente sabio y poderoso, es este mundo pecador, rebelde,
perdido, que sólo merecía un castigo eterno, nuestro asombro crece. El original
dice claramente «al mundo», a toda la humanidad que habita el cosmos, por lo
que vemos claramente que el objeto del amor redentor de Dios es toda la
humanidad.
Cristo murió por todos, aunque no todos se beneficien de su muerte, sino
sólo los que creen en Él.
4) Su don.
“que dio a su Hijo, el unigénito”.
El original dice literalmente: “que, a su Hijo, el unigénito, dio” colocando a
Cristo en primer lugar, demostrando su hegemonía y majestad.
Todo el énfasis de este pasaje recae en la asombrosa
grandeza del don; este pasaje tiene su fuerza y grandeza en el don, el regalo
de amor de DIOS, que nos dio, dar,
equivale a entregar, DIOS entregó a su Hijo, Su Único, Su Amado a la muerte
como sacrificio y holocausto expiatorio del pecado. Juan 8:32.
¿Quién de nosotros que somos padres entregaríamos a
uno de nuestros hijos a un hombre rico que le diera lo menor de esta vida,
casas, viajes, dinero, posición económica poderosa? ¿Quién lo regalaría para
que se hiciera rico? Pues DIOS no entregó su Hijo para que fuera rico, sino
todo lo contrario. 2ª Corintios 8:9.
El don del Hijo es la culminación del amor de Dios Mateo 21:33–39.
5) Su propósito.
“… para que todo aquel que en él cree, no se pierda más tenga vida
eterna” Dios no ha dejado a la humanidad abandonada. Amó al mundo
de tal forma que dio a su Hijo, al unigénito, con este propósito: que los que
lo reciben con confianza y fe permanentes NO SE PIERDAN.
Al decir no se
pierda no se refiere simplemente a la existencia física, perder tu cuerpo,
tampoco se refiere al Aniquilacionismo, que es la doctrina herética que enseñan
grupos como los Ruselitas y los adventistas que dicen que los perdidos solo desaparecerán después de muertos,
La perdición de que habla este versículo se refiere a
la condenación divina, completa y eterna, de forma que el condenado queda
expulsado de la presencia del Dios de amor para vivir eternamente en la
presencia de un Dios de ira, la muerte eterna o «muerte segunda», consiste en
estar siempre muriendo sin acabar nunca de morir. Apocalipsis 20.14 y 21:8.
Algunos dicen que esta doctrina opaca el amor de DIOS,
sin embargo, olvidan la santidad y la justicia de DIOS, la muerte segunda Es el
justo pago por despreciar el MAYOR regalo de amor: Jesucristo, del MAYOR Ser del universo: DIOS mismo.
Sin embargo, aquellos que ejercemos la Fe en
Jesucristo, no es para perdición sino para que tenga vida eterna.
Esta vida es salvación, y se manifiesta desde aquí en
el tiempo, no vamos a esperar a morir y pasar
a mejor vida para disfrutar la vida eterna:
·
En la comunión con Dios en Cristo Juan 17:3.
·
En la participación del amor de Dios 1ª Juan 3:1.
·
De su paz Juan
16:33.
·
Y de su gozo Juan
17.13.
El adjetivo: eterna (αἰώνιος) aparece 17 veces en el
cuarto Evangelio, y 6 veces en 1ª Juan, siempre acompañando al sustantivo vida.
Indica, como ya hemos hecho notar, una vida que es
diferente en calidad de la vida que caracteriza a esta era presente. Sin
embargo, tal como se les usa aquí en 3:16, el nombre y el adjetivo tienen
también un sentido de cantidad: se trata realmente de una vida eterna, que
nunca termina, la vida eterna es calidad
y cantidad de vida.
Para recibir esa vida eterna se debe creer en el
unigénito Hijo de Dios. Pero es importante
darse cuenta de que Jesús menciona la necesidad del
nuevo nacimiento antes de hablar acerca de la fe. La obra de Dios dentro del
alma siempre precede a la obra de Dios en que el alma coopera. Y puesto que la
fe es, por consiguiente, el don de Dios, su fruto, la vida eterna, es también
el don de Dios.
En otras palabras: Dios dio a su Hijo; Dios nos da la
fe para aceptar al Hijo; y él nos da la vida eterna como recompensa por el ejercicio
de esa fe. ¿Podemos pedir algo más grandioso? ¡A él sea la gloria por siempre
jamás!