En la clase anterior vimos la obra del Espíritu Santo
en la vida y ministerio terrenal de nuestro Señor Jesucristo, dicha obra fue:
·
En la encarnación.
·
En su ministerios.
·
Al obrar milagros.
·
En su muerte vicaria.
·
En su resurrección.
En la clase del día de hoy estudiaremos la obra del
Espíritu Santo en la vida de la iglesia, si el Espíritu santo está presente desde
la creación, en todo el A.T. y en la vida terrenal de nuestro Señor Jesús, es
obvio que también está presente en la vida de su iglesia.
Para nuestro estudio lo hemos clasificado en 3 partes:
I.
El
Espíritu Santo actuando en los primeros discípulos.
II.
El
Espíritu Santo actuando en todos los
creyentes.
III.
El
Espíritu Santo habitando permanentemente en los creyentes.
I.
El
Espíritu actuando en los primeros creyentes.
a.
El
bautismo de poder el día de pentecostés.
i. Es
muy claro por el relato de Hechos 2 que
el protagonista y el encargado de llenar a los discípulos que se encontraban en
el aposento alto a fin de que pudieran dar un testimonio eficaz de Jesús y su
resurrección, fue el Espíritu Santo.
hechos 4:31.
ii. Este
es el poder del cual Jesús les habló antes de ascender a los cielos en Hechos 1:4-8. Antes de que descendiera
sobre ellos el Espíritu Santo, NO estaban
capacitados para proclamar el
evangelio. 2ª Corintios 3:5. Por
este motivo es que Pedro y los demás discípulos que le siguieron para pescar en
el mar de Galilea, obraron erróneamente en trasladarse de Jerusalén a Galilea. Juan 21. Pues el Señor Jesús les había
ordenado en Lucas 24:49 Pero quedaos en la ciudad hasta que sean
investidos con poder de lo alto. Fue en pocas palabras un acto de
desobediencia.
b.
En
el envío de misioneros.
i. Es
tan notoria la participación del Espíritu Santo en la era de la primera
iglesia, conocida también como la era apostólica, que se ha dicho en muchas
ocasiones y por muchos eruditos que el libro de los Hechos de los apóstoles debería
llamarse mejor Hechos del Espíritu Santo, es especialmente notoria su
participación en pasajes como Hechos
13:1-5, se ve claramente que la obra misionera de Saulo y Bernabé fue
conducida enteramente por el Espíritu Santo, la iglesia local solamente se
limitó a dejarlos ir.
ii. Insistimos,
es tal la notoriedad del Espíritu Santo, que el vocablo Pneuma para referirse a
Él en específico aparece 55 veces en el libro de los Hechos, es la tercera parte de las veces que se utiliza en todo el
Nuevo Testamento en total.
c.
En
los dones extraordinarios. Este es un tema en sí mismo muy extenso que veremos a
fondo más adelante.
II.
El
Espíritu Santo en todos los creyentes. Lo que veremos
aquí no es todo lo que hay con respecto a este tema, más adelante
profundizaremos individualmente en algunos incisos, además de que previamente
algunos puntos ya los hemos tratado.
a.
Necesidad
de los ministerios del Espíritu Santo.
i. Es
justo dejar en claro que todo lo que los creyentes somos y tenemos, todo
aquello que disfrutamos que nos es pecado obviamente, lo debemos enteramente al
agente ejecutor de la Trinidad: El Espíritu Santo, por medio de Él
es que DIOS:
1.
Nos llama.
2.
Nos vivifica.
3.
Nos engendra espiritualmente.
4.
Nos hace nuevas criaturas.
ii. El
Espíritu Santo es quien convence de pecado, nos guía a toda verdad y por lo
tanto nos conduce a Cristo, nos sella para el día de la redención de nuestro
cuerpo y hace morada en nosotros como su santuario. Juan 14.17 y 23.
iii. De
igual forma es el Espíritu Santo quien testifica a nuestro espíritu, nos da la
adopción y nos hace clamar Abba Padre. Romanos 8:15-16. Él intercede por
nosotros desde adentro Romanos 8:26,
nos santifica 1ª Pedro 1:2 y derrama
el amor incondicional de DIOS en nuestros corazones. Romanos 5:5.
iv. Por
el poder del Espíritu Santo abundamos en esperanza. Romanos 15:13. Gálatas 5:5. Y por medio de él hacemos morir las
obras de la carne. Romanos 8:13. Andamos
por él y vivimos por él. Gálatas 5:25.
Colosenses 2:6.
En pocas palabras, desde la cuna hasta la tumba, toda nuestra vida espiritual, todo en lo
absoluto lo debemos a la obra del Espíritu Santo.
b.
Necesidad
de la obra del Espíritu Santo para la salvación.
i. Este
punto es crucial, pues si fallamos aquí, el fallo tiene repercusiones eternas,
la necesidad de que el Espíritu Santo obre de principio a fin en la salvación
surge del hecho que ya hemos dejado en claro en muchas otras ocasiones de que
nuestra naturaleza espiritual está radicalmente corrompida, somos
pecadores por nacimiento.
Y no importa que tan astutos, listos, sabios o
ingeniosos seamos para los asuntos terrenales, a los ojos de DIOS estamos
muertos espiritualmente, cegados por las tinieblas y endurecidos para
reconocerlo a causa del pecado, la mente carnal es hostil a DIOS. Romanos 8:7. 1ª Corintios 2:14.
ii. El
punto anterior nos convence que es totalmente necesaria la intervención divina
en la persona del Espíritu Santo para que nos convenza de pecado, es el
Espíritu Santo quien tiene el poder de llegar hasta lo más íntimo de nuestro
ser espiritual para quebrantarlo a los pies de Cristo, es él quien ilumina los
ojos de nuestro entendimiento. Jeremías
23:29. Hebreos 4:12. Efesios 1:17-18.
iii. Sin
la obra del Espíritu en la salvación, sencillamente no hay fe, ni temor de
DIOS, ni arrepentimiento, ni amor por DIOS, ni deseos y amor por la santidad,
si se dejara en nuestras manos llegar a estas cosas, si se dejará en nuestras
manos estas cosas, simplemente no seríamos capaces de obrarlas, por lo tanto
nadie sería salvo.
iv. Por
lo tanto, sin la obra del Espíritu Santo, nadie se vuelve a DIOS, nadie cree,
nadie se arrepiente, ni nadie le obedece. No hay otro medio, ni la ciencia, ni
las artes o las humanidades, ni la educación o las riquezas, ni una buena moral
son capaces de llevar al cielo una sola alma. Ningún filósofo, artista,
científico, literato, nadie tiene una respuesta válida al gran problema del ser
humano: el pecado.
c.
Necesidad
del Espíritu Santo para vivir en la eternidad.
i. Para
poder habitar con el DIOS infinitamente santo en el cielo por toda la
eternidad, el ser humano necesita ser equipado adecuadamente, el perdón de los
pecados es suficiente para no ir al infierno, pero insuficiente para poder
estar en el cielo. Para remediar esta situación, DIOS transforma nuestra
antigua naturaleza, cambiando nuestro corazón, poniendo dentro de sus elegidos
a su Espíritu Santo. Ezequiel 36:26-27.
ii. Sin
la capacitación del Espíritu santo en la glorificación de los creyentes, no
podríamos gozar del cielo en plenitud, nuestra mente y cuerpo simplemente no se
adaptarían nunca por si solas.
III.
El
Espíritu Santo habitando permanentemente en el creyente. Es
esta habitación permanente lo que
precisamente hace la gran diferencia con los santos del A.T. quienes, como ya
lo entendimos si fueron regenerados y si tuvieron experiencias con el Espíritu
Santo, pero a diferencia de nosotros los que somos después de Cristo, podemos gozar de este entre muchos otros
beneficios que nos ganó su resurrección, la habitación
permanente es otra manera de expresar la intensidad de la obra interna del Espíritu Santo en la iglesia.
a.
Las
personas habitadas. Romanos 8:9. 1ª Corintios 3:16. El
apóstol Pablo no solo usa la preposición en sino también el verbo iokeo
que significa habitar, El N.T. adjudica la habitación del Espíritu
Santo a todos los creyentes.
i. Es un don de todos los creyentes. Juan 7:37. Hechos
11:16-17. Romanos 5:5. 1ª Corintios 2:12. 2ª Corintios 5:5.
Son algunos de los pasajes que garantizan que el Espíritu Santo habita en los
creyentes, sin olvidar que es un regalo de gracia ganado por Cristo, no es un
premio a nuestro buen comportamiento.
ii. Si el Espíritu NO habita en alguien, entonces no se es
salvo. Romanos 8:9. No
tener al Espíritu equivale a no ser salvo. Judas
19. El tener al Espíritu Santo es una característica inseparable de todos
los que han nacido de nuevo.
iii. Un creyente aún en pecado está habitado por el
Espíritu Santo. la gran prueba de que si el Espíritu Santo habita en
todos los creyentes, es si él sigue habitando aun en un creyente que está en
pecado (lo práctica) y el N.T. nos aclara está situación. Citas como 1ª Corintios 6:19.
Donde el apóstol les escribe a un grupo muy diverso
espiritualmente hablando, desde espirituales hasta carnales, y aun así no hace
diferencia para decir que solo unos cuantos de la iglesia estaban habitados.
Este tema está íntimamente relacionado con la perseverancia de los santos que vimos
más a fondo en el estudio de soteriología.
b.
La
permanencia de la habitación. Hay quienes admiten que el Espíritu es dado a todos
los creyentes, pero que él puede retirarse si se cometen ciertos pecados, reconocen su habitación pero no su
permanencia.
El punto anterior deja claro que no es así, pero,
además, si el Espíritu dejará a los cristianos que pecan entonces dejarían de
ser cristianos, lo cual es una contradicción a la clara enseñanza bíblica de la
seguridad eterna del creyente, la cual es inseparable entonces de la habitación
permanente del Espíritu Santo, la promesa de Jesús es clara en Juan 14:16.
El
pecado afecta la confianza del Espíritu Santo en la vida del creyente, pero no
quita su presencia de él. Efesios 4.30. 1ª Tesalonicenses 5:19.
c.
Malos entendidos en este tema.
i. La obediencia NO es una condición para que el Espíritu
habite al creyente. ¿Qué pasa entonces con la cita de Hechos 5:32? Recordemos que Pedro está hablando al sanedrín incrédulo
en Cristo, que no tenía nada que ver con el estilo de vida cristiano, la
obediencia a la cual los exhortó Pedro es a obedecer la verdad de Jesús como el
Mesías. Además la palabra usada es peidsarjéo que se traduce también
como persuadir, oír y obedecer.
Siendo estrictos, si es por la obediencia que
recibimos al Espíritu Santo, pero no la nuestra, sino la de Cristo, fueron sus
méritos no los nuestros, si la obediencia es una condición para recibir al
Espíritu Santo, entonces la salvación es por obras, mitad DIOS y mitad
nosotros: sinergismo.
ii. ¿Qué pasa con los ejemplos del A.T. donde el Espíritu
se retira: Sansón, Saúl, etc.? Nada, recordemos que son ejemplos antes del día de pentecostés, por lo tanto antes de que
los méritos de Cristo fueran aplicados totalmente por el Espíritu a su iglesia,
después del día de pentecostés no ha ningún pasaje que muestre un incidente
similar.
iii. ¿El ejemplo de samaria demuestra que el recibir el
recibir el Espíritu Santo es posterior a la salvación? Hechos 8:14-17. Es
caro que si hubo una espera entre la salvación de los samaritanos y el recibir
al Espíritu, la pregunta es ¿Por qué? De algo estamos seguros y es que el Espíritu
y la salvación van de la mano al instante, no se separan más que en este caso y
con un propósito bien establecido: evitar rivalidad entre dos iglesias madre en la era apostólica.
Recordemos que había un cisma religioso entre
samaritanos y judíos. Juan 4:20-24. DIOS
sabiamente hizo esperar a los samaritanos a la llegada de Pedro y Juan para
confirmarlos en la fe cristiana a fin de evitar que ellos mismos se levantasen
como iglesia madre o iglesia central a
parte de la de Jerusalén y al mismo tiempo hizo que la iglesia de Jerusalén al
ver que los samaritanos recibían el don del Espíritu, los recibieran como
hermanos genuinos.
iv. ¿Qué hay del caso de
los discípulos de Juan el bautista? ¿Es prueba de que el Espíritu llega
después de la salvación? Hechos 19:1-6. Para aclarar
dudas, debemos entender que los discípulos de Juan el bautista NO eran
creyentes en Cristo antes de conocer a Pablo en Éfeso, ellos creyeron el
mensaje de Juan bautista su maestro y recibieron su bautismo, pero el mensaje
de Juan era Jesús y el mensaje de Jesús y de Pablo era el evangelio, de hecho,
el texto nos marca que fue la predicación de Pablo la que los llevo a la
salvación e inmediatamente recibieron el don del Espíritu.
v. El
patrón normal para recibir el Espíritu se estableció en la casa de Cornelio,
donde el Espíritu fue dado cuando las personas creyeron, lo cual ocurrió
mientras que Pedro estaba predicando y antes que fueran bautizados en agua. Hechos10:44-47.
vi. ¿Siempre es manifiesto el don de recibir el Espíritu
Santo? Por supuesto que sí, pero no con lenguajes diversos,
milagros o profecías, esa característica fue delegada solamente a la iglesia
primitiva como distintivo de autentificación pues el canon de la Escritura
estaba en proceso, los creyentes actuales tenemos el distintivo de una vida transformada, pareciéndonos cada
vez más y más a Cristo y alejándonos cada vez más y más de los pecados.
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