El capítulo once del evangelio del discípulo amado nos
trae un relato que además de ser exclusivo de este libro, es el punto clave en
la sentencia de muerte orquestada por los fariseos en contra de nuestro Señor
Jesús.
Todo comienza cuando Lázaro de Betania (es en honor a
él que la estación del metro se llama así, San Lázaro, por el santoral católico)
enferma gravemente, entonces sus hermanas, María y Marta, mandan un mensaje al
Señor informándole acerca de esta situación, Jesús contrario a lo que
comúnmente haríamos, se tardó todavía 2 días más en ir a verlo, pero su motivo
fue para dar mayor gloria a DIOS.
Ya cuando toma la decisión de ir a Judea, sus
discípulos de inmediato, llenos de temor por las represalias de los fariseos,
que poco tiempo antes intentaron apedrear y arrestar a Jesús, le piden a su
maestro no ir a ver a Lázaro, pero Jesús, lleno de confianza en que el plan de
DIOS todavía estaba marchando, les exhorta por medio de una corta metáfora que
podemos parafraseas así: el que hace la
voluntad de DIOS es como el que camina en el día, la luz no lo dejará tropezar.
Pero, el punto principal al cual llegamos la semana
pasada fue que el Señor hizo sacrificios
de amor, Si bien es cierto que Jesús sabía perfectamente que su hora no
había llegado aún, también es cierto que su presencia en Judea no sería bien
recibida, que no solo habría incomodidad sino hasta hostilidad por parte de
prácticamente todos los presentes.
Aun así, bajo este desolar escenario, el Señor Jesús:
·
Por amor al Padre y a realizar Su voluntad.
·
Por amor a María y Marta para poder consolarlas.
·
Por amor a sus discípulos, para poder madurar su fe.
·
Por amor a Lázaro para poder resucitarle
·
Y por amor a todos los que estuvieran presentes, pues
al ver su gran milagro no pocos serían movidos en su corazón a creer en Él.
Tomó la firme decisión de partir a la región de Judea
y tomar cartas en el asunto, esto nos llevó a pensar seriamente ¿Qué sacrificios estamos haciendo por amor?
¿Amor a quién? A todos, a DIOS en primer lugar, pero también por amor a
nuestra esposa o esposo, a nuestra familia, a nuestra iglesia, etc.
Lo siguiente que nos narra el apóstol Juan es la
llegada de Jesús. 17 Vino, pues, Jesús,
y halló que hacía ya cuatro días que Lázar estaba en el sepulcro. Jesús
llegó a las afueras de Betania de Judea para encontrarse con la triste noticia
de que su amigo Lázaro llevaba 4 días en el sepulcro.
A diferencia de nuestra cultura, que enterramos en
tierra los muertos, en la época bíblica la costumbre más común era llevar los
cuerpos sin vida a los sepulcros, que eran excavaciones hechas en grandes rocas
a manera de pequeñas cuevas y poner una piedra grande a forma de puerta, dentro
del sepulcro dejaban un pequeño espacio tipo banca para poner el cuerpo recostado.
Juan recalca el hecho de que llevaba 4 días en el
sepulcro, es decir 4 días muerto, pues la creencia popular de la época basada
en las tradiciones de los rabinos era que el alma de los muertos rondaba su
cuerpo hasta los 3 primeros días esperando poder reunirse nuevamente con él, al
llegar el cuarto día en definitiva lo abandonaba, así que el hecho de resucitar
a una persona, en especial si llevaba más de 3 días muerta era un acto de
proporciones increíbles, un milagro de magnitud divina.
Nosotros sabemos que esa no una verdad bíblica, el
alma no anda rondando el cuerpo al morir, ni va al purgatorio ni hay limbo ni
ninguna otra mentira por el estilo como la reencarnación, la Biblia es
abundante en el tema, al morir los santos, se le conoce como el estado
intermedio del alma que es el tiempo entre la muerte y la resurrección,
si bien algunos tal vez permanezcan solo unos minutos, habrá otros que lleven
cientos y hasta miles de años durmiendo. 1ª Corintios 15:18.
El comparar la muerte con dormir, es solo una metáfora
con el fin de presentar más suavemente la verdad, algunos le llaman el sueño del alma, no porque vayamos a
pasar el tempo de espera durmiendo, la
biblia dice que al morir, los justos de
inmediato pasaremos a la presencia de DIOS. Lucas 23:43.
Ahí estaremos, en el paraíso que es el trono de la
gracia de nuestro DIOS, esperando que el Señor llame a todos a comparecer al
gran Juicio del trono blanco, y efectué la glorificación de nuestros cuerpos.
Pero las personas en esa época no sabían estas cosas,
sin embargo, incluso totalmente aparte de esto, el cuarto día en este caso
significaba ciertamente descomposición; en consecuencia, esta nota temporal
prepara al lector para una manifestación sumamente notable de poder.
En los siguientes dos versículos leemos: 18 Betania estaba cerca de Jerusalén, como
a quince estadios; 19 y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María,
para consolarlas por su hermano.
Quince estadios son aproximadamente 3 kilómetros, Juan
inserta esta nota geográfica con el fin de que aquellos lectores que no
estuvieran familiarizados con el terreno se dieran una idea del porque y del cómo
sucedieron algunos de los acontecimientos, como el hecho de que muchos
judíos habían ido a Betania a consolar a las hermanas de Lázaro, pues
era una distancia relativamente corta, fácil de cubrir a pie en poco tiempo.
En el siguiente versículo, encontramos una muestra de
la armonía de la Escritura. 20 Entonces
Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en
casa.
Juan no nos lo aclara, pero lo más probable es que
Jesús mandó un mensajero, tal vez uno de sus discípulos a avisarles a Marta y a
María su llegada, esto explica el por qué la multitud no salió unánime a
recibirle.
Lo que nos llama fuertemente la atención es que la
unica en salir fue Marta, María se quedó en casa, lo cual es una hermosa
muestra de la armonía de la Escritura, pues a pesar de ser dos autores
diferentes, de estratos diferentes Lucas
un médico y discípulo no apóstol, y Juan
un pescador y testigo ocular de lo sucedido, y aun así concuerdan en
describir las personalidades de Marta y su hermana.
Como en el relato que encontramos en Lucas 10:38-42 Marta se muestra
nuevamente ocupada, activa, afanada por que las cosas sucedan y por tal motivo no pudo quedar en casa y salió al
encuentro con Jesús, en cambio, su hermana María, contemplativa, pasiva,
tranquila, se queda en casa como cuando se quedó a los pies del maestro.
En los siguientes versículos es que empezamos a entrar
en el corazón de nuestro sermón. 21 Y
Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría
muerto. 22 Más también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.
Marta se encuentra cara a cara con Jesús, y repite lo
que seguramente estuvo en su cabeza todo el tiempo en el cual espero
pacientemente su llegada, expresó su plena confianza en él: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano
no habría muerto.
Hay quienes dicen que fue una especia de reproche por
la gran confianza que le tenía, hay quienes dicen que era otra forma de decirle
¿Por qué tardaste tanto en venir si te avisamos con suficiente tiempo, antes de
que Lázaro muriera? Sin embargo, por lo que nos narra el texto, es todo lo
contrario, es una expresión de plena confianza en el Señor, aunque llena del
dolor por la pérdida de su hermano, Marta expresa su plena seguridad en su gran amigo
Jesús.
Lo sabemos por lo siguiente que expresó: Más también sé ahora que todo lo que pidas
a Dios, Dios te lo dará. Esta es una declaración que no podemos pasar por
alto o mirar solo superficialmente, pues nos perderíamos una gran
bendición. Pero entendámosla bien, es su
contexto, hace 4 días que Lázaro ha muerto, ya puesto en el sepulcro, justo
cuando eso sucedía, había regresado el mensajero con la respuesta de Jesús: Esta enfermedad no es de muerte, es para la
gloria de DIOS y para que Yo (Jesús) sea glorificado.
Pensemos por un instante, Marta era una mujer que
conocía muy bien a Jesús, sabía que sus palabras además de siempre cumplirse,
eran bien elegidas pues nada decía sin propósito bien definido, cuando su
hermano muere y ella recibe este mensaje, su corazón aunque viendo la realidad:
mi hermano está muerto, se aferró a la verdad: esta enfermedad no es para muerte, es para la gloria de DIOS.
A la luz de este contexto, es que las palabras de
Marta cobran su verdadero sentido, si Jesús dijo que esta enfermedad no era
para muerte sino para que Él y Él Padre sean glorificados, reconocidos y
exaltados, entonces, DIOS le concederá cualquier cosa que le pida, y obviamente
la resurrección de su hermano Lázaro estaba incluida. Si bien no se atrevió a
decláralo abiertamente, lo insinuó fuertemente.
Podemos parafrasear las palabras de Marta como sigue: Señor, sé que si tu plan hubiera sido sanarlo
hubieras llegado antes, pero confío en tu promesa que mandaste con el
mensajero, así que sé que si se lo pides
a DIOS él resucitará a mi hermano Lázaro.
Dejando de la lado la fuerte confianza producto de su
relación con Jesús, no porque no sea trascendente, sino porque lo tocamos la
semana, podemos decir con gozo, que el efecto de la Palabra de Cristo en el
corazón de Marta fue extraordinario, ni siquiera lo escuchó de Jesús en
persona, fue de labios del mensajero que envió, y aun así la forma en que entró
hasta lo más íntimo de su ser espiritual es asombroso. Hebreos 4:12.
Este es un caso maravilloso, una mujer cuyo amado
hermano está muerto desde hace 4 días, se aferra a la palabra de Cristo con
todo su ser, la lucha interna debió haber sido intensa en extremo, por un lado
sus emociones a flor de piel, su dolor, su desesperación, su angustia, y encima
la realidad que estaba viviendo: su hermanos desde hace 4 días en el sepulcro,
y por el otro la Palabra recibida: esta
enfermedad NO es para muerte.
Un gran mal de
esta generación de cristianos es el menosprecio de la Palabra de DIOS, vivimos
en una época donde la superficialidad nos hace creer que no hay nada a lo cual
nos podamos aferrar profundamente, si a esto le sumamos la falta de cultura
lectora que hay en nuestro país, en el cual es más fácil ver la película que leer el libro, no es de sorprendernos por qué
muchas veces andamos por los suelos espiritualmente.
Siempre lo he dicho: Si leemos poco seremos
como muchos, si leemos mucho seremos como pocos, y aplica especialmente en el área espiritual
con la lectura bíblica.
Muchos cristianos hoy en día viven
extraviados de la verdad, buscando sensacionalismo en todas partes, dándole
mayor importancia a los sentimientos, a las experiencias, a las emociones o
peor aún a las ideas de otros que con dolo lucran por la ignorancia del pueblo.
Oseas 4:6.
Estoy consciente que la falta de conocimiento
de las escrituras no es nada nuevo en la iglesia de Cristo, sin embargo, es por
este motivo hoy en día muchos cristianos andan “arrastrando la cobija”, y por lo mismo predicaciones que hablen de
confesión positiva, prosperidad, positivismo, superación personal, etcétera
están ganando terreno en la iglesia de Cristo.
Parece que aún no logramos entender bien que La Palabra de DIOS
inspirada es CRISTO mismo hecho Palabra, cuando predicamos de Juan 1:1 dijimos que los
hebreos consideraban las palabras como algo poderoso en sí mismo (no al estilo
de declarar o atar y desatar que hoy se da), sino aún mucho más profundo, y
conciso.
Ellos consideraban a las palabras más que un simple
sonido saliendo de nuestras bocas, ellos tenían la idea de que las palabras
expresaban la mente o el alma de quien las decía, por ellos es que Esaú lloraba
amargamente al ser dada su bendición de primogénito a Jacob y es la razón por
la cual los patriarcas y reyes de Israel pronunciaban sus últimas palabras y
bendiciones antes de morir.
Este es el motivo por el cual leer la Biblia es tan
poderoso y maravilloso, no hay otro libro igual, no hay otro que si quiera se
acerque un poco al poder que se desata cuando leemos las Escrituras, poder no
en el sentido mágico o místico, poder en el sentido de TRANFORMACION DE
NUESTRAS VIDAS.
El Verbo es Cristo, y Cristo es la Palabra de DIOS
Personificada, y la Palabra de DIOS es DIOS mismo, expresándose por medio de
sus pensamientos e ideas los cuales están plasmados en el papel de nuestras
biblias, repito, por eso es que leer la biblia es tan importante, trascendente
y renovador para la vida de los hijos de DIOS, es tener comunión íntima con
DIOS, no es como leer otros libros que solo nos informan, es entrar en los
pensamientos mismos de DIOS para ser transformados a la imagen de CRISTO.
Lamentablemente en la actualidad se les da más auge a
nuestras propias palabras que al Palabra de DIOS, personas que prefieren
declarar, atar, desatar, basados en la falsa idea que sus palabras tiene poder
en sí mismas, y aquella Palabra que, si tiene poder en sí misma, la dejan
arrumbada, llenándose de polvo en un librero o encima de la TV.
Sin embargo, cuando hacemos de la lectura de la
palabra nuestro pan diario, nuestro alimento espiritual indispensable, nuestra
prioridad inmediata, automáticamente estamos haciendo de CRISTO lo más
importante de nuestras vidas.
NADA,
ABSOLUTAMENTE NADA, ES MÁS IMPORTANTE PARA UN CRISTIANO QUE DESCANSAR EN CRISTO
POR MEDIO DE SU PALABRA.
·
No podremos conocer a Cristo, si no leemos Su Palabra.
·
No podremos confiar en Cristo, si no leemos la Biblia.
·
No maduraremos en nuestras vidas espirituales, si no
leemos la Palabra.
·
No dejaremos los hábitos pecaminosos, si no leemos la
Escritura.
·
No podemos decir que Cristo es nuestra vida misma, si
no leemos la Palabra.
·
Definitivamente no podemos decir que somos discípulos,
mucho menos cristianos si la lectura de la Escritura no es la parte más
importante de nuestras vidas.
Como lo acabamos de mencionar, la lucha interna, en la
mente de Marta debió ser desgarradora, y brutales los embates del enemigo
tratando de sembrar la duda, sin embargo, ella conocía a Jesús y se aferró a Su
palabra con todo su corazón, porque no solo se trata de leer y ya, más bien:
·
Lee La Palabra.
·
Memoriza La Palabra.
·
Medita En La Palabra.
·
Ora Con La Palabra.
·
Interioriza La Palabra.
Ya no tenemos presente físicamente al Señor Jesús como
lo tuvo Marta, pero aun ella no escuchó las Palabras de su propia boca, fue
solo por medio del mensajero y creyó, al igual nosotros, no podemos creer si no sabemos en qué creer.
La respuesta de Jesús a Marta fue directamente ligada
a las declaraciones de ella. 23 Jesús le
dijo: Tu hermano resucitará. 24 Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la
resurrección, en el día postrero.
El Señor de inmediato reforzó la confianza de Marta,
Él sabía que no era un reproche, sino una confesión de Fe lo que ella le dijo,
por lo tanto Jesús confirmo su fe: tu
hermano resucitará, le dijo.
Marta, dolida por la muerte de su hermano contesta de
forma cautelosa, no incrédula, pero sí muy cautelosa: sé que resucitará en el día final, no podemos pasar por alto que
ella daba por hecho la resurrección final de los muertos expresada varias veces
en el A.T. Salmo 16:9-11. Salmo 17:15.
Job 18:25-27. Isaías 26:19. Ezequiel 37:1-14. Oseas 6:2. Daniel 12:2.
Además no olvidemos que ella era discípula de Jesús
por lo cual podemos estar seguros, por la forma en que se ancla a Sus Palabras,
que creía en lo dicho por Él en Juan
5:28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que
están en los sepulcros oirán su voz;
29 y los que hicieron lo bueno,
saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de
condenación.
Por esto es la respuesta del Señor, que es el quinto
de los siete “Yo Soy” que encontramos
en este evangelio. 25 Le dijo Jesús: Yo
soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
Si pretendemos sobre
espiritualizar este dicho del Señor, perderemos su verdadero, sencillo y
maravilloso sentido: en Cristo se encuentran la vida y la resurrección de entre
los muertos:
·
Romanos
6:8-9.
·
1ª
Corintios 15:20 y 57.
·
Colosenses
1:18.
·
1ª
Tesalonicenses 4:16.
Lo que Jesús afirmó es que Él es la resurrección y la
vida en persona, la vida plena de DIOS
habitando en él, todos los gloriosos atributos divinos contenidos en la
persona del Señor Jesucristo: Omnisciencia, Sabiduría, Amor, Santidad,
Justicia, Omnipotencia, Fidelidad, bondad, Etc. por este motivo es que si Él es
la Vida el Zoe (ζωή, G2222) divino, es la
causa, el efecto es la resurrección, es el manantial de vida que provoca en los
creyentes la gloriosa resurrección.
Porque Cristo vive, nosotros también vivimos, si Él
está presente tenemos aseguradas la resurrección y la vida eterna, pero lo que
marte no llegaba a entender todavía es que Cristo es la Vida siempre y por lo tanto siempre es el vencedor de la muerte, así
que no solo en el día postrero podría
resucitar su hermano, cualquier día que Cristo lo dijera sucedería tal milagro.
El resto de este glorioso YO SOY es un desarrollo
sistemático de las palabras iniciales. Jesús es la resurrección; por ello, el
que cree en mí, aunque muera vivirá. Jesús es la vida; por ello, todo
aquel que vive y cree en mí, no morirá jamás. Es un hermoso paralelismo
esquematizado. La segunda frase refuerza a la primera pero no se limita a
repetirla.
Por su puesto que el primero en el cual se aplica el
YO SOY de Jesús es en Lázaro de Betania, pero no se limita a él únicamente, se
aplica a todo creyente que pase por el umbral de la muerte física, al decir no
morirá eternamente se refiere a la muerte segunda, no al paso natural
entre este mundo y la eternidad.
Es por ello que los verdaderos creyentes NO le tenemos
miedo a la muerte, si bien no es algo que busquemos, pues en el sentido común
que DIOS nos ha dado cuidamos de la vida que Él mismo nos regaló, pero no es un
tema que nos atemorice, no es una situación que debiera causarnos espanto,
incertidumbre ni nada negativo en nuestra mente y corazón, nosotros podemos
decir como el apóstol pablo a los filipenses el vivir es Cristo y el morir es
ganancia.
Porque estamos confiados en su sus atributos y no en
nuestras obras, confiamos en que su sacrificio en la Cruz ha limpiado nuestro
corazón del pecado y que nos ha hecho nacer de nuevo, creemos en él y todo el
que cree en él aunque este muerto vivirá.
La pregunta final del verso 26, no solo es para Marta,
es para todos a quienes el mensaje del evangelio ha llegado
·
¿Crees esto?
·
¿Crees las palabras de Cristo?
·
¿Crees que aunque mueras, pasarás la eternidad a su
lado en vida Eterna?
·
¿Crees que su sacrificio y no tu justicia es lo que te
da acceso a la eternidad?
·
¿Crees que tu estilo de vida ofendía a DIOS solo por
ser pecador?
·
¿Crees que Cristo es el Hijo de DIOS?
·
¿Crees que murió en la Cruz para limpiar tus pecados?
·
¿Crees que él te ha hecho nacer de nuevo?
Si es así, esa Fe, es una Fe Salvífica y sus dos
facetas se harán presentes en tu vida: internamente: seguirás creyendo hasta el
final, externamente: reflejaras cada día más a Cristo por medio de tu vida. Si
no es así, si no crees, ¿Qué esperas
para creer?
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