lunes, 17 de julio de 2017

El Evangelio De Juan 32: Jesús Profeta Sin Honra. Juan 4.43-44.

El apóstol Juan, continúa el relato del ministerio terrenal de nuestro señor y salvador Jesucristo, ahora nos cuenta lo ocurrido después de pasar 2 días en la tierra de los samaritanos predicando las buenas nuevas, recordemos que ahí todo comenzó por la total dependencia y obediencia de Jesús al Padre y terminó con la conversión de la mujer samaritanas y muchos de sus compatriotas por consecuencia, no sin antes ella ser primero confrontada con su estilo de vida pecaminoso.

Lo siguiente que nos narra Juan es que después partió de ahí, de samaria obviamente, a la región de Galilea que fue su intención original, antes de continuar es pertinente saber algunos datos acerca de este emblemático e histórico sitio: Galilea.

El nombre de la región, Galilea viene de la palabra hebrea galil y significa: circulo, anillo o región. El nombre regional de parte del norte de Palestina, que fue escenario de la niñez y adolescencia de Cristo, y de los comienzos de su ministerio, pues es en la región de Galilea donde se encuentra la ciudad de Nazaret (junto con Capernaum, Caná y Siquem).

Galilea siempre se mantuvo alejada de la vida religiosa de la nación judía, hasta que en tiempo del N.T. comenzó a adquirir cierta importancia, como ya lo estudiamos, el primer milagro de Jesús registrado en los evangelios se dio precisamente en una boda en Caná de Galilea, cuando Jesús transformó el agua de 6 tinajas en vino de alta calidad.

La mayoría de los apóstoles eran de origen galileo y en los inicios de su predicación se formaron en Galilea muchas iglesias. Hechos 1:11. Hechos 9:31.

La región de Galilea o el ser galileo era ciertamente en la época de Jesús un motivo para ser menospreciado: Juan 1:46. Juan 7:52. Hechos 2:7.

Tal parece que no habían aprendido la lección, pues los mismos hombres y mujeres que durante años sintieron el menosprecio de sus compatriotas judíos que vivían en la región de Judea, donde está la ciudad de Jerusalén, estas mismas personas que fueron humilladas por no tener nunca un representante profético en la historia del A.T. eran ahora los que menospreciaban la labor profética de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 13:53-58.

Anteriormente, cuando hablamos acerca de Natanael en el capítulo 1, tratamos el tema del menosprecio, sin embargo, ahora se va mucho más allá, pues no se menospreció una región, sino al Profeta por excelencia, a nuestro Señor Jesucristo.

En las clases de cristología bíblica que recientemente terminamos, entendimos varias y maravillosas verdades acerca del oficio profético de nuestro Señor, Moisés antes de morir, le dio instrucciones al pueblo de que DIOS levantaría un profeta como él: Deuteronomio 18:5, de hecho, la mujer samaritana al conocer este pase es que nombra a Jesús como ese profeta prometido.

Pero no es todo acerca de Jesús como profeta, y es importante recordarlos, pues no fue poca cosa lo que menospreciaron los galileos al menospreciar la persona de Jesús y su oficio, el mismo relato de Mateo 13 nos dice que Jesús confirmaba su oficio profético por medio de grandes milagros y por su gran sabiduría.

Los milagros de Jesús no fueron para ganar adeptos, ni para recaudar fondos, ni mucho menos para ser famoso, fueron una señal de que es auténticamente enviado por DIOS como el Mesías prometido y como el Profeta predicho.

Entre los milagros de Cristo, el de su resurrección en especial tenía el carácter de salvífico:

·         Romanos 4:25.
·         Romanos 10.9.

Los milagros que realizó Jesucristo, incluida su resurrección tienen que ver siempre con la salvación del ser humano, nunca tienen nada que ver con prosperidad, mejorar nuestras vidas, ni nada antropocéntrico, si DIOS en su soberanía hace un milagro en la actualidad, será con el fin de llevar a los beneficiados al camino de la salvación y nada más.

Todos sus milagros, de una u otra forma, ya sea informativa o de introducción nos conducen a la salvación, vemos el ejemplo con Nicodemo que lo lleva a saber del nuevo nacimiento, o la mujer samaritana que lo reconoce como profeta (Juan 4:19) y Jesús termina llevándola a la verdadera adoración a DIOS y a revelarse como el Mesías. Juan 4: 25-26 y el ejemplo máximo lo veremos en algunos meses, cuando resucitó a su amigo Lázaro en Juan 11: 40-45.

El profeta en la biblia, básicamente es un mensajero, es un comunicador que nos trae un mensaje de parte de DIOS, por lo tanto, al ser Jesucristo el profeta por excelencia se ha dado por terminado cualquier otro medio supuesto por donde DIOS nos hable:

·         No más sueños.
·         No más visiones.
·         No hay nuevas revelaciones.
·         No hay voz audible.
·         No hay éxtasis espiritual para comunicarnos.
·         NI NADA en lo absoluto.

El único medio por el cual DIOS nos comunica su mensaje es Jesucristo, y Cristo, el Verbo lo encontramos perfectamente en las Escrituras. Juan 1:1.

Jesucristo en su oficio profético nos trae un mensaje de parte de DIOS, a diferencia de los evangélicos modernos que dicen que el mensaje de Cristo es de amor, de paz, de unión o peor aún de prosperidad, de bienestar material o de gloria.

La biblia nos muestra que el mensaje de Cristo tiene tres aspectos:

·         Reconciliación entre DIOS y los hombres.
·         Liberación del pecado y sus consecuencias.
·         Discipulado o la forma en que hemos de seguirle.

Vamos a resumirlo de la siguiente manera, cuando en la región de Galilea, en el poblado de Nazaret despreciaron a Jesús como profeta, lo que en realidad estaban haciendo ERA DESPRECIAR LA SALVACIÓN QUE DIOS OFRECE EN CRISTO.

No es poco lo que hicieron, le daban la espalda Al Creador del universo y la oportunidad de dejar de ser sus enemigos, lo dejaban de lado, lo menospreciaban, y las personas siguen actuando de la misma manera hoy en día.

Pensamos en muchas excusas para no rendir nuestras vidas en amor y obediencia a los pies de Cristo, despreciamos el regalo de amor infinito mostrado en la cruz del Calvario, y solo nos queda poner cualquier cantidad de excusas sin valor:

·         Soy muy joven.
·         Soy muy grande.
·         Tengo mucho trabajo.
·         No tengo tiempo.
·         Estoy estudiando.
·         No me interesa.
·         Espero algo mejor en esta vida.
·         Es muy difícil.
·         Me da miedo (por aquello de que creen más en el poder del diablo).
·         Los demás no lo hacen bien.
·         Que va a pensar mi familia.
·         Me van a hacer burla mis amigos.
·         Etc.

Lo que tal vez no se han puesto a pensar es que no solo están rechazando la entrada al cielo, lo que en realidad están rechazando es ser salvos de la ira venidera de DIOS, prefieren seguir enemistados con su Creador, prefieren seguir en la miseria espiritual.

Por eso nunca dejaremos de decir que la mejor experiencia para el ser humano de parte de DIOS no son los milagros, ni el éxtasis, ni la unción, ni la prosperidad, lo mejor que podemos sentir y vivir de parte de DIOS es vernos como Él nos ve sin Cristo: como unos viles pecadores merecedores de su terrible ira santa.

Aquellos que rechazan la salvación en Cristo, no han reparado en su destino eterno, no piensan más allá del día de mañana en cuanto su futuro espiritual, una de las mentiras más enviadas a los corazones humanos es todavía tengo tiempo, por eso la biblia nos exhorta a no desistir de predicar el evangelio. 2ª Timoteo 4:1-2.

Pero las malas noticias no acaban aquí para los Galileos, y para aquellos que menosprecian el oficio profético del Señor Jesucristo, pues somos llamados a honrar no solo a no menospreciar.

La palabra griega para honra que se utiliza en este texto es time (τιμή, G5092), y nos habla acerca de darle el valor adecuado a las cosas, la valoración correcta, pensar en su precio y darle honor.



En pocas palabras no solo estamos llamados en día de hoy a no menospreciar la salvación otorgada como regalo de parte de DIOS, estamos llamados a honrar este regalo, a darle el valor adecuado a pensar en el precio que costó darnos este precioso regalo de amor y darle el honor debido por este regalo.

No sobra decir que el precio fue la preciosa Sangre de Cristo derramada en favor de los pecadores, esto en la Cruz del Calvario, el justo por los injustos, para reconciliarnos con DIOS. ¿De verdad honramos el regalo de la salvación? O ¿Acaso seremos como el pueblo de Israel? Marcos 7:6-7.






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