domingo, 25 de febrero de 2018

El Evangelio De Juan 64: ¿Esclavos De Nadie? Juan 8.33-36.



Cuando Jesús confrontó a los líderes de los fariseos por su incredulidad, dice el evangelio de Juan 8.30 que muchos creyeron en él, a lo que de inmediato el Señor les da la indicación de permanecer en su palabra como evidencia de ser verdaderos discípulos suyos, esa permanencia los llevaría a conocer la verdad y la verdad los libertaría.

Esto fue lo que vimos la semana pasada en lo que llamamos el camino del discípulo: todo nacido de nuevo, tarde o temprano tendrá la necesidad interna de ser discipulado, porque nacerá en él el deseo de ser como Cristo, esto parte del paquete de la salvación.

El camino del discípulo es solo de 3 pasos que se repetirán una y otra vez hasta el final de nuestras vidas, pues como ya lo hemos entendido no dejaremos de ser discípulos nunca de este lado de la eternidad, los 3 pasos son:

1.      Permanecer en su Palabra. Toda la Palabra, renovando nuestras mentes con el real interés de que nuestras vidas sean transformadas.

2.      Conocer la verdad. Es que nuestra escala de valores sea cambiada, pensar lo que DIOS piensa, sentir lo que DIOS siente, amar como DIOS ama, detestar lo que DIOS detesta, pero no solo de dicho, sino demostrarlo cuando llegue el momento, como los 3 jóvenes en el horno de fuego.

3.      Vivir en libertad, esto solo se logrará siendo esclavos de Cristo, viviendo rendidos a sus pies, amándolo profundamente.

Sin embargo, como lo dijimos anteriormente, estos judíos no tenían una fe salvífica como tal, pues de inmediato le replicaron al Señor Jesús que les haya prometido su libertad: 33 Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú Seréis libres?

La actitud de disposición había cambiado radicalmente, al grado de que se olvidaron del pequeño gran detalle de que estaban mintiendo, los judíos como nación habían sido esclavos, y en más de una ocasión:

1.    En Egipto. Éxodo 1:10-14.
2.    En Asiria. Esdras 4:2.
3.    En Babilonia. 1ª Crónicas 9.1.
4.    En Persia. 2ª Crónicas 36:20-23.
5.    Por los griegos. Macabeos. Guerras de los Judíos.
6.    Por los romanos. Mateo 5.41.



Llenos de orgullo y vanagloria, se habían olvidado de donde DIOS los rescató una y otra vez, algo muy parecido nos pasa a los discípulos, muchas veces olvidamos de donde DIOS nos ha rescatado.

Hace tiempo entendimos que nuestro testimonio de conversión no es el evangelio, así que tal vez no todos hemos sido rescatados de situaciones de pecados fuertes tales como:

·         Drogadicción.
·         Adulterio.
·         Robos.
·         Pandillas.
·         Asesinatos.
·         Familia disfuncional.
·         Alcoholismo.
·         Etc.

Que DIOS no nos haya rescatado de una situación tan intensa, no significa que no hemos sido esclavos, no significa que nosotros íbamos por buen camino, la unica diferencia es que nuestro camino era más vistoso, más agradable y fácil de andar, pero al igual conducía directamente al infierno de fuego.

Y al igual que estos fariseos orgullosos, muchas veces olvidamos que DIOS, sin nosotros pedirlo ni mucho menos merecerlo nos rescató, nos lavó, nos salvó, nos dio vida nueva, pero lamentablemente al poco tiempo se borra nuestra memoria y lo que debería de ser un acontecimiento que causara gratitud eterna en nuestros corazones, solo se ha vuelto un recuerdo borroso, que no causa ya ninguna acción de gracias.

La que debería de ser una vida a los pies de Cristo por amor y agradecimiento, se vuelve una vida de ingratitud:

·         No venimos a la iglesia fiel y regularmente.
·         No nos importa discipularnos.
·         No perdonamos a los que nos ofenden.
·         No tenemos tiempo de comunión e intimidad con DIOS.
·         No nos importa que nuestro comportamiento no refleje A Cristo.
·         Etc.

Al igual que los fariseos ponemos excusas espirituales:

·         DIOS ve mi corazón.
·         Ustedes no saben lo que he pasado.
·         Solo DIOS puede juzgarme.
·         Soy como el ladrón al lado de la cruz. (Será el que lo injurió).
·         Etc.

Los judíos apelaron a ser parte del linaje de Abraham. 33 linaje de Abraham somos.

Ellos de inmediato reclamaron a ser descendientes de Abraham, el padre de la Fe, por lo cual mucho creen que ellos al decir esclavos de nadie no se referían al aspecto político, sino religioso o espiritual.

Al considerarse descendientes de Abraham, creían que tenían una posición privilegiada, se sentían una raza superior a las demás, escogida de entre todos los pueblos, apelaban sin duda a pasajes de la Escritura como Éxodo 19:6 y Deuteronomio 7:6. 10:15.

Como lo acabamos de mencionar, esto solo eran excusas para no recibir de frente la enseñanza y la exhortación de Jesús, pues todos estos privilegios de nada sirven si su fe no está en Jesucristo como Señor y Salvador. Romanos 9:7-8.

Jesús de inmediato se percató del sentido de sus palabras, por ello es que le atesta un golpe mortal a su orgullo: 34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.

Este es uno de los dichos más importantes que nos dice Jesús en toda la Escritura y que haríamos bien en escuchar atentamente con nuestro corazón abierto, el que comete pecados es porque es esclavo del pecado.

Si Jesús predicará en nuestros días de inmediato le tildarían de calvinista y le tratarían de refutar sus argumentos con pruebas de la bondad humana:

·         Casas orfanato.
·         Colectas para los damnificados.
·         Ayuda a animales desprotegidos.
·         Donadores altruistas.
·         Apoyo en los sismos.
·         Teletón y otras cruzadas pro salud.
·         Etc.

Sin embargo, esto y todo lo moralmente aceptable o bueno que puede salir de los seres humanos solo es el vestigio que queda en nosotros de la imagen divina, imagen que ha sido distorsionada a causa del pecado, llevándonos a ser esclavos del pecado mismo.

No importa la raza, la condición social, el sexo, la cultura, el tipo de educación recibida ni ninguna otra atenuante, Jesús es claro al decir que todo el que hace pecado, de un golpe derriba los débiles argumentos de los judíos al creer que por ser descendientes físicos de Abraham eran mejores, Jesús les dice que sencillamente no lo son.

De hecho, nadie por sí mismo, nadie en sus propios medios es lo suficientemente bueno para llegar a ser agradables delante de DIOS, Juan es consistente con la enseñanza que recibió de Jesús y lo deja claro en su carta. 1ª Juan 1:8.

Esta afirmación de Jesús tiene dos grandes implicaciones, la primera es que el que es esclavo del pecado es un condenado a muerte. Romanos 6:16.

La segunda y no es mejor que la primera es que nadie puede liberarse así mismo, somos peor que un esclavo atado a un grillete empotrado en la pared de un calabozo, no hay nada que podamos hacer para romper nuestras cadenas, por el contrario, a cada pecado que cometemos en el día a día nos aprisiona más y más, nos condena más y más, hasta que por fin un día nos va a aplastar por completo.

Somos por naturaleza enemigos de DIOS, estamos propensos a querer vivir nuestras vidas a nuestra manera, sin que nadie nos diga que hacer y despreciamos su Ley y Su Voluntad y no hay nada que nosotros podamos hacer. No solo estos judíos a los cuales les habló Jesús, toda la raza humana vive esta horrible condición.

Jesús prosigue su confrontación: 35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.  Jesús los ahorca con su propia cuerda, pues en lugar de exhibirlos y decirles que, si habían vivido como esclavos, ahora lo que hace es tomar sus palabras y con ellas darles una fuerte lección.

Si ellos hicieron alusión a ser descendientes de Abraham, Jesús les muestra que el ocupar un lugar privilegiado en la casa de Dios no les da derecho a ser herederos de Dios, puesto que el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Un esclavo podía ser vendido o simplemente despedido y de inmediato quedaría fuera de casa.

Los judíos, quienes se jactan de ser descendientes de Abraham, deben tener presente que ha terminado la antigua exención con sus privilegios especiales para ellos como nación. Los verdaderos hijos de Abraham permanecerán en la casa de éste y disfrutarán de los privilegios de la misma permanentemente, pero los hijos de la esclava serán expulsados. Sólo los hijos de la libre gozaran de la herencia. Gálatas 4:22-31.

Pablo entendió las palabras de Jesús, y nosotros lo podemos ver en la actualidad, el pueblo de DIOS en la actualidad es solamente uno: SU IGLESIA, Jesús les estaba profetizando a los judíos que su lugar de privilegio estaba por llegar a su final, que, de ahora en adelante, los libres, los herederos serían solamente los que el Hijo libere, por eso las palabras del siguiente verso. 36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

Esa es la verdadera libertad, una libertad total que solo Jesucristo nos ofrece. 1ª Juan 3:8.
El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

Pero no es todo, Jesús dice A los que el Hijo liberta, los hace realmente libres, el adverbio usado en este versículo (gr. ontos = realmente) es distinto del usado en el versículo 31 (gr. alethós = verdaderamente).

En efecto, el discípulo ha de ser verdadero, porque en el sujeto se requiere veracidad, sinceridad, fidelidad, pero la libertad que Cristo da es real, ontológicamente real, puesto que no es una cosa imaginaria, una fantasía, mientras que las cosas de este mundo son meras sombras, que sólo pueden prometer una libertad ficticia.

Al ser una libertad ontológica es decir de nuestro ser, debe por lo tanto implicar a todo nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo.

·         Liberó nuestro espíritu de la condenación del pecado.
·         Liberó nuestra alama del poder del pecado.
·         Liberará nuestro cuerpo de la presencia del pecado.

Solo Jesucristo y su evangelio nos ofrecen esta libertad, libertad de nuestro espíritu en la justificación, legalmente justos, no más el pago por nuestros pecados, alguien ya pagó, y fue Cristo en la cruz.

Libertad de nuestra alma, no más esclavos del pecado, en la santificación, antes no teníamos opción, solo podíamos hacer lo que nuestra naturaleza pecaminosa nos inclinaba a hacer: pecar, pero ya no es así, ahora alguien más reina en nuestros corazones: Jesucristo.

Libertad a nuestros cuerpos de carne y hueso, en la glorificación, cuando nuestro viejo cuerpo mortal y lleno de corrupción se vista de inmortalidad y de incorrupción, no más la presencia del pecado en nosotros.

Nuevamente en unas cuantas líneas de dialogo del Señor Jesús con los judíos encontramos una gran enseñanza para nuestras vidas:

·         El orgullo que lleva a mentir y olvidarse de donde DIOS nos ha rescatado.
·         Buscar justificar el orgullo con frases espirituales: linaje de Abraham somos.
·         No podemos ser esclavos de nadie: todos en este momento o somos esclavos de Cristo o somos esclavos del pecado.
·         Los esclavos no heredan solo los hijos de la libre: los redimidos.
·         Si el hijo nos libera seremos ontológicamente libres: espíritu, alma y cuerpo son libres de la condena, el poder y la presencia del pecado.
·         Ese tipo de libertad solo Cristo la puede dar, lo demás son solo falsas ilusiones.

¿De quién eres esclavo? Si es del pecado estás camino a la condenación eterna, si es de Cristo, entonces eres realmente libre: espíritu, alma y cuerpo redimidos por el Señor.

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