lunes, 14 de agosto de 2017

El Evangelio De Juan 36: Autoridad Divina Y Mesiánica De Jesús. Juan 5:19-29.

Cuando Jesús, sin preguntar ni tomar en cuenta la opinión del paralitico en el estanque de Betesda, milagrosa e instantáneamente le da su sanidad, de inmediato se desencadenaron una serie de sucesos que son los que estamos escudriñando, el primero de ellos es la reacción furibunda de los fariseos judíos, quienes cegados por su pecaminosidad habían impuesto una serie de ridículas cargas al día de reposo.

Lo que estos fariseos y muchos en la actualidad no entienden, es que la ley no la dio el Señor para que nosotros la cumpliéramos, la dio para mostrar nuestra incapacidad y en nuestra miseria corriéramos a los brazos amorosos de Jesucristo.

En su reacción los fariseos confrontan primero al paralitico sanado, y después se encuentran frente a frente con Jesús, la lección que nos dejó la enseñanza pasada es a tomar una decisión, ya sea despreciar y alejarnos de Cristo como los judíos o bien, agradecer y seguirle por amor, pero nunca nos quedemos indiferentes, pues no hay nada peor que un casi cristiano.

Ahora llegamos a una sección de la Escritura que contiene uno de los discursos más increíbles, profundos y teológicos de este evangelio. Anteriormente hemos visto la intervención de Jesús en sus discusiones con Nicodemo y la mujer samaritana, pero hoy después de haber despertado el enojo de los líderes judíos por haber sanado a un paralitico el día sábado y recalcar su autoridad sobre el mismo; presentara sus credencias mesiánicas que lo identifican como el verdadero Hijo de Dios.

En los versículos 19 al 29 encontramos parte de la respuesta dada por Jesús a los religiosos, la primera parte de esa respuesta es acerca de su autoridad con la cual actuaba, no solo para sanar en día de reposo, sino en todas sus decisiones y es en este tema en el cual nos vamos a adentrar el día de hoy, la autoridad mesiánica y divina de Jesús.

¿Quién dio la autoridad a Jesucristo?
¿Cómo aplica esa autoridad?
¿Qué importancia tiene para nosotros?
¿Qué autentifica esa autoridad?

Son solo algunas de las preguntas que responderemos a continuación.

La autoridad es la facultad o el derecho de mandar o gobernar personas, territorios o situaciones y está íntimamente relacionado con el cargo o función que se ejerce, y ese es el punto por el cual Jesús hace no una defensa, sino una demostración magistral de la autentificación de su autoridad, pues con ello demuestra de paso su oficio mesiánico y su posición exaltada de Ser Divino.

Pero antes de adentrarnos en la autentificación de la autoridad de Jesús, tenemos que entender es la frase que precede a todo el dialogo: de cierto de cierto les digo, el doble amén. Algunos eruditos opinan que las palabras “cierto, de cierto”, que utilizaba el Señor Jesús, son una traducción de “amén, amén”. Y que era costumbre del Señor hablar en esa forma para enfatizar lo que iba a decir y reafirmar la seguridad de sus palabras.

Tan vinculada está la palabra amén a la idea de lo firme y seguro, que Cristo es llamado “el Amén., el testigo fiel y verdadero” Apocalipsis 3:14, expresión relacionada con el “Dios de verdad” (Heb. Dios Amén) de Isaías 65:16.


Para poder entenderlo mejor, cada vez que el Señor Jesús decía amén, amén o de cierto de cierto, lo que estaba haciendo era preparar a sus oyentes para recibir no solo una verdad simple y llana, sino una gran verdad de parte de DIOS que si la entendemos puede cambiar nuestras mentes de una manera maravillosa.

Jesús utiliza el doble amén para hablar de la autenticación de su autoridad, eso nos debe indicar la gran importancia y el peso doctrinal que tienen las palabras de Jesús, no solo a los judíos religiosos, sino a toda la humanidad, por lo cual el Señor da al menos 6 autentificaciones de su autoridad:

PRIMERA AUTENTIFICACIÓN: SU RELACIÓN INTIMA CON EL PADRE COMO HIJO.

Juan 5:19-20. Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis.

Al decirles que no puede hacer el Hijo nada por sí mismo, les está dando a entender que NO tiene o está en ningún tipo de rivalidad con el Padre como ellos suponían o insinuaban. Mateo 5: 17.

La primera autentificación que Jesús presenta de sí mismo es su estrecha relación como Hijo con Dios el Padre. Si hay algo que lo vuelve divino es ser Hijo de Dios. Por un lado, esto nos habla que su naturaleza es semejante a la del Padre, y por el otro nos enseña la estrecha relación que existe entre ellos.

Su relación es tan estrecha que todo lo que el Hijo hace no lo hace por sí mismo, sino por medio de Padre y esto que hace esta en comunión con el Padre: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.

La relación del Padre con el Hijo está basada en el verdadero amor y le ha dado al Hijo toda la autoridad para realizar toda clase de obra como un testimonio de su divinidad: Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis.

Esta declaración debió causar un gran impacto entre sus oyentes, especialmente entre sus enemigos ya que prácticamente se estaba haciendo igual a Dios. Definitivamente no hay otro que pueda acreditarse como el Mesías, ya que Jesús es el Hijo de Dios, Dios mismo y como tal es el soberano de todo el mundo.

SEGUNDA AUTENTIFICACIÓN: TIENE PODER PARA DAR VIDA Y DAR MUERTE.

Juan 5:21. Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.

Debido a la literatura sagrada del Antiguo Testamento los judíos sabían que solo Dios tiene el poder para dar la vida y la muerte. Deuteronomio 32:39.

El poder de dar vida y de quitarla es exclusivo únicamente de Dios y al atribuírsela Jesús se hace igual a Dios. Por tanto, no puede haber duda en la divinidad de Jesús ya que en Él está la misma autoridad. Durante su ministerio Jesús tuvo la autoridad para resucitar a los muertos, de hecho, a excepción de Elías y Eliseo no se registra a nadie más que haya podido resucitar a un muerto como Jesús lo hizo. Lucas 7:22.

TERCERA AUTENTIFICACIÓN: MERECE TODA LA HONRA.

Juan 5:23. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.

El final de todas las cosas es dar honra a DIOS, el reconocerlo en su magnificencia, las grandes confesiones de Fe y catecismos históricos responden a la pregunta ¿Cuál es el fin primario del ser humano? Dar gloria y honra al creador. La Primera Responsabilidad Del Hombre Debe Ser La De Manifestarse En Adoración A Dios. 1ª Corintios 10:31. Salmo 73:25.

Pero en Jesús pone una clausula, y es dar honra al Hijo o no es Honra al Padre, por eso es que no basta con solo creer en DIOS, hemos de creerle a DIOS, creerle que envió a su Hijo a nacer de mujer como un ser humano, a creerle que no pecó nunca, que vivió, murió y resucitó para pagar por nuestros pecados.

Si decimos creer en DIOS, pero no creemos y por consecuencia honramos a Su Hijo Jesucristo, no diferenciamos en NADA de los ateos, agnósticos y paganos.

Los judíos sabían que solo Dios merecía adoración: Éxodo 20:4-5. El hecho de honrar a Jesús a tal punto de adorarlo lo eleva a la misma posición de Dios, y esto lo convierte en el verdadero Mesías.

CUARTA AUTENTIFICACIÓN: SOLAMENTE ÉL DA LA VIDA ETERNA.

Juan 5:24. De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

La cuarta autentificación que certifica a Jesús como el Mesías divino es que solamente Él tiene la potestad de dar la vida eterna.

Por segunda vez Jesús utiliza las palabras De cierto, de cierto os digo para hacer hincapié en la importancia y veracidad de lo que va a decir. Lo más maravilloso de todo lo que nuestro Señor ofrece es la vida eterna y nos dice la forma de cómo alcanzarla: Oír su palabra y creer:

El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida, Jesús pone las bases de una fe salvífica: oír la Palabra y creer. Romanos 10.17.

La Biblia es clara, y las palabras de Jesús no son la excepción, la manera de activar la Fe que DIOS nos regaló en la eternidad es por medio de la predicación del evangelio, contenido en la Palabra de DIOS, esto descarta:

·         Milagros.
·         Señales.
·         Sanidades.
·         Testimonios personales.
·         Atemorizar con la segunda venida de Cristo.
·         Etc.

Por muchas buenas intenciones que se tengan al hacerlo, nunca activaran la Fe necesaria para creer y seguir a Cristo nuestro Salvador, pues las veces que parecieran funcionar, son solo espejismos de una fe real, sólida y duradera, son sólo manifestaciones temporales, pero nunca una verdadera fe salvífica.

El objeto de esta fe debe ser Jesús como el Hijo de Dios: “cree al que me envió”. Tal persona “tiene vida eterna”. Si Cristo y su obra de redención en la cruz no es el objeto de nuestra Fe, solo estamos cayendo en el fideísmo, que no es otra cosa que fe en la fe.

Pero no olvidemos la última frase de esta doble verdad: ha pasado de muerte a vida. 1ª Juan 3:14. Al unir estos dos puntos en la Escritura, nos damos cuenta que el creer en Cristo es amar a Su iglesia.

No podemos decir que tenemos Fe salvífica en Jesucristo y su obra de redención si nuestra fe no se muestra en una iglesia local, amando a las IMPERFECTAS personas que en ella nos reunimos, pues es la mejor manera de reflejar a nuestro amado Señor que sin merecerlo nosotros, NOS AMÓ aún a pesar de que nos conoció.

QUINTA AUTENTIFICACIÓN: SE LE HA OTORGADO EL TÍTULO DE JUEZ.

Juan 5:22-23. Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre.

 A través de la literatura apocalíptica del libro de Enoc y otras fuentes los judíos creían que una de las funciones principales del Mesías consistiría en juzgar al mundo por todos sus pecados y en esta ocasión nuestro Señor Jesucristo ratifica esta creencia afirmándoles que todo el juicio se le había otorgado a Él: Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo.

La Biblia nos dice que Dios ha reservado un día para juzgar a todos los pecadores de este mundo y Jesús será ese juez. Aquel día la función de Jesús como Abogado terminara y se convertirá en el Juez de todo el universo y aquellos que le despreciaron temblaran delante de Él. Apocalipsis 20:11-15.

Si hay un solo juez del universo ese es Dios, y a Jesús como Hijo de Dios se le dado esta potestad lo cual lo acredita como El verdadero Mesías divino.

SEXTA AUTENTIFICACIÓN: TIENE EL PODER DE LA RESURRECCIÓN.

Juan 5:25-29. De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

Por tercera vez encontramos el doble amén de Jesús que nos introduce a una gran verdad revelada y la frase Viene la hora, y ahora es que es una alusión de que se acerca el tiempo de que algo trascendente sucederá.

Ya vimos que Jesús tiene la autoridad para dar vida y dar muerte, para dar vida eterna y para juzgar en la eternidad, ahora nos dice que también tiene el poder para resucitar no solo a uno, sino a todos los muertos.

Como Juez debe traer a vida a todos los muertos para darles su justo juicio, esto es algo que el mismo Padre se lo ha concedido: Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre

Aquí aparece uno de sus tantos títulos que aluden a su carácter mesiánico, Hijo del Hombre. En el libro de Daniel se observa una imagen donde Dios se sienta en el trono para juzgar y millones de personas acuden a Él: Daniel 7:9-13.

Jesús usaba el título poco comprensible del Hijo del Hombre, para indicar su mesiandad, y a la vez evitar el término "Mesías" que solía interpretarse en sentido militar. Jesús no quería que lo confundieran con un Mesías militar que libertaría a Israel del dominio de Roma. Por eso, escogió un título que manifestaba su mesiandad sin el peligro de ser entendido mal.

Nuestro Señor nos enseña en estos versículos que un día todos los muertos oirán su voz y vendrán a resucitar ya sea para vida eterna o para condenación. Habría sido áspero decir “la resurrección de muerte”, aunque esto es lo que se quiere decir, porque los pecadores resucitarán de la muerte a la muerte.

La idea de la resurrección no era ajena en la teología judía, de hecho, Daniel lo menciona también. Daniel 12:2. En los tiempos de Jesús creían que los muertos resucitarían en el día postrero, como lo estudiaremos más adelante en el dialogo de Jesús con Marta en la muerte de su amigo Lázaro.

Lo importante de todo esto es que efectivamente a Jesucristo se le ha dado potestad sobre la vida y la muerte y un día resucitara a todos los muertos, unos para vida eterna, y otros para condenación eterna, La Vida Terrenal No Lo Es Todo, Hay Mucho Más Después De Morir.

En esta vida terrenal y pasajera podemos servirnos de muchas, literalmente miles de opciones, sin embargo, en la eternidad solo se dispone de dos opciones ¿EL CIELO O EL INFIERNO?

Jesús confronta a los religiosos ofendidos porque sanó a un pobre enfermo en el día de reposo, en esa confrontación les da muestras de su Autoridad Divina, les muestra la autentificación como Señor del día de Reposo, para ello les va mostrando una a una sus credenciales que lo acreditan como el Mesías prometido, el Hijo del Hombre, el hijo de DIOS:

1.    Su intimidad con el Padre.
2.    Su poder de dar vida y dar muerte.
3.    Su merecimiento de Honra y adoración.
4.    Su cualidad de dar vida eterna.
5.    La ostentación del título de Juez.
6.    El poder de la resurrección que está en sus manos.

En la actualidad se habla de la autoridad de Jesús en forma tan herética como interesada, pues nos dicen que esa misma autoridad poseemos los cristianos:

·         Que por ello el mundo espiritual nos conoce.
·         Los demonios se sujetan.
·         Los ángeles nos obedecen.
·         Las naciones se rinden a nuestros pies.
·         Y toda sarta de tonterías sin sentido ni mucho menos sustento bíblico.

Dejan de lado la verdadera importancia, que de hecho es trascendental en el cristianismo bíblico de la autoridad mesiánica y divina de Cristo:

·         La veracidad.
·         La realidad.
·         La perfección.
·         Y la inmutabilidad de sus promesas.

Promesas de vida eterna que le dio a los samaritanos, promesas de agua de vida, promesas de un nuevo nacimiento, promesas de redención, si Jesús no tiene autoridad mesiánica y divina, no podemos decir que somos salvos, así de importante es el asunto.

Para poder cumplir una promesa se necesita el poder y la autoridad para hacerlo, el poder queda demostrado en diversas ocasiones, al sanar al paralitico, al convertir el agua en vino, al llamar a Natanael de debajo de la higuera y contarle su vida, y la autoridad queda manifiesta en las 6 autentificaciones que da nuestro Señor a los judíos.

Jesús puede prometer que naceremos de nuevo, que seremos hijos de DIOS, pues Él mismo tiene una relación íntima con El Padre.

Puede prometer que veremos vida y no condenación, que saldremos de las tinieblas a la luz porque tiene autoridad sobre la vida y la muerte, tiene el poder de dar vida pues como el Padre, tiene vida en sí mismo.

Puede guardar la promesa de nunca perdernos del hueco de su mano, de llevarnos hasta el final a la glorificación pues el mismo recibe gloria y honra Junto al Padre.

Puede prometer el agua de vida eterna, pues es el único que tiene la autoridad para hacerlo, solo él tiene palabras de vida eterna.

Puede prometer que somos Justos delante de su Padre, pues como Juez justo, nos ha dado su justicia a cambio de nuestro pecado.

Y puede prometer que resucitaremos a vida eterna, pues solo él tiene esa autoridad en sus manos, solo él tiene el poder de la resurrección.

Podemos estar tranquilos, seguros y gozosos, pues Cristo tiene la autoridad divina y mesiánica para habernos redimido y guardarnos hasta el final, ¡Gloria a Cristo!






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